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Una alarma resonante sobre la urgencia de los tiempos
El 5 de mayo de 2001, Dios señaló el comienzo de una nueva fase en esta era del hombre que se desvanece rápidamente: la “última hora”.
Poco tiempo después, el mundo fue testigo de los atentados terroristas del 11 de septiembre. Eso condujo a las guerras de Afganistán e Irak. Desde entonces hemos visto la guerra en Siria, la búsqueda incansable de armas nucleares por parte de Irán y el asalto contra Israel del 7 de octubre de 2023. Rusia avanzó hacia Europa, apoderándose de partes de Georgia y Ucrania mientras amenazaba con apoderarse de más. También hemos visto signos preocupantes de una inestabilidad más profunda: la crisis financiera mundial, la crisis de deuda europea, los cierres de la pandemia y la intensificación de las guerras comerciales. Políticamente, el mundo cambió: ocho años de Barack Obama en Estados Unidos, la Primavera Árabe, el ascenso de China a la hegemonía mundial, el Brexit, la crisis de los refugiados y el ascenso de Donald Trump. Mientras tanto, las asombrosas y a veces inquietantes tecnologías nuevas han transformado nuestra forma de vivir, trabajar e incluso hasta nuestra forma de pensar.
Nuestro mundo ha cambiado de la estabilidad relativa de la Guerra Fría a una era de mayor caos, conflictos y continuas crisis demasiado numerosas para enumerarlas.
En los próximos días, veremos eventos de gran trascendencia: la expansión de la guerra de Israel contra el terrorismo, la inauguración de un nuevo gobierno alemán y la elección de un nuevo papa. El hecho de que estos eventos estén ocurriendo alrededor del aniversario de la última hora es significativo.
El apóstol Juan describe esta nueva fase con vívidos detalles en sus epístolas. Usted necesita entender esto profundamente para saber lo cerca que realmente está el regreso de Jesucristo.
1 Juan 2:18 de la versión Revised Standard dice: “Hijos, es la última hora; y como habéis oído que viene el anticristo, así ahora han venido muchos anticristos; por eso sabemos que es la última hora”. Última hora es la traducción correcta del griego en ese versículo, en lugar de el último tiempo, como se lee en la Reina-Valera 1960.
Dios comenzó a revelar esta verdad sobre la última hora el 5 de mayo de 2001. Los atentados terroristas del 11 de septiembre, que ocurrieron cuatro meses después, fueron un signo físico del tiempo urgente en el que habíamos entrado. Ese terrible atentado terrorista reforzó poderosamente esta nueva revelación.
Son tiempos únicos. La última hora no se menciona en ningún otro lugar de la Biblia. Solamente hay una última hora: esta pequeña porción de tiempo que Cristo le ha dado a su pueblo para que termine de entregar su advertencia al mundo. Nosotros tenemos que entregar una advertencia devastadora a las naciones de Israel mientras ellas se tambalean y se colapsan. Dios los está maldiciendo a ellos.
Aunque hay muchas crisis en el mundo en la última hora, la más grande ocurrió dentro de la Iglesia de Dios. ¡Aquellos encargados de entregar el mensaje de Dios se pusieron en contra de Cristo y trataron de suprimirlo!
¡Dios ha revelado, a través de las epístolas de Juan, que la principal advertencia sobre los anticristos está dentro de la propia Iglesia de Dios! “Salieron de nosotros”, esta es la profecía para la última hora.
Cuando Dios me reveló esta verdad, estábamos inmersos en un proceso judicial luchando por los libros y folletos escritos por Herbert W. Armstrong contra aquellos que pretendían destruirlos, ¡destruir revelación de Dios! Querían borrar totalmente la verdad de Dios para que nadie pudiera leerla y estudiarla. Se convirtieron en viles anticristos al apoyar activamente a Satanás el diablo, ¡el pecado supremo!
Ya habíamos entrado en la última hora cuando, en 2003, obtuvimos la victoria en nuestra batalla legal para imprimir los escritos del Sr. Armstrong. Este fue un punto de inflexión. Hoy ofrecemos estos libros y folletos de forma gratuita. Sin duda, muchos de ustedes han leído algunas de estas obras.
Creo que Dios utilizó la victoria de los derechos de autor para demostrar claramente quiénes son los propios elegidos y quiénes son los muchos anticristos. Cualquiera que luche contra los mismos elegidos de Cristo y trate de destruir su Obra de proclamar la verdad es un anticristo.
Pero la gran vergüenza en ese caso judicial no fueron sólo los que lucharon contra nosotros, sino las decenas de miles de personas que fueron neutrales y han permanecido neutrales en esta última hora.
Nuestra victoria sobre los derechos de autor demostró claramente quiénes eran los laodicenos: aquellos miembros de la Iglesia de Dios que no vinieron a ayudarnos en nuestra batalla judicial. Los laodicenos no son anticristos, pero no luchan por Cristo. Ni siquiera querían la revelación que Dios le dio al Sr. Armstrong. “Salieron de nosotros”, ¡el caso judicial reveló ese trágico resultado como ningún otro acontecimiento lo ha hecho!
La historia de la última hora nos demuestra que no basta con ser neutral. O luchamos por transmitir el mensaje de Dios o no estamos siguiendo a Cristo.
Qué honor luchar por Cristo y vencer al diablo en esta hora! Pero ¡qué vergüenza ser neutral en esta hora tan monumental!
¡Carecer de urgencia espiritual ante las crisis mundiales es no estar a la altura cuando el mundo más le necesita! Esto significa estar dormido cuando Cristo toca la puerta. Significa ser neutral entre Satanás y Cristo.
Si carece de urgencia espiritual, ¡estas crisis de la última hora en el mundo deberían sacudirlo para que entre en acción! Mi folleto gratuito sobre este tema puede ayudarle a adquirir la urgencia espiritual que necesita para entrar en la batalla, y luchar en el lado correcto. Léalo en línea, o solicite un ejemplar gratuito.