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iStock.com/goir

¿Por qué Target es complaciente con los mirones?

Un pequeño número de celosos defensores de la “justicia social” está intimidando a la mayoría silenciosa de estadounidenses para que se sometan.

Las ofensas sexuales en las tiendas Target [cadena de grandes almacenes en Estados Unidos] han aumentado dramáticamente desde que la compañía anunciara en 2016 que los hombres que se identifican como mujeres son bienvenidos en los baños de mujeres. Según un estudio reciente realizado por la campaña Woman Means Something , los incidentes de hombres que intentan mirar hacia arriba por las faldas de las mujeres mientras usan el baño en Target se han más que duplicado desde el cambio de esta política. Y los incidentes generales de voyerismo (es decir, ofensas de mirones) casi se han triplicado.

Pero Target no está reconsiderando sus políticas “inclusivas de género” en los baños.

Dos semanas después de que Target afirmara su política de permitir a los clientes usar el baño de su elección, se descubrió a un hombre grabando en vídeo a una chica mientras se probaba trajes de baño en una de sus tiendas en Frisco, Texas. La chica notó que el hombre se asomaba por encima de la pared con un teléfono celular dirigido hacia ella. Ella corrió y le dijo al personal, pero el sospechoso abandonó la escena antes de que pudiera ser arrestado. Posteriormente se emitió una orden de arresto.

Pero Target no está reconsiderando sus políticas “inclusivas de género” en los baños.

En marzo, un hombre se expuso a una niña en el baño de mujeres en una tienda Target en Chicago, Illinois. Los informes policiales dicen que el perpetrador insistió en que tenía que usar el baño de mujeres. Luego se metió en la caseta que usaba una niña pequeña y expuso sus genitales antes de salir del baño. Los compradores indignados amenazaron con boicotear a Target por sus políticas de baño después del incidente.

Aun así, Target no está reconsiderando sus políticas “inclusivas de género” en los baños.

La razón por la cual Target permite que los hombres vayan a los baños de mujeres no es para hacer que sus clientes estén más cómodos. Los datos de YouGov sugieren que el 47% de las mujeres estadounidenses se sienten incómodas al usar un baño unisex en público (y puede haber más mujeres reticentes a admitir su incomodidad ante un encuestador de YouGov). Así que Target está alejando potencialmente a 60 millones de clientes mujeres para complacer las demandas de 700.000 hombres que se identifican como mujeres.

La cadena de tiendas por departamento promulgó una política que permite a los clientes transgénero usar el baño de su elección después de que Carolina del Norte aprobara una ley que exige a las personas transgénero usar el baño público correspondiente al sexo que aparece en sus certificados de nacimiento. A pesar del hecho de que sólo el 0,6% de estadounidenses se identifica como transgénero, esta pequeña pero ruidosa minoría está doblegando a grandes corporaciones como Target y a numerosos políticos y leyes a su voluntad.

¿Cómo es que un grupo tan pequeño es tan poderoso en nuestra cultura, nuestros negocios y la política?

Normalmente, poner en peligro a mujeres y niños para complacer a menos del uno por ciento de la población sería una decisión de negocio espectacularmente pobre. Pero los ejecutivos de Target están menos preocupados de ofender a mujeres y niños que de ser etiquetados como “transfóbicos”. ¿Por qué?

Al final del día, los grupos de defensa transgénero que piden baños unisex son más ruidosos y más organizados que su oposición. Ellos etiquetan como intolerante a cualquiera que diga que un hombre no debe entrar al baño de mujeres. Estas acusaciones están dominando con éxito el ciclo de los medios y mantienen callada a la mayoría silenciosa de estadounidenses, y, en efecto, sumisos a esta agenda de extremismo cultural.

Este impactante ejemplo ilustra cómo un pequeño número de celosos defensores de la “justicia social” se han establecido como los árbitros de la nueva moralidad de Estados Unidos.

Al etiquetar a cualquiera que se incomode porque un hombre va a un baño de mujeres como intolerante, los activistas pueden intimidar a la mayoría de estadounidenses para que se sometan y dominar la atención de los medios. Estos activistas progresistas gritan, censuran y por otra parte bloquean puntos de vista conservadores, tradicionales y bíblicos, tratando de permitir que sólo un conjunto de opiniones sea discutido públicamente. A pesar del hecho de que la mayoría de estadounidenses no necesariamente está de acuerdo con sus puntos de vista sobre la homosexualidad, la transexualidad, la inmigración, el género, la familia y el aborto, estos activistas están transformando con éxito y radicalmente la cultura estadounidense.

Politizar todo

Una de las áreas más notables donde los izquierdistas de la “justicia social” han tomado el poder en los últimos años es el mundo corporativo. Uno de los principios más aprobados de conversación con un nuevo conocido es “No hables de política”. Nadie era más sensible a eso que el empresario, que quería mantener a sus empleados lo más unificados posible y vender a tantos clientes como fuera posible, sin importar sus opiniones políticas. Por esa razón, las empresas evitaban declaraciones políticas para no alejar a nadie.

Esto ha cambiado en más empresas además de Target. Importantes corporaciones, desde Twitter hasta Delta Airlines y Kellogg's, están haciendo audaces declaraciones y tomando acciones osadas para ajustarse a la agenda progresista sobre el aborto, la homosexualidad, el transgenderismo, la inmigración, la raza y otros temas. Clientes con valores diferentes son invitados a comprar en otro lugar y los empleados con diferentes valores tienen que irse.

Kevin Williamson fue despedido del Atlantic después de que alguien sacó a la luz una de sus publicaciones en medios sociales de hace cuatro años donde sugería que la sanción legal por aborto debería igualarse a la pena legal por asesinato. Harmony Daws fue despedida de su trabajo en un negocio de limpieza después de que ella fuera nombrada presidenta de Oregon Right to Life [Derecho a la Vida de Oregón]. Su trabajo como activista pro-vida no tenía nada que ver con su empleo, pero su jefe argumentó que los puntos de vista de Daws la llevarían a discriminar a otros empleados. Julianne Benzel, profesora de historia en Rocklin High School, fue suspendida administrativamente después de sugerir a sus estudiantes que los administradores de la escuela estaban practicando un doble estándar al apoyar una marcha sobre el control de armas mientras que se mantenían neutrales con respecto a un mitin antiaborto.

Los entrenadores de un gimnasio de CrossFit en Indiana organizaron un evento para expresar orgullo por lesbianas, homosexuales, bisexuales y transexuales. El propietario cristiano del gimnasio, Brandon Lowe, canceló el evento cuando se enteró de ello, lo que provocó que un miembro homosexual de su gimnasio organizara un boicot. En dos días, el gimnasio se cerró bajo la presión. Un ejecutivo de CrossFit, Russell Berger, tuiteó en defensa de la decisión de Lowe y criticó a la comunidad lgbt por su intolerancia. Se enfrentó a una reacción tan violenta que, apenas unas horas después de que su tuit se volviera viral, la organización CrossFit tuiteó: “Las declaraciones hechas hoy por Russell Berger no reflejan las opiniones de CrossFit Inc. Por esta razón, su empleo con CrossFit ha finalizado”.

Esto está lejos de ser un incidente único. El presentador de espn Curt Schilling publicó una opinión en Facebook que decía que los hombres adultos no deberían poder usar el mismo baño que las jovencitas. espn lo despidió. El empleado de spx Flow Technology, Charles Rhoads, se negó a mirar las fotos de boda de un compañero de trabajo homosexual. spx lo despidió. El jefe de bomberos de Atlanta, Kelvin Cochran, escribió un libro devocional para hombres que contenía un párrafo que condenaba la homosexualidad. El departamento lo despidió. Cuando en 2014 se conoció públicamente que el nuevo ceo designado de Mozilla, Brendan Eich, donó 1.000 dólares para apoyar la Proposición 8, una iniciativa de California para prohibir el “matrimonio” entre personas del mismo sexo, los defensores izquierdistas lo forzaron a renunciar en dos semanas.

Ninguna de estas personas perdió sus empleos porque sus puntos de vista sobre el aborto o la homosexualidad afectaran su desempeño laboral. Uno podría intentar argumentar que fueron despedidas porque sus jefes fueron personalmente intolerantes con sus puntos de vista. Pero la evidencia en más y más instancias sugiere que fueron despedidas porque las compañías para las que trabajaban temían la reacción violenta de los activistas sexuales.

A medida que estas empresas ceden a tales tácticas, una pequeña minoría de personas agresivas está dictando la visión “dominante” por la cual se juzga a la sociedad. Esta es la etapa avanzada de una estrategia intencional para revolucionar a la nación.

‘Tolerancia liberadora’

Cuando las guerras culturales de Estados Unidos comenzaron en serio en la década de 1960, uno de los profesores más influyentes de la nación fue Herbert Marcuse. Conocido como el “padre de la Nueva Izquierda”, Marcuse escribió el ensayo “Tolerancia represiva” en 1965, argumentando que la civilización occidental era completamente corrupta y que Estados Unidos era adicto a la guerra, la explotación y la opresión sexual. Para cambiar este estado de las cosas y crear una mayoría subversiva, Marcuse abogó por una estrategia revolucionaria llamada “tolerancia liberadora”.

Él definió la tolerancia liberadora como “intolerancia contra los movimientos de la derecha y tolerancia a los movimientos de la izquierda”. Esto requeriría “la suspensión extrema del derecho a la libertad de expresión y libre asamblea”, pero insistió en que esto estaba justificado “si es que toda la sociedad está en peligro extremo”. La noción de “tolerancia liberadora” de Marcuse se hizo muy popular entre los activistas de izquierda en los años 60s y 70s—una generación que hoy en día tiene altos cargos en política, negocios y otros ámbitos.

Los activistas de izquierda de hoy siguen esta estrategia general. Si usted quiere crear una sociedad donde la mayoría de la gente apoye el aborto, la homosexualidad, el transgenderismo, el socialismo y otras doctrinas izquierdistas, usted debe silenciar los puntos de vista opuestos.

La revista Slate publicó un artículo titulado “En alabanza a la intolerancia” el año pasado. El artículo hacía referencia a la filosofía de Marcuse y argumentaba que la izquierda debería defender la “verdad” en lugar de la “tolerancia”. Citó la intolerancia del mundo académico hacia el creacionismo y el escepticismo a la vacunación como ejemplos justificados de respaldar la verdad sobre la tolerancia. Se refirió a la idea de que los hombres deberían ser los jefes de hogar como otra idea que no debería ser tolerada.

Los liberales (en el sentido más tradicional de la palabra) condenaban la intolerancia, diciendo que la gente debería ser capaz de decidir el bien y el mal por sí mismos en lugar de tener una moral religiosa impuesta sobre ellos. Los activistas progresistas de hoy son diferentes. Ellos imponen un nuevo conjunto de sus propios estándares morales con el mismo fervor que los puritanos coloniales utilizaron para imponer el antiguo sistema. En un mundo al revés, aquellos que defienden la moral bíblica tradicional son ahora los nuevos herejes.

Cristianos indiferentes

Uno no necesita una memoria muy larga para reconocer cuán radical y rápidamente está cambiando la sociedad. Muchas de las posturas morales por las cuales se despide de sus empleos a la gente hoy fueron consideradas como declaraciones de lo obvio hace una generación, o incluso cinco años atrás. La creencia de que el aborto es un asesinato, que el matrimonio es una unión entre un hombre y una mujer, y que la gente nace siendo hombre o mujer eran hechos conocidos. Ahora, expresar estos hechos en público puede ocasionarle serios problemas.

Esta transformación radical en la cultura estadounidense ilustra cómo una minoría ruidosa ha luchado por superarse, hasta el punto de derribar a una mayoría silenciosa, precisamente porque esa mayoría es tan débil de voluntad.

Las encuestas de Gallup indican que más de la mitad de estadounidenses se oponen al aborto en la mayoría de las circunstancias, y casi la mitad cree que la homosexualidad es moralmente incorrecta. Una gran mayoría cree que el sexo biológico es real y fijo. La razón por la cual las personas son despedidas por expresar estas creencias no es porque sean opiniones marginales. Es debido a los esfuerzos agresivos y exitosos de un grupo pequeño y bien organizado de activistas que presionan a las compañías para que despidan a esas personas.

Mientras tanto, la gran mayoría de estadounidenses permanece en silencio.

La izquierda radical ha sido capaz de revolucionar la cultura estadounidense debido a la indiferencia moral del ciudadano promedio.

El setenta por ciento de estadounidenses se identifican como cristianos, pero menos de la mitad de ellos dicen que leer la Biblia es esencial para su identidad cristiana. Una encuesta de usa Today encontró que el 25% de los estadounidenses puede nombrar los siete ingredientes de una hamburguesa Big Mac de McDonald, pero sólo el 14% puede enumerar exactamente los Diez Mandamientos. Entonces, mientras la mayoría de estadounidenses sienten que la fibra moral de la nación se está deteriorando, luchan por definir el bien y el mal.

Al adoptar una actitud de ‘vive y dejar vivir’, los cristianos estadounidenses han entregado a sus hijos a un sistema educativo secularizado y han cedido su influencia a una minoría de ruidosos defensores de la “justicia social”. El resultado es que Estados Unidos se está acercando a un punto de inflexión donde la mayoría silenciosa se convierte en la minoría silenciada.

Esto nunca habría sucedido si los cristianos se aferraran a la moralidad bíblica con el mismo fervor que los activistas progresistas luchan por principios irreligiosos.

Echando por tierra la verdad

La mayoría de estadounidenses tienen una Biblia, pero no la leen. Sin embargo, la Biblia contiene advertencias importantes acerca de lo que sucede cuando las personas se vuelven tolerantes al mal y apáticas hacia la verdad.

El profeta Daniel entrega una increíble profecía del tiempo del fin acerca de una gran apostasía en la Iglesia de Dios, activada por la indiferencia religiosa. Esta profecía nos da un contexto vital en relación al estado de la moralidad estadounidense actual.

Daniel 8:11-12 profetiza acerca de un líder autoritario que viene en el mismo espíritu que el antiguo rey helenístico Antíoco Epífanes. Este líder se rebela contra Dios y detiene temporalmente la obra de la Iglesia de Dios. Se le permitió “echar por tierra la verdad” debido a los pecados de la gente en la Iglesia. Este líder, con un pequeño grupo de seguidores, es capaz de apropiarse de la Iglesia y cambiar sus doctrinas debido a la apatía de la gente. No aman celosamente la verdad de Dios, así que la pierden.

El editor en jefe de Trompeta, Gerald Flurry, explica cómo se ha cumplido esta profecía en su folleto Estados Unidos bajo ataque (solicítelo gratis). Además explica que estos versículos revelan la estrategia del diablo para destruir a Estados Unidos: él se aprovecha de la indiferencia de la gente y usa a un pequeño grupo para arrojar la verdad a tierra.

“Los pecados del pueblo le dieron a Satanás su oportunidad”, escribe el Sr. Flurry. “Sus oraciones a Dios no están siendo contestadas. Es por eso que Antíoco puede hacer todo su trabajo sucio, porque hay tanto pecado en Israel. Eso fue tristemente cierto para el Israel espiritual, la Iglesia de Dios, y es igualmente cierto para nuestras naciones actualmente”.

Es innegable que hay un movimiento pequeño, agresivo y bien organizado que trabaja para convencer a los estadounidenses de que el aborto es normal, la homosexualidad es saludable, los roles de género son opresivos y la Biblia es intolerante. Pero este movimiento sólo ha tenido éxito porque el pueblo estadounidense es ignorante y descuidado hacia la verdad bíblica.

“El hecho es que la gran mayoría está formando opiniones, tomando decisiones y creando políticas que han sido influenciadas, incluso intimidadas, por lo políticamente correcto, por la presión de grupo o la coacción social”, escribe el jefe de redacción de Trompeta Joel Hilliker en La redefinición de la familia (solicítelo gratis). “Ha habido un esfuerzo clandestino pero concertado para cambiar radicalmente la mente de las personas sobre la homosexualidad. Y ya sea que se den cuenta o no, muchas personas han llegado a aceptar y abrazar esta idea porque han sido manipuladas involuntariamente para hacerlo”.

Los estadounidenses se enorgullecen de ser tolerantes, pero esta “tolerancia” liberal corre en una sola dirección. Cuando la mayoría de la sociedad se opuso fuertemente a los homosexuales, transexuales, defensores del aborto y otros liberales, la estrategia era abogar por la tolerancia. Pero ahora que las causas liberales radicales se han fortalecido y la oposición se ha debilitado, su estrategia se aleja del ideal de tolerancia y se vuelve mucho más agresiva. Esto crea un ambiente donde un pequeño grupo de radicales puede intimidar a la mayoría silenciosa para que se someta y arrojar la verdad a tierra.

Entonces, si usted es uno de los 8 de cada 10 estadounidenses que cree que el comportamiento moral en el país se está deteriorando, ahora es el momento de examinar lo que usted cree. La solución a la indiferencia es el celo por la verdad. Hará falta un arrepentimiento nacional para devolver a la gente a Dios y hacer que la moral de este mundo al revés dé un giro y se ponga de pie.

Si usted no ama y defiende celosamente la verdad, finalmente llegará a creer una mentira. 

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