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Donald Trump

DREW ANGERER/GETTY IMAGES

Donald Trump es el mejor líder mundial desde Churchill

A finales de mayo de 1940, con las tropas británicas retrocediendo en gran escala a Dunkerque y Francia a punto de caer, el primer ministro británico, Winston Churchill, teniendo hasta entonces sólo dos semanas en su puesto, se enfrentaba a la decisión más importante de la guerra y de su vida: ¿Debería negociar un acuerdo de paz con “aquel hombre”?

Esta decisión se hizo considerablemente más difícil por el hecho de que sus colegas, liderados por el estimado secretario de Relaciones Exteriores, el vizconde Halifax, creían que Gran Bretaña debía negociar un pacto de paz. La presión sobre Churchill fue inmensa. Halifax y sus partidarios eran hombres de experiencia, elocuencia y un conocimiento extraordinario. Sus argumentos fueron persuasivos. Estos hombres eran “expertos”.

Afortunadamente para todos nosotros, Churchill rechazó el consejo de estos expertos. El 28 de mayo, en un discurso a los miembros del gabinete externo, él expuso su punto de vista sobre la rendición, concluyendo el mensaje con estas palabras que ahora perduran en la historia: “Si por fin, esta historia larga de nuestra isla va terminar, que termine sólo cuando cada uno de nosotros esté en el suelo ahogándose en su propia sangre”.

El rechazo del consejo de Halifax y su panel de expertos fue uno de los mejores actos de liderazgo que Winston Churchill haya exhibido.

A fin de cuentas, el liderazgo no se trata de tener un coeficiente intelectual o elocuencia. No se trata de ser excelente en la gestión de un comité o de dirigir personas con ideas afines. No es ser el chico (o chica) más ruidoso o más brusco del salón, o el más talentoso, sofisticado o creativo.

El liderazgo es poder ver lo que otros no ven, y luego ayudar a que otros vean lo que usted ve. Se trata de tener un conjunto de valores y principios claramente definidos y defenderlos a toda costa. El liderazgo toma todos los hechos, pruebas y opiniones de expertos, los destila y procesa racionalmente, y toma decisiones informadas, equilibradas, legales y sólidas que benefician a la mayoría. El liderazgo se trata de reconocer falsedades, amenazas y figuras políticas de mala reputación. Más que eso, los grandes líderes exponen y confrontan mentiras, engaños y corrupción, incluso cuando eso significa “[estar] en el suelo ahogándose en su propia sangre”.

El liderazgo involucra un sacrificio constante a una causa justa y noble. Winston Churchill, uno de los líderes más importantes de la historia, personificaba estas características.

Así también el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Tal afirmación suena ridícula en un mundo donde admirar a Donald Trump es ampliamente considerado un pecado capital. Algunos me acusarán de adoración al Presidente. Pero aquellos que lean hasta el final se darán cuenta que este artículo en verdad no se trata de Donald Trump.

Piense en esto. A lo largo de la crisis del coronavirus, el presidente de Estados Unidos criticó y cuestionó valientemente mientras que la mayoría de los líderes se remitieron tímidamente a los expertos (científicos activistas que presentaban modelos defectuosos) e influyentes sociales (los medios de comunicación). Trump no ha manejado la crisis a la perfección, pero sus instintos iniciales demostraron ser correctos. Él no ha tenido miedo de decir “No” a los expertos. Gracias casi exclusivamente al Presidente, Estados Unidos fue uno de los países más lentos en entrar al cierre de emergencia y es uno de los más rápidos en salir.

El liderazgo significa defender el principio y la verdad, incluso contra la oposición masiva y sin importar las consecuencias. Piense en la voluntad del Sr. Trump de defender lo tradicional de Estados Unidos, la Constitución y el estado de derecho, y los valores estadounidenses contra los ataques violentos de la izquierda radical. Él entiende a la izquierda radical mejor que la mayoría de la gente, e incluso que la mayoría de los conservadores. Él ve la verdad y las realidades que otros simplemente no ven. Incluso donde muchos toleran las mentiras e injusticias, y evitan la confrontación, el presidente de Estados Unidos se arremanga la camisa y aprieta los puños. ¡En Estados Unidos, él es el único líder de alto mando dispuesto a exponer y atacar a la izquierda radical!

La mayoría de los líderes de hoy usan lenguaje borroso y sin compromiso, se resguardan, divagan y ofuscan. Donald Trump clava su estándar en el mástil. Él dice la verdad tal como la ve, a veces ineludiblemente y sin tacto, pero siempre con franqueza y fuerza, y con claridad de propósito. En Gran Bretaña es un pasatiempo nacional intentar averiguar cuál es la posición del primer ministro Boris Johnson, en cuestión del encierre. Mis amigos en Estados Unidos siempre están al tanto del punto de vista de su líder.

El liderazgo significa inspirar a los seguidores a través de una crisis haciéndoles entender que usted cree en ellos. Mientras otros tratan a los ciudadanos como niños, aislándolos a sus habitaciones “por su propia protección”, Donald Trump ve al pueblo estadounidense como guerreros valientes. Él dice a menudo: “Tenemos que ser guerreros. No podemos mantener a nuestro país en cierre durante años. Tenemos que hacer algo”. ¿A quién no le encanta que lo llamen un guerrero?

Al igual que Churchill, Trump proyecta confianza y esperanza. En lugar de enfocarse en el pasado, él se concentra en los días brillantes que se avecinan. Mientras la nación se volvía loca, él escribió lo siguiente en un tuit el 16 de marzo: “Todos están tan unidos y trabajando tan duro. Es algo hermoso de ver. Aman a nuestro gran país. ¡Terminaremos siendo más fuertes que nunca!”

Una señal reveladora que indica que Churchill era un líder valiente y brillante fue la forma en que fue tratado por el establecimiento político y los principales medios de comunicación. Lo mismo pasó con Abraham Lincoln, Ulysses S. Grant y otros. Estos hombres a menudo fueron criticados por la élite sofisticada. Juzgando estrictamente por este estándar, Donald Trump podría ser uno de los mejores líderes que este mundo ha visto.

Churchill tenía muchos críticos, pero él no fue tan amplia, personal y viciosamente criticado como lo ha sido Donald Trump. El Presidente es implacablemente bombardeado con mentiras y achacado de ser corrupto. Desde el verano de 2016, él ha enfrentado una acusación tras otra (coludir con Rusia para manipular una elección, ser racista y sexista, acoso sexual, abuso de poder y obstrucción al Congreso). Ocasionalmente, las palabras que utiliza el presidente son imperfectas, pero sus palabras siempre son manipuladas y mal interpretadas. Cada persona, cada programa y cada política conectada a él son atacadas. Cada conferencia de prensa alimenta comportamientos salvajes. Él bien podría ser el líder mundial más odiado en la Tierra.

Pero nada de esto hunde a Donald Trump. No retrocede en pavor; no ha renunciado. Sigue siendo notablemente efectivo y productivo, incluso cuando sus enemigos lo atacan con un odio y una pasión asombrosa.

El presidente Trump es un líder verdaderamente extraordinario; quizás el líder mundial más extraordinario desde Churchill.

Pero debemos mantener esto en perspectiva. ¿Qué es lo que realmente hace que este hombre sea impresionante?

La fortaleza principal de Donald Trump es también su mayor debilidad. La épica auto confianza de este hombre (su confianza total en sí mismo), y su creencia de que es invencible le causará problemas masivos.

En Romanos 13:1, el apóstol Pablo escribe que “no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas”. A veces Dios respalda directamente y sanciona a líderes mundiales. En el caso de Donald Trump, la profecía bíblica muestra que Dios está detalladamente involucrado en su liderazgo y presidencia.

A menudo, durante los últimos años hemos explicado las profecías de Amós 7 y 2 Reyes 14 (si no está familiarizado con ellas, lea Great Again [Grande otra vez, disponible sólo en inglés], por el jefe editor de la Trompeta, Gerald Flurry). Estas profecías revelan que el presidente de Estados Unidos está llenando el papel de un Jeroboam II del tiempo del fin. Antiguamente, el rey Jeroboam II de Israel era un rey mucho muy exitoso. Este antiguo rey al igual que Donald Trump presidió un impresionante renacimiento material, político y militar en Israel.

Pero observe la fuente principal del éxito de Jeroboam: “Porque [el Eterno] miró la muy amarga aflicción de Israel; que no había siervo ni libre, ni quien diese ayuda a Israel; y [el Eterno] no había determinado raer el nombre de Israel de debajo del cielo; por tanto, [el Eterno] los salvó por mano de Jeroboam hijo de Joás” (2 Reyes 14:26-27). Claramente, Dios fue el Arquitecto Supremo detrás de los logros de Jeroboam II.

Lo mismo pasa hoy: ¡Dios es el protagonista de la historia continua y dramática de Donald Trump!

“Dios salvó a Israel ‘por mano’ del rey Jeroboam II”, escribió el Sr. Flurry en “Salvando (temporalmente) a EE UU de la izquierda radical”. “A pesar de las maldiciones bajo las que Israel estaba, y a pesar de la maldad personal de Jeroboam y los pecados de la nación, ¡Jeroboam terminó reinando por 41 largos años! (…) Este resurgimiento no fue a causa de alguna grandeza personal o habilidad de liderazgo por parte de Jeroboam. Fue porque Dios se compadeció de Israel en su aflicción. Fue porque Dios no deseaba que el nombre de Israel fuera borrado. ¡El resurgimiento fue porque Dios salvó a Israel!”

Al igual que Jeroboam, el Sr. Trump es un hombre carnal y profundamente pecador. Algunas de las acusaciones hechas en contra de él son precisas y justas. ¡Pero no debemos permitir que las imperfecciones de Donald Trump (a menudo exageradas por el odio terrible de los medios de comunicación) nos impidan ver que Dios lo está usando de una forma poderosa!

“¡Es crítico que nosotros entendamos el porqué de este resurgimiento!” continua el Sr. Flurry. “Dios Mismo está empujando hacia atrás las fuerzas inspiradas por Satanás ¡que hubieran destruido a esta nación! Él está exponiendo esas fuerzas para que así podamos verlas claramente. Y Él está usando a un hombre para salvar (temporalmente) a la superpotencia de Israel profético. A Estados Unidos”.

Por eso Stephen Flurry, el editor ejecutivo de la Trompeta, habla tanto acerca de Donald Trump, Barack Obama y el constante conflicto en su Trumpet Daily Radio Show. ¡Todo esto fue profetizado a suceder justo antes del retorno de Jesucristo! Estos eventos están proclamando que este suceso épico, ¡va a suceder pronto!

Si retiene algo de este artículo, debería ser esto: ¡Ultimadamente Dios es el responsable de los logros y del liderazgo del presidente de Estados Unidos! Dios está usando a este hombre para salvar a Israel por última vez. Después que esto haya sucedido, Israel y el mundo entrarán en un período de tiempo conocido como la “gran tribulación” (Mateo 24:21).

Donald Trump no entiende esto, y él es demasiado vanidoso para admitirlo, si es que lo entendiera. No cometa el mismo error. El presidente de Estados Unidos es un testimonio factible de la precisión fenomenal de la profecía bíblica y una confirmación diaria de la existencia de Dios. 

Boletín, AD