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Reconociendo a ‘Palestina’: el asesinato de los judíos funciona
El primer ministro británico, Sir Keir Starmer, recompensó a Hamás por su masacre terrorista del 7 de octubre reconociendo un Estado palestino independiente.
Este debe ser uno de los días más vergonzosos de la historia británica. Puedo pensar en casos pasados en los que transigimos con el mal, fracasamos al enfrentarnos al mal o fuimos derrotados por el mal. Pero no se me ocurre ninguna ocasión en la que nos hayamos puesto del lado del mal y hayamos apoyado a un grupo tan monstruoso como Hamás.
Hace varios meses, Starmer prometió a Hamás que si mantenía a los rehenes y seguía luchando contra Israel hasta mediados de septiembre, les recompensaría con un Estado. Y aquí estamos. El único lado positivo es que el 87% de los británicos piensa que se equivocó al hacerlo.
Por supuesto, reconocer un Estado palestino no lo convierte en realidad. ¿Dónde están sus fronteras? ¿Quiénes son exactamente sus ciudadanos? ¿Quién es su líder? David Lammy, que hasta hace poco fue secretario de Asuntos Exteriores británico, dijo: “Cualquier decisión de reconocer un Estado palestino no hace que éste se produzca de la noche a la mañana”. Incluso él admite que Gran Bretaña ha reconocido algo que no existe.
“Francamente”, escribió Melanie Phillips, “este espectáculo de payasos hace que Neville Chamberlain parezca un titán de la visión de Estado”.
Este reconocimiento demuestra el poder político que tiene la minoría musulmana británica. Durante mucho tiempo han sido incondicionales laboristas, pero últimamente se han decantado por partidos pequeños con opiniones más extremas sobre Israel. Aterrorizado por perder el voto de los simpatizantes del terrorismo que viven en el Reino Unido, Starmer transigió.
Starmer dijo que está intentando lograr una solución de dos Estados. Pero eso no es lo que quiere Hamás. Ni siquiera pudo compartir el poder con Fatah. Cualquier poder extra que reciba, lo destinará a su sueño de aniquilar a los judíos y crear un Estado islámico.
Y Starmer acaba de demostrarles que el terrorismo, la toma de rehenes y el asesinato les acercan a su objetivo. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que la propia Gran Bretaña recoja el amargo fruto de esa decisión?
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, comprende la importancia de enfrentarse al mal. El redactor jefe de la Trompeta Gerald Flurry advirtió que “nuestro rechazo a usar nuestro poderío militar a menudo no es justicia, como nos gustaría creer, sino la despreciable debilidad resultante de nuestros pecados. Simplemente nos falta la fe, el carácter y el coraje para pelear contra Irán, la nación terrorista número uno hoy en día”.
Ahora Gran Bretaña ha caído aún más y en realidad está apoyando a los terroristas. Como señala el Sr. Flurry en El rey del sur, el hecho de que el terrorismo islamista siga existiendo se debe en gran medida a la cobardía británica, estadounidense e israelí. Ahora que la cobardía británica ha caído a nuevos mínimos, ¿alcanzará el terrorismo islamista nuevos máximos?
Es un pensamiento aleccionador. La Biblia deja claro que será peor. Pero eso es lo que hace falta para que veamos, afrontemos y superemos nuestra debilidad. Gran Bretaña, y el mundo, volverán a ser grandes, pero Dios tiene que conseguir que dejemos de transigir con el mal antes de que eso ocurra.