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Vea a Dios en la tormenta

(SEAN RAYFORD/GETTY IMAGES)

Vea a Dios en la tormenta

Terremotos, tornados, sequías, incendios, inundaciones: ¿Puede reconocer la causa de las catástrofes medioambientales?

La última semana de septiembre, el huracán Ian, de categoría 4, devastó amplias zonas de la Florida y sacudió la fe de millones de personas. El huracán que se degradó a tormenta tropical después de tocar tierra provocó vientos devastadores de 240 km/h. Amontonó el agua del océano en tierra hasta casi 4 metros en algunos lugares, provocando una inundación de 1 en 1.000 años, según los datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica. Necesitamos hacernos algunas preguntas serias.

El título de este artículo parece irónico: “Vea a Dios en la tormenta”. ¿Cómo podría un Dios justo permitir o incluso causar tales desastres? De hecho, algunos han ridiculizado a los floridanos que creen en Dios, afirmando que Florida recibió su merecido por negarse a seguir las tendencias liberales de luchar contra el “cambio climático” y negarse a aceptar la educación transgénero en las escuelas. De hecho, los floridanos que apoyan la postura de su Estado en contra de semejante maldad están desconcertados. En lugar de que Dios los bendiga, recibieron una tormenta devastadora. ¿Por qué?

Los que ridiculizan a Florida ignoran la devastadora sequía y los incendios forestales que sufrió la California liberal durante el verano. Algunos dicen que el calentamiento global nos afecta a todos, pero les cuesta explicar las nevadas devastadoras del año pasado que causaron la muerte de cientos de personas. Ciertamente los últimos años han traído desastres meteorológicos inexplicables.

Es posible que los historiadores del futuro recuerden el último siglo como años marcados por la intensificación de catástrofes medioambientales alrededor del mundo. Mientras la población mundial se ha cuadruplicado, el número de eventos naturales catastróficos con impacto sobre asentamientos humanos se ha multiplicado por 10. ¿Qué está ocurriendo? ¿Por qué permite Dios que esto ocurra?

A mediados de junio, distintas partes de Estados Unidos sufrieron simultáneamente tormentas, calor extremo, inundaciones, incendios forestales y una sequía histórica. Sequías récord también afectaron a Europa, mientras que los incendios forestales destruyeron los hogares de miles de personas en todo el mundo. En agosto, sequías combinadas con una ola de calor intensa, con incendios forestales y con una tormenta golpearon a Argelia con un “tornado de fuego” que mató a 43 personas. Otros sufrieron inundaciones mortales que ocurren “una vez en un siglo”. Esto ocurrió después de las heladas invernales de 2021 que mataron a cientos de personas en Texas. En 2022, terremotos, inundaciones e incendios desplazaron a millones de personas y llamaron la atención de millones más.

Durante el verano, el oeste de Estados Unidos experimentó su sequía más severa en un milenio. Los últimos 22 años han sido los más secos en esta región desde el año 800 d. C. Ni siquiera la tecnología avanzada de hoy puede amortiguar todos los efectos, que van desde drásticos fracasos agrícolas hasta cortes de electricidad. En junio, miles de reses murieron en Kansas en pocos días, al parecer por las altas temperaturas y la humedad. A finales de 2021, una cadena de tornados arrasó seis Estados del país dejando 80 muertos sólo en Kentucky.

Estos desastres añaden miseria a las crisis provocadas por el hombre. En junio de 2021, se informó que el 95% de las viñas productivas de docenas de viñedos familiares que cubrían más de 1.200 hectáreas en Texas habían sido destruidas por pesticidas. En 2022, la falta de pesticidas está causando problemas. El precio de los alimentos está subiendo a medida que los agricultores luchan por pagar por los fertilizantes y el diésel.

La humanidad ha experimentado muchas plagas y catástrofes climáticas en el pasado, algunas de ellas mucho peores que las que estamos viviendo ahora. Pero en el pasado, esos desastres hacían que la gente buscara a Dios. Ya no es así. Ahora nuestros líderes nos dicen que los huracanes y los incendios forestales son una señal de que estamos produciendo demasiado dióxido de carbono y que tenemos que entregarle el control de la economía mundial a un comité de planificación central si queremos sobrevivir.

¿Qué está ocurriendo en nuestro mundo? La respuesta nos evade… y nos divide.

Particularmente en el último siglo, el hombre ha contaminado las fuentes de agua y el aire, ha destrozado los paisajes y ha arruinado la capa superficial del suelo. A nadie le gusta la contaminación; detenerla suena maravilloso. Y en esto, los líderes ven una oportunidad para avanzar una agenda que va mucho más allá de reducir la contaminación ambiental. Con tanta gente preocupada por las catástrofes meteorológicas y el medioambiente en general, los líderes de todo el mundo han canalizado esa preocupación hacia una agenda para reducir las emisiones de carbono.

Pero ¿reducirá su agenda la contaminación, y reducir la contaminación pondrá fin a las sequías, los terremotos, los incendios, las inundaciones y las tormentas?

Los políticos han presionado y logrado reducciones en la producción industrial, en el uso de vehículos a motor y en otras áreas de la economía. El Green New Deal (Nuevo Acuerdo Verde) en Estados Unidos exige nada menos que remplazar por completo los sistemas de red eléctrica y otras infraestructuras enormes, “reacondicionar los sistemas de transporte”, reducir las emisiones producidas por las vacas, renovar “todos los edificios existentes en EE UU” y suspender todas las emisiones de energía.

Vale la pena autodestruir nuestras economías, insisten, porque rescataremos el medioambiente y salvaremos vidas. Es imperativo que los votantes los elijan y adopten su agenda, dicen ellos.

Sin embargo, muchas personas —a las que les encantaría reducir la contaminación— dicen que el programa de reducción de las emisiones de carbono para detener el calentamiento global y el cambio climático no es científico.

Después de que Brian Stelter, de cnn, le dijera a John Coleman, fundador de Weather Channel (Canal del clima), que el 97% de los científicos climatológicos creen que el cambio climático es causado por la actividad humana, Coleman lo corrigió. “Bueno, esa es una cifra manipulada”, dijo. “Permítame que se lo explique. El gobierno destina unos 2.500 millones de dólares directamente a la investigación del clima cada año; sólo le da ese dinero a los científicos que van a producir resultados científicos que apoyen la hipótesis del calentamiento global del Partido Demócrata, la posición, así que, no tienen ninguna opción. Para recibir el dinero, hay que apoyar su posición; por lo tanto, el 97% de los informes científicos publicados apoyan el calentamiento global”.

Existen muchas otras indicaciones de que “la ciencia” sobre las catástrofes medioambientales ha sido fuertemente manipulada por “el dinero” y “la política”.

Pero si los coches, las vacas y las chimeneas no están causando el cambio climático, y el cambio climático no está causando los desastres ambientales, entonces ¿por qué ocurren los desastres naturales? ¿Son sólo sucesos extraños? ¿O tiene Dios una razón para dejar que los huracanes y las sequías afecten a los seres humanos?

Algunas personas religiosas dicen que Dios utiliza estos desastres para castigar a los malvados. Pero sólo dicen esto hasta que ellos mismos son azotados por una plaga.

¿Existe Dios? Si es así, ¿por qué permite que personas de todo tipo —y de todas las religiones— sufran?

Parece una paradoja imposible. ¡La religión tradicional ofrece más preguntas que respuestas!

La Santa Biblia es, por mucho, el libro más impreso del mundo, ya sea religioso o no. Afirma directamente que Dios controla el clima. También afirma que ese mismo Dios quiere salvar a todos los seres humanos. Sin embargo, miles de personas que dicen seguir a Dios y otras miles que nunca han oído hablar de Él ¡mueren cada año en catástrofes climáticas!

¿Cómo es eso posible? La religión no tiene respuesta. ¿Acaso la Biblia la tiene?

¿Está Dios maldiciendo a Estados Unidos?

¿Está Dios usando el clima para castigar a EE UU? ¿Acaso EE UU no está sufriendo lo suficiente? ¿Por qué no envía la lluvia para acabar con la sequía? ¿Por qué no detiene las tormentas violentas? ¡Pocos se atreven a hacer estas preguntas! Pero la Biblia las responde.

En su destacado libro Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, el difunto Herbert W. Armstrong explicó que los pueblos de EE UU y Gran Bretaña descienden de las antiguas tribus israelitas de Manasés y Efraín. Esto significa que las profecías bíblicas del tiempo del fin sobre Manasés y Efraín se aplican directamente a ellos.

En Levítico 26, Dios nombró específicamente las maldiciones que sufrirían estos pueblos si no creían y desobedecían a su Creador. Entre estas maldiciones están la pérdida de cosechas y la sequía debilitante. “Y quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo, y haré vuestro cielo como hierro, y vuestra tierra como bronce. Vuestra fuerza se consumirá en vano, porque vuestra tierra no dará su producto, y los árboles de la tierra no darán su fruto” (versículos 19-20).

Dios invita a Su pueblo a arrepentirse, a volverse a Él y a obedecer Su ley. Todos han quebrantado la ley de Dios, sin importar el partido político al que uno pertenezca. Incluso la mayoría de las llamadas iglesias cristianas rechazan los Diez Mandamientos, especialmente el Cuarto. El arrepentimiento detendría las maldiciones (vea 2 Crónicas 7:13-14). Sí, las catástrofes meteorológicas castigan a los pecadores, y todos son pecadores, influenciados por Satanás (Romanos 3:23; 2 Corintios 4:4; Efesios 2:2; Apocalipsis 12:9). Esto incluye ciertamente a los antiguos israelitas y a sus descendientes en EE UU, Gran Bretaña y otras naciones que se han alejado de Dios a pesar de haber recibido enormes bendiciones y de haber tenido una relación personal con Dios.

Job era mucho más justo y exitoso que la gente de hoy. Sin embargo, a través de una serie de desastres, llegó a entender que su rectitud no valía nada, al igual que toda su vida, y su única esperanza era el verdadero arrepentimiento (Job 38-42). Entonces Dios lo bendijo enormemente, y no sólo poniéndole fin a su sufrimiento, aumentando su riqueza y dándole otra familia. Todas esas cosas desaparecieron hace tiempo, y Job pereció, como lo harán todos los hombres, como el viento que viene y se va (Job 7:7). La actitud de arrepentimiento a la que Dios condujo a Job lo cambió todo.

Dios quiere lo mismo para los estadounidenses, los británicos y todos los pueblos, los vivos, los muertos y los que aún no nacen.

Si la gente se niega a hacer caso a las advertencias de Dios, una maldición podría darles la vuelta y conducirles a maravillosas bendiciones. Por eso Dios castiga por el pecado. La Biblia registra muchos ejemplos en los que Dios bendijo a Israel eliminando las plagas y otras amenazas cuando la nación se arrepentía.

Profecías específicas para Alemania

¿Qué hay de las muchas otras naciones que no tienen una historia con Dios? ¿Qué pasa con todos los que realmente murieron en las plagas? Los científicos, por supuesto, no tienen respuesta, y tampoco la tienen los religiosos. Suponen que los que han muerto sin creer en Jesucristo han perecido definitivamente.

El año pasado, Alemania sufrió inundaciones récord que causaron la muerte de más de 150 personas. Este año, la misma zona está experimentando una sequía récord que puede ser la peor en 500 años, según un informe de agosto del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea. Los expertos consideran que los niveles de agua extremadamente bajos en el Rin se producen en promedio cada 50 años. Pero el río se encuentra ahora en esos niveles tan bajos por tercera vez en menos de 20 años. Esto ha perjudicado la pesca, la producción de electricidad, la agricultura y el transporte de mercancías por el río, todo lo cual perjudica a la economía en general, ya de por sí frágil, causando agitación en toda la sociedad.

“Dios quiere que el mundo aprenda que es Él quien controla la naturaleza”, explica el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, en Nahum: profecía para Alemania en el tiempo del fin. “Muchos desastres naturales ahora son cualquier cosa menos naturales. Pronto, la arrogancia del hombre tendrá que aprender esta lección muy profundamente”.

¡El Creador de los seres humanos y de todas las cosas quiere que todos los hombres aprendan que Él controla el clima! Aceptar este hecho tan evidente revolucionaría nuestras sociedades. Nos hemos plagado de pecado, avaricia, inmoralidad, perversión, contaminación, guerra y más. El clima, el cual Dios controla, está captando nuestra atención, ¡pero Dios no! Seguimos ignorando, no creyendo, desobedeciendo, seguimos sin arrepentirnos y pereciendo.

Dios espera que el pueblo alemán se arrepienta, pero da profecías específicas para mostrar lo que sucederá si no lo hacen. Como explicó el Sr. Armstrong, los alemanes de hoy son descendientes del antiguo Imperio Asirio. El libro de Nahum contiene un mensaje para este grupo de personas. Parte de este mensaje es que Dios “secará los ríos”.

La Biblia revela que si el pueblo alemán rechaza los llamados de Dios al arrepentimiento, confiará en un hombre que los conducirá a una guerra catastrófica con grandes atrocidades. En Nahum 2:13, Dios profetiza que castigará a Alemania, diciendo: “Heme aquí contra ti, dice [el Eterno] de los ejércitos…”.

“Dios les va a hablar en el único lenguaje que el ejército alemán entiende: fuerza superior”, escribe el Sr. Flurry (ibíd.).

Si Alemania se niega a hacer caso a esta advertencia hoy, sufrirá una gran devastación. Las maldiciones climáticas actuales son una advertencia a Alemania y al mundo entero del mal que está por venir. La Palabra de Dios no puede ser quebrantada, pero Él da a todos la oportunidad de arrepentirse, ¡si le hacen caso!

Todos los seres humanos han cometido pecados, y el pecado es terminal. Si no nos arrepentimos de él en esta vida o, como veremos, en la resurrección, acaba causando la muerte permanente. Entre más nos complazcamos en el pecado, ¡más severamente debe castigarnos Dios para salvarnos de él!

Entendiendo la voluntad de Dios

Pero muchos ya han muerto en terremotos y maldiciones climáticas que Dios ha permitido. ¿Qué esperanza hay para ellos? ¡Los predicadores cristianos no tienen la respuesta! Muchos piensan que el propósito de los que han perecido es simplemente advertir a los que son cristianos. Muchos se resignan a la idea de que Dios es demasiado grande y misterioso como para comprender por qué dejó morir a esas personas. Otros piensan que los que han muerto irán al cielo independientemente de sus creencias.

El propio Jesucristo dijo que habría muchos falsos cristianos (Mateo 24:5). Los cristianos verdaderos son una minoría pequeña. Han sido humillados, llamados por Dios, conducidos al arrepentimiento y luego han recibido Su Espíritu. Sólo con esa actitud y ese Espíritu puede una persona entender lo que Dios está haciendo, “Porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Corintios 2:10).

¿Por qué permite Dios el sufrimiento y la muerte?

Dios le ha dado al hombre la capacidad de elegir entre el camino del egoísmo y el pecado de Satanás, que conduce al sufrimiento y la muerte, o el camino de Dios, del altruismo y la obediencia a Dios, que conduce a la alegría y la vida. Desde el principio mismo, los seres humanos han elegido por sí mismos lo que está bien y lo que está mal en lugar de someterse a lo que Dios define como bien y mal. Esto, como escribió Herbert W. Armstrong, es la causa de “cada partícula de sufrimiento humano”.

Como escribió el Sr. Armstrong en El misterio de los siglos, cuando los primeros seres humanos rechazaron a Dios, Él los cortó de Su Espíritu. Él no está luchando para convertir y salvar al mundo. (Si lo estuviera haciendo, Su historial constituye un terrible fracaso). Él está permitiendo que los seres humanos experimenten los resultados de sus decisiones. Nos estamos saturando de pecado y experimentando las consecuencias.

Nuestro sufrimiento sirve a un propósito eterno. Nos enfrentamos a la realidad, aprendiendo la causa y el efecto. Al final, veremos nuestra necesidad de confiar en Dios y obedecerle. Admitiremos finalmente que los seres humanos están bajo el engaño de Satanás, que no tenemos las respuestas y que no tenemos ningún propósito ni esperanza —en esta vida o más allá— ¡sin nuestro Creador!

Comprender la verdad sobre las catástrofes meteorológicas abre la puerta al entendimiento de la fragilidad e inutilidad de la vida humana, y a la comprensión de la indescriptible esperanza en el arrepentimiento.

También nos lleva a comprender lo que incluso la mayoría de los cristianos desconocen: lo que ocurre después de la muerte.

La Biblia enseña que Satanás es el dios de este mundo y que Dios no está juzgando al mundo actual —incluyendo a las víctimas de desastres climáticos de 2022 y a otros miles de millones de personas que han muerto— hasta después de que remueva a Satanás, restaure Su gobierno a través del retorno de Jesucristo y traiga a los muertos de vuelta a la vida física a través de una resurrección (vea Ezequiel 37 y Apocalipsis 20).

Pero lo que la humanidad en general aprenderá en el futuro, usted puede aprenderlo hoy. Por más que aumenten los eventos devastadores, usted puede enfrentar esos desastres y “no turbarse” (Mateo 24:6). Al buscar a Dios en arrepentimiento hoy, puede prepararse para ayudar a otros a tomar la misma decisión en el futuro.