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¿Pueden las armas salvar la economía alemana?
Salzgitter, una empresa que en su día suministró acero a Adolfo Hitler, reaparece. En los últimos años, algunos de sus productos parecían casi desaparecidos. Pero la demanda se está disparando de nuevo, contribuyendo a una reactivación del complejo militar-industrial.
En “La economía alemana deposita sus esperanzas en la industria de defensa”, Spiegel destaca cómo los proveedores y fabricantes de armas que alimentaron la maquinaria bélica de Hitler están volviendo al primer plano en Alemania. Mientras tanto, la industria civil del país está pasando apuros y se está pasando al lado oscuro.
Spiegel relata varios ejemplos:
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Volkswagen está considerando una asociación de producción con el gigante de la defensa Rheinmetall en sus infrautilizadas instalaciones de Osnabrück.
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Porsche SE (la empresa matriz de VW) planea establecer una plataforma para inversiones en tecnologías de defensa.
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El proveedor de piezas de automóvil Schaeffler está invirtiendo en la producción de defensa para revitalizar su negocio.
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Druckmaschinen AG busca una alianza con el proveedor de defensa Vincorion, que fabrica sistemas de energía para la defensa aérea y generadores de reserva para el avión de combate Eurofighter.
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La empresa familiar Trumpf ha modificado sus estatutos para permitir la venta de láseres de alta tecnología para uso militar.
Mientras tanto, también vemos el ascenso de algunos recién llegados. La empresa emergente de tecnología alimentaria goodBytz, con sede en Hamburgo, entró en la esfera militar al suministrar una cocina robotizada totalmente automatizada al Ejército de Estados Unidos. Otras empresas emergentes invierten más directamente en medios militares, como ARX Robotics, que desarrolla vehículos terrestres en miniatura no tripulados similares a tanques.
En realidad, no se trata de una historia sobre Alemania salvando su economía. Se trata de Alemania preparándose para la Tercera Guerra Mundial.
