Reciba nuestro boletín gratis

¿Por qué permite Dios el sufrimiento?

CHANDAN KHANNA/AFP VÍA GETTY IMAGES

¿Por qué permite Dios el sufrimiento?

Un experimento de 6.000 años de proporciones épicas y una dosis enorme de terapia de aversión

La condición humana está dominada por el sufrimiento humano. Hemos visto ejemplos intensos de ello tras los recientes tiroteos masivos, la guerra en Europa, los confinamientos, las vacunaciones forzadas y mucho más. Pero el sufrimiento humano está en todas partes—en todo el mundo y a lo largo de la historia de la humanidad.

La gente ve los cuerpos de niños en charcos de sangre y deja de creer en Dios.

¿No es justo preguntarse cómo un Dios amoroso y todopoderoso puede permitir un sufrimiento tan horrible?

¿Cómo puede ser este el mundo de Dios?

Piense en los miles de millones de personas cuyas vidas se han visto trágicamente truncadas por la guerra, la violencia, las epidemias, el hambre y la desnutrición. Piense en los miles de millones que han vivido vidas insatisfechas e infelices. ¿Cómo puede Dios permitir que sucedan estas cosas? ¿Por qué no le pone fin?

De todos los campos del conocimiento humano, la religión debería ser la que puede responder mejor estas difíciles preguntas. Pero cuando examinamos las respuestas que ofrece la religión, nos quedamos aún más confundidos. La mayoría de las religiones enseñan que Dios gobierna este mundo, ¡y no saben por qué permite un sufrimiento tan desenfrenado!

Las iglesias cristianas enseñan que Dios está tratando de convertir al mundo hoy. Por eso se dedican a la evangelización, las misiones, los movimientos juveniles, las campañas eclesiásticas y la política, por no hablar de las cruzadas, las inquisiciones y las guerras “santas”, pasadas y futuras. Creen que están salvando a algunos del sufrimiento, ahora y en la eternidad.

Pero piense en los miles de millones de personas que durante los últimos 6.000 años han vivido y muerto sin conocer a Jesucristo. Si Dios está tratando de salvar al mundo ahora, debe estar fallando miserablemente. ¿Cómo podría un Dios justo permitir que tantos sufran y padezcan y luego mueran para siempre, sin tener nunca una oportunidad de salvación? Pero esto es exactamente lo que las iglesias enseñan.

Observe algunas escrituras que desafían este punto de vista. En Gálatas 1:4, el apóstol Pablo se refiere a la época en que vivimos como este “presente siglo [mundo, vkj] malo”. En 2 Corintios 4:4, se refiere a Satanás el diablo como “el dios de este siglo”. En Apocalipsis 12:9, el apóstol Juan dice que Satanás “engaña al mundo entero”.

Si Dios está luchando contra Satanás para salvar a este mundo ahora, estos versículos revelan que Dios está perdiendo la batalla. ¿Es eso lo que está sucediendo hoy?

Para obtener respuestas reales a estas preguntas, ¡debemos dejar de lado las ideas preconcebidas y los prejuicios y dejar que Dios hable por Sí Mismo!

Dios no nos ha dejado sin respuestas. Él revela claramente en la Biblia por qué sufrimos.

Los dos árboles

Dios creó al hombre perfecto físicamente (Génesis 1:31), pero inconcluso espiritualmente. Dios ofreció al hombre Su Espíritu Santo, que, combinado con el espíritu humano del hombre, habría completado su creación espiritual (Romanos 8:16; 1 Corintios 2:9-11). Pero Adán rechazó el Espíritu de Dios cuando Lo desobedeció, siguió a su esposa y participó del árbol de la ciencia del bien y del mal.

La mayoría de la gente está familiarizada con la historia de Adán y Eva, pero nunca ha entendido su verdadero significado. La fundación de la civilización humana no tuvo que ver con dos árboles frutales, sino con dos caminos de vida.

El árbol de la vida representaba vivir a la manera de Dios, guiado por Su Espíritu Santo. Al obedecer los mandamientos de Dios, Adán podría haber participado del árbol de la vida y haber recibido el Espíritu Santo de Dios (Hechos 5:32). Esto le habría dado a Adán el poder de pensar como Dios, de tener una relación piadosa con su Creador y con sus semejantes. Es esta actitud, no un pedazo de fruta real, la que habría conducido a una vida espiritual gozosa y eterna. Romanos 8:10 se refiere al Espíritu de Dios como vida. Esta vida espiritual sólo viene como un regalo de Dios (Romanos 6:23).

El árbol del conocimiento del bien y del mal representaba el razonamiento humano influenciado por Satanás. Al tomar de este árbol simbólico, Adán y su descendencia se sometieron voluntariamente al espíritu seductor y engañoso de Satanás (Efesios 2:2).

Al tomar de este árbol equivocado, Adán cortó a sus descendientes —a toda la humanidad— del acceso a Dios y a Su Espíritu. Este es el camino que eligió Adán. Génesis 3:22 y 24 explican el resultado de la decisión rebelde de Adán: “Y dijo [el Eterno] Dios: He aquí que el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre (…) Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”.

La sentencia de 6.000 años

El autor de El misterio de los siglos, Herbert W. Armstrong, escribió que cuando Adán tomó su fatídica decisión, Dios dijo, en efecto: “Ustedes han tomado la decisión por sí mismos y por el mundo que saldrá de ustedes. Me han rechazado como fuente básica del conocimiento; han rechazado mi poder que por medio de mi Espíritu les habría permitido seguir el camino correcto. Se han rebelado contra mi mandamiento y mi gobierno. Han escogido el camino del ‘obtener’ y ‘quitar’, que es de Satanás. Por lo tanto, los condeno a ustedes y al mundo que engendrarán a 6.000 años cortados del acceso a mí y a mi Espíritu, excepto por los poquísimos que llamaré especialmente. Esos pocos serán llamados para un servicio especial en la preparación para el Reino de Dios. Tendrán que hacer lo que ustedes no hicieron: rechazar resistir y vencer a Satanás y sus caminos, y seguir los caminos de mi ley espiritual”.

“Por lo tanto, Adán y su progenie que formará el mundo, vayan y produzcan su propio caudal de conocimientos. Decidan por ustedes mismos lo que es bueno y lo que es malo. Produzcan sus propios sistemas educativos y medios de difundir el conocimiento, desorientados por su dios Satanás. Formen sus propios conceptos de lo que es dios, sus propias religiones, sus propios gobiernos, sus propios estilos de vida y estructuras sociales y civilización. En todo esto Satanás engañará al mundo con su actitud de egocentrismo, con vanidad, lascivia y codicia, celos y envidia, competencia, conflicto, violencia y guerra, rebelión contra mí y contra mi ley de amor”.

“Cuando el mundo de sus descendientes haya escrito la lección en 6.000 años de sufrimiento humano, angustia, frustración, derrota y muerte, cuando el mundo que de ustedes surja haya tenido que confesar la inutilidad del camino de vida que ustedes han escogido, entonces intervendré de manera sobrenatural. Con mi poder divino tomaré las riendas del gobierno del mundo. Mediante la reeducación, produciré un mundo de felicidad y paz. Y cuando los hombres se arrepientan les ofreceré a todos la salvación eterna. Luego de mil años de aquel mundo feliz por venir, haré resucitar a la vida mortal a todos aquellos que hayan muerto sin ser llamados durante estos 6.000 años. Entonces vendrá el juicio para ellos, y al arrepentirse y tener fe, les ofreceré la vida eterna”.

“Durante esos 6.000 años en que yo mismo los alejaré de mí, ellos no serán juzgados eternamente; sin embargo, lo que siembren en su vida, eso mismo segarán. Ahora bien, cuando yo les ofrezca la salvación eterna, Satanás no estará allí para obstaculizarlos o engañarlos; no tendrán que vencerlo. Los pocos llamados en estos 6.000 años sí tendrán que rechazar y resistir las influencias de Satanás y vencerlo. Quienes venzan se sentarán conmigo en mi trono y tendrán poder para gobernar a todas las naciones bajo mi Reinado Supremo”.

Terapia de aversión

El Sr. Armstrong se refirió a esta “lección” de 6.000 años que el hombre está grabando por su propia experiencia como terapia de aversión. Algunas clínicas todavía emplean este método de terapia para ayudar a las personas a superar las adicciones. Si una persona es alcohólica, por ejemplo, ¡se le obliga a beber alcohol hasta que le diera tanto asco que no quisiera volver a beber!

En cierto sentido, eso es lo que Dios está haciendo con este mundo. Él no nos está obligando a ir por el camino de Satanás, pero está permitiendo que llenemos nuestras mentes del camino de vida de Satanás. Dios está permitiéndolo para que nos lleve al punto de detestar y aborrecer absolutamente este “presente siglo malo”. Él está permitiendo que el hombre siga su propio camino para que pueda ver los frutos de vivir en contra de la ley de amor de Dios.

Sin embargo, hasta ahora la humanidad en general no ha aprendido la lección que Dios enseña. En lugar de resolver nuestro propio sufrimiento, lo estamos multiplicando. Incluso ante un sufrimiento espantoso, la humanidad en general se niega a reconocer que estamos equivocados, que somos incapaces de resolver nuestro sufrimiento, que necesitamos someternos a Dios, que estamos comiendo del árbol equivocado.

Los males de nuestra generación actual son como los de los días de Noé, cuando todo designio de los pensamientos del hombre “era de continuo solamente el mal” (Génesis 6:5).

La Biblia profetizó que estas mismas condiciones inmorales se extenderían en los últimos tiempos: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre” (Mateo 24:37). En los días de Noé, las masas se burlaron de las advertencias de Dios hasta que llegó el diluvio y “se los llevó a todos” (versículo 39).

Este es nuestro tiempo. Tambaleándose de una crisis terrible a la siguiente, la mayoría de la gente vuelve a ridiculizar el mensaje de advertencia de Dios. Pero eso no alterará el resultado profetizado: “Porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados” (Mateo 24:21-22).

Este será el resultado final de la rebelión del hombre contra Dios, que comenzó con el primer hombre hace casi 6.000 años. Una vez que llegue la culminación de la rebelión y el sufrimiento humanos, la humanidad reconocerá los horribles resultados de su experimento de 6.000 años de rechazo a Dios. Finalmente, el hombre se hartará de todos los males y sufrimientos que ha traído sobre sí mismo. Finalmente, el hombre querrá buscar a Dios y Su camino de vida.

La lección de la terapia de aversión habrá servido a su propósito. Jesucristo volverá. Él quitará a Satanás de su gobierno sobre la humanidad. En ese momento, así como a través de una posterior resurrección de todos los que han vivido sin conocer a Dios, Él reabrirá a toda la humanidad la misma elección que le dio a Adán: rebelarse y elegir el árbol del conocimiento del bien y del mal, que conduce al sufrimiento y a la muerte, o someterse y elegir el árbol de la vida, que conduce al increíble potencial humano.


EL MISTERIO DE LOS SIGLOS

Se ha preguntado usted alguna vez: "¿Quién soy yo? ¿Qué soy? ¿Por qué existo?" Usted es un misterio. El mundo que lo rodea es un misterio. ¡Ahora usted puede comprenderlo!