Un juez rescata a los enemigos de Trump

La guerra jurídica política sigue haciendo estragos en Estados Unidos. El lunes, la juez de la Corte de Distrito de Estados Unidos Cameron McGowan Currie desestimó los casos de la administración Trump contra el ex director del FBI James Comey y la actual fiscal general de Nueva York Letitia James.

• Comey fue acusado en septiembre de haber mentido al Congreso en su testimonio de 2020 sobre su implicación en el engaño de la colusión rusa.

• James fue acusada un par de semanas después de haber mentido a su prestamista en su solicitud de hipoteca.

La desestimación de estas acusaciones por parte de la jueza Currie no tenía nada que ver con la inocencia o la culpabilidad. Más bien, desestimó los casos alegando que la fiscal, Lindsey Halligan, no había sido nombrada adecuadamente como fiscal federal.

• La fiscal general del presidente Trump, Pam Bondi, nombró a Halligan fiscal federal interina del Distrito Este de Virginia después de que el fiscal federal Erik Siebert se negara a presentar acusaciones contra Comey y James y dimitiera.

• El razonamiento de la juez Currie fue que Bondi violó la Sección 546 del Código de EE UU para cubrir las vacantes de fiscales federales y, de ese modo, encontrar un abogado que persiguiera a Comey.

• La Constitución de EE UU establece que “todo el poder ejecutivo recae en la rama ejecutiva”. Analistas jurídicos como el ex ayudante del fiscal general del Estado de Florida, Keith Gross, dicen que la Sección 546 podría violar esta disposición y podría ser tachada de inconstitucional si el caso se recurre ante la Corte Suprema.

Mientras esperamos una posible decisión de la Corte Suprema, sin embargo, los jueces federales nombrados por Barack Obama y Bill Clinton están haciendo todo lo posible para garantizar que ningún demócrata sufra consecuencias por su papel en el engaño de la colusión con Rusia.

Como escribió el redactor jefe de la Trompeta Gerald Flurry el año pasado en “Injusticia y desenfreno: La advertencia de un profeta”, “La justicia en Estados Unidos está hoy bajo ataque. El Departamento de Justicia, los tribunales de justicia y los legisladores aparecen a diario en las noticias por corrupción, favoritismo, nepotismo, señalamiento y tergiversación de la ley en beneficio propio y para la destrucción injusta de sus oponentes”.