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¿Tiene usted confianza en el proceso político de Estados Unidos?

(JEWEL SAMAD/AFP/Getty Images and BRENDAN SMIALOWSKI/AFP/Getty Images)

¿Tiene usted confianza en el proceso político de Estados Unidos?

¿Está la grandeza de Estados Unidos a solo una elección de distancia?

Las encuestas dicen que el 71 por ciento de los estadounidenses está descontento con el rumbo del país; y que muchos se encuentran francamente frustrados.

Hace un año, los republicanos ganaron el control del Senado y la más amplia mayoría en la Cámara desde 1928. Los republicanos se entusiasmaron con la idea de poder revertir las políticas impopulares del presidente Barack Obama. Ellos prometieron cortar los fondos o derogar el plan de salud “Obamacare”, reducir la inmigración ilegal, enfrentarse a las órdenes ejecutivas ilegales, y controlar la galopante deuda de EE UU.

Pero ellos no han hecho nada de esto. Los republicanos del Congreso han mostrado una pasmosa falta de voluntad; incluso cuando llegó la hora de oponerse al acuerdo nuclear con el mayor patrocinador del terrorismo en el mundo. Todo el optimismo en torno a las elecciones del año pasado ha probado ser completamente mal fundado.

Y ahora aquí estamos en medio de otro ciclo de elecciones presidenciales. De muchas formas, esta alocada campaña refleja la frustración de los ciudadanos.

El principal aspirante republicano no sería considerado un candidato serio bajo circunstancias normales. Pero la gente lo aprecia porque parece ser todo lo que el sistema republicano no es: un negociador pugnaz, insobornable, políticamente incorrecto y bravucón que pone a los medios de comunicación liberales en su lugar. Él dice que es un ganador, y que fortalecerá el ejército, construirá un muro en la frontera, y hará que Estados Unidos sea respetado nuevamente. Este hombre también es arrogante, narcisista y a veces rudo, pero la gente está tan desencantada con los políticos que está dispuesta a pasar por alto sus fallas. El siguiente candidato republicano con opción también es un político desconocido. Los votantes están claramente hartos después de dos elecciones anteriores, perdidas por los candidatos moderados de la corriente principal republicana.

En el lado demócrata, los dos candidatos que están liderando son una mujer, en la que la mayoría de los estadounidenses no confía (gracias a los años de escándalos y una investigación abierta del fbi), y un declarado socialista cuyo gigantesco plan de gasto gubernamental costaría $18 billones de dólares de acuerdo al Wall Street Journal.

¿Puede alguno de estos candidatos realmente resolver los problemas de Estados Unidos?

Los debates están colmados de candidatos tratando de hacer algún comentario ingenioso que grabe la frase pegadiza que eleve sus porcentajes en las encuestas, señalando y acusándose unos a otros, o alardeando sobre ellos mismos y contradiciéndose entre sí sobre supuestos hechos; en resumen, es una extraña mezcla de arrogancia y distracciones que no hacen nada para revelar sus credenciales de liderazgo. Sin embargo, el último debate republicano por cnn captó los mayores niveles de audiencia de su historia. Y esto, es lo que le importa a cnn.

“Si no está informado, entonces lo más patriótico que usted puede hacer el día de las elecciones es quedarse en casa”, escribió Thomas Sowell. “De otra manera su voto, basado en caprichos o emociones, está jugando a la ruleta rusa con el destino de esta nación” (15 de septiembre).

¿Saben realmente los estadounidenses cómo elegir a un líder? ¿El hecho que alguien se destaque en un escenario de debate, son realmente las mismas cualidades que lo califican para liderar?

¿Son la arrogancia y el narcisismo buenas cualidades en un líder? Yo diría que en el gobierno estadounidense actual tenemos enorme evidencia de lo contrario. Pero las encuestas sugieren que muchos estadounidenses todavía creen que esas son tremendas virtudes políticas.

¿Conocen los ciudadanos realmente algo importante acerca de sus candidatos? Hace dos elecciones presidenciales, los votantes compraron una idea de esperanza y cambio; siete de cada 10 estadounidenses pensaron que el nuevo presidente mejoraría las relaciones raciales en EE UU. Entretanto, ignoraron varios hechos preocupantes. Tom Brokaw [comentarista de noticias] admitió que los medios no sometieron a investigación a este hombre. ¿Resolverá nuestros problemas otra elección? ¿Con otro ciclo de ciudadanos desinformados votando con base en procesos políticos distorsionados por el dinero, por la sesgada cobertura de la prensa, y con mentiras promovidas por los candidatos sobre sí mismos, y sobre los otros?

Y a fin de cuentas, incluso si consiguen las victorias que se piensa que beneficiarán al país, es posible que aun así terminen con un Congreso incompetente como el que tiene ahora Estados Unidos.

En su libro El Maravilloso Mundo de Mañana, ¿Cómo será?, Herbert W. Armstrong escribió que el gobierno generalmente se compone de hombres egoístas, codiciosos, presumidos y ambiciosos con sed de dominio y actuando mediante acuerdos secretos, corrupción, inmoralidad, engaño y deshonestidad. Ellos prometen paz y declaran la guerra. Prometen prosperidad y entregan deuda, impuestos y pobreza. “No logramos encontrar en el gobierno humano ningún conocimiento del propósito de la vida, ni la diseminación de los valores verdaderos”.

La forma de gobierno de Estados Unidos es quizás la mejor de la Tierra para restringir la tiranía y la corrupción, y maximizar la libertad. Sin embargo, los abusos de poder están socavando los beneficios del gobierno de EE UU y están convirtiendo su proceso político en una farsa.

En Levítico 26:19, Dios les dijo a los antiguos israelitas y sus descendientes que pecaron: “quebrantaré la soberbia de vuestro orgullo”. Estados Unidos está entre esos descendientes; han pecado y su poder está quebrantado. Pero Dios no culpa a los líderes. Él dice que el problema real está con la gente. ¡Nuestros pecados han traído estas maldiciones! Los estadounidenses quieren culpar a los políticos por nuestros problemas, pero el hecho es que nosotros los pusimos en el cargo.

El estribillo repetitivo de campaña es, ¡Si solo podemos sacar a estos inútiles, lo resolveremos todo! ¿Cuándo reconoceremos que nuestros problemas son más grandes que eso? ¿Y cuándo aceptaremos nuestra responsabilidad por nuestra parte en el problema?

EE UU está sufriendo de una voluntad quebrantada, de líderes sin ley, de descomposición social, de conflictos raciales y desastre económico. Estas son maldiciones que Dios trae sobre nosotros, no por haber votado por el candidato equivocado, sino porque le hemos vuelto la espalda a Él.

¿Qué tan bien cree usted que le iría a un candidato que trajera un mensaje como ese?