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Estados Unidos ha ganado su última guerra

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Estados Unidos ha ganado su última guerra

Si esta predicción parece audaz ahora, ¿cuán audaz habrá sido en 1950?

“Él nos mantuvo fuera de la guerra!” aclamaron sus votantes más leales. El presidente Wilson estaba haciendo campaña para su reelección. Su lema de campaña: “el Presidente ha mantenido a Estados Unidos fuera de la guerra”. Bueno, a menos que usted no considere el hundimiento de barcos estadounidenses por submarinos alemanes como un acto de guerra. La reacción del presidente Wilson había sido sólo una serie de notas escritas a mano, rogándole al Káiser que desistiera de dispararles a los norteamericanos.

Herbert W. Armstrong acudió a esa reunión de campaña en el otoño de 1916. Entre la multitud de los seguidores de Wilson, él se encontraba a no más de tres metros de distancia del ex presidente Teodoro Roosevelt.

“Él nos mantuvo fuera de la guerra”, escuchó el Sr. Armstrong al ex-presidente decir con menosprecio. “Yo fui presidente por siete años y medio”, continuó, “y si yo fuera presidente ahora, le enviaría al Káiser sólo una nota; y él sabría que hablaba en serio”.

Años después, el Sr. Armstrong contó esta historia a menudo porque ilustraba perfectamente lo que él había estado repitiendo durante décadas: que Estados Unidos había perdido la fuerza de voluntad de usar su poder. Poco después de la Segunda Guerra Mundial, él predijo que eeuu había ganado su última guerra.

Corea y Cuba

La Guerra de Corea fue la primera de una larga lista de victorias no logradas por eeuu. Cuando las hostilidades estallaron en 1950, el presidente Truman le dio el mando de las fuerzas estadounidenses al general Douglas MacArthur, héroe de la Segunda Guerra Mundial. Desde el comienzo, MacArthur podía cruzar el paralelo 38 e invadir Corea del Norte. Pero una vez que las fuerzas comunistas de China se unieron a las del Norte, eeuu retrocedió tambaleante. MacArthur instó fuertemente a Washington para que aprobara un ataque a gran escala sobre China, diciéndole a un congresista: “no hay sustituto para la victoria”. Pero su petición cayó en oídos sordos. El presidente Truman despidió a MacArthur en 1951, y la guerra finalmente se convirtió en un callejón sin salida, ambos lados sufriendo gran número de bajas.

La guerra en Corea puso fin a la carrera del último gran general de eeuu. También marcó el comienzo de una nueva era en la estrategia de guerra de eeuu — la guerra limitada.

El incidente de la Bahía de Cochinos es un buen ejemplo de esta nueva estrategia. El presidente Kennedy dio inicio a este desastre político y militar. En 1961, más de 1.400 exiliados cubanos, entrenados por la cia, desembarcaron en las costas de Cuba esperando detonar una revuelta popular. Pero sin el apoyo naval y aéreo de eeuu las tropas de Castro fácilmente aplastaron la rebelión. Casi todas las fuerzas invasoras inducidas por eeuu murieron en batalla o en las cárceles de Castro años más tarde.

Varios años antes de lo sucedido en Bahía de Cochinos, el Sr. Armstrong escribió en La Pura Verdad de enero de 1953 que eeuu debería haber echado a Castro y al comunismo fuera de Cuba. Al no haberlo hecho, entonces se preguntó: “¿Se dará cuenta eeuu que el haber dejado a Castro y al comunismo ateo a las puertas de Norteamérica, va a seguir causándonos toda clase de problemas y hostigamiento?” De hecho lo hizo, un ejemplo más reciente es el de la controversia con respecto al niño refugiado cubano de seis años Elián González en el año 2000.

Después de la debacle en la Bahía de Cochinos, el Sr. Armstrong le atribuyó la culpa no a las fuerzas armadas de eeuu, ni siquiera al presidente Kennedy, ¡sino a los mismos estadounidenses! Él escribió en La Pura Verdad de octubre de 1961: “a menos que, o hasta que eeuu como nación se arrepienta, y regrese a lo que se ha convertido en una frase sin sustancia en sus billetes de dólar, ‘en Dios confiamos’, ¡Estados Unidos de Norteamérica habrá ganado su última guerra!”

“¡Dije eso cuando no ganamos en Corea! … Lo digo de nuevo, ahora que el gobierno de Estados Unidos (el Presidente dio la orden) respaldó este fiasco en Cuba, y Dios, el Dios que eeuu ha abandonado, ¡le dio su más humillante derrota! ¿Qué significa la debacle cubana?”

“Significa, damas y caballeros de Estados Unidos, ¡que la sentencia está escrita sobre su pared!”

Fuertes palabras aquellas. Y qué tan ciertas, cuando uno considera lo que estaba a la vuelta de la esquina.

El ridículo en Vietnam

Ya en noviembre de 1961, La Pura Verdad había informado a sus lectores que era “casi seguro” que eeuu tendría que pelear una batalla mayor en Vietnam (comenzaron a enviar tropas allí en 1964). Mientras varias fuentes noticiosas podían haberse dado cuenta que una guerra en Vietnam era inminente, ninguna podría haber publicado este titular a principios de 1965: “¡Por qué eeuu no puede ganar la Guerra de Vietnam!” La Pura Verdad dijo esto sólo meses después de que las hostilidades estallaran.

El artículo señaló: “¡eeuu está decidido a no ganar en Vietnam! … El fallecido general Douglas MacArthur afirmó una vez: ‘a menos que una nación entre a una batalla con la victoria como su meta, está vencida antes de comenzar’. ¡Él tenía razón!”

“No se equivoque al respecto. A eeuu y a las otras naciones envueltas en apoyar a Vietnam del Sur les gustaría ganar. Pero temen tomar la acción necesaria para hacerlo”. Eso se imprimió en abril de 1965.

Un año y medio más tarde, el Sr. Armstrong escribió: “ee uu no está ganando. Sin embargo, la guerra ha estado aumentando enormemente durante 1966. La gente no ve resultados. La gente compara el tamaño y poder de ee uu con el de Vietnam del Norte, un pequeño país apenas del tamaño de uno de nuestros estados, como por ejemplo Florida. Ellos no pueden entender por qué eeuu (la nación militar más poderosa del mundo) no puede darle una paliza al pequeño Vietnam del Norte” (La Pura Verdad, enero de 1967). La guerra duró otros ocho años, terminando en una vergonzosa evacuación de oficiales estadounidenses, en helicópteros desde la azotea de su embajada en Saigón. Fue la guerra más larga en la historia de eeuu. Fue también su más humillante derrota. El historiador Paul Johnson la llamó un “colapso del poder estadounidense”.

Durante esos años, La Pura Verdad abordó repetidamente sobre otro efecto de la guerra de Vietnam: el honor internacional de eeuu. “Ninguna nación militarista puede operar una fuerza militar aceptando la derrota frente a un ataque del enemigo”, escribió el Sr. Armstrong, “con la excusa de querer salvar las vidas de los hombres que habían ofrecido sus vidas para proteger el honor y libertad de esa nación … ¿Cuántas vidas más se perderán en futuras batallas porque sus enemigos ahora estarán envalentonados contra una nación que teme luchar, exhibiendo la debilidad de anticipar sólo victorias fáciles?” (enero de 1969).

De hecho, la guerra en Vietnam le dio una buena paliza a la reputación de eeuu como superpotencia. La Pura Verdad hizo notar esto en la edición de febrero de 1978 y luego hizo esta sorprendente predicción: “Terminaron los días en que el poderío militar de eeuu sea usado para lograr lo que norteamérica estima que es correcto y adecuado … La influencia y el prestigio de eeuu están en rápido descenso. El orgullo de nuestro poder ha sido quebrantado. Rápidamente se aproxima la hora en que eeuu esté tan débil y tan temeroso de su propia sombra que, como predijo el profeta Ezequiel, la trompeta tocará la llamada a la batalla, pero ninguno responderá (Ezequiel 7:14)”.

Fue un augurio de las cosas que vienen.

Era de aversión a la guerra

Si la Guerra de Corea marcó el inicio de la estrategia de guerra limitada, la derrota ignominiosa de eeuu en Vietnam marcó el comienzo de la estrategia de anti-guerra. Nada ilustra esta aversión al peligro como la crisis de rehenes en Irán.

En noviembre de 1978, una banda de revolucionarios iraníes tomó por asalto la embajada norteamericana en Teherán y capturó a 52 miembros del equipo diplomático. El presidente Carter hizo repetidas demandas para que Teherán devolviera los rehenes, pero Ayatolá Jomeini le dijo que estaba ladrando en vano. “Carter no tiene las agallas para comprometerse en una operación militar”, se burló Jomeini. La única demostración de “fuerza” hecha por Carter fue un intento de rescate en abril de 1979 que dejó los cuerpos de ocho soldados estadounidenses quemándose en el desierto iraní. Las cámaras de televisión capturaron las imágenes para que todos vieran. Fue otra humillante derrota. Irán mantuvo a raya a la nación militar más grande durante ocho meses después de la fallida misión de rescate. Uno se pregunta cómo lo habría manejado Teodoro Roosevelt.

Con un liderazgo más conservador durante los años de 1980, algunos podían argumentar que eeuu recuperó algo del orgullo de su poderío. El presidente Ronald Reagan envió tropas a Granada en 1983 para extirpar el comunismo de las Indias Occidentales. En 1986, bombardeó la sede militar del coronel Gaddafi en Libia como respuesta a un acto terrorista. Estas pequeñas confrontaciones, sin embargo, apenas se clasifican como decisivas victorias militares para Estados Unidos (después de todo, la población de Granada es ligeramente más grande que la ciudad de Fargo, Dakota del Norte). Si revelaron algo, fue la creciente falta de voluntad por parte de eeuu para usar su poderío militar excepto en conflictos pequeños y relativamente libres de riesgos.

Considere el Líbano. En octubre de 1983, un terrorista islámico llenó un camión de explosivos y lo incrustó en el cuartel de la marina estadounidense en Beirut, matando a 241 soldados. Cuatro meses después, el presidente Reagan retiró todas las tropas estadounidenses, con lo cual el apoyo a los cristianos libaneses fue prácticamente disuelto.

Después de otra retirada vergonzosa de eeuu, La Pura Verdad fue rápida en recordarles a sus lectores lo que había estado diciendo durante décadas. La edición de noviembre/diciembre de 1983 publicó un artículo titulado “Por qué Estados Unidos ha ganado su última batalla”. En este artículo, el folleto del Sr. Armstrong titulado Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía fue citado con lo siguiente: “Estados Unidos, aun en posesión de un poder incomparable, está asustado (tiene miedo de usarlo) tal como Dios dijo que ocurriría”.

La “victoria” de la Guerra del Golfo

Si alguna vez hubo un conflicto que podría haber probado que la predicción del Sr. Armstrong era errónea, fue la Guerra del Golfo Pérsico en 1991. Incluso la propia iglesia del Sr. Armstrong, varios años después que él había muerto, se apartó de la predicción: “Estados Unidos ha ganado su última batalla”. “Nosotros nos equivocamos”, escribió el sucesor del Sr. Armstrong, Joseph Tkach, en 1991.

La novata revista Trompeta, sin embargo, no estuvo de acuerdo con el nuevo mensaje tibio de La Pura Verdad. “Estados Unidos ha ganado su última batalla”, declaramos en la portada de la revista Trompeta de mayo de 1991, poco después de que terminara la Guerra del Golfo.

Es cierto que el mundo nunca había presenciado, hasta 1991, un despliegue tan imponente de tecnología bélica altamente avanzada. Pero a pesar de esta manifestación de fuerza, la Guerra del Golfo Pérsico no fue una guerra “que probara la fuerza de voluntad de eeuu” (escribimos en Trompeta) sino “hasta que se ‘terminó’, y la pesadilla acerca de los refugiados surgió”. Puede que eeuu sólo haya perdido 147 de sus soldados en la guerra, pero fue responsable de la muerte de miles de otras personas. La “victoria” de eeuu dejó a Sadam Husein en el poder, de donde él masacró a cientos de miles de refugiados kurdos y chiíes, a quienes eeuu les había motivado a rebelarse. Cientos de miles más cruzaron las fronteras de Irak hacia Turquía, Jordania e Irán. Fue una de las peores crisis de refugiados en la historia.

Estados Unidos, escribió el Sr. Gerald Flurry en aquella edición de Trompeta, de hecho ayudó a crear el genocidio kurdo. El Sr. Flurry citó a Mary MacGrory del Washington Post: “La visión de esas desdichadas almas saliendo en tropel hacia Turquía … abandonados por Bush, mientras él hace el hoyo número 18 en un campo de golf en Florida, le hace a uno preguntarse si es la paz en este caso, en vez de la guerra, la que es el infierno”. A.M. Rosenthal del New York Times dijo del cese al fuego: “Es una mentira. La guerra continúa”. Después, él escribió: “La guerra no ha terminado para los rebeldes que creyeron en la palabra de eeuu”. Luego le preguntó directamente a Bush: “¿Por qué desprestigia usted su nombre y el de nuestro país, al permitir deliberadamente que Sadam Husein masacre a la gente que usted incitó a levantarse contra él? … eeuu todavía teme verse envuelto en una guerra tipo Vietnam en Irak”, continuó Trompeta “¡Aun después que les tuvimos en la mano! Eso es porque Dios ha quebrantado el orgullo de nuestro poder; ¡nuestra voluntad de ganar! … eeuu debe llegar a ver que está bajo una maldición de Dios y arrepentirse de sus pecados”.

El hecho de que la Guerra del Golfo de 1991 traicionó a los kurdos y chiíes y dejó a Sadam Husein en el poder muestra que fue, en el mejor de los casos, un estancamiento para Estados Unidos. Sin embargo, los años siguientes demostraron aún más poderosamente la magnitud de la maldición expuesta en ese conflicto.

A través de la década de 1990, fue cada vez más claro que la más grande amenaza en el Oriente Medio no era Sadam Husein, sino el más grande enemigo de Sadam: Irán. George W. Bush, el hijo del expresidente Bush que emprendió en 1991 la Guerra del Golfo, desató la Segunda Guerra del Golfo en 2003, derribando rápidamente al gobierno y capturando al hombre que había eludido a Estados Unidos 12 años antes, en un despliegue muy impresionante del poderío militar norteamericano. Pero el real adversario era el terrorismo islámico, y la decisión de eeuu por atacar a Irak en vez de su mucho más poderoso y peligroso vecino Irán, en lugar de ser visto como una victoria norteamericana , realmente le favoreció a la república islámica, la principal nación patrocinadora del terrorismo. Hoy, el orgullo quebrantado del poder de eeuu es visible en su trato extremadamente débil del cada vez más agresivo y predominante, Irán.

Los vergonzosos años de 1990

Durante la década pasada, ha habido muchas otras derrotas estadounidenses, política y militarmente. Siguiendo donde La Pura Verdad dejó, Trompeta ha escrito sobre muchas de esas derrotas. Vimos el esfuerzo estadounidense por “levantar una nación” en Somalia en 1993. Sólo se necesitaron 29 muertes estadounidenses para abandonar esa misión. El atentado con bomba contra las Torres Khobar en Dhahran, Arabia Saudí, en 1996, impulsó una retirada a más allá del desierto saudita, que costó $353 millones de dólares. Cuando los terroristas volaron las embajadas norteamericanas en Dar es Salaam y en Nairobi en 1998, el presidente Clinton respondió con una palmada; un ataque con misil crucero contra una supuesta instalación terrorista.

Estados Unidos incluso evitó un conflicto con Haití, una de las naciones más pobres del mundo. Una nave estadounidense de asalto, de hecho fue detenida en la bahía por una pequeña turba de haitianos en Puerto Príncipe en 1993; eeuu abortó la misión porque temían sufrir bajas.

Europa

Aun más vergonzoso que estos pequeños incidentes es la espantosa política exterior de eeuu hacia Europa. Esto ha sido bien documentado tanto en La Pura Verdad como en Trompeta. Sólo 4 años después que terminara la Segunda Guerra Mundial, el Sr. Armstrong escribió: “Pero mientras el confiado y crédulo ‘Tío Sam’, siempre incapaz de ver más de un enemigo a la vez, ha estado atento con la preocupación de Rusia, ¡la verdadera amenaza ha estado haciendo avances rápidos y diabólicos, encubiertos, en Europa!” (La Pura Verdad, noviembre de 1949). En La Pura Verdad de junio de 1952, el Sr. Armstrong comparó la torpe política exterior de eeuu en Europa con la creación de un monstruo de Frankenstein, que finalmente se volvería contra su propio inventor.

Gerald Flurry usó esa misma analogía en Trompeta de septiembre/octubre de 1995. Él escribió acerca de cuán fuertemente se opuso eeuu al reconocimiento de Eslovenia y Croacia desmembrándose de la república yugoslava en 1991. Sin embargo, después de presión por Alemania, Estados Unidos cedió y dio su tácita aprobación. Reconocer a estos dos como Estados, más que cualquier otra cosa, fue lo que provocó una sucesión de guerras dentro de la región de los Balcanes durante los años de 1990.

Croacia, como señaló Trompeta, se alió con los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. El líder croata que Alemania insistió apoyar en 1991, Franjo Tudjman, era un simpatizante nazi. Cuando la guerra estalló, Croacia empezó a limpiar su territorio de serbios. Carl Bildt, ex mediador de la Comunidad Europea en los Balcanes, la llamó “la limpieza étnica más eficaz que hayamos visto en los Balcanes”.

Efectivamente eeuu había dado su total apoyo al lado equivocado, y muy pocos comentaristas, excepto Trompeta, han dicho algo acerca de eso.

Trompeta ha estado repitiendo esta advertencia desde hace muchos años. Durante la guerra en Kosovo, expusimos otro fracaso en la fuerza de voluntad de eeuu: “Dada la aparente falta de voluntad de desplegar efectivamente su poderío militar para obtener realmente una victoria en sus numerosas aventuras militares de los últimos años, ¿para qué molestarse ni siquiera en desplegar fuerzas … ?” (Trompeta, mayo de 1999). Así, la campaña de bombardeo en los Balcanes encabezada por eeuu, fue otra guerra estadounidense de bajo riesgo, que dio poco o ningún resultado. A la larga, más que a Serbia, terminará lastimando muchísimo a Estados Unidos. Su inepto liderazgo dejó que los líderes europeos movilizaran las propias fuerzas de eeuu para intervenir en futuros conflictos. Por supuesto, Trompeta está bien consciente hacia dónde ésto está llevando.

Así que, al juzgar: “eeuu ha ganado su última batalla” con los hechos, ¿qué es lo que encontramos? Que el Sr. Armstrong tenía razón. Desde Corea hasta Cuba, desde Vietnam hasta Irán, desde el Líbano hasta Somalia y Kosovo — todos estos episodios constituyen para ee uu claras derrotas políticas y militares.

Bendiciones y maldiciones

Hay una razón por la cual el Sr. Armstrong predijo correctamente después de la Segunda Guerra Mundial que eeuu perdería la voluntad de usar su poderío y nunca más ganaría una guerra. Él sabía que cuando Dios dijo que Él “quebrantaría el orgullo de su poder” en Levítico 26:19, se estaba refiriendo principalmente a eeuu en este tiempo del fin.

La ironía es que el mismo Dios que prometió quebrantarles su orgullo, es el mismo que les dio ese tremendo “poder” en primer lugar. Dios bendijo a eeuu con una riqueza material sin precedente, porque así Él se lo había prometido incondicionalmente a Abraham. Dios lo hizo debido a la obediencia de Abraham a las leyes de Dios. Esa es la razón por la que, hasta la Segunda Guerra Mundial, esos pueblos fueron ricamente bendecidos. (Todo esto está explicado detalladamente en el libro del Sr. Armstrong, Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía. Asegúrese de solicitar su copia gratuita para una explicación más extensa.)

Hoy, sin embargo, Dios está transformando esas bendiciones en maldiciones debido al pecado flagrante y desobediencia de Su ley. Dios les dio todo bien imaginable; ¿pero qué es lo que han hecho con esas bendiciones? Permitamos que el Sr. Armstrong nos explique: “Al igual que Roma, nos hemos vuelto gordos, prósperos y perezosos. Nosotros los norteamericanos estamos nadando en dinero. Tenemos más dinero que cualquier otro pueblo haya tenido alguna vez. ¡El dinero ha venido tan fácilmente! … Somos los más ricos, comparados con cualquier otra nación, y nos estamos volviendo rápidamente perezosos y blandos, buscando el lujo, el placer, y la emoción, la ociosidad y la comodidad, y aparatos que nos ahorren trabajo y tiempo” (La Pura Verdad, febrero de 1956). ¡Eso se aplica más a la sociedad actual que a la de 1956!

En toda esa prosperidad material, se han olvidado de Dios, como lo hace notar William Pfaff en su editorial: “En contraste al siglo 19, ya no hay un respeto general hacia el Dios cristiano, o un reconocimiento serio de que tal deidad pudiera existir. Este es un cambio fundamental, porque significa que Occidente hoy ya no reconoce la existencia de un proveedor externo de la ley o una autoridad moral. Se considera a la humanidad como algo totalmente autónomo, existiendo dentro de un marco moral enteramente de su propia creación, responsables sólo de sí mismos … El nuevo milenio será uno en el cual, juzgando por la evidencia actual, la creencia en Dios de la mayoría de la gente y de la élite será prácticamente destituida en Occidente” (International Herald Tribune, 30 de diciembre de 1999).

Esta es la razón por la cual Dios está maldiciendo a los pueblos de Gran Bretaña y Estados Unidos. ¡La serie de derrotas políticas y militares de eeuu desde la Segunda Guerra Mundial es prueba de esas maldiciones! Verdaderamente, Estados Unidos ha ganado su última guerra. Fue verdad en 1950, y lo es mucho más ahora.

“¡Dios nos advierte hoy mediante muchas profecías … que a menos que nosotros en esta generación nos arrepintamos de nuestros pecados, y nos volvamos a Él con ayunos y con lágrimas y oración sincera, Él destruirá nuestras ciudades, y todas nuestras fortalezas, por medio de la espada extranjera; Él nos castigará a manos de alguien muy cruel, y seremos invadidos, vencidos y reducidos a esclavos! ¡Dios ayude a nuestras naciones a escuchar esa advertencia!” (La Pura Verdad, octubre de 1954).

Toda esta riqueza, y sin embargo la voluntad quebrantada. Eso hace una peligrosa combinación. Como escribió el Sr. Armstrong en La Pura Verdad de junio de 1954, las naciones agresoras envidian esta riqueza. Siendo esa la naturaleza del hombre, es hora de que usted escuche las profecías de Dios y tome nota: Las naciones agresoras tomarán esa riqueza tan pronto sean suficientemente fuertes para hacerlo.

Eso ocurrirá — y mucho antes de lo que usted piensa. Eso es lo que Herbert W. Armstrong pronosticó.

El Sr. Armstrong concluyó en un artículo de La Pura Verdad de 1954, “Cómo podría cualquier estadounidense (un anglo-parlante heredero de las selectas bendiciones materiales de Dios) ante tan estupendo y abrumador cumplimiento de la profecía, y semejante e inspiradora demostración del poder, la fuerza y la fidelidad del Dios Todopoderoso, aceptar y participar de estas bendiciones, y luego ignorar descuidadamente la advertencia Divina de que nuestros pecados hoy están en aumento, o dejar de ponerse de rodillas ante el Gran Todopoderoso, y arrepentirse, e interceder con una oración de corazón desgarrado, por todas las naciones israelitas, y ayudar en toda forma posible a advertir ahora a nuestro pueblo de su inminente peligro, parece imposible de concebirlo”.

“Dios nos advierte a través de la profecía que nuestros pecados están aumentando rápidamente. ¡Y ahora, el día de ajustar cuentas está aquí! La espada extranjera ya nos ha atacado. En esta espantosa y asombrosa era atómica, la Tercera Guerra Mundial comenzará con bombas atómicas lanzadas sobre Londres, Birmingham, Manchester, Liverpool, Nueva York, Washington, Filadelfia, Detroit, Chicago, Pittsburg, ¡sin previo aviso!”

“¡Que Dios ayude a nuestras naciones a despertar antes que sea demasiado tarde!”