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Pixabay/skeeze

Edición especial: ¡Él tenía razón! (decimoctava parte)

¡Él tenía razón!: Estados Unidos ha ganado su última guerra

Continuación de Edición especial: ¡Él tenía razón! (decimoséptima parte)

“¡Él nos mantuvo fuera de la guerra!” aclamaron sus votantes más leales. El presidente Wilson estaba haciendo campaña para su reelección. Su lema de campaña: “el Presidente ha mantenido a Estados Unidos fuera de la guerra”. Bueno, a menos que usted no considere el hundimiento de barcos estadounidenses por submarinos alemanes como un acto de guerra. La reacción del Presidente Wilson había sido sólo una serie de notas escritas a mano, rogándole al Káiser que desistiera de dispararles a los norteamericanos.

Herbert W. Armstrong acudió a esa reunión de campaña en el otoño de 1916. Entre la multitud de los seguidores de Wilson, él se encontraba a no más de tres metros de distancia del ex presidente Teodoro Roosevelt.

“Él nos mantuvo fuera de la guerra”, escuchó el Sr. Armstrong al ex-presidente decir con menosprecio. “Yo fui presidente por siete años y medio”, continuó, “y si yo fuera presidente ahora, le enviaría al Káiser sólo una nota; y él sabría que hablaba en serio”.

Años después, el Sr. Armstrong contó esta historia a menudo porque ilustraba perfectamente lo que él había estado repitiendo durante décadas: que Estados Unidos había perdido la fuerza de voluntad de usar su poder. Poco después de la Segunda Guerra Mundial, él predijo que eeuu había ganado su última guerra.

Corea y Cuba

La Guerra de Corea fue la primera de una larga lista de victorias no logradas por eeuu. Cuando las hostilidades estallaron en 1950, el presidente Truman le dio el mando de las fuerzas estadounidenses al general Douglas MacArthur, héroe de la Segunda Guerra Mundial. Desde el comienzo, MacArthur podía cruzar el paralelo 38 e invadir Corea del Norte. Pero una vez que las fuerzas comunistas de China se unieron a las del Norte, eeuu retrocedió tambaleante. MacArthur instó fuertemente a Washington para que aprobara un ataque a gran escala sobre China, diciéndole a un congresista: “no hay sustituto para la victoria”. Pero su petición cayó en oídos sordos. El presidente Truman despidió a MacArthur en 1951, y la guerra finalmente se convirtió en un callejón sin salida, ambos lados sufriendo gran número de bajas.

La guerra en Corea puso fin a la carrera del último gran general de eeuu. También marcó el comienzo de una nueva era en la estrategia de guerra de eeuu — la guerra limitada.

El incidente de la Bahía de Cochinos es un buen ejemplo de esta nueva estrategia. El presidente Kennedy dio inicio a este desastre político y militar. En 1961, más de 1.400 exiliados cubanos, entrenados por la cia, desembarcaron en las costas de Cuba esperando detonar una revuelta popular. Pero sin el apoyo naval y aéreo de eeuu las tropas de Castro fácilmente aplastaron la rebelión. Casi todas las fuerzas invasoras inducidas por eeuu murieron en batalla o en las cárceles de Castro años más tarde.

Varios años antes de lo sucedido en Bahía de Cochinos, el Sr. Armstrong escribió en La Pura Verdad de enero de 1953 que eeuu debería haber echado a Castro y al comunismo fuera de Cuba. Al no haberlo hecho, entonces se preguntó: “¿Se dará cuenta eeuu que el haber dejado a Castro y al comunismo ateo a las puertas de norteamérica, va a seguir causándonos toda clase de problemas y hostigamiento?” De hecho lo hizo, un ejemplo más reciente es el de la controversia con respecto al niño refugiado cubano de seis años Elián González en el año 2000.

Después de la debacle en la Bahía de Cochinos, el Sr. Armstrong le atribuyó la culpa no a las fuerzas armadas de eeuu, ni siquiera al presidente Kennedy, ¡sino a los mismos estadounidenses! Él escribió en La Pura Verdad de octubre de 1961: “a menos que, o hasta que eeuu como nación se arrepienta, y regrese a lo que se ha convertido en una frase sin sustancia en sus billetes de dólar, ‘en Dios confiamos’, ¡Estados Unidos de norteamérica habrá ganado su última guerra!”

“¡Dije eso cuando no ganamos en Corea! … Lo digo de nuevo, ahora que el gobierno de Estados Unidos (el Presidente dio la orden) respaldó este fiasco en Cuba, y Dios, el Dios que eeuu ha abandonado, ¡le dio su más humillante derrota! ¿Qué significa la debacle cubana?”

“Significa, damas y caballeros de Estados Unidos, ¡que la sentencia está escrita sobre su pared!”

Fuertes palabras aquellas. Y qué tan ciertas, cuando uno considera lo que estaba a la vuelta de la esquina.

El ridículo en Vietnam

Ya en noviembre de 1961, La Pura Verdad había informado a sus lectores que era “casi seguro” que eeuu tendría que pelear una batalla mayor en Vietnam (comenzaron a enviar tropas allí en 1964). Mientras varias fuentes noticiosas podían haberse dado cuenta que una guerra en Vietnam era inminente, ninguna podría haber publicado este titular a principios de 1965: “¡Por qué eeuu no puede ganar la Guerra de Vietnam!” La Pura Verdad dijo esto sólo meses después de que las hostilidades estallaran.

El artículo señaló: “¡eeuu está decidido a no ganar en Vietnam! … El fallecido general Douglas MacArthur afirmó una vez: ‘a menos que una nación entre a una batalla con la victoria como su meta, está vencida antes de comenzar’. ¡Él tenía razón!”

“No se equivoque al respecto. A eeuu y a las otras naciones envueltas en apoyar a Vietnam del Sur les gustaría ganar. Pero temen tomar la acción necesaria para hacerlo”. Eso se imprimió en abril de 1965.

Un año y medio más tarde, el Sr. Armstrong escribió: “ee uu no está ganando. Sin embargo, la guerra ha estado aumentando enormemente durante 1966. La gente no ve resultados. La gente compara el tamaño y poder de ee uu con el de Vietnam del Norte, un pequeño país apenas del tamaño de uno de nuestros estados, como por ejemplo Florida. Ellos no pueden entender por qué eeuu (la nación militar más poderosa del mundo) no puede darle una paliza al pequeño Vietnam del Norte” (La Pura Verdad, enero de 1967). La guerra duró otros ocho años, terminando en una vergonzosa evacuación de oficiales estadounidenses, en helicópteros desde la azotea de su embajada en Saigón. Fue la guerra más larga en la historia de eeuu. Fue también su más humillante derrota. El historiador Paul Johnson la llamó un “colapso del poder estadounidense”.

Durante esos años, La Pura Verdad abordó repetidamente sobre otro efecto de la guerra de Vietnam: el honor internacional de eeuu. “Ninguna nación militarista puede operar una fuerza militar aceptando la derrota frente a un ataque del enemigo”, escribió el Sr. Armstrong, “con la excusa de querer salvar las vidas de los hombres que habían ofrecido sus vidas para proteger el honor y libertad de esa nación … ¿Cuántas vidas más se perderán en futuras batallas porque sus enemigos ahora estarán envalentonados contra una nación que teme luchar, exhibiendo la debilidad de anticipar sólo victorias fáciles?” (enero de 1969).

De hecho, la guerra en Vietnam le dio una buena paliza a la reputación de eeuu como superpotencia. La Pura Verdad hizo notar esto en la edición de febrero de 1978 y luego hizo esta sorprendente predicción: “Terminaron los días en que el poderío militar de eeuu sea usado para lograr lo que norteamérica estima que es correcto y adecuado … La influencia y el prestigio de eeuu están en rápido descenso. El orgullo de nuestro poder ha sido quebrantado. Rápidamente se aproxima la hora en que eeuu esté tan débil y tan temeroso de su propia sombra que, como predijo el profeta Ezequiel, la trompeta tocará la llamada a la batalla, pero ninguno responderá (Ezequiel 7:14)”.

Fue un augurio de las cosas que vienen. 

Continúa en Edición especial: ¡Él tenía razón! (decimonovena parte)

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