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Dominio público

¿Recuerdan el Álamo?

O eran supremacistas blancos o luchaban por la libertad.

“Si no hacen caso a este llamado, estoy decidido a aguantar el mayor tiempo posible y a morir como un soldado que nunca olvida lo que se le debe a su propio honor y al de su país: victoria o muerte ”.

Esas fueron las últimas palabras que el teniente coronel William Travis, comandante de los hombres del Álamo, escribió en su carta pidiendo refuerzos. Días más tarde, Travis, James Bowe, Davy Crockett y los 200 defensores de el Álamo murieron en un resplandor de gloria mientras hacían su última resistencia contra el ejército mexicano bajo el mando del presidente general Antonio López de Santa Anna, el autodenominado “Napoleón del Oeste”.

El grito de guerra “¡Recuerden el Álamo!” fue utilizado por el general Sam Houston antes de ganar la batalla de San Jacinto, la cual logró la independencia de Texas de México. Fue un sacrificio noble y honorable que dio forma a la identidad de Texas y de Estado Unidos. Personas de todo el mundo se han inspirado por la historia que ocurrió en el Álamo.

Esa historia y ese legado esta bajo ataque.

La ciudad de San Antonio y los educadores de Texas llevan décadas trabajando para cambiar la narrativa del Álamo de un sacrificio heroico a una de esclavitud y desigualdad racial. Este esfuerzo se ve ahora impulsado por un nuevo libro que afirma que El Álamo debe ser olvidado.

El Álamo vuelve a ser un campo de batalla, pero esta vez en las guerras culturales de identidad que vive Estados Unidos.

Olvide el Álamo

Este verano, tres académicos de Texas publicaron un libro titulado Forget the Alamo: The Rise and Fall of an American Myth [Olvide el Álamo: El auge y la caída de un mito estadounidense]. La estación local de noticias de San Antonio, ksat, informó: “Olvide el Alamo, Chris Tomlinson, Bryan Burrough y Jason Stanford argumentan que la forma en que vemos el pasado del Álamo tiene más que ver con la perpetuación de la supremacía blanca de lo que la mayoría quisiera admitir”.

El LA Times resumió el contenido del nuevo libro escribiendo: “En realidad, la revuelta de Texas de 1836 no se trataba sólo de romper con el dominio extranjero, sino también de conservar la economía basada en el algodón y el sistema de esclavitud que requería y que México deseaba abolir”.

Los tres autores del libro afirman que “Bowie era un asesino, dueño de esclavos y un estafador; Travis era un agitador pomposo racista y una sanguijuela sifilítica; y Crockett era un viejo tonto que se promocionaba a sí mismo”, y que los defensores fueron tontos por quedarse allí muriendo en lugar de retirarse. Su premisa es que los hombres blancos del Álamo luchaban para mantener el comercio de esclavos en Texas, y la batalla era más bien una guerra civil entre tejanos que libertad para Texas.

El libro ha sido el epicentro de controversia entre las élites educativas y muchos historiadores de Texas. Esto se amplió cuando el Museo de Historia de Texas canceló un evento sobre el nuevo libro después de que el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, presionara al grupo, diciendo que el libro difundía una historia revisionista.

El libro no ha sido revisado por expertos, y además de portar una interpretación contemporánea de los hechos históricos, no contiene pruebas concretas que respalden muchas de sus afirmaciones. Bryan Preston en PJ Media escribió:

Hasta la fecha, los autores de ese libro no se han enfrentado a preguntas por parte de ningún medio de comunicación en San Antonio o a nivel nacional. Uno de los autores fue retado a un debate sobre las afirmaciones del libro en las redes sociales durante el fin de semana, y después de alegar que lo estaban oprimiendo y hacer comentarios sarcásticos, huyó. Quienes hacen afirmaciones impactantes deberían poder respaldarlas. Pero los medios de comunicación de San Antonio, la ciudad del Álamo, no les han exigido a los autores que lo hagan en lo absoluto.

Las élites de la ciudad, los medios de comunicación y la mayoría de los educadores de Texas llevan décadas haciendo una campaña para cambiar la historia del Álamo. Se trata de un esfuerzo extraño ya que más de un millón de turistas acuden a San Antonio cada año para ver lo que queda del campo de batalla del Álamo. Incluso un profesor japonés hizo un monumento del Álamo en 1914 para honrar a los hombres que murieron allí.

Preston señaló la agenda constante de la ciudad para socavar el legado del Álamo:

[Los visitantes] también se preguntan por qué un lugar tan famoso es tratado de forma tan infame por la misma ciudad que porta su nombre. Hoy en día, nos encontramos con un comité convocado en 2014 bajo el mandato del alcalde Julian Castro llamado Asesoramiento Ciudadano del Álamo. El New York Times cita a la propia madre de Castro diciendo que desprecia el Álamo y a sus defensores. Al parecer, ese comité está trabajando ahora en el contenido de las próximas exposiciones en la Plaza del Álamo (que es propiedad de la ciudad pero está arrendada al estado a través de la Oficina General de Tierras) y está teniendo la mayor parte de sus discusiones sobre el contenido en reuniones cerradas al público. El gobierno de la ciudad corta la transmisión de video cuando se inician las discusiones, pero los temas recientes incluyen el impulso de una narrativa sobre la esclavitud que es casi irrelevante para el Álamo y que tuvo muy poco que ver con la batalla y no fue el tema principal de la Revolución de Texas. Y si nos atenemos a los medios de comunicación de San Antonio, las élites de la ciudad están a favor de ello. También están impulsando una narrativa de “supremacía blanca” en el Álamo que es totalmente un invento moderno.

Casi todos los principales medios de comunicación de San Antonio hicieron una cobertura muy positiva de Olvide el Álamo y del plan de la ciudad de impulsar una narrativa de supremacía blanca.

La presión de las élites para cambiar la historia del Álamo forma parte de un ataque más amplio a la historia estadounidense. La izquierda radical pretende borrar la historia que presenta a hombres blancos heroicos o que demuestra cómo la Constitución y la idea de la libertad estadounidense inspiraron a la gente de forma positiva. No es difícil ver por qué la izquierda radical quiere suprimir una historia sobre un grupo de personas que luchan por la libertad contra un gobierno autoritario.

Pero hay un motivo más siniestro en juego. ¡Olvidar el Álamo es en realidad olvidar a Dios!

Destino Manifiesto

La Revolución de Texas (1835-1836) fue un momento importante en el desarrollo de Estados Unidos. No sólo ayudó a unir las costas oriental y occidental, sino que también acabaría creando una frontera sur defendible para la Unión. La independencia de Texas eliminó la amenaza de que un imperio mexicano agresivo invadiera el corazón de Estados Unidos. También proporcionó vastas reservas de petróleo que alimentarían a la nación durante el siglo siguiente.

Herbert W. Armstrong demostró en Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía que la Biblia profetizó que EE UU se convertiría en una superpotencia, poseedora de una riqueza y un poder sin paralelo. Escribió:

Más de la mitad de toda la tierra cultivable en zonas templadas, la obtuvieron estas dos potencias ¡después del año 1800! Las fértiles tierras agrícolas del Valle del Misisipi; los vastos campos de trigo y cereales del Oeste Medio norteamericano (…) las enormes extensiones forestales de la costa norte del Pacífico y de muchas otras partes del mundo; los yacimientos de oro de (…) Alaska y Estados Unidos; las abundantes minas de carbón de Estados Unidos (…) las cataratas naturales, fuente de energía eléctrica y origen de los prósperos distritos industriales (…) del oriente de Estados Unidos; las selectas zonas frutales de la costa del Pacifico y Florida. ¿Qué otras naciones combinadas han poseído tanta riqueza material?

Todas estas bendiciones sólo fueron posibles porque Dios estaba guiando el desarrollo de EE UU para cumplir las muchas promesas de la Biblia. Dios proveyó muchos milagros y también utilizó a hombres para cumplir estas profecías. Estos hombres tenían defectos, pero también tenían características positivas que fueron utilizadas para construir esta nación. Los Padres Fundadores y los primeros líderes de EE UU tuvieron la visión de lo que podría llegar a ser este país. El editor ejecutivo de la Trompeta, Stephen Flurry, escribió en “Founded on a Rock” [Fundada sobre una roca]:

Al igual que los israelitas antiguos que huyeron de un Egipto opresivo para establecerse en un nuevo territorio que les había sido concedido por Dios, muchos de los primeros colonos huyeron de la persecución religiosa a las costas de Estados Unidos, un territorio que afirmaban que era suyo por decreto divino. El Destino Manifiesto se basaba en este concepto bíblico: la creencia de que la voluntad de Dios era que Estados Unidos se extendiera de mar a mar, desde el océano Atlántico hasta el Pacífico.

Hacer realidad esta visión requería sacrificios y el Álamo fue uno de ellos. La expansión hacia el oeste no fue hecha perfectamente por hombres carnales, pero Dios estaba detrás de ella porque estaba cumpliendo las profecías bíblicas y manteniendo la promesa que le hizo al patriarca Abraham.

Degenerar y menospreciar esta historia es, en realidad, atacar la historia de Dios con EE UU. Acontecimientos como la batalla del Álamo deberían hacernos ver la intervención divina necesaria para hacer posibles las bendiciones que recibió Estados Unidos.

El Álamo es una historia de valor y sacrificio que ha inspirado a generaciones de personas de todo el mundo. Como dijo Preston, “La historia del Álamo cuenta que 189 texians y tejanos lucharon hasta la muerte contra el tirano brutal Santa Anna”. Esa narración es cierta. Los defensores del Álamo realmente lo hicieron. Murieron por eso y sus cuerpos fueron quemados en piras como una advertencia para los demás revolucionarios. Santa Anna fue realmente un tirano que cometió numerosas masacres, matando a unos 5.000 mexicanos en Zacatecas en 1835, por mencionar sólo una de ellas”.

Los hombres del Álamo tenían defectos, pero su ejemplo de valor debería inspirarnos en esta era moderna de miedo y cobardía.

Un espíritu de lucha

Poco después de que comenzara la Guerra por la Independencia de Texas a finales de 1835, un pequeño grupo de voluntarios dirigidos por James Bowie capturó el Álamo. En febrero de 1836, el teniente coronel William Travis llegó con refuerzos y tomó el mando. El famoso hombre de la frontera y ex congresista Davy Crockett llegó por la misma época con 12 voluntarios de Tennessee.

El cuartel contaba con unos 150 a 200 hombres. El general en jefe estadounidense Sam Houston quería que se abandonara el fuerte, pero Travis insistió en mantenerlo a toda costa. El general Santa Anna trajo entre 1.800 y 6.000 soldados mexicanos. Cuando llegó el ejército mexicano, Travis envió a varios hombres a infiltrarse entre las líneas enemigas para entregar su famosa carta:

El enemigo ha exigido una rendición a discreción, de lo contrario, el cuartel será sometido a la espada, si el fuerte es tomado —he respondido a la demanda con un disparo de cañón, y nuestra bandera aún ondea orgullosamente en los muros— nunca me rendiré ni me retractaré. Entonces, les pido en nombre de la libertad, del patriotismo y de todo lo que es valioso para el carácter estadounidense, que acudan en nuestra ayuda, con toda prontitud. El enemigo está recibiendo refuerzos diariamente y sin duda aumentará a tres o cuatro mil en cuatro o cinco días.

Firmó la carta “Victoria o Muerte”. Uno de los mensajeros, James Butler Bonham, cabalgó 152 kilómetros hasta encontrar las tropas estadounidenses más cercanas y pedir refuerzos. Cuando le dijeron que no había refuerzos, Bonham volvió a cabalgar hasta el Álamo, atravesó las líneas mexicanas y se reunió con los defensores para luchar hasta la muerte.

La última carta conocida que Travis escribió fue enviada a David Ayers: “Cuida de mi pequeño. Si el país se salva, puedo hacer para él una fortuna espléndida; pero si el país se pierde y yo perezco, él no tendrá más que el orgulloso recuerdo de ser hijo de un hombre que murió por su país”.

James Bowie estaba postrado en la cama y deliraba cuando las tropas mexicanas asaltaron el Álamo. Bowie era un comerciante de esclavos y un propietario de tierras oportunista de carácter cuestionable, pero se comportó con valentía durante la revolución. La leyenda dice que Travis hizo una línea en la arena, permitiendo a los hombres del Álamo decidir si se quedaban a luchar con él. Bowie pidió que su cama fuera llevada sobre la línea.

Davy Crockett fue famoso por sus aventuras en la frontera estadounidense. Fue un miliciano que luchó en varias guerras y también fue congresista de EE UU. Que un antiguo político fuera voluntariamente a Texas a luchar en la revolución da testimonio de su carácter.

Todos los defensores, estadounidenses y tejanos, lucharon para hacer de Texas una república libre.

Seis semanas más tarde, en la batalla de San Jacinto, Sam Houston condujo al ejército tejano a la victoria derrotando a Santa Anna, capturando al general presidente y asegurando la libertad de Texas. El grito de guerra fue “¡Recuerden el Álamo!”. Uno de los héroes de la batalla, William Mosby Eastland, fue capturado en México siete años después durante una incursión en territorio mexicano. Justo antes de su ejecución, Eastland le dijo a un compañero de prisión: “Por mi país he ofrecido todas mis aspiraciones terrenales y por él doy ahora mi vida. Nunca he temido a la muerte ni la temo ahora. Por mi injustificable ejecución no deseo ninguna venganza, sino morir con plena confianza en la fe cristiana”.

Qué diferencia tan notable entre el valor y el espíritu de lucha que tenían estos hombres y el espíritu de miedo y cobardía de hoy. Los cierres por el coronavirus, la expansión del Estado niñera y la total aversión de nuestros líderes a enfrentarse al mal revelan la cobardía rampante en Estados Unidos. Como resultado, cada vez se están despojando más libertades. Es muy raro encontrar un líder que tenga valor.

En un artículo de la Trompeta de 1998 titulado “Una nación de cobardes”, el redactor jefe, Gerald Flurry, escribió:

Ganamos nuestra libertad con mucho derramamiento de sangre y valor. Y nuestra libertad no puede ser sostenida por los cobardes. Podemos engañarnos fácilmente. Pero nuestros enemigos conocen la verdad y un día nos pondrán a prueba.

Mientras más nos alejamos de Dios, más cobardes nos volvemos. Y entre más cerca estemos de Dios, mayor será el valor que manifestemos.

El Álamo debería ser celebrado y honrado. El Álamo debería enseñarse a nuestros jóvenes para que aprendan por qué es importante tener valor. El Álamo debería apuntar a la gente hacia Dios para que podamos tener más valor para afrontar las pruebas del futuro.

¡Recuerden el Álamo!

La guerra cultural en contra de la historia y la identidad de Estados Unidos es en realidad un intento de borrar el nombre de este país. Gerald Flurry explica en Great Again [Grande otra vez] que el verdadero autor de estos ataques es Satanás, y su objetivo es borrar a Israel:

¿Cree que Estados Unidos de Norteamérica ha sido principalmente una fuerza positiva en el mundo durante la mayor parte de su historia? (...)

¡Si lo cree, seguramente está profundamente alarmado por la situación actual de este país!

Todos estos pilares de la historia y la identidad estadounidenses están siendo denigrados y destruidos. Los educadores de Estados Unidos están enseñando a las generaciones venideras a avergonzarse de ellos. Incluso los líderes de la nación los consideran vergonzosos. En muchos temas fundamentales, ¡comparten las opiniones de los peores enemigos de la patria!

Una vez más, el Álamo es un campo de batalla. Estos ataques a la historia estadounidense tienen el objetivo final de separar a los estadounidenses de Dios, lo que nos hará más cobardes. Se necesita verdadero valor para ir contra la corriente de la sociedad y buscar a Dios. La verdadera libertad sólo puede llegar si se tiene el valor de obedecer realmente a Dios y a la Biblia. Recuerde el Álamo, y recuerde a Dios.


Boletín, AD