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¿Quiere Trump un acuerdo nuclear con Irán?
Donald Trump lo calificó como “una de las peores y más unilaterales transacciones en las que Estados Unidos haya entrado”. Benjamin Netanyahu dijo que era “un mal acuerdo que (…) conducirá inevitablemente a la guerra”. Gerald Flurry lo calificó como “el peor error en política exterior de la historia estadounidense”.
Todos ellos se referían al acuerdo nuclear del presidente Barack Obama con Irán, el Plan de Acción Integral Conjunto de 2016. El acuerdo descongeló miles de millones de dólares en sanciones a cambio de que Irán frenara su programa nuclear. Irán redujo el progreso de su enriquecimiento nuclear. Pero también mantuvo sitios nucleares que impedían la entrada a los inspectores y siguió trabajando en su programa de misiles balísticos, y podría volver a intentar fabricar armas tras esperar sólo nueve años a que expire el acuerdo. El acuerdo tampoco hizo nada para evitar que los miles de millones no congelados de Irán fueran a parar a sus subsidiarios terroristas, como Hamás y Hezbolá.
Los estadounidenses nunca pidieron un acuerdo tan inexplicable y traicionero con un enemigo que ha jurado destruirlos a ellos y a su aliado Israel, pero el presidente Obama lo impuso a la fuerza. El presidente Trump revirtió tal locura, y retiró a EE UU del acuerdo en 2017.
Sin embargo, en los primeros días de su segundo mandato, Trump anunció en Truth Social su plan de llegar a un acuerdo con Irán: “Quiero que Irán sea un país grande y exitoso, pero que no pueda tener armas nucleares. Los informes de que EE UU, en colaboración con Israel, va a hacer ‘volar a Irán en pedazos’ son muy exagerados. Preferiría mucho más un acuerdo de paz nuclear verificado, que permita a Irán crecer y prosperar pacíficamente. Deberíamos empezar a trabajar en ello inmediatamente y tener una gran celebración en el Oriente Medio cuando esté firmado y terminado. ¡Que Dios bendiga al Oriente Medio!” (5 de febrero).
El presidente reiteró su deseo de un acuerdo con Irán en una entrevista con Fox News que se emitió el 9 de febrero. “No se puede permitir que tengan ni un arma nuclear”, dijo. “Pero hay dos formas de detenerlos: con bombas o con un documento por escrito, y yo preferiría hacer un trato (…) que no les vaya a perjudicar. Y creo que ellos también lo prefieren”.
¿Hasta dónde llegará la administración Trump en la búsqueda de un “acuerdo de paz nuclear verificado”? Optar por poner fin al programa nuclear iraní con un “pedazo de papel” ignora la realidad de los objetivos inamovibles de Irán.
Al líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, no le importa que su pueblo sufra hambruna bajo las sanciones extranjeras. Para él y su régimen, armar al Estado islamista más poderoso del mundo con el arma más potente del mundo es algo más que una ambición; es una obligación religiosa. La visión mundial del régimen se basa en la guerra perpetua con EE UU y Occidente, tal y como lo dijo crudamente el padre fundador del régimen, el ayatolá Ruhollah Jomeini: “No adoramos a Irán, adoramos a Alá. Porque el patriotismo es otro nombre para el paganismo. Digo que dejen que esta tierra [Irán] arda. Digo que esta tierra termine en humo, con tal de que el islam salga triunfante en el resto del mundo”.
La única motivación que tienen los iraníes para firmar un papel que limite su programa nuclear es si esto les permite continuar su guerra perpetua más exitosamente que una carrera abierta hacia el logro de sus ambiciones nucleares. Por eso Jamenei firmó el acuerdo con Obama.
El presidente Trump retiró a EE UU del acuerdo de 2016 porque pudo ver sus defectos. Pero parece que no se da cuenta de lo comprometido que está Irán con su rumbo y de cómo se aprovecharía de cualquier acuerdo firmado con Occidente.
La Trompeta analiza los eventos en Iran a través del lente de la profecía contenida en Daniel 11. Esta profecía revela que un “rey del sur” (el islam radical, dirigido por Irán) y un “rey del norte” (la Europa católica, dirigida por Alemania) chocarán en una guerra que estallará en la Tercera Guerra Mundial.
Irán es “el rey del sur”; tiene la supremacía en Oriente Medio. Los versículos 41-43 revelan que este rey del sur comandará un imperio mucho mayor en Oriente Medio que el que controla actualmente. Hoy, Irán lidera el islam radical, patrocinando el terrorismo a través de Hezbolá, los hutíes, las milicias shiíes de Irak y sus propias fuerzas militares y paramilitares. Sin embargo, algunos de sus principales subsidiarios como Hezbolá en Líbano y Bashar Assad en Siria, se han esfumado en gran medida. Irán aún no es tan poderoso como describe Daniel 11.
La primera administración Trump marginó a Irán en la escena mundial. Pero ahora parece que Trump quiere impulsar el poder de Irán si pudiera conseguir un acuerdo, como Obama antes que él, que superficialmente hace que Irán parezca un país “normal”.
Cuando la administración Trump presionó a Israel para que aceptara un acuerdo de cese al fuego con Hamás en enero, el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, escribió: “No podemos ignorar la realidad. Debemos reconocer este acuerdo por lo que es: una señal inquietante del poder perdido de EE UU en Oriente Medio, una señal de alarma sobre el enfoque del presidente hacia los asuntos internacionales, una advertencia sobre la fiabilidad de la alianza de EE UU con Israel, ¡y un terrible presagio de maldiciones mucho peores por venir sobre ambas naciones!” (la Trompeta, marzo 2025).
Lo mismo se puede decir sobre la búsqueda de otro acuerdo nuclear con Irán. El tiempo dirá qué rumbo tomará el presidente Trump. Pero una cosa es cierta: la Biblia profetiza que el ascenso de Irán será catastrófico para la paz mundial. Cualquier ayuda que la administración Trump preste a Irán será por cuenta y riesgo de EE UU y del mundo.