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Broken Wooden cross

REESE ZOELLNER/TROMPETA

¿Puede el covid curar la brecha religiosa de Alemania?

Después de que Carlomagno “cristianizó” Europa en los siglos octavo y noveno, Alemania fue predominantemente católica. Tomó el timón del Sacro Imperio Romano y lo gobernó intermitentemente por casi mil años. Los reyes germanos eran coronados como emperadores por la Iglesia católica romana.

Pero Alemania es también donde comenzó el protestantismo. Su alianza con la Iglesia católica sufrió un duro golpe en el siglo xvi, cuando Martín Lutero lanzó la Reforma y transformó el panorama religioso de Alemania en los siglos venideros.

La Iglesia católica y el Imperio Habsburgo intentaron poner un sangriento fin al levantamiento, pero los reformadores formaron sus propias alianzas militares. En el siglo xvii, el conflicto culminó en la Guerra de los Treinta Años.

Los esfuerzos de la Iglesia por reclamar a sus “hijas” protestantes nunca cesó. Pero como su alianza con los líderes alemanes se rompió, así también lo hizo la esperanza de un cuerpo cristiano unificado.

Aproximadamente la mitad de la población de Alemania hoy aún se autodenomina cristiana, de la cual la Iglesia católica romana puede reclamar un poco más de una cuarta parte. El resto adhiere al protestantismo-luterano o al calvinismo, unido en la Iglesia Evangélica en Alemania.

El coronavirus le ha dado a la Iglesia católica una rara oportunidad. En este país cada vez más secular, donde la influencia de sus importantes Iglesias ha decaído y las divisiones denominacionales parecen insuperables, este virus ha causado que muchos pongan a un lado sus diferencias.

La profecía bíblica dice que la religión alemana revivirá y se reencontrará. El coronavirus está impulsando a la nación en esa dirección. Por ejemplo, el 12 de abril, el presidente de la Conferencia Episcopal Católica Alemana y el presidente del Consejo de la Iglesia Protestante en Alemania, aparecieron juntos en el The Word for Sunday—por primera vez en el programa de tv que ya tiene 65 años de historia. El presentador de noticias alemán ard dijo que esta “cooperación ecuménica” sin precedentes ocurrió “debido a la situación especial causada por la pandemia del coronavirus”.

‘Alemania unida en oración’

Un renombrado político que está ascendiendo en popularidad está ayudando a volver a reunir a las denominaciones: el premier del Estado Bávaro Markus Söder.

El 22 de marzo, Söder animó a los creyentes a “orar para que Alemania no fuera golpeada tan fuerte” por el virus (traducción de la Trompeta en todo). Varios representantes cristianos respondieron formando un evento ecuménico efectuado el 8 de abril, llamado “Alemania unida en oración”. Uniendo a los cristianos de la Iglesia católica, protestante, ortodoxa y libre, el evento fue anunciado como “la campaña de oración más grande que Alemania alguna vez hubiera visto”. En un mensaje de video en el evento, Söder dijo que la oración comunitaria conecta las denominaciones y religiones. “Vincular los brazos en fe, y el compromiso con los valores de la fe, es lo que nos conecta a todos”, dijo él. Este evento pone de relieve que, en crisis, la gente recurre a la religión y la fe, e incluso dejan de lado las diferencias confesionales y se unen.

La ley básica de Alemania llama a los políticos germanos a acatar los principios de neutralidad de Estado. Es raro que un político alemán hable sobre su religión personal, y más raro aún es llamar a la gente a orar. Söder ha hecho ambas cosas, y su ejemplo está inspirando la unidad religiosa en Alemania.

En 2017, Söder se llamó a sí mismo “un fan del ecumenismo”. Él cree que las diversas denominaciones cristianas deberían trabajar más estrechamente. “Jesucristo es el estándar para mí”, le dijo Söder a Münchner Kirchenzeitung. “Él no conocía ninguna denominación. Siempre estoy fascinado por Jesucristo”.

Aunque protestante, Söder mantiene estrechos lazos con la Iglesia católica. “Soy un luterano”, dijo, “de todas maneras, somos considerados como ‘mitad católicos’ en la Iglesia Evangélica Alemana”. Cuando se le preguntó qué les envidiaba a los católicos, Söder dijo: “Me gusta ser protestante, y aprecio a mi obispo regional, pero no tenemos un santo padre. Este centro de la cristiandad en Roma y la Iglesia mundial son particularmente hermosos”.

Tales comentarios de una estrella política en ascenso son notables dada la profecía de la Biblia sobre la unificación religiosa dentro de Alemania. Las Iglesias protestante y libre podrían seguir la guía de Söder en someterse a la norma católica. Sea cual sea el rol que desempeñe Söder, y otros líderes europeos, es cierto que las raíces religiosas de Europa están a punto de dar una nueva vida a un imperio que se pensaba estaba muerto. Y mientras estos esfuerzos parecen ser sobre unidad y buena voluntad, la historia y la profecía dejan claro que tales cambios están llevando a un aterrador final.

Las Iglesias se unirán

El fallecido Herbert W. Armstrong proclamó por allá por la década de 1930 que la Iglesia católica se uniría con sus hijas protestantes y ortodoxa. En octubre de 1961, por ejemplo, su revista de noticias La Pura Verdad proclamó: “El protestantismo será absorbido en la ‘iglesia madre’—y totalmente abolido”.

Él basó su predicción en varias profecías de la Biblia, tales como aquellas en Apocalipsis 13 y 17, y en particular, Isaías 47.

Ese capítulo dice, “Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. Siéntate en la tierra, sin tronos, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán tierna y delicada” (versículo 1). Dios se está dirigiendo no a la antigua Babilonia, sino a la “hija de Babilonia”. Una Iglesia en la profecía bíblica es a menudo descrita como una mujer. Por ejemplo, Efesios 5:22-23 y Apocalipsis 19:7 describen a la verdadera Iglesia de Dios como una mujer, o novia, quien se casará con Cristo a Su regreso. Pero Isaías 47 obviamente no se está refiriendo a la verdadera Iglesia de Dios. Así que, ¿quién es la “hija de Babilonia”?

Daniel 2 profetiza sobre cuatro imperios mundiales, comenzando con Babilonia—seguido por el imperio persa, el griego y el romano. Roma entró a una unión de Iglesia-Estado con la Iglesia católica romana, la que adoptó la religión de los misterios babilónicos y se envolvió con la cristiandad (esto se explica en detalle en el libro del Sr. Armstrong El misterio de los siglos ; solicite una copia gratuita).

Isaías 47:1 muestra que esta Iglesia reclama “un trono”, pero que Dios le despojará de esa autoridad. La Iglesia católica es la única Iglesia que reclama un trono, e incluso recibe embajadores de países de todo el mundo.

La “hija de Babilonia” se refiere a la Iglesia católica romana.

Esta misma Iglesia se describe en Apocalipsis 17 como una ramera montando a una bestia, que simboliza al Imperio Romano. Así es como describe la Biblia al Sacro Imperio Romano. Esta unión de Iglesia y Estado se ha levantado reiteradamente a lo largo de toda la historia, y está profetizado que su resurrección final ocurra en nuestro tiempo. Como explica el Sr. Flurry en su artículo en esta edición (página 1), este eje de Iglesia-Estado está ahora reemergiendo.

Por esta razón hemos esperado un resurgimiento religioso en Alemania. El Sr. Flurry explicó en 2011: “Dios permite que esta iglesia obtenga el control de este poder de la bestia europea dirigida por Alemania. Espere que la Iglesia católica se vuelva más explícita y que este eje Iglesia-Estado se vuelva más evidente” (la Trompeta, febrero de 2011).

La Biblia también predice que las Iglesias cristianas de Europa están a punto de volver a unirse.

Isaías 47 continúa, “Dijiste: Para siempre seré señora; y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu postrimería. Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré orfandad” (versículos 7-8). Esto se refiere a un tiempo cuando la Iglesia católica se reúna con sus hijas protestantes. La Iglesia se jactará de vencer “la pérdida de los hijos”, o Iglesias hijas.

Muchos han rechazado estas profecías, señalando el desvío de Europa hacia el secularismo y a las aparentemente irreconciliables diferencias entre las Iglesias católica y protestante. Pero los esfuerzos hacia el ecumenismo han dado grandes zancadas en las décadas recientes, y ahora la crisis del coronavirus parece estar sanando la herida dejada por la Reforma Protestante.

Pero, en última instancia, las oraciones ecuménicas y las apariciones conjuntas en tv no serán suficientes para sortear ese abismo. “De hecho, la profecía bíblica indica que no se logrará esa unidad plena por pura voluntad”, escribió el Sr. Flurry. “En cierto punto, la Iglesia madre abandonará sus esfuerzos por atraer a sus hijas de vuelta por medio de halagos, y en cambio volverá al antiguo método de preservar la unidad ‘cristiana’ al ejercer fuerza física” (la Trompeta, mayo de 2007).

Por cinco siglos, la Iglesia católica ha soñado con reunificarse con sus Iglesias y recuperar su antiguo poder. Durante la Edad Oscura la Iglesia controló la investigación científica de Europa y el sistema educativo, y llevó al imperio a varias cruzadas. Pero la desunión religiosa ha quebrantado el poder de la Iglesia sobre Europa. ¿Qué ocurrirá cuando la Iglesia recupere ese poder?

La respuesta a esa pregunta puede presumirse en parte por medio de la historia del Sacro Imperio Romano. Carlomagno pudo unir a Europa no sólo bajo un gobierno, pero también bajo una religión—la religión de la Iglesia católica romana. Él fomentó a la Iglesia católica romana, convirtió a los “herejes” por medio de la espada, y conquistó Europa. Así es como ha operado cada resurrección del Sacro Imperio Romano. La unidad en Europa viene con un precio, y ese precio es sangre.

La Iglesia católica y los líderes de Europa entienden bien la historia del Sacro Imperio Romano. Este imperio se ha esforzado en el pasado por gobernar no sólo Europa, sino todo el mundo. En los últimos siglos, Europa ha estado ocupada en gran parte por intentos de unir su continente. Una vez que esa unidad se consiga, la Biblia dice claramente que el Sacro Imperio Romano nuevamente va a buscar el dominio mundial.

Para aprender más sobre estas profecías, solicite una copia gratis de The Holy Roman Empire in Prophecy (El Sacro Imperio Romano en profecía, disponible en inglés). Le ayudará a entender la historia de este sangriento imperio y revelará la perspectiva de la Biblia sobre el mal que ha causado. También le mostrará cómo Cristo Mismo lo terminará para siempre. En ese punto, el mundo va a experimentar unidad como nunca lo ha imaginado. 

MOA, AD