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Asia, East

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Asia en profecía (novena parte)

Russia y China en profecía: capítulo seis

Continuación de Asia en profecía (octava parte)

El Sr. Armstrong dijo que el tiempo de esta batalla es “no antes, sino después de la Segunda Venida de Cristo, después de que el gran Libertador ha venido y ha rescatado a nuestro pueblo y nos ha restaurado en la tierra de Israel, Después de que Israel y Judá son reunificados” (ibíd).

Es cierto que algunas de las hordas asiáticas se reunirán en Armagedón y serán destruidas durante el tercer ay cuando Cristo regrese, pero no todas. El restante de estas fuerzas descenderá sobre la tierra gloriosa poco tiempo después que ésta ha sido ocupada por los israelitas reunificados. Ésta será solo una tierra de aldeas en este punto, en los comienzos del Milenio.

¡Lo que está registrado en Ezequiel 38 y 39 es la última gran rebelión que esta Tierra experimentará en 1.000 años! (Habrá otra al final del Milenio cuando Satanás es desatado por poco tiempo, Apocalipsis 20:7-9.) A través de esta batalla, Dios no solo defenderá y librará a Su pueblo una vez más, ¡sino que Él hará una declaración final a toda la humanidad de que Él es el Eterno! Dios les probará a los israelitas, y a Gog y Magog, que Él pelea y gana nuestras batallas por nosotros. El pueblo que vive en Israel tendrá que depender totalmente de Dios para defenderlos y protegerlos. Dios aplastará por completo esta rebelión final contra Su gobierno.

La tremenda ira de Dios será sentida y presenciada por toda la Tierra (Ezequiel 38:18-20). Dios hará que las naciones airadas de Gog y Magog se destruyan a sí mismas (versículo 21). Una vez más Él pleiteará con la humanidad en el único lenguaje que parecemos entender: “Y yo litigaré contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él, sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él, impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre. Y seré engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy [el Eterno]” (versículos 22-23).

¡Vea la última parte de este pasaje! ¡A través de sangre, dolor y sufrimiento, Dios hará entender Su mensaje a la humanidad rebelde de que Él es el Eterno! Todas las naciones finalmente llegarán a este entendimiento. Todas las personas finalmente llegarán a conocer a Dios. Que profecía tan llena de esperanza.

Esto en sí mismo, fecha la profecía. Es al comienzo del Milenio cuando aún hay escépticos, aquellos que no aceptan el gobierno de Cristo; aquellos que no conocen a Dios. Cristo debe erradicar el espíritu de rebelión de la humanidad. Cuando Él lo hace, la humanidad, por 1.000 años, llegará a conocer finalmente a su Creador.

El capítulo 39 provee más detalle sobre la destrucción de Gog y Magog. Dios dice que aquellos que vengan a atacar a Israel serán destruidos. Él da esta advertencia específicamente a estas naciones, sin embargo, ellos aún vienen a pelear esta batalla. Dios debe nuevamente enseñarles una lección. “Y haré notorio mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo soy [el Eterno], el Santo en Israel” (Ezequiel 39:7). Dios logrará algo aquí que nunca había ocurrido en el pasado. Todas las naciones finalmente sabrán que Él es el Eterno. Sin embargo, considere el costo que la humanidad debe pagar para aprender esta lección. Nosotros podríamos aprenderla mucho más fácil si simplemente creyéramos en la palabra de Dios y nos sometiéramos a Su amoroso gobierno de familia ahora. ¿Por qué debemos aprender a través del dolor y el sufrimiento?

El número de muertos será incalculable. Dios quemará y destruirá sus armas de guerra. Él permitirá que Israel despoje a este pueblo derrotado. El pueblo de Israel será llamado a enterrar a los combatientes caídos. “Y la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para limpiar la tierra” (versículo 12).

Que lección la que todos nosotros tenemos que aprender. ¡Dios probará que Él es el Eterno y que Él solo posee el conocimiento de cómo alcanzar la paz duradera!

¿Cree usted?

Jesús dijo, “Porque estos son días de retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas” (Lucas 21:22). Dios está llevando a cabo un propósito aquí abajo. Hemos sido bendecidos con una advertencia por adelantado de los eventos que aún están por ocurrir y que darán forma a nuestras vidas por la eternidad. Dios nos da una elección: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” (Deuteronomio 30:19). Tenemos la elección de aprender una lección vital ahora por medio de la advertencia que Dios da en la profecía, o podemos aprender con el lenguaje que Dios tiene que usar para sacudir a este mundo para que entre en razón: ¡sangre y sufrimiento!

¡Dios quiere que elijamos la vida! Él no desea infligir Su ira, pero este mundo va a forzarlo a hacerlo así. ¿Creemos que todo esto va a suceder? ¿Escucharemos el mensaje de advertencia de Dios desde Su verdadera Iglesia? Individualmente, usted aún puede ser protegido de los horrores que vienen.

La historia muestra que los profetas y ministros de Dios casi siempre han permanecido solos. ¡Pero ellos se han mantenido con Dios!

¿Dónde se situará usted? 

Continuará...

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