Reciba nuestro boletín gratis

La amenaza más letal para Estados Unidos

(SPENCER PLATT/GETTY IMAGES)

La amenaza más letal para Estados Unidos

La izquierda dice que es la supremacía blanca. La verdad es mucho peor.

Un hombre entró en el sistema subterráneo de la ciudad de Nueva York el 12 de abril con un chaleco verde del metro, una máscara de gas y llevando una bolsa de lona. Alrededor de las 8:30 de la mañana, detonó dos bombas de humo, sacó una pistola de 9 milímetros y disparó el arma 33 veces en un vagón lleno de gente durante dos minutos seguidos hasta que ésta se atascó. Diez personas resultaron heridas y el autor huyó.

En casi todos los informes, los medios de comunicación evitaron cuidadosamente identificar su raza. Prácticamente en todos los casos se le describió sólo como un “individuo” con un chaleco verde y una máscara antigás. En un artículo de casi 2.000 palabras sobre el ataque, el New York Times no mencionó su raza ni una sola vez.

Frank Robert James, un hombre negro de 62 años, es el sospechoso de haber disparado en el metro de Nueva York. Fue detenido tras 30 horas de persecución. El 6 de mayo, un gran jurado federal lo acusó de cometer un ataque terrorista en un sistema de transporte público. Si es condenado, podría pasar el resto de su vida en prisión.

Sin embargo, los medios de izquierda siguen esforzándose por evitar mencionar la raza de James, como viene siendo habitual en los casos en los que hay sospechosos negros involucrados. La razón que se aduce a menudo es evitar que se refuercen los “estereotipos negativos”. Es la misma razón por la que se informa tan poco de los crímenes entre negros.

No importa el hecho de que James haya sido arrestado nueve veces antes. Tampoco importa que los criminales negros son responsables del 51% de los asesinatos en Estados Unidos a pesar de que sólo representan el 13% de la población.

Esto contrasta con la reacción al asesinato de 10 personas en un supermercado de Búfalo, Nueva York, el 14 de mayo, a manos de Payton Gendron, un perturbado supremacista blanco. Antes de que se conociera el nombre o el motivo del tirador, los izquierdistas estaban listos para vincular sus reprobables acciones, no muy diferentes a las de James, al terrorismo, a su raza, a Fox News, a los conservadores y a los blancos en general. La reacción de Joe Biden fue muy distinta a la que tuvo frente a otros actos homicidas, como el ataque violento de James o aquel del año pasado cuando Darrell Brooks Jr. atropelló a 68 personas en Wisconsin. En el caso de Búfalo, Biden acudió personalmente a los tres días.

Biden dijo al Congreso en abril de 2021: “No vamos a ignorar lo que nuestras propias agencias de inteligencia han determinado: la amenaza terrorista más letal para la patria hoy es el terrorismo de la supremacía blanca. La supremacía blanca es terrorismo, y no lo ignoraremos”.

Ni siquiera hay que ser un criminal para ser tachado de supremacista blanco hoy en día. En muchos casos, basta con ser blanco.

En cambio, existe la creencia generalizada de que los negros no pueden ser racistas. Muchos en la izquierda dicen que el racismo inverso es un mito. Pero ¿es posible que parte de la delincuencia negra esté motivada por el racismo? ¿Existen, de hecho, supremacistas negros?

Un conjunto de pruebas cada vez mayor sostiene que sí.

Complicidad de los medios de comunicación

Como parte de la investigación sobre su motivo, han salido a la luz los contenidos de James en YouTube, Twitter y Facebook. Todas sus cuentas han sido eliminadas. Pero se han descubierto sus creencias, que son bastante oscuras.

El tema más consistente en sus videos era su creencia de que los blancos están a punto de decretar un genocidio sobre la población negra. Cree que la situación en Estados Unidos “no es diferente de lo que ocurrió en Europa con los judíos”. Pero mientras que los judíos tenían el apoyo de los Aliados, dijo a la comunidad negra: “El mundo entero está contra ustedes. (…) Y así, el mensaje para mí es: debería haber conseguido un arma y empezado a disparar…”. Esta es una línea clara de razonamiento y motivación. Los medios de comunicación, sin embargo, intentaron adelantarse a la verdad.

El New York Times escribió: “El Sr. James, que es negro, dirigió gran parte de su odio hacia los negros, a los que a menudo culpaba de la forma en que eran tratados en Estados Unidos”. cnn escribió que el discurso de odio “era un tema común en los videos de James, en los que reiteradamente propugnaba el odio hacia los afroamericanos”. La línea de los medios de izquierda era: como Frank James claramente odia a los negros, no puede ser racista. Por lo tanto, el racismo no era un motivo. También mencionaron su aparente antipatía por Kamala Harris y la recién confirmada jueza Ketanji Brown Jackson. Pero en un video, expresó claramente que su antipatía por ellas es simplemente porque son mujeres negras que se casaron con hombres blancos.

Frank James es un separatista radical. Cree que los blancos y los negros no deben tener “ningún contacto” entre sí. Cree que los blancos piensan que el “lugar legítimo de los negros es la esclavitud”. Cree que “necesitamos ver más tiroteos masivos”, para demostrar que “no se trata del tirador, sino del entorno en el que se encuentra, en el que tiene que existir”.

James da la impresión de ser un hombre al que le han dicho repetidamente que vive en un país racista, y que se lo ha creído.

Eso es exactamente lo que la izquierda dice sistemáticamente a los estadounidenses negros.

Un estudio del Washington Free Beacon encontró que los medios de comunicación mencionan mucho más rápido la raza de los asesinos blancos que la de los negros. El 50% de los artículos sobre un sospechoso blanco mencionan su raza en los tres primeros párrafos. Esto es sin tener en cuenta las historias sobre Kyle Rittenhouse o Derek Chauvin. Por el contrario, el 50% de los artículos sobre sospechosos negros no mencionan la raza sino hasta cuando la historia ha avanzado al menos un 60%, si es que lo hacen. Y estas estadísticas son de antes de la muerte de George Floyd.

Antes de las violentas protestas de Black Lives Matter de 2020, los medios de comunicación tenían el doble de probabilidades de mencionar la raza de un sospechoso blanco frente a la de un autor negro. Después de esos disturbios del verano, pasó a ser siete veces más probable.

Cuando las historias de los criminales blancos se sobredimensionan e incluso se fabrican, se crea una narrativa falsa y mortal. Y cuando las historias de criminales negros no se denuncian, una peligrosa tendencia queda sin identificar.

Nacionalismo negro

En sus cuentas de Facebook y Twitter, Frank James hizo varias publicaciones en apoyo a Black Lives Matter, al Ejército Negro de Liberación y a la Nación del Islam. Idealizó a los radicales que atacaban a los blancos. Publicó una foto de Micah Xavier Johnson, quien infamemente disparó y mató a cinco policías blancos de Dallas en 2016. Invitó a otras personas a seguir su ejemplo.

En otro video, defendió a Anthony Ferrill, quien disparó y mató a cinco compañeros de trabajo en una planta de Molson Coors el año pasado. Ferrill era “discriminado”, según James, y “hasta que no empezara a disparar a la gente”, nada cambiaría. “La gran mayoría” de los blancos son racistas, añadió.

A Frank James tampoco le importan mucho las otras razas. Parece ser que odia más a los blancos, pero también desprecia a los asiáticos y a los hispanos. Hace dos meses, publicó un video mordaz contra los “hispanohablantes” en su canal de YouTube. Usó insultos racistas, llamando a los hispanos “una fuga de recursos” y nada más que “máquinas” creadas para ser obreros.

No es casualidad que Sunset Park, el barrio que rodea la estación de la calle 36 donde se produjo el tiroteo en abril, sea una comunidad 39% hispana.

Frank James es un hombre perturbado. Sus videos están llenos de improperios, malicia y odio. Muestran un estado de agitación e inestabilidad interior.

Y también muestran que es un supremacista negro en todo el sentido de la palabra.

“El nacionalismo negro es la unidad negra”, escribió en una publicación. El efecto de su ideología está a la vista. Se le permitió publicar videos y declaraciones racistas durante años en las mismas plataformas de medios sociales que vetaron a un presidente de Estados Unidos en ejercicio.

La izquierda quiere que usted conozca a los supremacistas blancos, tanto los reales como los inventados. Quieren que piense que si estas personas son atacadas y silenciadas públicamente, la sociedad mejorará inconmensurablemente. Pero son los Frank James los que hay que conocer aún más. Sus historias apenas salen a la luz. Pero hay muchas personas como Frank James, y ya están haciendo un daño incalculable.

La amenaza más letal

En febrero, Quintez Brown fue acusado de intento de asesinato por entrar en la sede del candidato judío a la alcaldía de Louisville, Craig Greenburg, y abrir fuego. En noviembre pasado, Darrell Brooks atravesó con su coche un desfile navideño en Waukesha, matando a seis personas e hiriendo a docenas más. En abril de 2021, Noah Green mató a uno y mutiló a otro agente de la Policía del Capitolio tras embestir deliberadamente su vehículo contra dos coches de policía. En 2020, Grafton Thomas fue acusado de asesinato tras irrumpir presuntamente en una fiesta de Janucá con un machete. Mató a una persona e hirió a varias más.

Estos son sólo algunos de los muchos crímenes por motivos raciales de los últimos años. Como Frank James, todos estos sospechosos son negros. Al igual que James, sus historias fueron poco difundidas. Y como él, todos tienen algún vínculo con Black Lives Matter, el nacionalismo negro, el antisemitismo o gente como Louis Farrakhan. Todos son supremacistas negros.

La raza de una persona no la predispone a una serie de acciones o creencias concretas. Por eso es tan importante preguntarse por qué existen los supremacistas negros. La ideología de la izquierda proporciona la respuesta.

Vivimos en una sociedad en la que a los estadounidenses negros se les dice constantemente que son oprimidos. Se les dice reiteradamente que viven en un país racista. Se les dice que los blancos son intrínsecamente malos y racistas. Por eso se les dice que está bien que se amotinen. Se les dice que tienen que ser violentos si quieren ser libres. Ese es el tipo de ideología que puede llevar a gente como James al límite.

Pero nada de esto es nuevo para la izquierda radical. Los líderes, los medios de comunicación, todos conocen las estadísticas sobre los crímenes perpetrados por negros. Simplemente deciden no informar de ello. También saben que la supremacía blanca no es el problema que ellos plantean. Y, sin embargo, eligen llamarla “la amenaza más letal” para Estados Unidos.

La verdad es que hay una agenda en juego. Es una que es muy difícil de discernir. Pero un hombre, Herbert W. Armstrong, la discernió hace más de cinco décadas.

En la edición de marzo de 1969 de su revista La Pura Verdad, predecesora de la Trompeta, preguntó: “¿Por qué nuestra gente es incapaz de reconocer la línea comunista, el plan y la conspiración comunista, en los disturbios de los colegios y universidades, en la propaganda que acusa de ‘brutalidad policial’, en el ‘poder negro’, en las ‘panteras negras’ y en otros eslóganes, incluso en la ‘desobediencia civil’ y en los movimientos ‘no violentos’ de protesta que conducen a la violencia?”.

Los comunistas están obsesionados con la toma del poder, y lo harán a cualquier precio. Fomentarán la violencia y la agitación. Crearán narrativas falsas para provocar la ira. Suprimirán la verdad para asegurarse de que su agenda avanza según lo previsto. Prefieren que el país estalle en violencia y caos, incluso que sea destruido, si eso significa que pueden alcanzar el poder.

¿Estados Unidos invadido por comunistas?

Tras los disturbios del verano de 2020, el ex presidente Barack Obama defendió a los alborotadores. El Sr. Obama, un hombre negro elegido en dos ocasiones para el cargo más alto de Estados Unidos, culpó de los problemas de la nación al racismo institucionalizado y a la esclavitud, que calificó como el “pecado original de nuestra sociedad”. En aquel momento, el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió: “El Sr. Obama dijo anteriormente que el racismo está en el adn de EE UU. ¿Cómo se interpreta eso? Abraham Lincoln, quien a un alto costo aprobó una enmienda constitucional para terminar con la esclavitud, ¿tenía el racismo en su adn? ¿Qué pasa con los millones de hombres que lucharon en la Guerra Civil, y los más de 100.000 que sacrificaron sus vidas, en parte para terminar con la esclavitud? ¿Tiene el Sr. Obama alguna gratitud por lo que se ha requerido para lograr la actual igualdad en EE UU?” (la Trompeta, agosto de 2020).

El Sr. Flurry señaló lo mucho que habían mejorado las relaciones raciales en Estados Unidos durante el último siglo. El hecho de que un hombre negro haya sido elegido presidente es una prueba innegable. “Nunca se oye hablar de eso a estos hombres”, escribió el Sr. Flurry.

Usted nunca oye hablar de ello porque esta gente odia a este país. Odian sus principios e ideales fundacionales. Odian sus valores judeocristianos. Y por eso están decididos a destruirlo.

Pero este odio es mucho más profundo que un simple deseo de poder. En realidad es de naturaleza espiritual.

Mucha gente se burla de la existencia de un diablo. Pero la Biblia llama a Satanás “asesino” (Juan 8:44). También dice que él y sus demonios trabajan activamente “en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:2). “Estos espíritus malignos están provocando actitudes destructivas y acciones violentas”, continuó el Sr. Flurry. “Ellos están detrás de los asesinatos cometidos por policías, ¡y detrás de los asesinatos de policías!”.

Estados Unidos está bajo ataque. Satanás está detrás de todos los asesinatos y las mentiras de la izquierda radical. Él tiene una agenda para borrar el nombre mismo de Israel (2 Reyes 14:27). Sabe que si todo el país identifica erróneamente la amenaza más letal para Estados Unidos, no se darán cuenta de que la amenaza en realidad es su perniciosa influencia. Satanás asesina, miente, divide y destruye. Y él está nivelando todo su poder contra Estados Unidos de una manera que muy pocas personas se dan cuenta.