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China continúa obligando a los uigures a realizar trabajos forzados

China continúa obligando a los uigures a realizar trabajos forzados

Los trabajos forzosos del Partido Comunista Chino contra las minorías uigures se han intensificado, según documentos revelados el 9 de mayo por Adrian Zenz, un destacado académico sobre las políticas represivas de Pekín. El documento, publicado originalmente en 2019 por el llamado Grupo de Trabajo para el Alivio de la Pobreza en Kasghar, China, decía que se tomaban medidas forzosas para asegurar que “vagos, borrachos y otras personas con motivación interna insuficiente” participaran en campañas para recoger algodón en la región china de Xinjiang.


El documento muestra que las autoridades del condado chino de Yarkand estaban recopilando listas de los “desmotivados” a finales de 2019, que incluían a personas de hasta 77 años. Estas personas fueron enviadas a otros condados para trabajar en campos de algodón como solución a su “pereza”.

Esto que se considera ociosidad en los uigures se ve como un riesgo de seguridad nacional y por eso la urgencia en 2018 y 2019 de empujar a los uigures a todo tipo de trabajos se ve como una cuestión de seguridad nacional (…) y, por supuesto, esta urgencia crea un nivel de coerción muy fuerte.

—Adrian Zenz

Explotación política: Zenz explicó que los indicadores utilizados por la Organización Internacional del Trabajo no han logrado combatir eficazmente el trabajo forzoso uigur porque sólo tienen en cuenta la explotación comercial y no la política. “Estos indicadores fueron diseñados para medir el trabajo forzoso en empresas o sectores económicos individuales”, dijo. “Son en gran medida inadecuados para evaluar el mecanismo clave que sustenta el trabajo forzoso patrocinado por el Estado, especialmente en Xinjiang, donde los objetivos estatales de movilización coercitiva son principalmente políticos”.

Sin las herramientas adecuadas necesarias para que la comunidad internacional exija cuentas a China, “los objetivos económicos y políticos a largo plazo de Pekín en Xinjiang podrían significar que las movilizaciones laborales forzosas en el sector de la recolección del algodón y otras industrias afines podrían persistir durante mucho tiempo”, advirtió Zenz.

En otras palabras, Pekín no sólo busca mano de obra barata cuando los funcionarios de Xinjiang obligan a los uigures a trabajar. Más bien, se trata principalmente de una campaña política para que estos uigures se sometan al dominio del Partido Comunista de China.

Imposible de rastrear: es extremadamente difícil para las empresas extranjeras saber si se está utilizando la mano de obra forzada. Los relatos de testigos presenciales son casi imposibles de comprobar. La mayoría de estos trabajadores permanecen en entornos vigilados, aunque no hayan sido acusados penalmente. En algunos casos, los trabajadores forzados son niños a los que se les dijo que parte de su plan de estudios era ir a los campos a recoger algodón.

Además, los programas de trabajo de Xinjiang ya no se limitan a las fábricas o granjas de la región. Occidente ha estado debatiendo la posibilidad de imponer una prohibición a las exportaciones de Xinjiang para evitar el trabajo forzoso. Sin embargo, durante los últimos años, incluso las fábricas situadas fuera de Xinjiang han estado empleando a uigures que han sido expulsados por la fuerza de su tierra natal.

La profecía dice: China seguirá explotando a los uigures y a otras minorías y obligándoles a someterse. Esto forma parte de los esfuerzos del Partido Comunista Chino por dominar a China, su periferia y más allá. Durante su ministerio, Jesucristo habló de “los tiempos de los gentiles”, una era en la que poderosas naciones gentiles como Rusia y China serán las principales potencias mundiales (Lucas 21:24).

En “¿Qué son los tiempos de los gentiles?”, el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió: “Estos ‘tiempos de los gentiles’ aún no se han cumplido plenamente. Sin embargo, estamos en los bordes exteriores de esta tormenta catastrófica”. La trágica represión de los uigures es sólo un anticipo del sufrimiento profetizado que provocarán los gentiles.

Para saber más, lea ‘Ellos quieren que el mundo se someta a China’.