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Russia, S-300

Getty Images

Abasteciéndose para la Tercera Guerra Mundial

Los esfuerzos de la no proliferación nuclear están finalizando, y una nueva carrera armamentista ha comenzado.

D esde que Estados Unidos y la Unión Soviética dieron un paso atrás en el precipicio de la guerra nuclear en la década de 1980, las reservas mundiales de armas nucleares han disminuido de un estimado de 60.000 a unas 10.000.

Sin embargo, de acuerdo con un estudio de 2014 del periódico de ciencias Earth’s Future, sólo se necesitarían 100 detonaciones nucleares para crear una catástrofe climática mundial causando hambrunas y muertes en masa.

Aunque la cantidad de armas nucleares no está aumentando (todavía), los expertos están diciendo que el mundo de hecho está entrando en una nueva carrera de armamentos nucleares. La carrera está avanzando de otras formas distintas a solo la cantidad de armas. Alrededor del mundo, hay nuevos poderes que están considerando lanzar programas de armas nucleares. Para muchos de ellos, las armas nucleares han sido un tabú por décadas —pero ese tabú se está desgastando.

Mientras tanto, los poderes nucleares establecidos están compitiendo por mejorar la calidad de las armas y los sistemas de entrega —haciéndolas más rápidas, más sigilosas y más difíciles de derribar.

Cada arma nueva que es fabricada tiene el potencial de matar multitudes de personas en un instante, y muchas más posteriormente. Y cada grupo o régimen nuevo que se une al club de entidades con armas nucleares hace que la probabilidad de una detonación —o una serie de detonaciones— sea más probable.

Ruleta rusa

Rusia tiene el arsenal nuclear más grande en el mundo. Su gobierno también se jacta de sus armas nucleares más que nadie, usando sus sistemas de armas nucleares existentes y en desarrollo para intimidar a otros.

Los rusos han desplegado misiles con capacidad nuclear en Kaliningrado, en la frontera de Polonia y Lituania. Ha amenazado a países de Europa del Este, diciendo que si albergan bases militares de Estados Unidos, Rusia los tendrá como objetivo para una posible destrucción nuclear. Incluso ha llevado a cabo ataques nucleares simulados en Polonia como parte de un ejercicio de entrenamiento.

Desde hace varios años, Rusia ha estado actualizando sus misiles. Y el Presidente Vladimir Putin anunció recientemente sus varias armas nuevas. La nueva RS-28 Sarmat de Rusia (popularmente llamada el “Satanás 2”) es el misil balístico intercontinental súper pesado más grande en la historia. Cada misil puede transportar 10 ojivas nucleares grandes o 16 más pequeñas, con el suficiente poder destructivo para destruir prácticamente toda una nación europea o un Estado norteamericano tan grande como Texas.

Pero el punto culminante de la intimidación nuclear rusa llegó el 1 de marzo de este año. “Rusia aún tiene el potencial nuclear más grande en el mundo, pero nadie nos escuchó”, advirtió Putin en lo que equivale a una presentación de armas al mundo. “Escuchen ahora”.

Él continuó anunciando una serie de nuevas armas terroríficas.

Él afirma que Rusia ha desarrollado un misil “invencible”, “un tipo de arma fundamentalmente nueva”—un misil crucero de propulsión nuclear que vuela demasiado bajo para ser interceptado por cualquier sistema de defensa de misiles existente.

También anunció un torpedo de propulsión nuclear—quizás otro intento de garantizar que Rusia pueda eludir las defensas nucleares estadounidenses. La prensa rusa informa que porta una cabeza nuclear de 100 megatones, que liberaría una cantidad devastadora de radiación. “Un solo submarino ruso armado con estas armas liberaría más radiación que toda la fuerza estratégica de EE UU”, escribió Mark Schneider para Real Clear Defense (7 de mayo). El proyecto parece similar a uno propuesto en la década de 1960. En aquel entonces, los soviéticos lo cancelaron porque el almirante a cargo estaba “conmocionado y disgustado por la idea de una masacre sin piedad”, según el diseñador del arma, Andrei Sakharov. Pero la Rusia de Putin está impulsando nuevamente eso.

Claro que Putin no es muy conocido por su honestidad, y dar sus afirmaciones por sentado sería insensato. Pero también lo sería subestimar a un adversario con armas nucleares que públicamente muestra un interés renovado en armas que pueden penetrar las defensas de Estados Unidos y sus aliados. La presentación de Putin del 1 de marzo representó explícitamente un ataque nuclear en Florida.

“No todos están seguros de que Rusia esté realmente tan avanzada en el desarrollo de un misil crucero de propulsión nuclear”, escribió Ars Technica. “Pero hay mucha evidencia de que se están esforzando mucho” (22 de marzo). Algunos de estos proyectos de alto perfil pueden ser cuestionables. Pero Rusia también está invirtiendo dinero en mejoras nucleares mucho más básicas pero aterradoramente mortales.

Damas chinas

China también está mejorando su arsenal nuclear. EE UU, China y Rusia están involucrados en una carrera armamentista para desarrollar la próxima generación de misiles nucleares: los vehículos hipersónicos.

Los misiles balísticos intercontinentales han existido desde la década de 1950, y son lanzados al espacio antes de regresar a la atmósfera, acelerándose hacia sus objetivos. Son rápidos, pero durante la mayor parte de su vuelo, no pueden ser maniobrados. Así que se les puede ver venir, se puede calcular dónde aterrizarán, se tiene tiempo de reacción y se tiene la oportunidad de derribarlos.

Sin embargo, derribar un misil usando otro misil es mucho más difícil de lo que la mayoría de la gente cree. Incluso el ejército de EE UU no es muy bueno en eso en este momento.

Pero un vehículo hipersónico puede viajar a baja altura y rápido —tres veces más rápido que la bala más rápida del mundo. Y puede ser maniobrado. Ningún sistema de defensa de misiles en existencia hoy puede detener uno. El general de la Fuerza Aérea de EE UU John Hyten, le dijo al Comité de Servicios Armados del Senado en marzo: “No tenemos ninguna defensa que pueda rechazar el empleo de tal arma contra nosotros”.

En agosto, China afirmó haber probado exitosamente dos misiles hipersónicos capaces de portar un arma nuclear. Expertos occidentales creen que Rusia ha llevado a cabo dos pruebas exitosas de un misil hipersónico. La cnbc afirmó el 15 de mayo que “fuentes con conocimiento directo de los informes de inteligencia estadounidenses” dijeron que el arma hipersónica de Rusia estaría lista para 2020, aunque otros debaten al respecto.

El programa hipersónico de EE UU es muy secreto. Pero algunos expertos temen que EE UU esté rezagado. El Pentágono le dijo al Congreso a principios de este año que China había llevado a cabo 20 veces más vuelos de prueba hipersónicos que EE UU.

Al igual que Rusia, China también está trabajando en su arsenal de maneras menos sensacionales, pero bastante mortales. Está construyendo seis a siete ojivas por año. Desde septiembre de 2014, ha realizado un promedio de cinco explosiones nucleares simuladas al mes, comparado con el ritmo de EE UU de solo una por mes. China también podría estar trabajando en una bomba nuclear “salada” —un arma diseñada para dispersar la radiación tan lejos como sea posible, dejando enormes áreas inhabitables mucho después de la explosión. También está trabajando en nuevos lanzamisiles terrestres y nuevos submarinos nucleares.

Comodines

Otros países que no tienen aún armas nucleares operacionales están cada vez más deseosos de obtenerlas. El programa de armas de Irán, el estado patrocinador del terrorismo número uno del mundo, es uno de los más preocupantes. A pesar de (o quizás ayudado por) el acuerdo nuclear que se está muriendo rápidamente, los iraníes todavía están haciendo avances para conseguir una bomba. En junio, anunciaron que habían casi terminado una nueva fábrica para hacer centrífugas, lo que les permitirá impulsar una bomba más rápidamente.

Esta ambición naturalmente está poniendo a otros nerviosos. En respuesta, Arabia Saudí está trabajando en sus propias plantas de poder nuclear. La Agencia Internacional de Energía Atómica completó una revisión de 12 días del desarrollo de la infraestructura nuclear de los saudíes en julio. Aparentemente está destinado a la energía nuclear pacífica, pero el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman le dijo a cbs en marzo que “sin duda, si Irán desarrolla una bomba nuclear, nosotros lo seguiremos lo más pronto posible”.

Nuevos jugadores entran al juego

Quizás lo más sorprendente son las noticias de Alemania y Japón, dos naciones que emprendieron la Segunda Guerra Mundial y que tienen un tabú sobre el desarrollo de bombas nucleares. Welt am Sonntag, uno de los principales periódicos de Alemania, preguntó en su portada del 29 de julio, “¿Necesitamos la bomba?”.

“Se le debe dar prioridad a la defensa nacional sobre la base de un elemento de disuasión nuclear a la luz de las nuevas incertidumbres trasatlánticas y las posibles confrontaciones”, escribió Christian Hacke.

Político señaló que, “Sería más fácil descartar el artículo como si fueran las divagaciones de un académico excéntrico, si Hacke no fuera un elemento de la política exterior de Alemania y un profesor universitario respetado. El hecho de que el debate esté sucediendo habla de lo nerviosa que se ha vuelo la comunidad de seguridad de Alemania frente a las amenazas de [el presidente de EE UU] Donald Trump, incluyendo su advertencia en la cumbre de la otan del mes pasado de que EE UU podría ‘seguir solo’” (3 de agosto).

Hacke no está solo. Frankfurter Allgemeine Zeitung, Spiegel Online, Tagesspiegel y el canal de televisión pública ard han pedido a Alemania que desarrolle armas nucleares o al menos que abra un debate sobre el asunto. Este punto de discusión es cada vez más común entre los expertos en defensa.

Como lo señaló Político, quizás el curso más probable para Alemania es presionar por algún tipo de arsenal nuclear europeo compartido. Pero es vital recordar que Alemania ya tiene acceso a bombas nucleares: las estadounidenses. Éstas están desplegadas en bases alemanas, compatibles con aviones alemanes y listas para que pilotos alemanes las dejen caer.

Japón está teniendo un debate similar. Los japoneses han construido una de las industrias de poder nuclear más avanzadas del mundo. Tienen el conocimiento práctico y el material para volverse nuclear, pero han escogido no hacerlo, hasta ahora. Channel News Asia reportó en julio que Japón había acumulado suficiente plutonio para construir 6.000 bombas atómicas.

“Japón parece estar atrapado en la idea de que en una emergencia puede producir armas nucleares con su tecnología de reprocesamiento”, dijo Hideyuki Ban, codirector del Centro de Información Nuclear de los Ciudadanos en Tokio. Él podría estar en lo correcto. El año pasado, el exministro de defensa japonés Shigeru Ishiba dijo que Japón debería abolir sus “tres principios no nucleares”: es decir, no poseer, no fabricar y no albergar armas nucleares en Japón.

Y no podemos dejar de lado a EE UU, que está considerando una mejora de 1 billón de dólares para su arsenal nuclear, que ya excede las 4.000 ojivas operativas.

¿Por qué preocuparse?

La carrera armamentista nuclear está en marcha. Pero ¿por qué debería importarle?

Primero, una carrera de armas nucleares es un síntoma. Las naciones no gastan miles de millones de dólares en armas nucleares sólo por diversión. Las compran porque quieren amenazar a otras naciones o porque se sienten amenazadas. Una carrera de armas nucleares demuestra que las naciones están preocupadas por la guerra, o porque desean usar la amenaza de la guerra.

Estamos entrando en un tiempo en que las nuevas tecnologías pueden convencer a las naciones de que pueden usar armas nucleares y salirse con la suya. Al mismo tiempo, naciones a las que nunca se les confiarían armas nucleares, las están construyendo o pensando en ello. Y mientras las armas nucleares se extienden a más países, aumenta el riesgo de que las utilicen.

“El tema del control de armas nucleares es un asunto literalmente vital, no sólo para las súper potencias, no sólo para sus aliados, sino para toda la humanidad”, escribió Hans Morgenthau, un importante pensador en el campo de las relaciones internacionales, en su libro clásico de 1948 La Política entre las Naciones. “Porque con la proliferación ahora en marcha y en serio, hay pocas dudas de que una carrera de armamentos nucleares—que ya no se limita a dos superpotencias con gobiernos cautelosos que se temen mortalmente el uno al otro—sino que se extiende por todo el mundo, delo por seguro que tarde o temprano esto conducirá a una catástrofe indescriptible. Porque la historia muestra, si es que la historia muestra algo, que todas las naciones han sido gobernadas a veces por necios y bribones, e incluso una combinación de ambos. Eso fue bastante malo antes de que existieran las armas nucleares. Pero imagine a un necio o a un bribón, o una combinación de ambos, en posesión de armas nucleares en un tiempo cuando la guerra nuclear se vuelve inevitable”. Esto, concluyó Morgenthau, “hace que el control de armas nucleares y finalmente el desarme nuclear, sea una cuestión de vida o muerte para toda la humanidad”.

Las armas nucleares son un problema en el que no nos gusta pensar, porque no tenemos soluciones. En los 73 años transcurridos desde los primeros dos ataques nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, nadie ha ideado una forma de eliminarlas.

No hay esperanza para una solución por parte de la élite de la política extranjera del hombre. Pero hay esperanza en la Biblia, junto con algunas serias advertencias.

La Biblia contiene muchos pasajes proféticos que describen los efectos posteriores de las bombas nucleares. Jeremías 2:15 menciona ciudades “quemadas [y] sin morador”. Habacuc 3:17 describe plantas que no florecen ni dan fruto, campos que no producen alimento y rebaños de animales exterminados. El versículo 16 nos dice que es obra de los soldados—no una catástrofe natural. ¡Amós 5:3 describe un ataque que destruye el 99% de la población de una ciudad!

En Mateo 24:21-22 dice: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo…”—lo que la versión Moffatt aclara que esto significa “salvados con vida”. Esto no se trata de ser salvados espiritualmente o ser salvados del sufrimiento. El contexto deja claro que ninguna carne se salvaría de morir. Esa es una profecía sobre la humanidad casi aniquilándose a sí misma.

La Biblia es clara: las armas nucleares serán usadas. Y grandes poblaciones morirán a causa de ello.

Pero las mismas Escrituras contienen gran esperanza. El versículo 22 en Mateo termina diciendo: “... por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados”. Dios no permitirá que la humanidad se destruya completamente. Cada profeta que predijo esta destrucción también describió la gran esperanza del hombre. Amós 9 describe a Israel reconstruyendo las ciudades destruidas en la guerra. De hecho, la gente tiene tanta abundancia que no puede reunir toda la comida lo suficientemente rápido (versículo 13). Jeremías dice que, a pesar de todos los problemas, “esperanza hay también para tu porvenir” (Jeremías 31:17). “Todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice [el Eterno]…” (versículo 34). Habacuc escribe sobre un tiempo cuando “la tierra será llena del conocimiento de la gloria de [el Eterno], como las aguas cubren el mar” (Habacuc 2:14).

Esta es la única esperanza frente a la proliferación nuclear. Los mejores expertos del mundo saben que estas armas serán usadas. Pero Dios dice que Él no permitirá que la humanidad se aniquile a sí misma. En lugar de eso, el sufrimiento causado mientras la humanidad se acerque a centímetros de su propia destrucción, hará que los seres humanos estén dispuestos a escuchar a Dios. Dios intervendrá y finalmente podrá enseñar al mundo y guiar a todo hombre en el camino de la paz verdadera.

Por eso es tan crucial observar de cerca el desarrollo y la proliferación de armas nucleares. Es espantoso, pero también está íntimamente relacionado con la única esperanza del hombre. 

Boletín, AD