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Russia, China, defense minister

Getty Images

La superpotencia asiática en surgimiento (tercera parte)

Russia y China en profecía: capítulo uno

Continuación de La superpotencia asiática en surgimiento (segunda parte)

La propagación del comunismo

Por décadas, tanto Rusia como China tuvieron sus ojos puestos en la conquista de Asia Central, Indochina y el suroriente de Asia. Su meta final, decía el Sr. Armstrong, no es simplemente la expansión fronteriza, sino el control global.

La realidad dicta que alcanzar tal meta sólo es posible si estos dos países cooperan.

La Pura Verdad de diciembre de 1959 reveló algo de sus planes—incluyendo la meta de Rusia y China de formar una coalición: “el proyecto de Rusia no es tomar Europa y atacar Estados Unidos, primero. El programa comunista, el cual nuestros líderes deberían conocer, requiere primero la toma del Asia. ¡Lenin escribió que el camino a París, Londres y Nueva York es vía [Pekín] y Delhi!…”.

“Parte del plan comunista es poner a India y Pakistán en un tornillo de banco gigante entre Rusia y China…”.

“La China roja insiste que tiene un derecho legal no sólo al Tíbet sino a muchas partes de India y el suroriente de Asia (…) ¡el sueño constante [de los pueblos mongol y chino] por siglos ha sido la conquista final del mundo! (…). China sabe, sin embargo, que en esta era altamente industrializada, sólo puede alcanzar este sueño siendo un aliado de Rusia…”.

“China ahora está lista para comenzar a devorar el resto de Asia con el respaldo militar secreto de Rusia” (énfasis agregado en todo).

Recuerde que eso fue escrito en 1959, durante lo intenso de la Guerra Fría, y se pensaba que el comunismo sería el factor que uniría a este bloque oriental. La historia parece haber dejado atrás hace mucho esa teoría política y económica. ¡Pero la predicción de una alianza entre Rusia y China que vendría a envolver el resto de Asia permanece tan viable hoy como lo fue a mitad de siglo! Eso se debe a que, lo que respaldaba esas notables declaraciones, aparte de las historias de estas naciones, eran las profecías bíblicas sobre el Asia, las cuales examinaremos en este folleto.

La Pura Verdad, de hecho, predijo algunos cambios geopolíticos que, hasta el momento, aún no se han cumplido. Pero basada en la profecía, advirtió —inclusive mientras EE UU permanecía en el pináculo del poder mundial— de los inminentes reveses internacionales de Estados Unidos en Vietnam. Note esto de la edición de noviembre de 1961: “Habiendo avanzado virtualmente al punto de otra guerra ‘tipo Corea’ sobre Laos, Estados Unidos casi seguramente tendrá que pelear una gran batalla ya sea en Tailandia o en Vietnam del Sur…”.

En mayo de 1968, siete años antes de la rendición incondicional de Vietnam del Sur al comunismo, la Pura Verdad declaró: “la profecía bíblica revela que ni siquiera Estados Unidos, con todo su músculo nuclear, puede frenar al sureste de Asia de finalmente ser invadido por el comunismo”; o, más exactamente, de ser arrastrado al bloque geopolítico dominado por Rusia y China.

China, con la ayuda de la urss, continuó empujando hacia el centro y sureste de Asia durante los años sesenta. En diciembre de 1962, la Pura Verdad declaró sobre el conflicto fronterizo entre China e India: “[Los soviéticos están] proveyendo a los chinos con conocimiento técnico y ¡permitiendo que los 600 millones de chinos devoren al resto de Asia! (…) Es parte de su propaganda que estas áreas alguna vez estuvieron bajo el control chino”.

El artículo dijo también: “Un astuto empuje rojo en dos puntos, de nuevo ha tomado fuera de guardia a Occidente. Mientras la Rusia soviética estaba secretamente estableciendo una cabeza de playa con misiles en Cuba, los chinos rojos estaban reuniendo inmensas provisiones, 100.000 hombres y armamento pesado para un ataque sobre la India.

“Los chinos rojos ya han capturado más de 130.000 kilómetros cuadrados de territorio hindú…”.

“Casi nadie, al parecer, está consciente de que la India es mucho más importante para los líderes comunistas de lo que es Cuba. Cuba es un premio extra que los comunistas se encontraron por casualidad. Pero la siguiente gran meta en el pensamiento comunista es la India…”.

Los celos mezquinos entre Moscú y [Pekín] tampoco los han disuadido de su meta conjunta: la conquista mundial”.

Todo esto es parte del gran plan comunista enunciado por Lenin hace 30 años”.

La Pura Verdad continuó siguiéndole el rastro a la afinidad sino-rusa durante varios de los siguientes años. En julio de 1966, hizo esta asombrosa predicción: “India sabe que la China roja está reuniendo enormes concentraciones de tropas en la frontera india. India sabe que la China roja tiene la bomba atómica, y posiblemente la bomba de hidrógeno. Eso significa que, en las consideraciones más urgentes de seguridad nacional, ¡India debe tener la bomba! Puramente como una medida defensiva contra la China roja, por supuesto”.

“¡Pero luego está Pakistán!… [Pakistán es] nacido de los odios violentos entre hindús y musulmanes. Si la India construyera la bomba, los paquistaníes se volverían desesperados hacia los grandes poderes —¡ellos se verían forzados a obtener armas nucleares!

Para 1998, este pronóstico se hizo realidad: ambos India y Pakistán habían ensayado bombas nucleares, abruptamente declarándose miembros del exclusivo club nuclear.

Además de empujar hacia Asia Central, China intentaría jalar algunos de sus vecinos isleños hacia sus garras. Sobre este asunto, los líderes occidentales han intentado aplacar a China por medio de varias “conversaciones de paz”, generalmente sin provecho. La muy no políticamente correcta Pura Verdad de los años sesenta no habló con remilgos con respecto a este problema. “La mente asiática es totalmente diferente de la mente occidental. No razona de la misma manera. Aunque intentamos pensar que podemos engañarnos a nosotros mismos creyendo que nuestros dólares, misiones comerciales, asesores militares y envíos de armas, nuestros barcos hospitales, nuestras misiones, nuestros suministros de alimentos están ayudando a detener la ola de la amenaza del avance del comunismo en estas naciones orientales —¡estamos fracasando!” (noviembre de 1961).

La gente de Asia, continuó este artículo, “se impresionan con la fuerza, no con palabras. Ellos sienten una mucho más cercana afinidad con otros pueblos de la esfera asiática que la que ellos sienten con los distantes ‘yanquis’ que tienen costumbres, idioma y religión totalmente diferentes a los suyas”.

De hecho, las fuerzas que presionan la separación de Rusia y China finalmente serán sobrepasadas por fuerzas que las lleven a caer una en los brazos de la otra. ¡Eso está rápidamente sucediendo ahora!

Así como la Pura Verdad dijo que sucedería, basada en las profecías de la Biblia. 

Continúa en La superpotencia asiática en surgimiento (cuarta parte)

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