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Votantes alemanes enfadados
Alemania está experimentando una profunda transformación. Los terroristas masacran a los niños alemanes, los ciudadanos atacan a los políticos y las crisis económicas llevan a la gente a la desesperación. El antisemitismo ha aumentado en los dos últimos años, alimentado por extremistas de derecha e islamistas violentos.
Los votantes alemanes respondieron a estos cambios drásticos en las elecciones del 23 de febrero.
En 2021, todo el norte de Alemania quedó en manos casi exclusivamente de los liberales socialdemócratas (spd, siglas en alemán en todo el artículo). En 2025, casi todos los distritos fueron ganados por la conservadora Unión Demócrata Cristiana (cdu) o por la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). Mientras que anteriormente la AfD sólo ganó en una pequeña parte del este de Alemania, esta vez lo hizo en casi toda. Actualmente es el partido más grande en los cinco antiguos estados de Alemania Oriental. Mientras tanto, por primera vez, el partido de extrema izquierda Die Linke ganó distritos en el antiguo oeste y se convirtió en el mayor ganador en Berlín (20%).
Los ganadores: Los partidos conservadores (cdu/csu), liderados por Friedrich Merz, mejoraron su porcentaje de votos en 4,4 puntos porcentuales, asegurándose el 28,5% de los sufragios. La AfD quedó en segundo lugar, duplicando su porcentaje de votos hasta el 20,8%. Die Linke también casi se duplicó hasta el 8,8%. La Alianza Sahra Wagenknecht (bsw), un nuevo partido populista, alcanzó el 4,97%. Sin embargo, al no alcanzar el umbral del 5%, no consiguió ningún escaño. Die Linke es el sucesor del Partido Comunista de Alemania del Este, y bsw se escindió recientemente de Die Linke; combinados, son casi un 14% a la extrema izquierda.
Los perdedores: los anteriores socios de coalición juntos —el sdp, los Verdes y el Partido Demócrata Libre (fdp)— perdieron cerca de 20 puntos porcentuales. El spd fue el mayor perdedor, con una caída de 9,3 puntos porcentuales hasta el 16,4%, una derrota histórica. Los Verdes bajaron al 11,6%. El fdp sufrió un retroceso fatal, cayendo al 4,3% y por lo tanto también perdió la entrada en el Parlamento.
Ganarse a los jóvenes
La extrema izquierda y la extrema derecha son especialmente populares entre los jóvenes. Die Linke obtuvo el mayor número de votantes de 18 a 24 años, con un 25%; entre las mujeres jóvenes fue la primera, con un 35%.
En el mismo grupo de edad, el partido ultraderechista AfD fue el más popular entre los hombres, con un 27% de los votos; obtuvo el 21% en general en este grupo de edad, segundo detrás de Die Linke. La AfD también ganó a la mayoría de los votantes de entre 30 y 44 años, con un 26%. Si esta tendencia continúa, la extrema izquierda y la extrema derecha pronto competirán por el primer y el segundo puesto.
¿A qué se debe la marcada diferencia entre las generaciones?
Ya en la Trompeta de junio de 1998, Gerald Flurry advertía de esta tendencia. En relación con los avances de un partido de extrema derecha en el este de Alemania, escribió: “El 30% de los jóvenes menores de 30 años votaron por estos pronazis. Muchos jóvenes dijeron que ‘querían un hombre nuevo con ideas nuevas’. ¿O lo que desean es un hombre nuevo con ideas viejas? Hitler también tenía un enorme atractivo para la juventud alemana. Este grupo de edad conoce menos su propia historia”.
Toda una generación ha nacido desde la caída del Muro de Berlín. No tienen recuerdos de haber crecido en un país dividido o bajo el régimen comunista. Dan por sentadas la propiedad privada y la libertad de expresión y por lo tanto votan alegremente por la extrema izquierda que busca una causa común con las naciones comunistas y quiere saquear la riqueza de los ricos.
Casi nadie que viva hoy en Alemania tiene un recuerdo vivo del Holocausto. Por lo tanto, se preocupan poco cuando los miembros del partido AfD cuestionan los monumentos conmemorativos del Holocausto en Alemania, y aplauden cuando los líderes de la AfD dicen que Alemania debería elevarse por encima de su pasado.
Pero el pasado de Alemania se repite en el presente.
Aumento de los problemas
La política alemana se está moviendo hacia extremos violentos. En 2023 se produjeron en Alemania 60.028 delitos por motivos políticos. De ellos, 28.945 eran de derecha (un 23% más que en 2022) y 1.270 eran violentos. Los delitos de izquierda aportaron 7.777 casos (un aumento del 11%), de los que 916 fueron violentos. Esto marca el nivel más alto desde que el gobierno comenzó a hacer un seguimiento hace más de 20 años.
El año pasado, la Oficina Federal de Policía Criminal registró 4.923 delitos contra miembros del Parlamento, funcionarios públicos y representantes electos, frente a los 4.047 incidentes de 2023.
En 2023 se registraron 2.378 agresiones a refugiados en Alemania, casi el doble que en 2022.
En 2022, las autoridades registraron 2.641 delitos antisemitas; en 2023, la cifra se duplicó con creces, hasta alcanzar los 5.671. Las cifras provisionales para 2024 indican un nivel igualmente elevado, con 5.177 delitos registrados. De ellos, 1.165 se atribuyeron a la derecha política; otros 926 entraron en la categoría de “ideología extranjera”.
Estas alarmantes tendencias se hacen eco de los capítulos más oscuros de la historia y sirven de dura advertencia, no sólo para el pueblo alemán, sino para el mundo entero.