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School

ISTOCK.COM/SKYNESHER

¿Qué está aprendiendo su hijo en la escuela pública?

Los educadores saben que si pueden dar forma a la próxima generación, pueden remodelar la sociedad.

La gente está empezando a despertar a lo que ha sucedido con la educación estadounidense. Pero están despertando un par de generaciones muy tarde.

Durante la mayor parte de la historia estadounidense, los escolares aprendían lectura, escritura y aritmética. Estudiaban historia, especialmente su propia historia, por varias horas cada semana. Obedecían a sus maestros, y su maestro los calificaba según su desempeño. Eran recompensados por su buen comportamiento, castigados por su mal comportamiento y se les enseñaba la diferencia entre estos con base en una tradición que se remonta a la Biblia. Se les enseñaba que la oportunidad incluía responsabilidad. Prometían lealtad a la bandera.

Para un niño en edad escolar de la década de 1950 y anteriores, leer esta descripción de la vida escolar estadounidense le resultaría tan sorprendente como leer un párrafo que dijera que el cielo es azul y la hierba es verde. Pero en 2020, suena como una descripción de otro mundo.

Las entradas a las escuelas no tenían detectores de metales; los pasillos de la escuela no tenían perros detectores de drogas; los estudiantes no golpeaban a los maestros; los maestros no se involucraban románticamente con los estudiantes. Los libros de texto no enseñaban a niños preadolescentes sobre comportamientos sexuales “alternativos”. Los niños competían contra otros niños. Las niñas competían contra otras niñas. Los niños usaban un baño; las niñas usaban otro.

En generaciones recientes, la educación estadounidense ha cambiado drásticamente. Al principio parecía que solo se había debilitado. El rendimiento académico decayó, la calidad de la instrucción disminuyó, el comportamiento se degradó, la calidad general de los graduados de secundaria disminuyó. Los estadounidenses reaccionaron con un encogimiento de hombros colectivo, una sacudida de la cabeza y un Esto es una vergüenza.

Y fue una vergüenza. Más de lo que se dieron cuenta. Ahora el declive se ha convertido en una zambullida, una inmersión que está siendo impulsada hacia abajo, no solo por la fuerza de la gravedad sino por una agenda ideológica.

La agenda

Salte del aula de 1950 al aula de 2020: estudiantes cuya ropa huele a marihuana, cuchillos y pistolas en las mochilas, sexo debajo de las gradas, desprecio de los estudiantes, contusiones en los maestros, orgullo por el libertinaje, odio por los estándares, y mucho más. Olvídese de saber las tablas de multiplicar, quién fue James Madison o cómo funciona la oferta y la demanda.

Gran parte de eso proviene de la naturaleza humana desenfrenada. Pero incluso allí, tiene que preguntarse, ¿qué pasó con las restricciones? ¿No eran buenas algunas de ellas? La autoridad de la escuela tradicional estadounidense está siendo reemplazada por una nueva autoridad; con sus propias restricciones.

Virtudes como el patriotismo, la responsabilidad, la honestidad, cortesía, obediencia, castidad y la reverencia están pasadas de moda. Las nuevas virtudes son la conciencia ambiental, el multiculturalismo, la oposición al patriarcado y el privilegio blanco, el anticolonialismo, la igualdad económica forzada y la defensa transgénero.

‘¿Qué tan importante es tener razón?’

¿Su hijo va a la escuela en Seattle? Si es así, él o ella está bajo la autoridad de un sistema escolar que ha implementado parcialmente nuevas directrices para maestros de primaria y secundaria que hacen tantas referencias a la defensa, agencia, apropiación, privación de derechos, empoderamiento, explotación, sentimientos, identidad, liberación, opresión, orígenes, poder, resistencia, validación y “personas de color” como sea posible en tres páginas. ¿Qué tema rige este “marco de estudios étnicos”?

Las matemáticas.

Esta política obliga a los instructores a enseñar que “las matemáticas han sido y siguen siendo utilizadas para oprimir y marginar a personas y comunidades de color” y que “la tecnología o la ciencia han sido y siguen siendo utilizadas para oprimir y marginar a las personas y comunidades de color”. Los estudiantes “identificarán las inequidades inherentes del sistema de evaluación estandarizado utilizado para oprimir y marginar a personas y comunidades de color”. Aprenderán “las formas en que las personas y los grupos definen el conocimiento matemático para ver las matemáticas ‘occidentales’ como la única expresión legítima de identidad e inteligencia matemática”, y cómo los blancos usan esto “para privar de derechos a personas y comunidades de color”.

Usted podría pensar que su hijo irá a la clase de matemáticas para aprender fracciones, divisiones, senos, cosenos y tangentes, pero en vez de eso él o ella se estará preguntando: “¿Qué tan importante es tener razón? ¿Qué es lo correcto? ¿Quién lo dice?” “¿Quién dice si una respuesta es correcta?” “¿Dónde se muestra el poder y la opresión en nuestras experiencias matemáticas?” “¿Quién tiene el poder en una clase de matemáticas?” “¿Puedo reconocer y nombrar prácticas matemáticas opresivas en mi experiencia?” “¿Puedo abogar contra las prácticas matemáticas opresivas?”

En la ciudad de Nueva York (el sistema escolar más grande de la nación, con 1.800 escuelas), el grupo de trabajo del alcalde Bill de Blasio está pidiendo que los estudiantes ya no sean evaluados por su asistencia, carácter y conocimiento como se revela en audiciones, registros de asistencia, entrevistas y pruebas estandarizadas. Está intentando eliminar gradualmente los programas para dotados y talentosos. En Los Ángeles, el Distrito Escolar Unificado de Compton y otros están demandando a la Universidad de California porque requiere que los solicitantes tomen exámenes estandarizados (los sat o act). Los demandantes dicen que esto viola sus derechos civiles y discrimina ilegalmente a los estudiantes discapacitados, de bajos ingresos, multilingües o “de color”.

Estos son solo algunos ejemplos de la radicalización del currículo de las escuelas públicas en EE UU y en muchas otras naciones. Los educadores están enseñando a la próxima generación los puntos de vista izquierdistas que describen a Occidente, especialmente a EE UU, como opresivo, lleno de odio y genocida. Están exaltando la redistribución de la riqueza y el socialismo al tiempo que condenan el libre mercado. Están alentando a los estudiantes a convertirse en activistas ambientales. Están enseñando puntos de vista radicales sobre la sexualidad, normalizando el transgenerismo, la fluidez de género y la experimentación sexual.

Estos educadores se dan cuenta de algo que muchos otros han dado por sentado: vale la pena luchar por las mentes de los niños. Los izquierdistas están usando la educación para formar a la próxima generación en activistas y radicales del mañana. Reconocen que implantar estos conceptos sociales politizados en las mentes de los jóvenes reestructurará la sociedad.

Enseñe a los niños a odiar el Día de Acción de Gracias

Si bien el ejemplo de Seattle solo se ha implementado parcialmente, “Equidad Profunda” es un plan de estudios que ya se está utilizando en distritos escolares de todo el país; incluso en lugares del centro de EE UU como West Des Moines, Iowa y Chandler, Arizona. Una compañía de educación con fines de lucro de California llamada Corwin desarrolló este plan de estudios, que enseña que EE UU existe como una jerarquía de opresiones. Los estudiantes están aprendiendo a clasificar a los blancos en “orientaciones de identidad blanca”. La “identidad blanca fundamentalista” consiste en la negación, la ignorancia y la supremacía; la “identidad blanca integracionista” consiste en conciencia/curiosidad, culpa y paternalismo/cumplimiento; y la “identidad blanca transformacionista” consiste en parte del “cambio de poder sistémico”. Están aprendiendo que, si usted es una persona blanca buena, seguirá los pasos de la “Agenda de Acción de los Aliados Blancos”, que incluyen “reconocer la realidad del privilegio racial blanco” y “usar su privilegio para trabajar por la justicia racial y social”.

Los estudiantes con educación de Corwin tienen instrucciones de “rechazar y resistir explícitamente cualquier intento de cualquier persona en nuestro distrito escolar o en la comunidad en general” —como los padres— que rechacen su doctrina racial.

Mientras tanto, el pasado noviembre fue el “Mes de la Herencia de los Nativos Americanos” en las escuelas públicas de Portland, el distrito escolar más grande de Oregón. A los estudiantes se les enseñó a atacar el Día de Acción de Gracias y a leer Una historia de los jóvenes de Estados Unidos, un libro que caracteriza a todos los nativos como generosos y santos y a todos los colonos de Europa como codiciosos y violentos. Cristóbal Colón, por ejemplo, estaba “hambriento de dinero”, por lo que “tan pronto como llegó a las islas, tomó por la fuerza a algunos indígenas arahuacos para poder sacarles información” y así saber “dónde está el oro”. Este fue “el comienzo de la historia de los europeos en las Américas. Fue una historia de conquista, esclavitud y muerte”. Este libro tiene como objetivo contar “la historia del descubrimiento de América desde el punto de vista de los arahuacos” y la historia de la Constitución “desde el punto de vista de los esclavos”, y así continúa.

Los alumnos de octavo grado leen esto: “La tragedia de Colón y los arahuacos sucedió una y otra vez. Los conquistadores españoles Hernán Cortés y Francisco Pizarro destruyeron a los aztecas de México y a los incas de Suramérica. Cuando los colonos ingleses llegaron a Virginia y Massachusetts, hicieron lo mismo con los indios que encontraron”.

Un recurso que el distrito escolar recomienda para celebrar el Mes de la Herencia de los Nativos Americanos es un video producido por Teen Vogue en el que el director ha puesto a seis adolescentes indias nativas de aspecto enojado detrás de una mesa con una comida tradicional de Acción de Gracias. Les informan a los estudiantes que observan que, “la verdadera historia detrás del Día de Acción de Gracias fue que, después de asesinar a todos en una aldea, estos colonos europeos lo celebraron y lo llamaron Día de Acción de Gracias”. Dice que quienes celebran el Día de Acción de Gracias “en realidad celebran la muerte de muchas personas y muchas tribus que se perdieron”. Y terminan diciendo “feliz Día de Acción de Gracias, EE UU”, y volteando la mesa de Acción de Gracias.

Miles de jóvenes estudiantes asistieron este año a la cena de Acción de Gracias de su familia después de que se les enseñara que aquella es una celebración del genocidio. Estoy seguro de que las personas detrás de este plan de estudios estarían bastante complacidas si esos jóvenes adolescentes terminaran dando conferencias a sus padres sobre genocidio, crímenes de guerra y apropiación cultural. Puede que no se decepcionen mucho si los niños voltean la mesa.

Qué pernicioso. De todas las fiestas celebradas en EE UU, ésta es la única que se enfoca en una virtud positiva, en un aspecto importante del pensamiento saludable: la acción de gracias, ser agradecido por sus bendiciones. Qué vívida ilustración de la toxicidad de la agenda izquierdista que se está convirtiendo en una excusa para odiar a su país y ver las bendiciones dadas por Dios como evidencia de opresión racista.

Enseñe a los niños activismo

Los escolares de EE UU también están aprendiendo “alfabetización climática”. Según una resolución de las Escuelas Públicas de Portland de 2016, todas las escuelas deben “desarrollar e implementar un plan de estudios que aborde el cambio climático y la justicia climática” y deben “abandonar el uso de cualquier material de texto adoptado que se encuentre expresando dudas sobre la gravedad de la crisis climática o su raíz en las actividades humanas”. Se les enseña a los niños que hay que redefinir economías enteras, que la era de los combustibles fósiles debe terminar y que ellos deben ser activistas y líderes de la justicia social y la justicia ambiental.

¿Qué es la “justicia social”? Enfrentando el futuro, un grupo educativo, lo define como “el movimiento hacia la eliminación de la opresión y, en última instancia, el logro de la igualdad en la distribución de los bienes y la riqueza entre todos los grupos de una sociedad”.

Si usted cree que esto se trata solo de economía o incluso de raza, está equivocado. Activistas, agentes del gobierno y empresas con fines de lucro están enseñando a los jóvenes estudiantes estadounidenses sobre “activismo”, “colectivismo”, “igualdad en la distribución de bienes y riqueza” y “resistencia”. Así es como se le enseña a una generación sobre socialismo y comunismo.

En muchos sentidos, la tendencia en la educación se inclina en favor del socialismo y en contra del libre mercado. Los educadores están eliminando la competencia, otorgando trofeos por participar y no por ganar, y rechazando las calificaciones con letras en favor de las evaluaciones por desempeño. Los planes de estudio están reemplazando las ciencias duras y las matemáticas por estudios sociales.

No es de extrañar que una encuesta de Gallup de 2018 mostrara que la mayoría en el rango de edad de 18 a 29 años tiene una visión positiva del socialismo frente al capitalismo: 55% frente a 45%.

El amor por el socialismo se corresponde con el analfabetismo histórico, y depende completamente de él. La historia se enseña cada vez menos, y cuando se enseña, es del tipo “Acción de Gracias celebra el genocidio”, demonizando a la civilización occidental.

Un artículo del Telegraph del 6 de noviembre se refirió a una encuesta reciente realizada por Survation a personas en edades entre 16 a 24 años en Reino Unido. “Encontró que el 28% nunca había oído hablar de Stalin, casi la mitad nunca había oído hablar de Lenin y un sorprendente 70% nunca había oído hablar de Mao Tse Tung, cuyo régimen fue responsable de más muertes por asesinatos y hambrunas que ningún otro en el siglo xx”.

Semejante ignorancia es una tragedia. Esas invaluables lecciones de la historia fueron escritas a un costo asombroso, y las estamos echando a un lado. Una generación sin educación ahora se apresura a repetir los errores más sangrientos de la historia.

Enseñar en casa versus en la escuela

Un grupo en Kentucky llamado Nehemiah Institute realiza una prueba anual a estudiantes de secundaria para identificar sus creencias con respecto a política, economía, educación, religión y temas sociales; y si están de acuerdo con la Biblia. Esta prueba determina a cuál de cuatro categorías se ajusta la visión del mundo de los estudiantes: teísmo bíblico, cristiano moderado, humanismo secular o socialismo. La prueba en 2015 mostró que, en palabras de la Academia Cristiana Dayspring, “el 90% de los estudiantes de hogares cristianos que asisten a escuelas públicas obtienen un puntaje en un rango que indica que sus puntos de vista se basan firmemente en los principios básicos del secularismo”.

En otras palabras, la enseñanza en las escuelas es más poderosa que la enseñanza en el hogar.

¡Qué crítica es la educación de nuestros hijos! Estos educadores de izquierda se lo están tomando en serio. Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Esto es lo que Dios les dice a los padres: tenemos el deber de educarlos, cuando son jóvenes, en el camino que deben seguir con el fin de prepararlos para el éxito en la vida. Estos educadores están aplicando este principio para fines perversos. Saben que si pueden implantar conceptos radicales en las mentes jóvenes, los retendrán de por vida y, por lo tanto, remodelarán la sociedad.

Si vamos a formar a nuestros hijos en el camino que deben seguir, debemos conocer ese camino. Demasiados padres no lo saben, permitiendo así que los educadores maniobren y llenen las mentes jóvenes con el error.

Una y otra vez en la Biblia, Dios nos dice que recordemos: recuerde la historia, recuerde su herencia, recuerde la verdad, recuerde las viejas costumbres. Él enfatiza que un medio crucial para hacerlo es que los padres enseñen a sus hijos y que los abuelos enseñen a sus nietos.

Dios le dijo a Moisés que instruyera a la gente: “Reúneme el pueblo, para que yo les haga oír mis palabras, las cuales aprenderán, para temerme todos los días que vivieren sobre la tierra, y las enseñarán a sus hijos” (Deuteronomio 4:10; vea también el capítulo 6:1-7). Él hizo hincapié en que los padres deben enseñar a sus hijos lo suficientemente bien como para que sepan cómo ser padres y puedan enseñar a sus propios hijos.

Dios nos creó para vivir de 30 a 40 años más después de nuestros años fértiles. Quiere que tres o cuatro generaciones estén vivas al mismo tiempo. Él quiere que los niños tengan abuelos e incluso bisabuelos, porque quiere continuidad. Quiere que el pasado viva.

¿Qué pasa si fallamos? ¡Entonces ese camino será olvidado! Ese conocimiento se extinguirá. De hecho, perecerá en una sola generación.

En nuestro libro Child Rearing With Vision (Crianza infantil con visión; solicite su ejemplar gratuito, disponible solo en inglés) hay una sección titulada “Los padres son maestros”, que dice: “A un niño se le debe enseñar cómo vivir. Cuando Dios creó la familia humana, tenía la intención de que los padres fueran los primeros maestros del niño. (…) Esté preparado para educar a su hijo desde el momento en que nazca. No espere a que un maestro de escuela eduque a su hijo. Usted debería ver a todos los maestros de escuela como sus asistentes, no como los principales educadores de sus hijos”.

Deuteronomio 11 es un pasaje extraordinario, donde Moisés habla directamente al remanente de la generación que experimentó de primera mano la liberación de la esclavitud egipcia. Él les dice que la única forma en que sus hijos recordarán esa historia es si la enseñan, ¡y dice que apreciar y preservar esa historia era necesario para la supervivencia nacional!

Es casi doloroso leerlo, sabiendo lo que le sucedió después a la nación de Israel. El período de los jueces y de los reyes que le siguió estuvo marcado por el fracaso espiritual recurrente, en gran parte porque los padres fallaron en cumplir con su responsabilidad como educadores.

La obediencia a este mandato une a las familias individuales en una sola nación bajo Dios. Asegura la estabilidad nacional. Si los padres de Israel hubieran seguido diligentemente este mandato, la nación habría mantenido un importante resguardo que impediría que se apartaran del camino de Dios.

La importancia de la educación espiritual para la supervivencia nacional no es un concepto espiritual profundo; es de sentido común. Hubo un tiempo en que los estadounidenses parecían entenderlo.

Uno de los fundadores de EE UU, Benjamin Rush, firmante de la Declaración de Independencia, escribió una publicación titulada, Una defensa del uso de la Biblia como libro escolar, que decía: “Antes de exponer mis argumentos a favor de enseñar a los niños a leer por medio de la Biblia, supondré (…) las siguientes proposiciones: 1) Que el cristianismo es la única religión verdadera y perfecta, y que en la medida que la humanidad adopte sus principios y obedezca sus preceptos, será sabia y feliz. 2) Que un mejor conocimiento de esta religión se adquiere leyendo la Biblia más que de cualquier otra manera. 3) Que la Biblia contiene más conocimiento necesario para el hombre en su estado actual que cualquier otro libro en el mundo”. Esto era un pensamiento común en el tiempo de la fundación de EE UU.

Samuel Adams, considerado el padre de la Revolución Estadounidense, dijo: “Que teólogos y filósofos, estadistas y patriotas unan sus esfuerzos para renovar la era, imprimiendo en las mentes de los hombres la importancia de educar a sus niños y niñas pequeños —la importancia de inculcar en las mentes de los jóvenes el temor y el amor a la deidad y la filantropía universal; y en subordinación a estos grandes principios, el amor a su país—, la importancia de instruirlos en el arte del autogobierno, sin el cual nunca podrán desempeñar una parte sabia en el gobierno de las sociedades, grandes o pequeñas; en resumen, la importancia de guiarlos en el estudio y la práctica de las virtudes exaltadas del sistema cristiano…”.

La generación fundadora se basó en principios bíblicos, y esperaban que estos fueran la base de la educación.

Adoctrinamiento sexual

Claramente, mucho ha cambiado. Las escuelas han desterrado la educación bíblica en favor del pensamiento completamente humanista y secular. Han expulsado la instrucción moral y desalojaron a Dios por completo.

Lamentablemente, no es solo el adoctrinamiento político lo que los educadores están imponiendo a nuestros hijos.

Una afiliada de nbc en Austin, Texas, informó el 28 de octubre de 2019: “La junta del Distrito Escolar Independiente de Austin aprobó por unanimidad un controvertido nuevo plan de estudios sobre educación sexual. El plan de estudios abarca desde el tercer al octavo grado. Bajo el nuevo plan de estudios, por primera vez, el distrito enseñará a los estudiantes sobre identidad de género y orientación sexual. Las lecciones también ayudarán a los niños a identificar a un adulto en el que puedan confiar; además de hablar con ellos sobre las opciones si es que quedan embarazadas, y los alumnos de séptimo grado aprenderían cómo usar un condón”.

Tengo un hijo de 12 años que está en séptimo grado y que asiste a la Imperial Academy, la escuela en el campus del Herbert W. Armstrong College, donde se produce la Trompeta. Él va a la escuela y está aprendiendo ciencias, matemáticas, inglés, historia, literatura y música. Él y sus compañeros de clase no tienen educadores depravados que fuercen tales obscenidades en ellos. Y como resultado, ¡están aprendiendo, recibiendo una educación verdadera, y siguen disfrutando de su infancia! Ni siquiera están pensando en orientación sexual y experimentación sexual. Están pensando en sus proyectos de ciencias, sus estudios, su práctica musical, ¡cosas en las que los niños de 12 años deberían estar pensando!

Esto es algo que regularmente le agradezco a Dios. Muy pocos padres tienen la oportunidad de darles a sus hijos esa educación. Muchos padres tienen que enviar a sus hijos a escuelas públicas, y luego deben enfrentar continuamente estas batallas.

Otra historia que surgió en octubre fue una serie de videos publicados en YouTube por el grupo de educación sexual con sede en Canadá llamado Sex-ed School y presentados en el canal de YouTube Shaftes-bury Kids. ¿De qué se tratan los videos? Así es como lo describe el canal: “Sex-ed School es una nueva y divertida serie web para que los niños obtengan información real de expertos y descubran todas las respuestas que quieren saber ahora. Una serie que explora los pájaros y las abejas con facilidad en el panorama digital actual. ¡Sex-ed School es un lugar seguro donde los niños pueden hablar abierta y honestamente sobre la sexualidad, el cuerpo y las relaciones saludables!”. La financiación proviene en parte del Fondo Shaw Rocket, el mayor inversor privado de Canadá dedicado a los medios de comunicación infantiles canadienses.

¿Qué aprenden los niños en este “lugar seguro”? Transgenerismo, expresión de género, orientación sexual y muchos otros temas que ni siquiera mencionaré. En estos clips con música positiva e imágenes de dibujos animados pero muy explícitos, instructores entusiastas hablan en aulas llenas de niños con ojos vivaces en edades entre 12 y 14 años. En un video, los maestros traen a un invitado especial a hablar con los niños: una mujer, cubierta de tatuajes, con el pelo corto y morado, hablando con los niños a sus pies. Ella explica que fue un “drag king” y que luego se sometió a una cirugía y toma testosterona para hacer su voz más grave; responde a las preguntas de los niños sobre tomar hormonas y si tiene “partes masculinas o femeninas”, realiza una actividad que los alienta a pensar como si fueran del sexo opuesto, y los alienta a ser “aliados”.

Esto va mucho más allá de simplemente no enseñar los preceptos de la Biblia, o de la moral, como Benjamin Rush y Samuel Adams dijeron que era fundamental para la educación. Esto es enseñar lo contrario de la Biblia, ¡y en total desafío de ésta! Estos educadores no están simplemente faltando al respeto a las creencias de las familias de estos niños que creen en la Biblia: ¡están atacando deliberada y activamente esas creencias y la autoridad dada por Dios a los padres de esos niños!

¡Ellos están educando a los niños para que sigan el camino que ellos creen que deberían seguir!

En noviembre, la junta escolar del Distrito 211 en Illinois votó para permitir que hombres biológicos ingresaran al vestuario femenino en la Escuela Secundaria Palatine. Argumentaron que todos los estudiantes deberían ser “tratados y apoyados de una manera consistente con su identidad de género”. Los “derechos” de un niño confundido superan los derechos de todas las niñas de esa escuela a la privacidad, el derecho a cambiarse de ropa en un cuarto de casilleros sin niños presentes. Un video de una joven del equipo de natación en la escuela secundaria que estuvo presente durante la decisión la mostró llorando. A estos miembros de la junta y a los educadores no les importan las creencias de ella, ni su privacidad ni la de los demás. Están forzando celosamente sus puntos de vista radicales sobre esta estudiante y el público.

PJ Media informó el 8 de noviembre de 2019: “El año pasado en Canadá, una maestra de primer grado le dijo a una niña de 6 años que ‘no hay tal cosa como niñas y niños’ y que ‘las niñas no son reales y los niños no son reales’. Según los padres de la niña, esto le causó a su hija una gran angustia y equivalió a que fuera discriminada. Cuando los padres se quejaron, la maestra defendió sus acciones, y el director también defendió a la maestra. Los padres trasladaron a su hija a una escuela diferente”.

Esa es la tendencia de la educación moderna: si no le gusta que su hijo o hija de 6 años sea adoctrinado en la ortodoxia sexual liberal, usted debe trasladarlo.

Estas personas son agresivas. Y más vale que nosotros como padres seamos agresivos en el desempeño de nuestra responsabilidad como educadores, o nuestros hijos serán arrollados. Tal como la sociedad lo está siendo.

Transmitiendo civilización

La civilización es una cosa frágil. Como Will Durant señaló en Historia de la civilización, está sujeta fácilmente a la destrucción por fuerzas externas e internas: desastres naturales, enfermedades epidémicas, agotamiento financiero, decadencia mental, moral, de liderazgo, familiar, guerras de clase, revoluciones. Estas son algunas de las formas en que una civilización puede morir, escribió: “Porque la civilización no es algo innato o imperecedero; debe ser adquirida de nuevo por cada generación, y cualquier interrupción grave en su financiación o su transmisión puede ponerle fin”.

La civilización debe ser adquirida nuevamente por cada generación. Y el factor principal para hacerlo es la “educación, que puede definirse como la técnica de transmisión de la civilización”. Eso es lo que es la educación: la transmisión de la civilización de una generación a la siguiente.

Y esa educación, por supuesto, puede ser verdadera o falsa.

¡Estos males que el diablo ha introducido en nuestro sistema educativo destruirán la civilización en una sola generación! Satanás está creando una generación sin fundamento en la realidad, sin brújula moral, sin comprensión de lo correcto y lo incorrecto, sin historia, sin memoria. Y la civilización misma está en peligro.

Tome en serio la responsabilidad que le ha sido dada por Dios para ser el educador de su hijo o hija. Sepa lo que se les está enseñando en la escuela, y tome todas las medidas necesarias para defenderlos. Enséñeles activamente en el camino por el que usted sabe que deben ir. ¡Vale la pena luchar por sus hijos! 

Boletín, AD