
Sean Gallup/Getty Images
Alemania: Dirigida por empresarios
Cuando se pregunta quién dirige un país, la respuesta obvia suele ser el jefe de Estado o de gobierno. Pero en la Alemania actual, el verdadero poder reside en los directores generales. Aunque a menudo son menos visibles que los políticos —o que sus homólogos estadounidenses del mundo empresarial—, los líderes empresariales alemanes ejercen una inmensa influencia sobre el rumbo de la nación y, por extensión, sobre el de Europa y el mundo.
En una reunión con el canciller alemán Friedrich Merz el 21 de julio, los líderes empresariales más poderosos de 61 empresas se comprometieron a reactivar Alemania como centro mundial de inversiones con su iniciativa “Hecho para Alemania”. Para respaldar su promesa, anunciaron inversiones por valor de €631.000 millones (743.000 millones de dólares) en los próximos tres años. Esta suma incluye tanto las inversiones de capital previstas como las nuevas.
La cifra en sí no es tan impresionante. Muchos la han criticado por ser demasiado pequeña y temen que el impulso se vea sofocado por la burocracia o descarrilado por una escalada de la guerra comercial con Estados Unidos.
Pero no subestime el poder de los líderes empresariales alemanes, sobre todo porque el recién electo canciller y varios ministros clave proceden directamente del mundo corporativo.
Manejando los hilos
En la Trompeta de marzo de 2022, el redactor jefe Gerald Flurry analizó una declaración crítica de la excanciller alemana Angela Merkel. Según Donald Tusk, expresidente del Consejo Europeo y actual primer ministro de Polonia, Merkel admitió que se oponía a los gasoductos Nord Stream que conectaban Alemania con Rusia, pero se encontró “indefensa” ante la presión de los empresarios alemanes.
“¡En este asunto, los líderes empresariales alemanes tenían poder suficiente para desautorizar a la canciller!”, comentó el Sr. Flurry. “El pueblo puede votar una cosa, pero si los líderes empresariales quieren otra, ganan”.
En aquel momento, había una lucha entre los políticos electos y los líderes empresariales. Ahora los líderes empresariales se han infiltrado en la cúpula del gobierno alemán. Por ejemplo:
- Merz dirigió anteriormente el consejo de supervisión de la sucursal alemana del banco de inversión estadounidense BlackRock.
- La ministra de Economía, Katherina Reiche, fue directora general de Westenergie, una división de e.on, una de las mayores empresas energéticas de Europa.
- El ministro de Transformación Digital y Modernización Gubernamental, Karsten Wildberger, fue director general de Ceconomy, empresa matriz de las compañías de electrónica de consumo MediaMarkt y Saturn.
- El comisario de Cultura y Medios de Comunicación, Wolfram Weimer, trabajó anteriormente como empresario de medios de comunicación.
Los líderes empresariales se muestran optimistas de que el gobierno se alinee de manera más estrecha con sus necesidades, dijeron a Handelsblatt el director general del Deutsche Bank, Christian Sewing, y el director general de Siemens, Roland Busch, cofundadores de “Hecho para Alemania”.
“Ahora tenemos que enviar una señal clara a la sociedad de que aquí está pasando algo”, dijo Sewing. “Como alianza de muchas empresas líderes, queremos colaborar estrechamente con los políticos para ayudar a situar a Alemania, y por lo tanto a Europa, en la senda del crecimiento”.
“Necesitamos el valor para hacer cambios estructurales en la política, y deben seguir pasos importantes”, añadió Busch. “Pero también necesitamos empresas que apuesten por el lugar y estén dispuestas a invertir. Ambos deben unirse rápidamente para tomar impulso”.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, Alemania se ha convertido en la mayor nación acreedora del mundo. Ningún otro país invierte tanto en empresas, fábricas y proyectos extranjeros —o presta tanto a gobiernos y empresas extranjeras— como Alemania. Por un lado, esto refleja los importantes recursos financieros de que disponen las empresas alemanas. Por otro, pone de manifiesto una reticencia a invertir esos recursos dentro de la propia Alemania. Pero esto podría cambiar, señalando un nuevo y dramático enfoque para Alemania.
Historia y profecía inquietantes
En “Surgiendo de la clandestinidad alemana”, el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió:
Hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, en agosto de 1944, representantes de grandes empresas alemanas como Krupp, Messerschmitt, Volkswagenwerk y Rheinmetall se reunieron con altos cargos nazis en la llamada reunión de la Casa Roja. Un documento de inteligencia estadounidense, desclasificado en 1996, dice que a estos líderes empresariales se les dijo que debían “prepararse para financiar al Partido Nazi, que se vería obligado a pasar a la clandestinidad…”.
En 1944, estos líderes sabían que perderían la Segunda Guerra Mundial. ¡Así que ya estaban planeando el siguiente asalto! Este documento dice: “Las reservas financieras existentes en países extranjeros deben ser puestas a disposición del partido para poder crear un fuerte imperio alemán después de la derrota”.
Pocos se dan cuenta de que el dinero de industriales clave financió el ascenso de Adolfo Hitler, como David de Jong muestra vívidamente en su libro de 2022 Dinero y poder en el Tercer Reich: La historia oculta de las dinastías más ricas de Alemania. Estos industriales se comprometieron al final de la Segunda Guerra Mundial a pasar a la clandestinidad y asegurarse de que Alemania dispusiera de los fondos necesarios para alzarse de nuevo.
Aunque es comprensible que los líderes empresariales alemanes quieran que Alemania prospere, la historia demuestra cómo estas ambiciones pueden volverse violentas de repente. Apocalipsis 17 y 18 profetizan que el régimen nazi de la Segunda Guerra Mundial revivirá en un imperio europeo de 10 naciones o grupos de naciones que llegará pronto.
El difunto Herbert W. Armstrong escribió en La Pura Verdad de agosto de 1959 que este conglomerado de naciones que se avecina “¡no es más que la continuación del antiguo sistema babilónico: una unión de política y religión y grandes cárteles económicos cuyo propósito es gobernar el mundo!”.
Estos “grandes cárteles económicos” quieren ahora recuperar la fuerza de Alemania. Se profetiza que Alemania se convertirá en un gigante económico. En Apocalipsis 18:3 se lee: “Los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites” Una profecía paralela en Isaías revela que se profetiza que Europa se convertirá en el “mercado de las naciones” (Isaías 23:3; Reina-Valera Actualizada).
Mientras que algunos analistas creen hoy que los empresarios alemanes serán pulverizados en las próximas guerras comerciales, la Biblia revela que forjarán alianzas para derribar a EE UU. Como explicó el Sr. Flurry en “Building Toward a World Catastrophe” [Construyendo hacia una catástrofe mundial, disponible sólo en inglés], Isaías 23 habla de una alianza entre Asia y Europa para asediar a la superpotencia estadounidense.
Isaías 23:8 pregunta: “¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía coronas, cuyos negociantes [son] príncipes, cuyos mercaderes [son] los nobles de la tierra?”
“El centro espiritual del Sacro Imperio Romano se llama Babilonia en su Biblia (Apocalipsis 17:5; 18:1-3)”, explicó el Sr. Flurry. “Pero aquí, en Isaías, la Biblia se refiere a Tiro (y a sus aliados Sidón, etcétera) como el centro comercial de esta potencia europea. Al comprender los poderes espirituales y comerciales, podrá entender el coloso que se está levantando en Europa. (…) Los empresarios del Sacro Imperio Romano se están convirtiendo en los honorables de la Tierra (Apocalipsis 18:3)”.
Estamos siendo testigos del cumplimiento de profecías bíblicas clave.