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Trump: ¡2.000 dólares para cada estadounidense!

GETTY IMAGES, JULIA GODDARD/LA TROMPETA

Trump: ¡2.000 dólares para cada estadounidense!

Ayer en Truth Social, el presidente Trump prometió un “dividendo arancelario” de 2.000 dólares para cada ciudadano estadounidense (excluidos los de “altos ingresos”). Es un claro ejemplo del juego habitual en la política estadounidense:

Las personas que se oponen a los aranceles son unos ¡TONTOS! Ahora somos el país más rico y respetado del mundo, casi sin inflación y con una cotización récord en bolsa. Los 401ks son los más altos de la historia. Estamos ingresando billones de dólares y pronto empezaremos a pagar nuestra ENORME DEUDA, 37 billones de dólares.

Comprobación de hechos: Hasta ahora, Estados Unidos ha recaudado entre 195 y 215 mil millones de dólares en ingresos arancelarios. Repartido entre 340 millones de estadounidenses, esto equivale a menos de 600 dólares cada uno.

  • Prometer pagos de 2.000 dólares es una locura. Joe Biden repartió cheques de estímulo de 1.400 dólares durante la COVID y turboalimentó la inflación.

El presidente está engañando flagrantemente a la opinión pública estadounidense sobre el estado de las finanzas de Estados Unidos. El economista Kenneth Rogoff dijo que se trata “claramente de intentar burlar a la Corte Suprema”, que se pronunciará sobre la legalidad de los aranceles de Trump. Rogoff dijo: “Al decir a los estadounidenses que pensaba repartir el dinero a todo el mundo, tiene por objetivo fomentar el furor populista”.

El Secretario del Tesoro, Scott Bessent, se retractó de la promesa, diciendo que los 2.000 dólares podrían ser en forma de recortes fiscales que ya han sido anunciados. La irreal declaración de Trump no duró ni un día antes de darse de bruces con la realidad, socavada por su propio gabinete.

Pero eso es habitual en la política democrática. La semana pasada, la ciudad de Nueva York eligió a Zohran Mamdani como alcalde por sus promesas de regalar cosas que es poco probable que apruebe y que no podrá financiar. Los políticos se adecúan a los votantes poco informados para ganar su favor; cuando se les concede el poder, no sólo no pueden cumplir lo que prometieron, sino que también generan problemas económicos a largo plazo en su fallido intento.

Sin embargo, se avecina una economía mundial que elude los problemas tanto de la democracia como de las economías dirigidas y que en realidad funcionará