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Un crudo invierno azota a EE UU, Canadá y Japón

(JOHN NORMILE/GETTY IMAGES)

Un crudo invierno azota a EE UU, Canadá y Japón

Una tormenta de invierno procedente del Ártico que azotó a Estados Unidos y Canadá se transformó en una “bomba ciclónica” el 23 de diciembre. Una bomba ciclónica es una zona de baja presión que se profundiza tan rápido “que es como si estallara una bomba”. Esto trae consigo fuertes precipitaciones y vientos. Y todo el continente, desde Canadá hasta la frontera sur de Estados Unidos, está siendo azotada fuertemente.

  • Al menos 46 personas han muerto en Estados Unidos. Se espera que la cifra de muertos aumente.

  • La zona más afectada fue Buffalo, Nueva York. Se ha confirmado la muerte de al menos 13 personas en dicha zona.

  • En Canadá, cuatro personas murieron tras el vuelco de un autobús debido a las condiciones de hielo en la provincia de Columbia Británica.

  • Al otro lado del Pacífico, Japón también está experimentando problemas por los niveles anormales de nevadas. Hasta esta mañana se han confirmado 17 muertos y más de 90 heridos.

Las tormentas también están causando problemas en las infraestructuras:

  • La semana pasada, cerca de 1,7 millones de hogares y empresas estadounidenses se quedaron sin electricidad. En Japón, unos 20.000 hogares se quedaron sin electricidad [el domingo] por la mañana.

  • Los enlaces de transporte se están deteriorando. Sólo el viernes, 5.700 vuelos estadounidenses fueron cancelados y unos 7.600 sufrieron retrasos. Amtrak, el operador ferroviario nacional de pasajeros de EE UU, canceló docenas de trenes durante la temporada navideña. También se cancelaron vuelos en Japón.

  • Más de 200 millones de estadounidenses —más de la mitad de la población— recibieron avisos meteorológicos.

La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dijo lo siguiente en una conferencia de prensa:

“Se trata de un peligro épico, a escala estatal. No hay otra forma de describirlo (…) La he llamado tormenta del fregadero de la cocina porque nos está lanzando de todo, menos el fregadero de la cocina. Hemos tenido hielo, inundaciones, nieve, temperaturas bajo cero y todo lo que la madre naturaleza nos podía arrojar este fin de semana”.

Dios se muestra como Aquel que tiene el control absoluto del clima. Y lo utiliza para comunicarse con la humanidad. “Por el soplo de Dios se da el hielo”, dice Job 37, “Y las anchas aguas se congelan. Regando también llega a disipar la densa nube, Y con su luz esparce la niebla. Asimismo por sus designios se revuelven las nubes en derredor, Para hacer sobre la faz del mundo, En la tierra, lo que él les mande. Unas veces por azote, otras por causa de su tierra, Otras por misericordia las hará venir” (versículos 10-13). Para saber más, solicite un ejemplar gratuito de Why ‘Natural’ Disasters? [¿Por qué las catástrofes “naturales”?; disponible en inglés].