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JULIA GODDARD/LA TROMPETA

¿Quiere ir al espacio?

Los vuelos espaciales comerciales están haciendo realidad los sueños de la ciencia ficción.

Imagine un mundo en el que los viajes de placer al espacio sean tan accesibles para los civiles como los viajes en avión. Imagine las órbitas diarias alrededor de la Tierra desde cientos de kilómetros por encima de la atmósfera, la vida a bordo de estaciones espaciales y las incursiones a la luna o incluso a Marte. Ese mundo de ciencia ficción se está haciendo realidad en un renacimiento de los viajes espaciales.

Desde los primeros vuelos espaciales en la década de 1960, sólo unos 560 seres humanos han ido al espacio, casi todos ellos astronautas de agencias gubernamentales nacionales. Pero a principios de la década del 2000, unos cuantos multimillonarios fundaron empresas espaciales privadas y este verano se lanzaron al cielo junto a un puñado de otros que no son astronautas.

Su éxito contrasta de forma fascinante con lo que ocurre aquí en tierra, donde muchos se sienten claustrofóbicos al estar cubiertos con mascarillas, encerrados en sus casas, despojados de sus trabajos y privados de sus libertades. Llegar al espacio parece la máxima ambición en la búsqueda de inspiración y libertad.

¿Por qué la gente está tan fascinada con el espacio? ¿Qué intentan lograr? ¿Es realmente una absurda pérdida de tiempo y recursos, como muchos piensan, o hay algo noble y valioso en tales hazañas?

Espíritu pionero

El 11 de julio, Richard Branson despegó en el vss Unity, un avión espacial suborbital propulsado por un cohete, en el primer vuelo de 90 minutos con tripulación de Virgin Galactic. Al separarse de la nave nodriza vms Eve, el avión alcanzó un apogeo de 86 kilómetros. Branson y el resto de la tripulación flotaron en la cabina en microgravedad, gritando de emoción. Era la primera vez que una empresa independiente de vuelos espaciales ponía a un civil en el espacio.

Nueve días después, Jeff Bezos se lanzó al espacio con su hermano, con una mujer de 82 años y un estudiante de 18, los que fueron el ser humano más longevo y el más joven en llegar al espacio. La cápsula automatizada los llevó a un punto a 107 kilómetros y los devolvió a la Tierra en un rápido lapso de 10 minutos.

El 16 de septiembre, SpaceX, de Elon Musk, envió a cuatro ciudadanos hasta la órbita en otra primicia histórica. La misión Inspiration4 a bordo de un Falcon 9 duró tres días y voló a 585 kilómetros por encima de la superficie de la Tierra, más de 160 kilómetros por encima de la Estación Espacial Internacional. Los pasajeros amerizaron en el océano Atlántico tras dar vueltas a la Tierra cada 96 minutos.

Éstas son hazañas apasionantes. Estos ricos visionarios superan los límites de lo que puede hacer una empresa privada y convierten los sueños en realidad. Están explorando nuevas fronteras, incluso personalmente. Este es el espíritu que han tenido los grandes exploradores de la historia, conduciendo hacia lo desconocido, a través de las praderas, los océanos, los glaciares, el cielo y ahora el espacio.

Ahora, estos hombres quieren que las experiencias de los viajes espaciales estén disponibles para los clientes que pagan. Cientos de personas ya se han inscrito para comprar boletos caros para ver el límite del espacio.

¿Salvaguardar a la humanidad?

“La Tierra, con toda su belleza, es sólo nuestro punto de partida”. Ese es el resumen que hace Blue Origin de su motivación para volcarse tanto en la exploración espacial. ¿Qué es exactamente lo que motiva estos esfuerzos por expandir los límites del hombre hacia los cielos?

“La noción más extravagante del Sr. Bezos, presentada en 2019, es una visión de colonias espaciales: cilindros giratorios que flotan con todo tipo de entornos”, escribió el New York Times a principios de este año. “Se trata de estructuras muy grandes, de kilómetros de largo, y con capacidad para un millón de personas o más cada una’, dijo [Bezos], señalando que están destinadas a aliviar el estrés en la Tierra y ayudar a hacerla más habitable” (26 de febrero).

El plan de Musk es aún más ambicioso: quiere hacer aterrizar seres humanos en Marte en 2026. A largo plazo, planea fabricar 1.000 cohetes en nueve años para llevar a un millón de personas a Marte. ¿Por qué? Para salvaguardar la supervivencia humana.

“Tanto Musk como Bezos están analizando la supervivencia a largo plazo de la raza humana, aunque tienen ideas diferentes sobre cómo asegurar nuestra supervivencia. Musk considera la migración a diferentes planetas como la máxima prioridad, mientras que el propietario de Blue Origin prevé que la humanidad se traslade a enormes estaciones espaciales” (Daily Mail, 28 de septiembre de 2020).

Estos hombres ven suficientes amenazas en la Tierra como para creer que estamos en peligro de destruir la civilización humana. No necesariamente son ignorantes de los problemas: por ejemplo, Musk también dirige una empresa que fabrica coches eléctricos, que pretende aliviar las emisiones de carbono que contribuyen al supuesto cambio climático apocalíptico. Pero consideran que es importante tener un plan B en caso de que se produzca una extinción en la Tierra.

¿Qué tan inspiradora es esa visión para usted?

¿Quiere vivir en un cilindro gigante que flota en un vacío negro, criar a sus hijos, alimentarse con comida deshidratada, sabiendo que nunca podrá ir a una caminata o a nadar, a navegar en un lago, conducir por las montañas o ver vistas panorámicas de grandes espacios abiertos? Piense lo que implicaría en la práctica vivir en una colonia construida en la árida superficie marciana, irrespirable y bajo cero.

Esto le hace estar aún más agradecido por esta joya de planeta que habitamos, brillante, colorido, exuberante, rico, repleto de vida de todo tipo.

A principios de este año, en otra asombrosa hazaña astrofísica, el vehículo Perseverance de la nasa aterrizó en Marte. Desde entonces ha estado dando vueltas, recogiendo muestras para enviarlas a la Tierra. Es asombroso, pero también es otro ejemplo de que cuanto más aprendemos sobre el espacio, la luna, Marte y más allá, más nos damos cuenta de lo estéril y sin vida que es todo y en todas partes ¡menos la Tierra! No hay vida ahí afuera.

Es fascinante imaginarse flotando en una cápsula orbital, mirando a la Tierra a través de una ventana como los cuatro civiles tripulantes de la misión Inspiration4 de SpaceX lo pudieron hacer durante tres días en septiembre. Pero al final, usted es básicamente un jerbo en una jaula. Tres días serían suficientes: tendría que saber que pronto volverá a la Tierra para decir: ¡Vaya, es genial estar en casa!

Haciendo la pregunta equivocada

“¿Por qué los científicos quieren llegar a Marte?”, preguntó el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, en la edición de mayo-junio. “Tiene que ver con una pregunta general: ¿existe vida allí? ¡Pero están haciendo la pregunta equivocada! Deberían preguntar: ‘¿por qué existe Marte y el resto del universo?’. ¡Esta pregunta nos lleva al Creador! Los científicos se enfocan en la creación, no en el Creador. Y aunque pueden hacerlo en ignorancia, resulta ser un ejercicio de inutilidad y rebelión contra Dios”.

Todos estos proyectos privados y nacionales para orbitar la Tierra, explorar la luna, llegar a Marte, crear estaciones y colonias espaciales para salvar a la humanidad de aniquilarse a sí misma son proyectos con una ambición desmesurada que resulta admirable en algunos aspectos, pero en el fondo subyacen los temores y la rampante falta de fe en el Creador de la Tierra y de la humanidad.

Este es un ejemplo impactante de miserables seres humanos intentando resolver terribles problemas humanos con un razonamiento humano equivocado.

“Algunos sueñan con escapar de la Tierra de alguna manera e introducir vida en Marte. ¿Pueden hacer eso?”, preguntó el Sr. Flurry. “Mire lo que los seres humanos le han hecho a este planeta. ¡Estamos a punto de destruir toda la vida humana en la Tierra! ¡Incluso si ‘escapáramos’, llevaríamos la naturaleza humana rebelde y destructiva con nosotros! Incluso si encontráramos vida en Marte, ¡simplemente la destruiríamos al final!” (ibíd.).

Estos son puntos excelentes e indiscutibles que cada vez más gente empieza a reconocer.

Incluso estos programas espaciales son un buen ejemplo de la naturaleza humana en acción. La nasa solicitó ofertas a SpaceX y Blue Origin para construir un nuevo módulo de aterrizaje lunar. Al parecer, SpaceX ofertó por un valor que era casi la mitad de lo que pidió Blue Origin, por lo que la nasa eligió a SpaceX. Blue Origin demandó, lo que podría poner todo el programa en peligro. La nasa contraatacó, acusando a la empresa de Bezos de priorizar “su propia fortuna sobre la de la nasa, la de Estados Unidos y la de cada persona viva hoy que sueña con ver a los seres humanos explorando mundos más allá del nuestro”.

¡Estos son los peleoneros que creen que de ellos depende salvar a la humanidad dentro de cilindros espaciales!

La Biblia revela que Dios tiene un propósito para todo ese espacio, y que en realidad tiene la intención de que vayamos allí, ¡finalmente!

Se trata de una visión verdaderamente inspiradora del espacio y del universo que nos da esperanza para la futura supervivencia de la humanidad. Y no es una idea salida de la imaginación de algún multimillonario. Se trata de un plan genuino que ya se encuentra en fase avanzada de finalización ¡y que ha sido promulgado por el Creador del universo!

Nuestro potencial en el universo

Tenemos un folleto titulado Our Awesome Universe Potential (Nuestro asombroso potencial en el universo, disponible sólo en inglés) que explica esta verdad de la Biblia. Le animo a que pida un ejemplar gratuito. También tenemos un libro escrito por Herbert W. Armstrong, titulado El increíble potencial humanoque entra en gran detalle bíblico al probar los planes finales de Dios para la raza humana. También es gratis para quien lo pida. El espacio es emocionante, pero no por las razones que hombres como Bezos, Branson y Musk piensan.

Los seres humanos están buscando arduamente vida en otros planetas, pero la Biblia revela que ahora mismo la vida física sólo existe en un lugar del universo, y es donde Dios la puso específicamente. Puede leer sobre ese proceso milagroso en el primer capítulo de la Biblia, donde Dios renovó la faz de la Tierra por medio de Su Palabra. Aquí es donde Él dijo: “Hágase la luz”, ¡y luego la plantó con vida hermosa y asombrosa! Este planeta es extraordinario más allá de toda descripción.

Nos asombra que un cohete suba 107 kilómetros. Pero si la Tierra tuviera el tamaño de una pelota de baloncesto, Jeff Bezos y sus compañeros de viaje se habrían elevado por encima de la superficie apenas unos milímetros. Inspiración4 se habría elevado menos de 1,2 centímetros. Mientras tanto, a esa escala, la luna sería una pelota de tenis a 7 metros de distancia. ¡Marte estaría a un tiro de bala a 33 kilómetros de distancia!

Si todo nuestro sistema solar hasta Plutón se redujera al tamaño de un barrio, ¡la Vía Láctea sería tan grande como la mitad occidental de Estados Unidos!

El punto central de nuestra galaxia está a unos 27.000 años luz de nosotros. ¡Para que los 200 a 400 mil millones de estrellas de nuestra galaxia den una vuelta alrededor de ese punto se necesitan unos 250 millones de años! Y el universo tiene entre 2 y 3 billones de galaxias como la nuestra.

Sin embargo, cuando la cápsula de SpaceX aterrizó, el personal de tierra dijo: “Bienvenidos de vuelta al planeta Tierra”, como si fueran viajeros intergalácticos.

¡Estas personas se dan un pequeño asomo al espacio y creen que de ellos depende salvar a la humanidad!

Lo que están logrando no es nada comparado con el futuro que Dios nos ofrece. ¡Conozca ese futuro!

Elon Musk y Jeff Bezos no le van a llevar allí, pero el Creador del vasto universo sí lo hará. Y esto nos trae de regreso a la naturaleza humana: su actitud. Si se vuelve a Dios, ¡Él lo llevará a realizar su increíble potencial humano! Con Él cumpliendo Su plan para la humanidad y para usted, la Tierra es realmente sólo el punto de partida. El espacio es la última frontera, y le está esperando. 

Este artículo fue traducido del artículo “Want to Go to Space?” de theTrumpet.com.


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