Reciba nuestro boletín gratis

HWA Portrait

La Trompeta

Autobiografía de Herbert W. Armstrong: La primera visión de una Obra mundial

Capitulo 40: La primera visión de una Obra mundial

Continuación de Autobiografía de Herbert W. Armstrong: ¡La Pura Verdad es revivida!

Los “años de escasez” continuaron hasta 1938 y la década siguiente. Fue una lucha y dificultad constante. El crecimiento parecía muy lento. Sin embargo, visto hoy en retrospectiva, la expansión ha sido consistentemente rápida. Los reveses ocasionales eran desalentadores. Pero los adelantos fueron mucho mayores que las caídas.

Para junio de 1938, cuatro años y medio después de que la Pura Verdad comenzara como una “revista” mimeografiada, las dos primeras ediciones impresas finalmente se habían producido. Los archivos antiguos, examinados más recientemente, han demostrado que la edición de mayo a junio de 1938 no fue en realidad la primera, sino la segunda edición que salió de una imprenta real. Estas sólo eran ediciones de ocho páginas. Hasta entonces, todas las ediciones se habían “planchado” manualmente con un antiguo Neostyle de manivela, ancestro del mimeógrafo.

Pero el costo de producción de esas dos ediciones impresas nos arrojó a un hoyo financiero nuevamente. Así que regresamos a la vieja y frágil Neostyle y produjimos a mano una edición combinada de julio-agosto de 1938, la que finalmente fue enviada por correo el 28 de julio de ese año.

Nuevas instalaciones necesarias

A medida que la Obra se expandía durante 1938 y 1939, algunos elementos de nuevo equipamiento se volvieron de vital necesidad. No me refiero a artículos de comodidad sino a necesidades absolutamente esenciales.

Según los estándares usuales para una oficina, podríamos haber pensado que necesitábamos una mejor oficina con luz solar y ventilación, o podríamos haber pensado que unos archivadores modernos de acero eran una necesidad. Yo aún estaba usando cajas de cartón, obtenidas gratuitamente de una tienda de comestibles como recipientes para guardar los archivos de correspondencia. Podíamos haber pensado en escritorios de oficina para trabajar, aunque fueran de segunda mano, eran necesarios. Pero logramos trabajar esos años, sobre unas mesas viejas que encontramos en nuestro pequeño y mal ventilado cuarto de oficina de 5 dólares al mes.

Pero cuando el viejo y anticuado Neostyle finalmente se desgastó, al grado de trabarse y dejar de funcionar por causa de su antigüedad, nosotros aún nos veíamos obligados a producir la Pura Verdad a mano en aquel ejemplar de mecanismo primitivo, entonces un nuevo mimeógrafo se convirtió en una absoluta necesidad; o sino, la Pura Verdad tendría que dejar de publicarse y morir de muerte natural junto con el Neostyle.

Así que el 4 de febrero de 1939, 5 años después del primer número de la Pura Verdad, una carta a nuestros pocos colaboradores decía: “Tengo que decirles a ustedes que estamos muy seriamente necesitados de un mimeógrafo nuevo. El que teníamos dejó de funcionar recientemente y estamos produciendo esta edición de la Pura Verdad bajo dificultades. Yo puedo obtener un buen mimeógrafo usado por 65 dólares, casi nuevo y que durará varios años, pero capaz de sacar la gran cantidad de trabajo que es necesario en esta oficina. No tenemos ni un centavo disponible para este mimeógrafo, a menos que algunos de nuestros amigos puedan enviar una ofrenda especial adicional, tan sólo para este propósito”.

Una carta a los colaboradores (encontrada en un viejo archivo), fechada el 5 de abril de 1939 decía: “Finalmente, después de muchas demoras inevitables, les estamos enviando la Pura Verdad. Esta edición va para cerca de mil nuevos lectores. Aún está mimeografiada porque no tenemos los suficientes fondos para imprimirla como lo hicimos en dos ediciones del año pasado. Es una tarea tremenda, y prácticamente todo el trabajo lo hacen la Sra. Armstrong, nuestra hija Beverly quien es secretaria de oficina, y yo”.

A pesar de la oficina sin ventanas, con falta de luz y ventilación, con falta de escritorios, de gabinetes archivadores y equipo de oficina, ¡la Obra estaba creciendo! La circulación de la Pura Verdad estaba creciendo. No pudimos sacarla cada mes; hubo sólo siete ediciones en 1938. El número de junio fue el tercero durante 1939. Se publicó tan a menudo como había suficiente dinero para papel, tinta y dinero para estampillas. Sin embargo, esta pequeña “revista” mimeografiada estaba siendo leída por unos pocos miles de personas, y 100,000 escuchaban en la radio cada semana el mismo evangelio que Cristo mismo predicó, además de que hubo campañas evangelistas casi continuas con hasta cientos que asistieron.

¡Las pocas monedas de diez centavos, veinticinco y de a dólar estaban produciendo frutos que iban a durar por la eternidad!

Pero ahora nuestro carro viejo de segunda mano estaba a punto de dejar de funcionar y morir de vejez y mucho uso.

En la parte inferior de esa carta del 5 de abril de 1939, encuentro esto: “Otra seria necesidad es un nuevo carro. El actual de cinco años está en el garaje de Albany por falta de una cuenta de reparación de 50 dólares. Dependemos totalmente de nuestro carro para transportar a seis de nosotros (los cantantes y yo) a Portland y regresar para la transmisión del domingo. Tenemos que conducir como 960 kilómetros cada semana (como 4.000 km al mes) para la Obra de Dios. El carro actual no aguantará más. Estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos para hacerlo”.

Esto se refería al carro usado Graham modelo 1934 que habíamos comprado como resultado de la carta de la Sra. Starkey, enviada el 21 de diciembre de 1937. Pero no pudimos tener otro carro hasta 1941. A ese viejo Graham se le fundían las bielas cada varios miles kilómetros. Pero con las visitas semanales a Seattle, el carro estaba destinado a sufrir un castigo real, ¡antes de que pudiéramos reemplazarlo!

Dios ha prometido suplir todas nuestras necesidades; pero durante estos años fueron sin duda necesidades básicas, no deseos, y las necesidades no fueron siempre tan grandes, como nos parecían a nosotros.

¿Cuántos de nuestros lectores, hoy, se dan cuenta de cuánto más que las necesidades básicas están disfrutando? ¡No muchos han tenido que luchar junto con verdaderas necesidades básicas, como lo hicimos durante esos años de escasez!

La Unión Europea y la guerra, previstas

La edición de febrero-marzo de 1939 de la Pura Verdad contenía otro artículo sobre la venidera resurrección del Imperio Romano. Hemos advertido a nuestros radio escucha de este evento profetizado desde el primer año que estuvimos al aire en 1934. Hemos declarado esta profecía desde 1934 en la Pura Verdad. Esta edición llevaba un mapa de página completa que yo esbocé y tracé sobre la plantilla del mimeógrafo, mostrando el territorio del imperio romano original.

Este mapa incluía cuatro de las puertas marítimas que controlan el acceso marítimo a todo este territorio. El artículo destacaba el cumplimiento de la profecía de Génesis 22:17 y 24:60, enseñando como EE UU y Gran Bretaña eran los poseedores de las puertas marítimas de naciones enemigas. Esto era parte de la dominación nacional prometida a Abraham para sus descendientes. Pero el artículo también señalaba que nuestros pueblos, desde que recibieron este derecho de primogenitura, se han alejado de nuestro Dios, que nuestros pecados nacionales han aumentado y que Dios va a tener que castigar a nuestras naciones con invasión, cautividad y esclavitud por la mano de este venidero imperio romano resucitado. Estas cuatro puertas marítimas vitales, explicaba el artículo, le deberán ser quitadas a Gran Bretaña antes que el poder de la “bestia” (el Imperio Romano revivido) pueda levantarse. Gran Bretaña, desde entonces, ha perdido el Suez y no ejerce ningún control real sobre los otros tres.

Esta tremenda profecía fue cumplida, en la forma de la insignificante “sexta cabeza de la bestia”, por Mussolini, poco después que este artículo apareciera. ¡Pero la absolutamente importante séptima y última “cabeza” está siendo formada hoy, ante nuestros propios ojos! Es el levantamiento del mercado común en Europa, del cual 10 naciones o grupos de naciones en última instancia ¡se combinarán para formar una nueva Unión Europea!

Durante marzo y abril de 1939, cerca de 1.000 nuevas solicitudes fueron recibidas para suscripciones anuales de la Pura Verdad. ¡La Obra estaba creciendo!

La edición de agosto de 1939 de la Pura Verdad, contenía un artículo titulado: “La guerra mundial podría venir en seis semanas”. La guerra comenzó el primero de septiembre.

En un artículo de la Pura Verdad de noviembre de 1939 sobre “La guerra europea”, un párrafo o dos podrían ser interesantes:

“Finalmente, recuerden que esta guerra es simplemente una reanudación de la guerra mundial. En lo que respecta a los acontecimientos actuales, no se menciona directa y específicamente en las profecías bíblicas. Pero, sin duda, está allanando el camino para los eventos profetizados.

“Una de dos cosas podrían suceder: 1) Los aliados podrían ir y aporrear a Hitler, posiblemente con la ayuda de Estados Unidos y posiblemente Italia; 2) Italia podría irse del lado de Alemania: el sector de la batalla se desplazará de inmediato hacia el Mediterráneo, especialmente Egipto (la puerta del Canal de Suez) y Palestina (como se describe con mapas en la Pura Verdad de febrero-marzo)”.

La lucha cuesta arriba en el crecimiento de la Obra que aumenta constantemente (a pesar de las instalaciones inadecuadas y falta de respaldo financiero), continuó hasta el año 1940 y durante esa década siguiente.

La Pura Verdad de marzo de 1940 fue la primera desde noviembre de 1939. Esta aún era mimeografiada. La circulación era de 2.000 copias. Más de 100.000 personas estaban escuchando el mensaje semanalmente. Los costos estaban siendo sostenidos con 300 dólares al mes, incluyendo nuestra vida familiar de menos de 85 dólares al mes.

Los chicos crecen

Mientras tanto, nuestros cuatro hijos estaban creciendo. Las dos niñas ahora tenían 20 y 22 años. Los niños 10 y 11, Dick casi 12. Para los varoncitos, esta es la edad más feliz que cualquier persona disfrute jamás, creo yo. Seguro que lo que las chicas disfrutan no tiene comparación.

Recuerdo muy bien cuando tenía 11. Mi única hermana, Mabel, murió ese año de un ataque de meningitis espinal a la edad de 9. Sin embargo, un año después mi hermano Dwight Leslie y su hermana gemela Mary Lucile nacieron. Durante estos años, con otros chicos de la misma edad, practiqué la lucha libre, estos fueron los días de nuestros “héroes” Frank Gotch y “Granjero” Burns; íbamos a nadar, a patinar en invierno, a andar en trineo, cavamos cuevas. Teníamos ratones, hurones blancos, y probablemente nos metimos ranas en los bolsillos. Yo montaba bicicleta por todas partes.

A los 11 y 12 años, un niño tiene pocas responsabilidades (se dedica principalmente a la “diversión”); sin embargo, él no se salva de las decepciones, humillaciones y sufrimientos dolorosos. Pero sus problemas son mucho más serios para él que para su papá, mamá u otros adultos.

He contado cómo nuestro hijo menor me dio un gran beso, y cuando le pregunté qué buscaba ahora, respondió que fue por elegir a la mejor madre del mundo. Solo que yo no la “escogí”, ambos siempre hemos sabido, de alguna manera, que Dios nos eligió el uno para el otro. Pero si nuestros hijos tuvieran “la mejor madre del mundo”, ella sería la mejor, excepto por solo una o dos cosas.

Una, que nuestros hijos tenían una madre que quería que ellos nadaran, sólo que ella no quería que ni se acercaran al agua hasta que hubieran aprendido a nadar. Este problema era mucho más grave para los jóvenes en crecimiento de lo que mamá jamás supo.

Durante el verano de 1940 regresábamos a Eugene por la autopista McKenzie a lo largo del río McKenzie, que fluye rápidamente. Los muchachos querían pescar un poco. Finalmente, después de mucho rogar, nos detuvimos en una tienda de pueblo, compramos un pequeño rollo de hilo de pescar, algunos anzuelos y una botella de huevos de salmón.

Nuestra hija mayor, Beverly y su prometido, Jimmy Gott, iban con nosotros; Jim cortó dos grandes “cañas de pescar” de un árbol de sauce y ató los hilos para cada una de estas.

A partir de aquí, dejaré que mi hijo más joven cuente para ustedes en sus propias palabras la experiencia humillante que él y su hermano Dick sufrieron, todo por causa de la “mejor mamá del mundo”.

“Estábamos de camino de regreso a Eugene de un viaje, creo que al hogar de los Blemis o hasta Belknap Springs, pero, en cualquier caso, en la autopista McKenzie”.

“Dick y yo (creo que fui yo principalmente) suplicamos y suplicamos; y finalmente paramos en una tienda de pueblo y compramos un pequeño rollo de hilo de pescar, algunos anzuelos y un frasco de huevos del salmón”.

(“Bev y Jim estaban con nosotros, recuerdo definitivamente, porque Jim nos cortó dos grandes varas como ‘cañas de pescar’ y le ató los hilos a cada una)”.

“Entonces, fuimos cuidadosamente guiados sobre las rocas, junto a profundas piscinas que se arremolinaban a través de las áreas socavadas, hasta el borde del poderoso McKenzie corriendo en uno de sus puntos más rápidos y profundos”.

“Sabiendo sólo un poco sobre la pesca, sabía que tenías que llevar el anzuelo a donde estaban los peces. No teníamos plomos ni pesas, ni líderes en nuestras líneas, ni carretes, por lo que el lanzamiento era imposible”.

“Mamá escogió el lugar que era el más seguro, en vez de dejarnos ir donde pensábamos que podríamos encontrar algún pez. Nos sentamos allí, con una expresión agridulce en nuestros rostros, con el hilo corto, un diminuto anzuelo dorado para un sólo huevecillo rojo brillante de salmón, saltando frenéticamente en la superficie de grandes corrientes de toneladas de agua azul y blanca, ¡en la orilla de una de las secciones más veloces, profundas y turbulentas a lo largo del río McKenzie!”

“No había ni la más mínima ni remota oportunidad de pescar una trucha bajo esas condiciones, y ambos lo sabíamos, pero al menos... ¡estábamos seguros!”

Sin alucinaciones

El 2 de abril de 1940, tuve que escribir a los colaboradores: “La única forma en que he logrado mantener la Obra andando, ha sido a través de sacrificio personal, tomando dinero destinado para el sustento familiar, dejando que mi familia sufra. Una de mis hijas ha tenido que dejar de ir a la escuela; estamos a punto de perder nuestra casa. Nos hemos quedado sin ropa muy necesaria. Podría decirle más, pero no quiero hablar de nosotros mismos, nuestro Padre celestial lo sabe. Estamos dispuestos y contentos de hacer cualquier sacrificio. Pero el punto es que ahora hemos llegado al FINAL, a menos de que la ayuda sustancial llegue de inmediato. La Obra no puede ser apoyada por este método de sacrificio personal por más tiempo. Mientras sólo éramos nosotros quienes sufríamos, no dije nada. Pero ahora la Obra del Señor se detendrá a menos que ayuda sustancial llegue rápidamente. Por el bien de la Obra, debo apelar a nuestros colaboradores. Me moriría de hambre, antes de pedir un centavo como caridad para mí. Pero estoy dispuesto a humillarme de cualquier manera por el bien del evangelio”.

Durante los primeros años de este ministerio, como he señalado antes, ninguna ilusión de grandeza inundó mi mente. No tenía visiones grandiosas de llevar a cabo una gran Obra en la Tierra que llegara a millones en todos los continentes. Si alguien hubiera sugerido que esta Obra crecería tan solo un décimo de su alcance y poder actuales, lo habría considerado como un sueño imposible.

Esta Obra no ha crecido a sus actuales proporciones porque yo lo planee de esa manera, sino porque Dios la planeó, la expandió y la potenció.

Yo no carecía de visión. Cuando la transmisión comenzó en enero de 1934, imaginé una Obra que llegaría a todo el Valle de Willamette y probablemente hasta Portland. Después de llegar a Portland, imaginé cubrir a Seattle y todo el Noroeste [de EE UU] del Pacífico. A medida que la Obra creció, la visión del futuro se expandió con ésta. Pero este ministerio no se inició con ninguna alucinación engendrada en el orgullo propio, en la vanidad y el egoísmo, como lo hicieron algunos malogrados que me dijeron: “Sr. Armstrong, yo he venido a anunciarle que soy Elías que fue profetizado para venir”. O “Sr. Armstrong, Dios me ha mostrado en un sueño que yo debo ser su mano derecha y que pronto ocuparé su lugar”.

Toda vanidad de importancia propia había sido sacada de mí por los sucesivos reveses financieros, siendo noqueado repetidamente y haciéndome por años morder el polvo de la pobreza y la humillación. Pero había llegado a recibir una nueva confianza. Estaba basada en la fe en Cristo, no en mí mismo. Era la fe de Cristo, la cual Dios había dado como uno de los dones de su Espíritu Santo.

La primera visión de alcance mundial

Pero en mayo de 1940, Dios había comenzado a darme por primera vez un atisbo del futuro destino mundial de esta Obra. En ese entonces, no podíamos saber si la Segunda Guerra Mundial (que ya estaba en marcha en Europa) continuaría en Armagedón y el fin del mundo. En ese entonces, no podríamos saber que Dios concedería otro receso de la guerra mundial, con el sólo propósito de permitir que esta Obra de Dios cumpliera con Mateo 24:14, de predicar y publicar el evangelio de Cristo del Reino de Dios a todo el mundo como testimonio, ¡justo antes del fin de este mundo y la venida de Cristo!

Pero la sensación de la cercanía del fin, combinada con el conocimiento de que este mismo mensaje debe ser proclamado primero, inspiró una carta a los colaboradores, fechada el 23 de mayo de 1940, la cual pedía (en parte) lo siguiente:

“Queridos colaboradores: Entramos, ahora, en el período más crucial de nuestro trabajo juntos en la poderosa proclamación del evangelio. ¡Ha llegado la hora cero! Sea lo que sea que se haga, debemos hacerlo rápidamente. Pronto no se nos permitirá continuar con esta gran Obra (...). Pero ahora, como nunca antes, ¡la gente escuchará! ¡La gente está asombrada por los eventos de guerra en Europa! En todas partes, la gente (...) ahora está comenzando a darse cuenta que las profecías bíblicas se están cumpliendo, ¡que estamos en los días postreros! (...) Ahora es el momento en que Jesús dijo “este evangelio del reino”, la buena noticia del gobierno venidero de Jesucristo, el Reino de Dios, “se predicará en todo el mundo para dar testimonio a todas las naciones; ¡y entonces llegará el fin!”

Por primera vez vi el significado real de esa profecía. Yo no sabía de ningún otro que predicara este mismo evangelio. En ninguna otra parte se estaba cumpliendo esta profecía. Ahora veía que este mensaje iba a ser mundial, para todas las naciones. Aunque todavía no veía que esta precisa Obra sería utilizada por Dios en su realización. Pero ahora sí vi claramente que deberíamos intensificar nuestras energías y expandir la Obra, hasta donde fuera la voluntad de Dios de usarnos en este cumplimiento.

Comencé, de una forma mucho más intensa que antes, a centrar mi atención en la expansión de la transmisión hacia Seattle. Casi un año antes había hecho un viaje a Seattle, para explorar las posibilidades de obtener un buen horario en la estación de radio. Pero ninguna puerta se abrió entonces. Y en 1939 esto era financieramente imposible.

Un sacrifico conmovedor

La transmisión de Seattle fue iniciada por un sacrificio inusual realizado por un hombre y una esposa en el condado de Clarke, Washington, oyentes por kwjj. Esta familia había perdido todo lo que tenían en la gran sequía de 1934 y 1935. Luego emigraron de Dakota del Sur y dieron un pago inicial en una pequeña granja a pocas millas de Vancouver, Washington. El hombre y un hijo habían logrado construir la cáscara exterior de una casa. El revestimiento aún no estaba listo. Se había tendido parcialmente un segundo piso, pero sólo los tablones del piso. Todavía no había escaleras, y tampoco divisiones ni arriba ni abajo; era sólo una habitación grande en cada piso. Los niños dormían arriba, obteniendo acceso subiendo por una escalera de mano.

En el periodo de dos o tres años este hombre había ahorrado 40 dólares por encima de los costos familiares básicos, además de costear la construcción parcial de esa casa. Los 40 dólares se ahorraron para comprar madera para las divisiones de separar los cuartos en su casa.

Cuando estas personas oyeron que estábamos tratando de salir al aire en Seattle, ellos me enviaron los 40 dólares, explicando cómo ellos lo habían ahorrado y para que propósito. Como estábamos conduciendo a Portland cada semana para la emisión, conduje hacia su pequeña granja para devolverles el dinero.

“Simplemente no podía aceptar su dinero”, les dije, “cuando ustedes han luchado tanto para ahorrarlo y así poder tener un hogar en el cual vivir”.

Las lágrimas llenaron los ojos de la mujer. Ella movió su cabeza en negativa, y se rehusó a aceptar el dinero de regreso. “Sr. Armstrong”, dijo ella, “por su puesto sería bueno para nosotros conseguir las divisiones y tener cuartos separados, pero esa no es una necesidad absoluta. ¡Simplemente no podríamos usar ese dinero para una casa material temporal, cuando esto ayudará a llevar el mensaje de Cristo, de un hogar para toda la eternidad en el Reino de Dios para muchos miles de personas!”

Me di cuenta entonces, que de hecho era la voluntad de Dios que este dinero fuera usado para Su evangelio, y que estas personas estaban de hecho recibiendo una bendición espiritual en dar, lo que superaba con creces el beneficio material de usarlo para sí mismos. Incidentalmente, estas personas fueron bendecidas después de esto, y no pasó mucho tiempo para que su casa fuera completada, después de todo. Jesucristo dijo, busquen primeramente el Reino de Dios, los valores espirituales, y las cosas materiales serán añadidas. ¡Dios siempre las provee!

¡Al aire en Seattle!

Cuando les envié una carta a los colaboradores contándoles de este sacrificio, y la necesidad de salir al aire en Seattle, hubo una respuesta sorprendente. Recibimos un día en el correo la mayor suma que hubiéramos recibido nunca antes; 100 dólares para la transmisión en Seattle. ¡Eso nos dejó sin aliento!

Pero, unos pocos días después, dos sumas más de 100 dólares vinieron, tres contribuyeron con 50 dólares cada uno; y varios enviaron un sólo dólar.

Y así, finalmente, tres largos años después que la emisión se expandiera de Eugene hacia Portland, ¡ahora brincaba hasta Seattle!

Desde Seattle, mimeografié un nuevo boletín a los colaboradores, el segundo boletín con nueva forma y presentación, fechado el 17 de septiembre de 1940. El título principal anunciaba la noticia: “¡Ahora al aire en Seattle!”

El programa inició allí el domingo 15 de septiembre, en la estación krsc de más de 1.000 vatios de potencia, dos veces el poder de nuestra estación en Portland, kwjj; y sirviendo a una población más grande.

La emocionante historia de cómo finalmente pudimos agregar el área de Seattle a las de Portland y Eugene en el trabajo de transmisión se contó en este boletín, y es mejor contarlo aquí en un resumen de éste:

El subtítulo era: “Cómo Dios ha respondido las ORACIONES”.

Pues bien: “Quiero contarle a nuestra familia de colaboradores un poco sobre la historia interna de cómo finalmente logramos salir al aire aquí en Seattle. Quiero que conozcan algunos de los problemas que tuvimos que resolver, las dificultades en nuestro camino, y cómo Dios estaba delante de nosotros, respondiendo oraciones y resolviendo todo tan perfectamente”.

Oración contestada

“A las estaciones de radio (especialmente en Seattle) no les gustan los programas religiosos en sus emisoras. Me enteré de esto hace un año cuando yo estaba aquí. Yo sabía que nada más que la oración podría abrirnos el camino, pero tenía fe en que Dios quería que habláramos su Palabra fielmente en este distrito de Seattle, y sé que Él no nos fallará”.

“La Sra. Armstrong y yo llegamos a Seattle el miércoles en la tarde. Sentía que no podríamos pagar el alto costo de una de las cinco estaciones más grandes de 5.000 vatios aquí. Esto redujo nuestras posibilidades a dos estaciones. Una era krsc, que nunca había tenido programas religiosos y su dueño no me dio ninguna esperanza cuando lo vi hace un año. La otra estación de igual poder, estaba sacando todos los programas religiosos de su emisora, no los quería más, y el precio era simplemente el doble de lo que pagábamos en Portland”.

“Se veía desalentador. Pero decidí ver al dueño de krsc nuevamente. Él escuchó uno de nuestros programas. Se interesó y dijo que teníamos un espléndido programa que atraería a una gran audiencia. Sin embargo, él no tomaría ningún programa religioso de afuera, a menos que fuera aprobado por el consejo de iglesias de Seattle. Él entonces llamó a su secretaria por teléfono, para que viniera a su oficina y auditar uno de los programas. Este hombre estaba bien impresionado con nuestro programa y también con la Pura Verdad, la cual él examinó cuidadosamente. Sucedía que él estaba familiarizado con la verdad de nuestra identidad nacional en la casa de Israel y él estaba complacido de ver esta verdad publicada en la revista la Pura Verdad ”.

“Así que el dueño hizo a un lado un reporte de noticias el domingo a las cuatro en punto de la tarde, para que pudiéramos tener la misma hora que teníamos de kwjj en Portland, y luego me dio un precio por programa de 1,40 dólares más de lo que pagábamos en kwjj! Dado que esta estación tenía el doble de poder que kwjj, y que es la estación independiente de mejor calidad en Seattle, estoy seguro que usted se dará cuenta de cuán afortunados fuimos”.

“Sólo hay una explicación. Dios mismo se encargó de todo. De seguro es una respuesta a la oración. La Sra. Armstrong y nos quedaremos aquí hasta después de la emisión del siguiente domingo, la cual yo quiero conducir en persona; entonces regresaremos a casa. Mientras estamos aquí, nosotros estamos transmitiendo por kwjj con una grabación. Cuando regresemos a casa, enviaremos la transmisión grabada a Seattle”.

El siguiente subtítulo en este boletín decía: “¡Los Angeles, es el siguiente!”

La visión de la misión para la cual Dios nos había llamado y en la cual el Cristo vivo nos estaba usando, se expandía ahora. Los eventos mundiales lo hacían claro.

El boletín continuó:

“Dios mediante, esperamos sumar una estación de radio más en Los Angeles. Tal estación añadiría un cuarto de millón de personas más, que ahora estarían oyendo el verdadero evangelio del Reino”.

“Como escribí en el último boletín, ¡el tiempo de Dios ha llegado para que este último mensaje de advertencia vaya y llegue a millones con gran poder! El mundo entero ¡está en armas! Dios nos llama ahora, a sus hijos, ¡a las armas! ¡La advertencia debe salir!” ▪

Continuará...

Capítulo 41: El impacto en el noroeste del Pacífico

Boletín, AD