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La entrevista que sacudió a la familia real

(JOE PUGLIESE/HARPO PRODUCTIONS/GETTY IMAGES)

La entrevista que sacudió a la familia real

Una estadounidense que se convirtió en duquesa está atacando ahora al pilar de la institución británica a la que se unió.

El racismo en la familia real dejó a Meghan, la duquesa de Sussex, al borde del suicidio. Esa es la impresión que se dio en una entrevista de dos horas que el duque y la duquesa realizaron con Oprah Winfrey.

La entrevista, que se emitió en Estados Unidos el 7 de marzo, conmocionó al mundo con sus acusaciones de racismo en el corazón de la familia real británica. Meghan dio la impresión de que la única razón por la que su hijo Archie no es un príncipe es por el color de su piel. Ella dijo que estaba angustiada por la “idea de que el primer miembro de color en esta familia no tuviera un título de la misma manera que otros nietos sí lo tienen”. De hecho, la realeza odiaba tanto la idea de un príncipe negro que Archie no recibiría protección para su seguridad.

Harry y Meghan afirmaron que la situación estaba tan mal que casi mata a Meghan. Ella dijo que llegó al punto de “no querer seguir viva”. Se acercó a la familia real en busca de ayuda, dijo, pero no recibió nada: “Me dijeron que no se podía; que no sería bueno para la institución”.

Harry dijo que le preocupaba que Meghan terminara muerta. “Mi mayor preocupación era que la historia se repitiera, y lo he dicho antes en numerosas ocasiones, muy públicamente”, dijo. “Y cuando hablo de la historia repitiéndose, hablo de mi madre”. En realidad, él siente que la situación de Meghan era peor que la de Diana, la princesa de Gales. Era “mucho más peligroso, porque le añades la raza y las redes sociales”.

Las afirmaciones eran espantosas, condenatorias y explosivas. Y coinciden perfectamente con una narrativa que los medios de izquierda adoran. Y así, fueron tratados como un hecho irrefutable y ampliamente pregonado.

Mentiras demostrables

El New York Times afirmó: “La entrevista de Meghan y Harry demuestra que la monarquía debe terminar” (9 de marzo). Afirmó que la entrevista mostró “que la monarquía británica es una guarida tóxica de murmuración y racismo”. “No puedes convertir una botella de veneno en una bebida refrescante, no importa cuánto azúcar viertas en ella”, decía.

“Oprah Winfrey y Meghan Markle: Cómo dos mujeres negras derribaron cualquier fantasía que quedara sobre la monarquía británica”, fue el titular del Washington Post. “Markle puso al descubierto sus propios traumas para iluminar oscuras verdades sobre Gran Bretaña, la realeza—pero también, de forma más general, sobre la vida en una institución predominantemente blanca con un pasado racista”, escribió. “El racismo sigue filtrándose en todas las facetas de la vida real británica” (8 de marzo).

Políticos y celebridades apoyaron con entusiasmo a la ex pareja real. Hillary Clinton dijo que la “crueldad” de la prensa británica “en ir detrás de Meghan era simplemente indignante”. Joe Biden alabó el “valor” de la duquesa de Sussex. Beyoncé dijo, “Todos estamos fortalecidos e inspirados por ti”.

Aquellos que tomaron una postura opuesta fueron cancelados rápidamente. El anfitrión de un programa de entrevistas, Piers Morgan, perdió su trabajo después de que dijo que no le creía a la duquesa. El director ejecutivo de la Sociedad de Editores, Ian Murray, se vio obligado a renunciar después de defender a la prensa británica de las acusaciones de que su cobertura sobre Meghan era racista.

Todo ello a pesar de que las acusaciones de racismo son demostrablemente falsas. Las reglas sobre quién es o no un príncipe fueron establecidas por el rey Jorge v hace más de cien años. Los hijos de Harry no serán príncipes hasta que la Reina muera, sin importar con quién se casara. La pareja ni siquiera pudo mantener su propia historia respecto a este tema. El miembro supuestamente racista de la familia real se mantiene sin mencionar, por lo que no puede defenderse. Meghan dijo que esta persona tuvo “varias conversaciones” con el príncipe Harry mientras ella estaba embarazada sobre el color de la piel del bebé. Harry habló de una conversación que tuvo lugar antes de que él y Meghan se casaran.

Más allá de eso, para reforzar las acusaciones de que los británicos son racistas, el equipo de producción de Oprah tuvo que recurrir al fraude. Un tercio de los titulares que mostraron para probar este racismo vino de fuera del Reino Unido. Muchos de los otros habían sido manipulados para hacerlos parecer racistas cuando no lo eran.

El Lord Teniente de Londres, un hombre negro que fue nombrado por la Reina, escribió un artículo diciendo que, “En todos mis años de trabajar estrechamente” con la familia real “nunca me encontré con el más mínimo indicio de racismo. De hecho, en todo lo que ellos hacen, se esfuerzan por reparar las brechas, no crearlas” (10 de marzo).

No espere que esta perspectiva reciba alguna atención general. Los medios de comunicación tenían su narrativa, y están corriendo con ella.

Adoptando el radicalismo

La salida de Harry y Meghan de la familia real el año pasado ayudó a abrir la puerta para que el movimiento radical Black Lives Matter se extendiera al Reino Unido. A raíz del “Megxit”, los “expertos” en estudios de raza y género inundaron los medios de comunicación para explicar que la decisión de la pareja fue una reacción al racismo social. Good Morning Britain, This Morning, Newsnight, Question Time y muchos otros programas organizaron discusiones sobre los pecados de la nación contra la birracial duquesa de Sussex.

En nuestra edición de marzo de 2020, escribimos: “Esto parece un verdadero punto de inflexión para las relaciones raciales en Gran Bretaña. Nunca la idea de que Gran Bretaña fuera fundamental e institucionalmente racista había recibido tanto tiempo de emisión. (…) Ha habido una reacción pública contra todas estas afirmaciones, por lo que es demasiado pronto para saber adónde lleva esto. Pero si la crisis de la ‘abdicación de Meghan’ siembra semillas de división racial que echa raíces, esto podría causar un gran daño al país por mucho tiempo” (“La familia real divide a Gran Bretaña”).

En cuestión de meses, los manifestantes de Black Lives Matter estaban destrozando estatuas en las calles de Gran Bretaña. Sus críticas radicales a hombres como Winston Churchill fueron cada vez más aceptadas por universidades, escuelas y museos de todo el país.

Una vez fuera del país, la pareja apoyó públicamente a Black Lives Matter. En un mensaje de video del 1 de julio de 2020, sobre el que habría sido el cumpleaños 59 de su madre, Harry dijo que Gran Bretaña era racista y que el racismo es “endémico” en nuestras sociedades. “Mi esposa dijo recientemente que nuestra generación y las anteriores no han hecho lo suficiente para corregir los errores del pasado”, dijo. “Yo también lo siento”.

Días después, él se unió a Alicia Wallace—una “mujer queer feminista negra” y “defensora del anticapitalismo”, como ella se describe—y a otros para lamentar el racismo inherente en la Mancomunidad Británica. Él dijo que para la Mancomunidad “no hay manera de que podamos avanzar a menos que reconozcamos el pasado” y que hay “mucho más por hacer aún” con el fin de “corregir esos errores”. Habló sobre el “racismo institucional y sistémico” en la organización. “Por primera vez, gracias al movimiento Black Lives Matter (…) este es el momento en que la gente está empezando a ser escuchada”, dijo.

Recuerde, él no se refería al Imperio Británico, el que ha sido objeto de una tormenta de controversias durante algunos años. La Mancomunidad es una asociación libre de naciones democráticas que cualquiera puede dejar en cualquier momento. La secretaria general es una mujer negra. Y no había recibido mala prensa significativa, hasta que Harry la destrozó.

Mientras tanto, la organización que él apoya, Black Lives Matter, es un grupo marxista radical que se opone fundamentalmente a la civilización occidental. El sitio web de blm una vez declaró que ellos “perturban la familia nuclear prescrita por Occidente”. Sus líderes animan a la gente a resistir el “capitalismo blanco”.

Considerando que esta es la forma en que la pareja real piensa, no es de extrañar que se hayan insertado en el movimiento de izquierda radical de Estados Unidos. El Daily Mail escribió el año pasado que los Sussex recibieron consejos sobre su ruptura con la familia real del ex presidente Barack Obama y su esposa. Los Sussex “querían imitar la forma en que habían logrado construir una vida exitosa, pero digna para ellos después de la Casa Blanca”, escribió (10 de enero de 2020). Meghan pasó a compartir un escenario con la Sra. Obama durante una cumbre virtual de liderazgo de tres días llamada “Girl-Up”.

El presidente Obama jugó un papel enorme volviendo a Estados Unidos hacia la izquierda. Su presidencia acentuó las divisiones en la sociedad estadounidense. Y parece que él y su esposa jugaron un papel importante en separar a Harry del resto de la familia real.

La ex jefa de comunicaciones de Harry y Meghan, Sara Latham, fue asesora principal en la campaña presidencial de Hillary Clinton en 2016. La propia Sra. Clinton los visitó en su casa cerca del Castillo de Windsor el 12 de noviembre de 2019. Más tarde ese mes, los Sussex se fueron a Canadá para unas vacaciones de seis semanas para considerar su futuro.

En el período previo a las elecciones en EE UU, publicaron un video en el que le decían a la gente que votara por los demócratas. Desde entonces se ha revelado que Meghan tuvo una reunión con el gobernador de California, Gavin Newsom. Una de las celebridades que tuiteaba su apoyo a Meghan era Meena Harris—la sobrina de Kamala.

Tal politiqueo es un insulto para la realeza en Londres. Y ahora la división parece estar lista para empeorar aún más.

Por qué esto importa

Independientemente si ellos lo creen o no, la familia británica tiene una historia con Dios. Dios le prometió al rey David que siempre habría un descendiente suyo gobernando sobre parte de la nación bíblica de Israel. Esta promesa está detrás del extraordinario poder de permanencia de la familia real británica. En su libro gratuito Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, Herbert W. Armstrong demostró que la familia real británica es descendiente del rey David.

Lo que pasa alrededor del trono en Inglaterra importa. El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió: “¡Hay una conexión directa entre la injusticia que rodea al trono de David en Inglaterra y la muerte de Estados Unidos y Gran Bretaña! (…) ¿Cuán importante es ese trono para nosotros hoy? ¡Nuestro trabajo es decirles a las naciones de Israel que tienen el trono de David y que su destino está directamente ligado a la justicia o injusticia de ese trono! La ignorancia no es excusa” (Jeremías y la visión más grandiosa de la Biblia).

Usted puede ver esta verdad reflejada como consecuencia de la saga de Meghan. Sus acusaciones han sobrealimentado la idea de que la sociedad británica es fundamentalmente racista y ha destrozado gran parte de lo que queda de la arruinada reputación de la familia real.

Desde que el Sr. Flurry escribió eso, Dios ha dado importante nueva verdad sobre el trono. El Sr. Flurry escribió en 2018 que esta nueva verdad “era una señal de cosas terribles por venir sobre Gran Bretaña, así como un fuerte declive de Estados Unidos y Judá. También era un indicativo de que veríamos un rápido declive de la familia real de Gran Bretaña” (El nuevo trono de David).

Mire el declive que ha golpeado a la familia real desde entonces. Mientras estas últimas acusaciones hacen eco en todo el mundo, podrían precipitar a los países a abandonar la Mancomunidad de Naciones, o a rechazar a la Reina como jefe de Estado.

El historiador Andrew Roberts advirtió que podíamos ver años de oposición continua de los Sussex. “Hoy, los funcionarios del palacio estarán comprensiblemente preocupados de que el espectáculo de Harry y Meghan, transferido a California, sea dirigido consistentemente contra la Casa de Windsor, con más revelaciones, más acusaciones y una vida de conversaciones privadas que se revelarán lentamente. (…) descendiendo por ‘La ruta de Diana’ de oposición encubierta, no declarada pero evidente a la Casa de Windsor será fácil para los Sussex, ya que serán financieramente independientes con los tratos realizados con Netflix, Spotify y posiblemente Disney, mientras que su imagen de víctimas del siniestro y racista palacio los convertirá virtualmente en intocables para los medios estadounidenses”.

Lo que estamos viendo en Gran Bretaña son síntomas de un cambio profundo en la familia real. Y los efectos se están sintiendo en todo el mundo.

Espere que el movimiento Black Lives Matter se intensifique en el Reino Unido. Si la familia real es racista, entonces Gran Bretaña realmente es una institución racista y necesita un cambio radical. Espere que la popularidad de parte de la realeza, como el heredero al trono—el príncipe Carlos—continúe cayendo. Espere que la oposición al desestablecimiento de la Iglesia de Inglaterra se retire. Espere que la posición de Gran Bretaña en el mundo sufra.

Todo esto ocurrirá directamente debido a este cambio en la familia real de Gran Bretaña.

Es un cambio que usted necesita entender. La Biblia advierte de montañas de malas noticias a futuro para la realeza, los británicos y el mundo. Pero este cambio también revela una esperanza real y viva para todos. Puede leer acerca de este cambio en nuestro libro gratuito El nuevo trono de David


EL NUEVO TRONO DE DAVID

Un cambio dramático sobre cómo Dios está manejando este trono muestra cuán pronto ¡Jesucristo mismo estará sentándose en éste!