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Modi

Sajjad Hussain/AFP/Getty Images

India: la otra potencia económica de Asia (primera parte)

Russia y China en profecía: capítulo cuatro

Continuación de Lo que significa el milagro chino (sexta parte)

India, con su población de más de 1,2 mil millones de personas, es casi seguro que se unirá al bloque asiático que está profetizado que se consolidará en el tiempo del fin.

En mayo de 2014, después de cinco semanas de votación y más de 800 millones de papeletas emitidas, el Partido Popular Indio ganó con una victoria arrolladora. Fue la elección más grande en la historia de la humanidad. El nuevo gobierno dirigido por Narendra Modi logró por primera vez la mayoría absoluta en la Cámara Baja del Parlamento de la India en más de 30 años. Esto le dio a Modi poderes de los que sus predecesores sólo podrían haber soñado.

Durante su discurso de victoria, Modi dijo: “los días buenos se acercan. El viaje ha comenzado.” Este “viaje” tiene un gran significado geopolítico porque es uno que está alejando a la India aún más de Estados Unidos y Gran Bretaña y acercándola como nunca antes a Rusia, China y otros Estados asiáticos.

Apartados de Occidente, hacia Oriente

En 2005, EE UU revocó la visa de Modi con el argumento de que él había jugado un papel en uno de los episodios más sangrientos de violencia religiosa en la India. La violencia había tenido lugar en el Estado de Guyarat, donde Modi trabajaba en ese tiempo como jefe de gobierno. Los manifestantes indios mataron allí a más de 1.200 musulmanes y forzaron a otros 150.000 a huir de sus hogares. Modi fue acusado tanto de fallar en detener la violencia como de alentarla. Su participación nunca fue probada, EE UU impuso sanciones sobre él, y la UE rápidamente siguió su ejemplo.

Modi respondió al desaire occidental mirando al oriente. Desde entonces, él ha estado haciendo amigos y forjando alianzas con China, Rusia, Japón y otros países asiáticos. El South China Morning Post explicó que su ascenso como primer ministro de la India representaba un infortunio para EE UU y un favor para los poderes orientales: “Modi también es conocido por tener una inclinación oriental, con el nacionalismo asiático formando el centro de su cosmovisión. Además de China, eso también lo acerca a Japón y Singapur, con cuyos líderes ha logrado un buen entendimiento… Los intachables antecedentes conservadores de Modi y su abierta admiración por China han levantado en el pasado la expectativa de que él se convierta en una especie de Richard Nixon indio” (16 de mayo de 2014).

Nixon no es el único líder mundial con el que Modi ha sido comparado. El Diplomat lo llamó el “Shinzo Abe de la India” porque algunas de sus inclinaciones nacionalistas son similares a las del primer ministro japonés. El Economic Times de la India informó: “Muchos funcionarios chinos que han tratado con Modi lo comparan con su actual jefe Xi Jinping” (14 de mayo de 2014). Oneindia fue directo al punto, comparando a Modi con el mismo hombre grande de Asia: “[él es] el Putin de la India” declaró el sitio web. Su liderazgo de mano dura “podría revivir a la India como Putin lo hizo en Rusia [porque] Modi tiene una capacidad similar a la de Putin para transformar a la India en una potencia económica y militar a través de una serie de medidas y pasos difíciles, lo que ayudaría a la India a apalancarse y desatar su verdadero potencial” (6 de mayo de 2014).

Una amistad resistente

Modi ha hecho muy claros sus afectos por Rusia. Durante la cumbre de brics [Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica] en 2014, él dijo: “Incluso un niño en la India, si se le pidiera que dijera quién es el mejor amigo de la India, contestaría que es Rusia porque Rusia ha estado con la India en los tiempos de crisis”.

Una mirada a la larga historia entre India y Rusia revela porque él haría tal declaración.

Retrocediendo al siglo XVII, los mercaderes indios, en su mayoría de Sind y Multán, regularmente cruzaban hacia Rusia y comenzaron a construir los cimientos de las relaciones entre Rusia e India. Para comienzos del siglo XVIII, comerciantes indios estuvieron viviendo no sólo en la ciudad al sur de Rusia de Astracán, mucho más al norte hasta Moscú. Para 1900, los indios se habían dispersado a través de Kazán y San Petersburgo, y muchos habían sido asimilados. Parecía como si los pueblos de India y Rusia estuvieran en curso de construir un vínculo duradero.

Pero luego llegaron los británicos.

Gran Bretaña colonizó a la India en 1858 y trajo el Estado de derecho y la gobernabilidad al subcontinente. El domino británico estaba lejos de ser perfecto, pero sacó a millones de la miseria y la opresión. Su influencia también reemplazó la influencia rusa, alineando el subcontinente con Londres en lugar de San Petersburgo.

Los líderes rusos nunca fueron indiferentes ante la colonización británica de la India. Ellos fueron francos en su deseo de ver a los británicos expulsados de la India.

Vladímir Lenin, quien luego llegó a ser gobernante de la Unión Soviética, dijo en 1918: “No puede haber paz general sin una India libre e independiente… Nosotros, los revolucionarios rusos y los socialistas internacionales, sentimos nuestro deber alegrarnos con el anuncio de una revolución en la India, pero también al apoyar esta revolución por medios directos e indirectos y con todas nuestras fuerzas”.

Gracias en parte al apoyo soviético, el sentimiento anti británico echó raíces en toda la India.

El líder indio Mahatma Gandhi, el primer arquitecto del movimiento independentista de la India, reconocía a Rusia y su revolución como una fuente de inspiración para él: “Nosotros, también, podemos recurrir al remedio ruso contra la tiranía… Nuestros grilletes se romperán este mismo día si el pueblo de la India es unido y paciente, amando a su país y pensando en el bienestar de su patria, haciendo caso omiso de sus propios intereses… Nosotros también podemos mostrar la misma fortaleza que el pueblo ruso ha mostrado”.

Poco después de la revolución rusa de febrero de 1917, Gandhi dijo: “los ideales bolcheviques santificados por el sacrificio de tales espíritus maestros como Lenin no pueden pasar en vano”.

La lucha de la India continuó intensificándose, y en 1947 los británicos le concedieron la independencia. Los soviéticos no perdieron tiempo llenando el vacío y fomentando las estrechas relaciones con los recién independizados indios. De hecho, los rusos ya habían dado unos pasos importantes hacia la reconstrucción de los lazos entre Rusia e India incluso antes de que la independencia de India fuera oficial.

En abril de 1947, dos meses antes de la independencia, India y la Unión Soviética anunciaron el establecimiento de relaciones diplomáticas formales. Para 1951, India había adoptado el modelo económico del plan quinquenal de la Unión Soviética completo, junto con fuerte centralización con sabor comunista. Bajo esta estructura, el crecimiento y el progreso de la India fueron extremadamente lentos.

Oficialmente, la India estuvo no alineada durante la Guerra fría. Extraoficialmente, sin embargo, ambos lados la vieron como un país aliado de los soviéticos. Cuando EE UU se inclinó hacia Pakistán, el rival de India, las relaciones entre India y Occidente se volvieron aún más tensas. La camaradería entre Rusia e India dio un gran salto hacia adelante en 1974, después de que la India había conducido pruebas nucleares y la Unión Soviética emergió como la única nación importante en apoyar el derecho de la India a la “defensa propia”.

Durante esta época, la India se mantuvo débil. El modelo económico soviético ahogó su crecimiento y progreso. La nación sufrió de alto desempleo, corrupción rampante y prolongados periodos de estancamiento. ¡Pero la debilidad no duraría! 

Continúa en India: la otra potencia económica de Asia (segunda parte)

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