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¿Qué está haciendo China en Xinjiang?

(GREG BAKER/AFP/GETTY IMAGES)

¿Qué está haciendo China en Xinjiang?

‘El poder político surge del cañón de un arma’

Desde 2017 China ha construido 380 centros de detención para musulmanes en la región de Xinjiang, de los cuales, según nuevas imágenes satelitales obtenidas por el Instituto Australiano de Política Estratégica, 14 aún están en construcción. La presión internacional llevó a China a declarar que su “programa de reeducación” de los musulmanes uigures en la región estaba disminuyendo ya que la mayoría de la gente había “regresado a la sociedad”. Pero en realidad, China está ampliando su programa de detención.

Uno de las infraestructuras más recientes se erigió en el oeste de China, en Kashgar. La construcción va a albergar al menos a 10.000 detenidos, la enorme instalación tiene un portón masivo de entrada, muros de 14 metros de altura y 13 edificios residenciales sin señales de identificación. En cambio, sus muros simplemente tienen una inscripción que cita a Mao Zedong, el fundador del Partido Comunista que fue responsable de la muerte de decenas de millones de chinos, que dice: “Mantente fiel a nuestra misión y aspiraciones fundacionales”.

‘Centros de reeducación’

Kashgar es considerada la capital de la cultura uigur. El hecho que el Partido Comunista Chino haya basado su campaña de genocidio cultural en Kashgar es un indicio de sus intenciones impenitentes.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, calificó la represión de los uigures por parte de China como la “mancha del siglo”. Según el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, a partir de 2018, China tiene hasta 2 millones de musulmanes uigures en campos de detención y “centros de reeducación”, en el mayor internamiento masivo de un grupo minoritario étnico-religioso desde los judíos en la Segunda Guerra Mundial.

Pero el gobierno chino lo ha calificado como la “Guerra Popular contra el Terrorismo” después de las protestas y disturbios mortales de 2009 en contra de la represión china hacia los uigures y otras minorías musulmanas en la región.

Y así, las minorías musulmanas son forzadas a someterse al adoctrinamiento político y proclamar su apoyo al gobierno chino; lo que algunos han llamado un lavado de cerebro sistemático. Y a medida que se alienta a la mayoría étnica Han de China a tener más hijos, cientos de miles de mujeres uigures están siendo esterilizadas a la fuerza y sometidas a abortos. Una de las principales razones por las que los uigures son enviados a los centros de detención es por tener tres o más hijos.

Y así, desde 2015, en las áreas uigures las tasas de natalidad se han reducido en más del 60%. Cayeron un 24% sólo el año pasado, en comparación con una caída del 4% a nivel nacional.

Esta esterilización masiva cumple con la definición de genocidio de las Naciones Unidas. Según los informes, el secretario Pompeo está sopesando etiquetar oficialmente las acciones de China como genocidas. A pesar de estas etiquetas y declaraciones de condena, China no sólo continúa con el programa de detenciones, sino que también lo amplía.

Sin final a la vista

Ahora, además de los 380 que China construyó durante los últimos tres años, China está construyendo otros 14 centros de detención para “reeducar” a los uigures y otros grupos minoritarios. Los recintos se encuentran a menudo junto a las llamadas escuelas de formación profesional, donde los detenidos son alimentados a la fuerza con propaganda del Partido Comunista y “desradicalizados”.

Sólo en el último año, el nuevo complejo de Kashgar es uno de 60 construidos. Estos centros de detención no tienen ningún tipo de características de rehabilitación, dijo el investigador del Instituto Australiano de Política Estratégica, Nathan Ruser. “Parecen más bien ser prisiones con otro nombre”, él dijo.

Las declaraciones de China que minimizan la “guerra contra el terror” parecen ser falsas. De hecho, China está aumentando el alcance de sus abusos contra los derechos humanos. Entre ellos destaca el trabajo forzoso al que han sido sometidos los uigures.

“Hacer que la gente difícil de emplear renuncie a sus ideas egoístas” fue la directiva del gobierno detrás de moldear a los grupos minoritarios de China en un ejército de trabajadores después de dejar los centros de reeducación. El objetivo principal es cambiar a las minorías de sus “formas perezosas arraigadas, laxas, lentas, descuidadas, libres e individualistas para que obedezcan reglas empresariales”.

Según el New York Times, el plan del presidente Xi Jinping es tener 1 millón de uigures trabajando en la industria textil para 2023. Actualmente hay alrededor de 1 millón de uigures en campos de concentración.

Sería fácil pensar que el gobierno chino alberga una antipatía singular hacia los uigures. Sin duda, el Partido Comunista eleva al grupo étnico Han por encima de todos los demás. Los uigures son considerados inferiores y tratados correspondientemente.

Pero Xinjiang también se encuentra en la “zona económica especial” de China como el mayor productor de gas natural de China debido a sus abundantes suministros de minerales y petróleo. Por lo tanto, es fundamental para la Iniciativa de la Franja y la Ruta, el esfuerzo cooperativo regional e internacional de China para crear una asociación comercial global entre Asia, Europa y África. También es hogar de la altamente avanzada instalación de armas de energía directa de China.

Además, más allá de los uigures, ya hay medio millón de tibetanos que China ha obligado a ingresar a campos de trabajo sólo en los primeros siete meses de este año. Estos centros también incluyen el adoctrinamiento, la vigilancia y los castigos por insubordinación.

El mundo ha estado en pie de guerra por los abusos contra los derechos humanos cometidos por China en Xinjiang. Han sido condenados y manifestados en su contra por muchos dirigentes que han hecho declaraciones denunciándolos y castigándoles. Sin embargo, China no sólo continúa por el mismo camino, sino que en realidad está intensificando sus esfuerzos.

Como dijo Mao Zedong: “el poder político surge del cañón de un arma”. En su artículo ”China: La fantasía del dictador”, el colaborador de la Trompeta Jeremiah Jacques escribió:

Una y otra vez, cuando a un gobierno humano se le da un enorme poder sin control, el genocidio, los abusos a la democracia y la política, la represión y violaciones atroces de los derechos humanos, son inevitables. (…) La Biblia revela que Xinjiang es sólo el comienzo, pues tales políticas y gobiernos autoritarios pronto dominarán al mundo.

Treinta y siete países, incluidos Rusia, Laos, Corea del Norte y las Filipinas, han defendido la “guerra contra el terrorismo” de China. Los regímenes autoritarios se apoyan y se respaldan entre sí, y en un grado u otro trabajan para aumentar su poder y control sobre los pueblos, tal como lo está haciendo China.

¿Qué está pasando?

Los tiempos de los gentiles

Durante Su ministerio terrenal, Jesucristo profetizó de este tiempo actual como “el tiempo de los gentiles” (Lucas 21:24). En Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, Herbert W. Armstrong demostró que la profecía bíblica sobre Israel se refiere principalmente a las naciones de Gran Bretaña y Estados Unidos de Norteamérica. Gerald Flurry, jefe editor de la Trompeta, ha explicado que las naciones no israelitas son las que Cristo llamó gentiles.

En su artículo “El colmo del gobierno del hombre sobre el hombre”, el Sr. Flurry escribió:

“Una vez que usted entienda quién es Israel, podrá ver cómo los gentiles (los pueblos no israelitas) ya han comenzado a mandar en el mundo. (…) La razón principal de que estos poderes se estén levantando hoy se remonta al vacío de poder creado por la debilidad; y por la desaparición de la fuerza de voluntad de EE UU”.

“Los gentiles tienen desprecio por la debilidad. (…) Reconociendo esta debilidad, China ha estado reafirmando su poder en el Mar del Sur de China y endureciendo su control sobre la gente de Hong Kong y Xinjiang. (…) A través de la historia, China a menudo ha seguido una política expansionista para conquistar, destruir, someter y esclavizar pueblos. En años recientes, EE UU ha actuado como que China ha cambiado pero aquella misma política está materializándose de nuevo, más fuerte que nunca”.

Se trata de poder, y Xinjiang es sólo el comienzo.

Ya vemos el apoyo que China y su forma de gobierno tienen en todo el mundo. A medida que se cumplan los tiempos de los gentiles, esto sólo se agravará. Estos tiempos no sólo afectarán a Xinjiang y al Tíbet, sino al mundo entero. A medida que la profecía se siga cumpliendo, los frutos de esta forma de gobierno serán evidentes para que todo el mundo los vea.

Para comprender completamente lo que estos tiempos presagian para toda la humanidad, lea “El colmo del gobierno del hombre sobre el hombre”. 

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