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Despierte a la amenaza de China

GARY DORNING/LA TROMPETA

Despierte a la amenaza de China

Esta nación busca el dominio mundial, y está haciendo un progreso impresionante en hacer realidad esa ambición.

“¿Q ue China se va a comer nuestro almuerzo? ¡Vamos hombre!”, dijo Joe Biden cuando estaba en campaña por la presidencia de Estados Unidos, ridiculizando declaraciones de Donald Trump. “Ellos no son mala gente, amigos. Pero adivinen qué. Ellos no son competencia para nosotros”.

Particularmente desde la elección nacional del 3 de noviembre de 2020, ha venido una avalancha de informes que exponen la peligrosa ingenuidad de esta declaración. Y muchos de ellos sugieren no sólo que Joe Biden lo sabía bien, sino que su ceguera a la amenaza de China es deliberada, arraigada no en compasión sino en arreglos y corrupción.

“Toda guerra se basa en el engaño”, escribió el famoso general chino Sun Tzu. “La excelencia suprema consiste en quebrantar la resistencia del enemigo sin pelear”. Parece que los actuales discípulos chinos de Sun están llevando a cabo sus estratagemas de guerra con un éxito sorprendente. Los hechos emergentes están exponiendo realidades que suenan como teorías de conspiración, realidades acerca de las actividades engañosas de la China comunista dirigidas a quebrantar la resistencia de sus enemigos sin pelear.

La ambición de China de dominar el planeta es cada vez más clara. En muchos sentidos, esto apenas ha sido un secreto. Su iniciativa de la Franja y la Ruta y su Banco Asiático de Inversión en Infraestructura están diseñados para desafiar y remplazar el papel central de EE UU en la economía mundial. Su “diplomacia de la trampa de la deuda” le ha dado ventaja sobre una serie de naciones en todos los continentes. Pekín está militarizando el Mar del Sur de China y tomando el control de puntos de paso estratégicos por todo el mundo. Las naciones en toda Asia están nerviosas trabajando para adaptarse a China, pues reconocen que ha reemplazado a EE UU como poder dominante en la región.

Sin embargo, informes recientes exponen los logros de China en cuanto a combinar estas acciones manifiestas con operaciones encubiertas. Exponen cómo miembros del Partido Comunista de China han infiltrado secretamente entidades extranjeras, trabajando en el mundo académico, en grandes corporaciones y gobiernos alrededor del mundo. Revelan a espías chinos seduciendo a funcionarios gubernamentales de alto rango con dinero y sexo. Muestran a los representantes federales estadounidenses usando el poder que se les ha confiado para beneficio político, financiero y personal. Muestran interferencia en las elecciones y literalmente jaqueo electoral. Y todo esto en el contexto de un virus que ha cambiado al mundo y que se desató desde China.

Que esta nación se enfocara agresivamente en la superpotencia dominante del mundo no debería sorprendernos. Pero el alcance de su éxito, y el hecho de que EE UU no sólo lo haya permitido, sino que parezca despreocupado, es terrible. De hecho, visto en el contexto de la profecía bíblica, es una señal potente de nada menos que un cambio global histórico ocurriendo frente a nuestros ojos: el final de la era angloamericana y el comienzo de un periodo corto y oscuro que marcará los años finales de la era del hombre.

Sorprendentemente, la mayoría de la gente permanece dormida ante esto, en gran parte debido a que las élites en la política, los medios de comunicación, los negocios y la tecnología —incluso Joe Biden— han priorizado los intereses personales sobre los intereses de su país. Ellos han sido comprados por China.

Además de las tendencias proféticas que esto destaca, también contiene una lección más amplia, una verdad profunda acerca de nuestra naturaleza humana y nuestra necesidad de Dios.

Infiltración

Un grupo de chinos que se oponen al régimen del Partido Comunista de China (PCCh) piratearon un servidor en Shanghái y en diciembre de 2020 expusieron las identidades y detalles de casi 2 millones de miembros del partido y de unas 79.000 delegaciones del Partido Comunista. La filtración desenmascaró a comunistas trabajando en posiciones poderosas y sensibles en negocios, tecnología, medios prestigiosos, defensa y política alrededor del mundo. Ellos trabajan dentro de grandes empresas como Boeing, Volkswagen, hsbc, anz y otras, así como en al menos 10 consulados. AstraZeneca y Pfizer, que estaban trabajando en las vacunas del covid, emplean 123 miembros del PCCh.

“La influencia maligna de Pekín ahora se extiende a casi todos los rincones de la vida británica, incluyendo firmas de defensa, bancos y gigantes farmacéuticos”, reportó el Daily Mail. Entre ellos se encuentra un alto funcionario del Consulado británico en Shanghái. Su sede también alberga oficiales de inteligencia de los servicios de seguridad del Reino Unido” (12 de diciembre de 2020).

Las lealtades de estas personas están dedicadas no sólo a China sino a la ideología, al partido y al presidente del Partido Comunista de China.

Esta revelación prueba que el mundo está lidiando con un enemigo resuelto e ingenioso, y que las naciones han sido muy relajadas respecto a protegerse contra el espionaje, el robo de propiedad intelectual y quién sabe qué más estarán haciendo estos comunistas.

Decenas de miles de ramas del Partido Comunista. Millones de miembros. Posiciones en áreas sensibles. Esto es sólo lo que recién estamos descubriendo. ¿Qué más no sabemos?

¿Acaso incluso esto será barrido bajo la alfombra, desestimado o “desmentido” por los medios estadounidenses? ¿Se preocuparán los líderes y la gente común de EE UU lo suficiente como para al menos exigir más información, por no hablar de lidiar con ella?

‘Tenemos gente en lo más alto’

Di Dongsheng es un profesor de economía en Pekín y un enlace con el Partido Comunista de China. Hablando en un evento presentado por el sitio web nacionalista chino Guan Video, el 28 de noviembre de 2020, este hombre soltó estas declaraciones explosivas: “La administración Trump está en una guerra comercial con nosotros, así que, ¿por qué no podemos encargarnos de la administración Trump? ¿Por qué entre 1992 y 2016 China y EE UU solían ser capaces de resolver toda clase de temas? No importaba qué clase de crisis encontrábamos (…) las cosas se resolvían en poco tiempo. (…) Arreglábamos todo en dos meses. ¿Cuál es la razón? Voy a lanzar aquí algo quizás un poco explosivo. Es simplemente porque tenemos gente en lo más alto. En la cima del círculo interno de poder e influencia de EE UU, tenemos nuestros viejos amigos” (énfasis añadido en todo el artículo).

Esta revelación prueba que el mundo está lidiando con un enemigo resuelto e ingenioso, y que las naciones han sido muy relajadas respecto a protegerse.

En otras palabras, la habilidad de China para influenciar al gobierno de EE UU comenzó con la administración de Bill Clinton en 1992. Este “viejo amigo” le dio a China algunas grandes victorias: él fue el primer presidente de EE UU en oponerse públicamente a la independencia de Taiwán, una nación que Pekín reclama como parte de China. También le otorgó el estatus comercial de Nación más favorecida, lo que supuso el envío de más de 3,7 millones de trabajos de EE UU a China. De acuerdo con Di, la influencia de China continuó durante las administraciones de George W. Bush y Barack Obama (y Joe Biden), y se detuvo abruptamente con Donald Trump.

“Hablando sin rodeos”, dijo Di, “durante los últimos 30 o 40 años, hemos estado utilizando el núcleo de poder de EE UU”; así que esto antecede a Bill Clinton. “Pero el problema es que después de 2008, el estatus de Wall Street ha declinado, y aún más importante, después de 2016, Wall Street no puede encargarse de Trump”. El régimen del PCCh ha estado utilizando el núcleo de poder de EE UU. Como veremos, la oposición del presidente Trump a China lo pone en oposición al “núcleo de poder de EE UU”, la “clase china” de EE UU.

“Durante la guerra comercial de EE UU y China, [Wall Street] trató de ayudar. Y yo lo sé; mis amigos del lado estadounidense me dijeron que trataron de ayudar, pero no pudieron hacer mucho”, continuó Di. Lo ha leído bien. Los poderosos inversionistas de Wall Street, la supuesta encarnación del capitalismo estadounidense, trataron de ayudar a los intereses del PCCh yendo contra los de la política “EE UU primero” de su propio presidente. “Pero ahora estamos viendo que Biden fue elegido. La élite tradicional, la élite política, la clase dirigente, ellos son muy cercanos a Wall Street. (…) Todos ustedes escucharon que Trump dijo que el hijo de Biden tiene empresas de valores por todo el mundo. Pero, ¿quién ayudó al hijo de Biden a levantar sus empresas globales? ¿Entienden? Aquí sí que hay transacciones de compra y venta”.

Este video fue borrado rápidamente de los medios sociales chinos, y se puede ver por qué. Sería difícil para los comunistas chinos explicar estas declaraciones. También sería difícil para la administración Biden-Harris explicar cómo el apoyo constante de Joe Biden al trato favorable hacia China (que se remonta a cuando él ayudó a la administración Clinton a abrir el comercio con el régimen chino) no está en función de la corrupción de su propia familia.

Los Biden

Reiteradamente Joe Biden ha dicho, “nunca he hablado con mi hijo acerca de sus negocios en el extranjero”. La evidencia del alcance total de estos acuerdos ha ido aumentando, así como la imposibilidad de que Joe Biden los ignorara.

Estos incluyen la participación del 10% de Hunter Biden y ser uno de los nueve directores de una firma de capital privado china llamada bhr Partners. Aunque su nombre suene bastante estadounidense, sus fondos vienen principalmente de instituciones pertenecientes al gobierno chino. Antes de las elecciones presidenciales de 2020, el inversionista Tony Bobulinski le dijo al presentador de Fox News Tucker Carlson que él estaba involucrado personalmente en una sociedad de inversiones con una empresa vinculada al gobierno chino y no sólo Hunter Biden, sino también Jim Biden y Joe Biden. Él dijo que el acuerdo incluía un préstamo de 5 millones de dólares a la familia Biden. También dijo que uno de los socios comerciales le indicó que mantuviera en secreto la participación de Joe Biden.

Crédito: MANDEL NGAN/AFP via Getty Images


Tony Bobulinski dijo que él estaba involucrado
personalmente en una sociedad de inversiones
con una empresa ligada al gobierno chino y no
sólo Hunter Biden sino también Jim Biden y
Joe Biden.

También antes de la elección, el 23 de septiembre de 2020, el Comité del Senado sobre Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales presentó un informe titulado “Hunter Biden, Burisma (empresa ucraniana de gas) y corrupción: el impacto en la política de gobierno de EE UU e intereses relacionados”. Entre sus hallazgos: Hunter Biden recibió un millón de dólares de un exfuncionario de Hong Kong; recibió 5 millones de dólares de una empresa de energía china vinculada al PCCh; y recibió un diamante de 2,8 quilates del fundador de la empresa, Ye Jianming, con quien se reunió en uno de los varios viajes a China bajo la protección del Servicio Secreto mientras su padre era vicepresidente. Ye Jianming también hizo negocios con Jim Biden. Correos de la computadora de Hunter Biden muestran que abrió una línea de crédito con el asociado de Ye el mismo día que la empresa de energía china anunciara un acuerdo de 9,1 mil millones de dólares con una empresa de energía del gobierno ruso. En otro correo aparece “el tipo importante” como accionista en el acuerdo de la empresa de energía china, al cual algunos han identificado como Joe Biden.

Información presentada el 5 de septiembre de 2020 por el Instituto de Contraloría del Gobierno (gai, por sus siglas en inglés) documenta la participación de Hunter Biden como director de una firma de inversiones en Shanghái, Bohai Harvest rst, que está involucrada en la venta de tecnología estadounidense al ejército chino. Cuando Hunter Biden era director, Bohai compró el fabricante de autopartes estadounidense Henniges. Dado que Henniges fabrica tecnología con aplicaciones militares, la venta tenía que ser aprobada, y lo fue, por la administración de Barack Obama y Joe Biden.

“Estos acuerdos no sólo hicieron ganar dinero a los Biden; tuvieron consecuencias potencialmente peligrosas para nuestra seguridad nacional”, destacó Peter Schweizer, quien hizo el video documental de gai, Riding the Dragón: The Biden’s Chinese Secrets (Montando el dragón: los secretos chinos de los Biden). “Hunter mantiene discretamente una participación en la empresa, una participación que vale millones de dólares, y que puede valer aún más a medida que prospera su sociedad con China”.

Todo esto trae una escalofriante credibilidad a la declaración de Di Dongsheng de que, “en la cima del círculo interno de poder e influencia de EE UU, tenemos a nuestros viejos amigos”.

Cuando esas “personas en la cima” están tan dispuestas a sacrificar los intereses nacionales e incluso la seguridad nacional por el enriquecimiento personal, se abren vulnerabilidades desastrosas. Y China está deseosa de explotarlas.

Dadas sus frustraciones por no ser capaces de “encargarse” de Donald Trump, ¿no esperaría que China tratara de asegurarse de que no lograra un segundo mandato? ¿Que trabajaría para asegurar la victoria de otro de sus “viejos amigos”?

¿Jaqueo electoral?

El año pasado, Robert O’Brien, asesor para la Seguridad Nacional de la Casa Blanca, advirtió que China estaba atacando la infraestructura electoral con ciberataques. Bloomberg News resaltó que el hardware chino en las máquinas de votación de EE UU era una amenaza para la nación. Un informe del 9 de enero de 2020, titulado “La tecnología china en las máquinas de votación se considera una amenaza emergente”, declaró: “La infiltración de países extranjeros como China en los equipos de votación electoral está surgiendo como una preocupación creciente entre los proveedores, que de hecho están pidiendo más regulación federal mientras lidian con la falta de proveedores nacionales que produzcan tecnologías críticas”.

Dominion Voting Systems es una empresa que proveyó máquinas electorales usadas en 28 Estados de EE UU, sirviendo a más del 40% de la población. Y resulta que esta empresa tiene fuertes conexiones con China.

En un testimonio ante el Congreso, John Poulos, director ejecutivo de Dominion, dijo que las máquinas de votación de su empresa estaban construidas con hardware chino “desde la pantalla en la interfaz hasta el nivel del componente del chip”. La abogada litigante Dana Jill Simpson alegó que Flex China fabricó las máquinas de Dominion en cooperación con Huawei Technologies, una empresa china con respaldo estatal que ha sido acusada de permitir la vigilancia por parte de Pekín.

Aunque Dominion tiene sede en Canadá, es propiedad mayoritaria de Staple Street Capital, una empresa de capital privado en la ciudad de Nueva York. Justo un mes antes de la elección, esta empresa recibió 400 millones de dólares de ubs Securities, un banco de inversiones suizo parcialmente propiedad del gobierno chino. “Un informe de ntd tv del 5 de diciembre mostró que tres miembros de la junta directiva de ubs Securities llc parecían ser chinos, incluyendo a Luo Qiang, Ye Xiang y Mu Lina, según la página del perfil de la empresa en Bloomberg”, reportó el Epoch Times. “Más tarde, esos nombres fueron borrados de la página del perfil, generando dudas de si la empresa realizó cambios después de los informes de los medios” (15 de diciembre de 2020). ubs se ha negado a responder preguntas sobre estos miembros de la junta, y Dominion ha eliminado las cuentas de LinkedIn de un tercio de sus empleados.

Las preocupantes conexiones de esta empresa son terriblemente serias. “China representa una mayor amenaza para la seguridad nacional de EE UU que cualquier otra nación, económica, militar y tecnológicamente. Eso incluye amenazas de influencia e interferencia electoral”, dijo John Ratcliffe, director de Inteligencia Nacional.

Considerando las intenciones de China y su historial, los estadounidenses deberían suponer lo peor e investigar como corresponde. Sin embargo, sorprendentemente, sólo una pequeña minoría parece preocupada. A pesar de la considerable evidencia de irregularidades, violaciones de la ley, manipulación y jaqueo, es abrumadora la presión e intimidación para simplemente seguir adelante y aceptar los resultados electorales. Muchos estadounidenses influyentes están más preocupados por un segundo mandato de Trump que por el jaqueo electoral de China.

Azul-Oro-Amarillo

Guo Wengui, un disidente chino exiliado y exmagnate empresarial, ha dicho que China tiene una estrategia global para el dominio mundial conocida como “bgy” (por sus siglas en inglés), iniciales de Blue [azul] (controlar la Internet), Gold [oro] (comprar influencia con dinero), y Yellow [amarillo] (seducir personas claves con sexo). Él dice que el plan es “arruinar a EE UU y asegurar que China controle el mundo” (myanniu.com, 5 de octubre de 2017).

La credibilidad de estas explosivas declaraciones sin duda se vio reforzada por las revelaciones de Hunter Biden, y aún más por los informes de espías literales del Ministerio de Seguridad del Estado del PCCh acurrucados con algunos de los principales líderes de la nación.

El Ministerio de Seguridad Estatal de China tiene una unidad dedicada únicamente a operaciones de infiltración, influencia e inteligencia política en California, Estado que no sólo cuenta con la población más numerosa y la economía más grande de EE UU, sino que se encuentra dominado por el Área de la Bahía y Silicon Valley, a su vez dominados por políticos demócratas. Los hilos Azul, Oro y Amarillo de la estrategia de China confluyen aquí de una manera imponente.

Hace dos años se demostró que un miembro del personal de la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la senadora de California Dianne Feinstein, era un espía chino. Durante dos décadas, Russel Lowe fue director de la oficina de la senadora Feinstein en San Francisco y sirvió como su enlace de California con la comunidad asiático-estadounidense. Este hombre era un conocido activista chino, habiendo participado en organizaciones de extrema izquierda de tendencia maoísta muy influyentes en la política de San Francisco. Una de ellas, Chinos por la Acción Afirmativa, “trabajó con otros grupos de influencia maoísta tales como la Asociación Progresista China para impulsar la línea de Pekín en Chinatown”, informó el Epoch Times. “Juntas, ayudaron a marginar al otrora dominante liderazgo anticomunista de Chinatown hasta el punto que la comunidad china de San Francisco ahora es sólidamente pro-China, junto con gran parte del liderazgo político no chino, incluyendo a Feinstein” (20 de agosto de 2018).

Crédito: Justin Sullivan/Getty Images


Eric Swalwell, miembro del Comité de Inteligencia
de la Cámara de Representantes, fue objetivo de
una mujer conocida como Christine Fang, una
agente de la Seguridad Estatal china que había
estado trabajando por años como agente
encubierto en EE UU.

En diciembre de 2020, salió a la luz que el congresista de California Eric Swalwell, otro miembro del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, había sido objetivo de una mujer conocida como Christine Fang. Esta mujer había puesto al menos a un pasante en la oficina de Swalwell y desarrollado una relación personal con él. Ella también era agente de la Seguridad Estatal china, trabajando durante años como agente encubierto en EE UU.

Así que, estos espías chinos están haciéndose amigos de miembros del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes. ¡Imagine la reacción de los demócratas y de los medios si estos congresistas fueran republicanos! Pero ellos son demócratas. ¿Cuál fue la reacción de la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, cuando la gente exigió que le quitaran a Swalwell el acceso a la inteligencia de EE UU?

“No tengo ninguna preocupación por el Sr. Swalwell”.

Ninguna preocupación. Esa es la respuesta general frente a toda la evidencia del espionaje y la infiltración china. ¿Por qué? El Centro de Estudios Estratégicos ha reunido una lista de 147 casos de espionaje chino reportados públicamente contra EE UU en la última década. ¿Por qué esto no es tema de interés nacional urgente? Los datos del gobierno muestran que cerca del 30% de los estudiantes extranjeros en EE UU son nacionales chinos, es decir, unos 340.000. Estos estudiantes pagan el costo de matrícula completo, así que las universidades son adictas al flujo de ingresos. Sin embargo, oficiales de inteligencia dicen que este grupo ha proporcionado muchos reclutas de espías para China. ¿Por qué tanto descuido con algo tan potencialmente ruinoso?

¿Por qué los demócratas, los medios de noticias, los gigantes tecnológicos y muchos otros están en sintonía entre sí, y en gran medida, con el Partido Comunista chino? ¿Qué más no sabemos, aún, acerca de la infiltración de China en el escenario nacional?

John Ratcliffe, quien tiene acceso a más inteligencia que cualquier otro miembro del gobierno además del presidente, dice que el problema es aún peor de lo que parece.

La clase china de Estados Unidos

En un editorial de opinión del Wall Street Journal del 3 de diciembre de 2020, Ratcliffe escribió: “Si yo pudiera comunicarle una cosa al pueblo estadounidense desde esta posición privilegiada, es que la República Popular de China representa la mayor amenaza para EE UU hoy, y la mayor amenaza para la democracia y la libertad en todo el mundo desde la Segunda Guerra Mundial. La inteligencia es clara: Pekín intenta dominar a EE UU y al resto del planeta económica, militar y tecnológicamente”.

¡Ese es el objetivo de China! Y no se necesita un montón de informes clasificados para verlo.

En reacción a las noticias de espionaje chino, el senador Josh Hawley dijo: “Hemos visto a los políticos de Washington y la clase dirigente de Washington D. C. mirar hacia otro lado con China durante años y años. (…) No es como que no hubieran sabido que los chinos han llevado a cabo actividades de espionaje contra EE UU. Se sabe que ellos están usando las empresas tecnológicas para espiar a los estadounidenses, tratando de utilizar esa información contra nosotros. No es como que no supieran que las políticas comerciales y otras políticas económicas que practicamos con China han sido ruinosas para los trabajadores estadounidenses. Ellos han sabido todo eso. Simplemente no les importa. A Washington D.C. no le importa y sigue sin importarle”.

Esta es una observación devastadora, pero trágicamente cierta: políticos de alto nivel, periodistas, ejecutivos de la tecnología, empresarios, profesores, actores e incluso atletas profesionales adoptan habitualmente la misma opinión en realidad procomunista, lo cual es una medida del éxito de las estrategias de China, que usa la propia codicia, egoísmo y falta de visión de los estadounidenses contra ellos mismos.

Estos esfuerzos han creado lo que el analista Lee Smith califica como “la clase china de Estados Unidos”, un sector de las élites que se deben de una manera u otra al dinero e influencia chinos. Y ellos, como Di Dongsheng, ansían quitar el obstáculo a las relaciones con China —un presidente que se ha rebelado efectivamente contra un “Estado profundo” que está traicionando los intereses de EE UU en favor de poderes extranjeros como China— asegurándose de que los “viejos amigos” regresen al poder.

“La clase china de EE UU, propietaria de las plataformas en las que se comunican los estadounidenses, ha emprendido una implacable campaña de guerra informativa contra [el presidente Trump] a través de sus redes sociales y sus prestigiosas marcas mediáticas”, escribió Smith para Tablet. Estas élites están inundando los medios de noticias y las redes sociales con desinformación “para proteger sus intereses fundamentales, siendo el principal de ellos la mano de obra china barata y el acceso a los mercados chinos. (…) Las élites políticas y corporativas estadounidenses no escogieron decrecer. Escogieron enriquecerse. Al enviar la base manufacturera de EE UU a China, aprovecharon una oportunidad de negocio nunca antes vista, una enorme fuerza laboral cautiva controlada por un régimen autoritario que garantizaba la producción estable de bienes a una fracción de lo que costaría en casa” (15 de septiembre de 2020).

Cuando a usted sólo le preocupa el dinero, hacer acuerdos con China es la oportunidad de su vida. No hay otra nación tan grande, con una fuerza laboral tan subyugada. Esa es la ventaja competitiva de China.

Por esta razón grandes empresas como la nba están dispuestas a censurar y despedir a sus empleados por criticar a China. Hace dos años, un empleado que manejaba la cuenta de Twitter del Marriott International le dio un “me gusta” a un tuit de un grupo separatista tibetano que había elogiado al Marriott por incluir el Tíbet como un país separado de China. El gobierno chino respondió bloqueando el sitio web y la aplicación móvil del Marriott por una semana. El Marriott volvió a la normalidad, publicando una disculpa servil y despidiendo al empleado, por un clic del mouse.

La mayoría de las empresas de cine y del entretenimiento en EE UU se autocensuran preventivamente para asegurar que su producción será aprobada por los censores comunistas chinos. Después de todo, si no los apaciguan, se quedan sin mil millones de clientes potenciales. Disney incluso filmó una película en Xinjiang, la provincia donde China está encarcelando a los musulmanes uigures a escala masiva. La colaboración con Pekín fue tan íntima, que los créditos de la película agradecieron a ocho organizaciones gubernamentales chinas, incluyendo una que está en la lista negra del gobierno de EE UU por su papel en el abuso contra los uigures.

Casualmente, el Hollywood Reporter dice que el director ejecutivo de Disney en ese tiempo, Bob Iger, encabeza la lista de deseos de Joe Biden para un puesto de embajador clave, posiblemente en China.

La advertencia de Amós

A muchas, muchas de estas élites sólo les interesa el dinero. Pero a algunos también les interesa la ideología, y encuentran atractivos el socialismo y el comunismo. Está de moda condenar con autojusticia la esclavitud en EE UU de hace cientos de años, y no importarles que sus zapatos sean hechos por mano de obra esclava virtual y real en China. “Las élites culturales estadounidenses (Hollywood, deportes, arte, etc.), quienes explotaron el cada vez más grande mercado chino con sus productos, proveyeron cobertura a la cohorte de la clase china con mensajes que encajaban con la propaganda del PCCh”, continuó Smith. “¿Quiénes eran los estadounidenses para juzgar a una gran y antigua civilización como la de China por encarcelar disidentes y esclavizar a la minoría uigur? ¿No tiene EE UU su propia historia de esclavitud y prisioneros políticos? Es racista proteger los empleos estadounidenses. Esos trabajos no van a regresar y no hay nada que hacer al respecto, como dijo Barack Obama…” (ibíd.).

Esta situación no sólo es desastrosa, es profundamente vergonzosa porque fue posible gracias a la corruptibilidad de los propios estadounidenses. Y no sólo entre un pequeño grupo de líderes. Es cierto, los estadounidenses no obligan a sus líderes a prostituirse con las grandes corporaciones por dinero, a involucrarse en acuerdos de negocios en el extranjero, a tomar sobornos, a vender la política exterior estadounidense, a usar su poder para ganancia personal. Pero lo hemos permitido. Nuestro carácter moral débil lo ha permitido.

Como nuestros ancestros en la Biblia, EE UU está fatalmente debilitado no por balas o bombas, sino por el pecado.

Antiguamente, durante el tiempo del rey israelita Jeroboam ii, el profeta Amós condenó a los líderes codiciosos que priorizaban sus intereses egoístas y se enriquecían mientras afligían al pueblo de Israel (Amós 6:1-6). Este pueblo, “dilató el día malo”, actuando como si su estilo de vida lujoso fuera a durar para siempre e ignorando las amenazas a la nación. Dios advirtió a través del profeta Amós que los asirios invadirían, ¡y que estas personas serían las primeras en ser llevadas cautivas!

Hoy, esta misma actitud infecta a EE UU, especialmente entre la clase política que está vendiendo el poder industrial y la riqueza de recursos del país a naciones extranjeras para obtener ganancias. Cegados por la codicia, ignoran las amenazas a la nación. El presidente Trump ha trabajado para controlar la clase política y pelear por los intereses estadounidenses. Pero su campaña para hacer a EE UU grande otra vez durará poco si los estadounidenses no se arrepienten de los pecados que llevaron a la nación a este punto.

Como el jefe de redacción de la Trompeta, Gerald Flurry, ha explicado, el presidente Trump es un rey Jeroboam ii del tiempo del fin (lea su artículo destacado sobre este tema en latrompeta.es/articles/posts/salvando-temporalmente-a-ee-uu-de-la-izquierda-radical). Al igual que a ese rey antiguo, Dios lo está usando para salvar temporalmente a la nación de la destrucción (2 Reyes 14:27), tal como Dios advierte, “no lo toleraré más” (Amós 7:8). Esta es la última oportunidad de EE UU para arrepentirse. Por esa razón Dios se está asegurando de que tanta corrupción gubernamental sea expuesta: Él está tratando de despertar a la gente del mal que nos rodea, y de la lamentable fragilidad de nuestra sociedad y civilización pecadoras, ¡para impulsarnos al arrepentimiento!

‘El tiempo de los gentiles’

Los estadounidenses y los británicos son descendientes del antiguo Israel. Esto significa que las profecías bíblicas del tiempo del fin acerca de Israel se aplican principalmente a EE UU y Gran Bretaña hoy. Esas profecías muestran claramente que el apogeo de nuestro poder ha pasado, y que nuestra destrucción se acerca.

Hace décadas, incluso antes de que EE UU estableciera relaciones diplomáticas con la China comunista en 1979, el fallecido Herbert W. Armstrong advirtió que un factor importante que despojaría a EE UU de sus bendiciones sin precedente histórico y dadas por Dios, sería su infiltración por fuerzas comunistas. “No estamos peleando contra una sola nación en una guerra militar, sino contra un gigantesco ejército mundial vestido de civil, disfrazado de partido político, ¡que busca conquistar el mundo con un tipo de guerra totalmente nuevo!”, escribió en 1956. “Es un tipo de guerra que no entendemos ni sabemos cómo afrontar. Utiliza todos los medio diabólicos para debilitarnos desde adentro, minando nuestra fuerza, pervirtiendo nuestra moral, saboteando nuestro sistema educativo, destrozando nuestra estructura social, destruyendo nuestra vida espiritual y religiosa, debilitando nuestro poder industrial y económico, desmoralizando a nuestras fuerzas armadas y, finalmente, después de tal infiltración, ¡derribando nuestro gobierno por la fuerza y la violencia! ¡Todo esto astutamente disfrazado de partido político inofensivo!”.

La advertencia del Sr. Armstrong se enfocó en los esfuerzos de desmoralización de la Rusia comunista. En los años posteriores, muchos de estos esfuerzos han sido llevados a cabo por el aliado comunista de Rusia, China, que ha ampliado aún más sus ataques contra el poder industrial y económico de EE UU. Aun así, las advertencias del Sr. Armstrong sobre los peligros del comunismo resultaron correctas. Él identificó exactamente cómo opera el comunismo, y EE UU ha sido víctima de su éxito. (Solicite nuestro folleto gratuito He Was right [Él tenía razón], y lea el capítulo titulado “La infiltración comunista a EE UU fue profetizada” [solo disponible en la edición en inglés]).

Crédito: Bettmann/Getty Images


Bajo la administración de Biden-Harris,
la clase China en EE UU correría rampante,
y la última fuerza que le queda a la Nación
desaparecería rápidamente. Pero en este
momento, el hombre de quien China no
puede “encargarse” está conteniéndola.

Dios reiteradamente advirtió a Israel que no abandonara Su ley ni acudiera a los extranjeros en busca de prosperidad, protección y guía. Por ejemplo, Isaías 2:6 hablando de Dios, dice: “Has dejado a tu pueblo, la casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de extranjeros”. EE UU ha cometido el mismo pecado. En lugar de confiar en que Dios los bendiga y defienda, nuestro pueblo ha reconocido y comerciado con dictadores comunistas, e incluso ha invitado a profesores comunistas desde China y otras naciones para enseñar a generaciones jóvenes de estadounidenses y británicos. Esto ha corrompido a nuestra juventud, ha minado nuestra economía y ha debilitado fatalmente a nuestra nación. La propia ingenuidad, codicia y deslealtad de los estadounidenses nos ha hecho fatalmente vulnerables al sabotaje por parte de naciones extranjeras.

¡Debemos levantar la vista de nuestros dispositivos hechos en china y ver esta realidad! “Si nos detenemos a pensarlo, China haciendo todo eso, realizando todos estos acuerdos y pagando todo ese dinero, ¿cuál es su objetivo? ¿Cuál es su ambición?”, preguntó el Sr. Flurry en un programa de La llave de David. “En verdad debemos ver ahí una fuerte motivación para apoderarse del mundo, para conquistarlo, y algunos de los líderes chinos también le dirán eso” (“Times of the Gentiles”, 20 de marzo de 2018).

El título de ese programa de televisión apunta a la profecía cuyo cumplimiento inicial estamos presenciando ahora. Al terminar el dominio de EE UU, el mundo entra en lo que Jesucristo llamó “los tiempos de los gentiles” (Lucas 21:24). Este es un periodo oscuro y violento, cuando las naciones no israelitas gobiernan el mundo.

La Biblia profetiza que una de estas potencias dominantes será una superalianza asiática encabezada por Rusia y China. La otra será una potencia europea brutal, una resurrección del Sacro Imperio Romano medieval.

¡La profecía predice que estas dos superpotencias trabajarán juntas temporalmente para derrocar a EE UU! Isaías 23:3 describe un “emporio de las naciones” que controlará el comercio mundial y excluirá a EE UU y a otras naciones israelitas (incluyendo Gran Bretaña, Israel y otras naciones angloparlantes). EE UU ya estará débil, desgarrado por la división y turbulencia interna, haciendo este asedio económico mucho más devastador.

‘Noticias del Oriente’

El detalle de las profecías bíblicas sobre “los tiempos de los gentiles” es asombroso. Daniel 11 especifica que la superpotencia europea (“el rey del norte”) destruirá al poder islámico radical (“el rey del sur”) y se abrirá paso por Oriente Medio. Luego, esto: “Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá con gran ira para destruir y matar a muchos” (versículo 44).

“El rey del norte, el sacro emperador romano, escuchará noticias preocupantes del oriente y del norte”, escribimos en nuestro folleto Rusia y China en profecía. “Estas noticias vienen después de que el rey del sur ha sido destruido. ¡Vienen del eje asiático! El sacro emperador romano estará intranquilo por lo que están haciendo los rusos y los chinos”.

“Antes de que la Tribulación comenzara, este emperador estaba cooperando con los rusos y con los chinos para asediar económicamente a las naciones anglosajonas. Pero quizás él oye rumores de que el eje asiático está planeando invadir Norteamérica y conquistarla por su propia cuenta. (…) Independientemente de cuáles sean exactamente las noticias, la Biblia es clara en que será el Sacro Imperio Romano el que invade sin ayuda a Norteamérica. ¡Y este pasaje es claro en cuanto a que estas noticias provocarán que el emperador salga con gran furia para destruir!”.

Esta es una versión moderna de Israel siendo conquistado por Asiria, ¡la Alemania moderna! La destrucción será horrible, y los sobrevivientes serán esclavizados.

Y todo esto podría ser desencadenado por el éxito de China en debilitar a EE UU, asediándolo y preparándose para atacarlo directamente.

Bajo la administración de Biden-Harris, la clase [de políticos simpatizantes de] China en EE UU correría rampante, y la última fuerza que le queda a la Nación desaparecería rápidamente. Pero en este momento [artículo escrito antes de enero 2021], el hombre de quien China no puede “encargarse” está conteniéndola, como también está profetizado en la Biblia. Dios da a nuestras naciones profecías específicas acerca de nuestras debilidades, nuestros pecados y sus consecuencias. Dios incluso usará a un líder audaz como el presidente Trump para salvar a EE UU (aunque sólo temporalmente) con el propósito de hacer Su obra, advertir a la Nación y al mundo, ¡y dar a los lectores como usted la oportunidad de arrepentirse y volverse a Dios!

¡Mire la realidad a su alrededor! ¡Preste atención a las advertencias de la profecía! Y tenga esperanza: la misma Biblia que nos muestra lo que es realmente la naturaleza humana y cómo arrepentirse de ella, y que profetiza en detalle las consecuencias de nuestras decisiones, también profetiza que estos terribles eventos ocurrirán justo antes del único evento que puede borrar nuestros gobiernos humanos corruptos y nuestra naturaleza humana corrupta: ¡el regreso de Jesucristo!


RUSIA Y CHINA EN PROFECÍA

La posición de Estados Unidos como la única superpotencia mundial se está desvaneciendo rápidamente. Otras naciones y grupos de naciones están en la disputa por llenar ese vacío. Desde el oriente, está surgiendo un bloque de poder con un potencial enorme, tanto en número de hombres como en influencia económica y poderío militar. Su creciente presencia está intensificando la competencia global por los recursos y la influencia geopolítica. ¿A dónde conducirá esta tendencia? ¡Usted puede saberlo! ¡La profecía bíblica provee una extraordinaria y aguda visión por anticipado del futuro de Asia!