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Judah, Israel

REESE ZOELLNER/TROMPETA

Por qué la mayoría de la gente no entiende la profecía bíblica

¿Acaso usted también se lo está perdiendo porque aún no ha descubierto este hecho tan revelador?

La profecía bíblica es un misterio, ¡incluso para la mayoría de las personas que leen la Biblia! Este tema es tremendamente importante, pero también es tremendamente confuso. ¿Por qué? Porque la profecía bíblica está bajo llave y la gran mayoría de la gente no tiene la llave vital que la abre.

Los noticieros, los periodistas y los políticos hablan las 24 horas del día sobre los horrendos acontecimientos que nos rodean. Pero ¿quién de ellos entiende lo que está sucediendo? ¿Quién de ellos puede decir hacia dónde se dirigen estos acontecimientos?

En realidad la Biblia hace que el resultado final de los eventos actuales sea ineludiblemente claro, pero sus explicaciones son completamente confusas a menos que se tenga la llave que las abre.

Para entender esta llave, tenemos que retroceder al Antiguo Testamento.

¿Israel lucha contra los judíos?

2 Reyes 16 muestra dónde comenzó la confusión. Tiene que ver con la identidad de Israel. Hoy, cuando pensamos en Israel, pensamos en los judíos. Pero aquí falta algo.

¿Sabía usted que la primera vez que se menciona a los judíos en la Biblia, están en guerra contra Israel? La nación judía no era Israel, ¡en realidad estaba luchando contra Israel!

En la antigüedad y según la Biblia, Israel y Judá eran dos entidades muy distintas. Y todavía lo son. Esto es lo que muchos no entienden: las identidades modernas de Israel y Judá. ¡Esta es la clave para entender la profecía bíblica!

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El antiguo Israel estaba compuesto por 12 tribus. Judá era sólo una de esas tribus. Hoy sabemos quiénes son los descendientes de Judá: los judíos. Pero ¿dónde están las otras tribus? ¿Han desaparecido? ¡Por supuesto que no! ¡En realidad, estas “10 tribus perdidas” son algunas de las naciones más importantes del mundo que existen en la actualidad!

Este pasaje de 2 Reyes 16 explica lo que ocurrió. Israel era una nación unida formada por 12 tribus bajo el gobierno del rey David y su hijo el rey Salomón. Tras la muerte de Salomón, 10 tribus de Israel se rebelaron contra la tribu de Judá y la capital de Jerusalén. Las tribus de Benjamín y Leví permanecieron con los judíos. Las otras 10 tribus se establecieron en Samaria, al norte de Jerusalén.

Israel y Judá se convirtieron en dos naciones separadas. Este hecho es crucial para entender la profecía bíblica.

“En aquel tiempo el rey de Edom recobró Elat para Edom, y echó de Elat a los hombres de Judá [judíos, vkj]…”. Esta es la primera vez que la palabra judíos aparece en la Biblia. “Y los de Edom vinieron a Elat y habitaron allí hasta hoy. Entonces Acaz [el rey de Judá] envió embajadores a Tiglat-pileser rey de Asiria, diciendo: Yo soy tu siervo y tu hijo; sube, y defiéndeme de mano del rey de Siria, y de mano del rey de Israel, que se han levantado contra mí” (2 Reyes 16:6-7).

¡El rey de Judá se puso en contacto con un rey extranjero para pedirle ayuda para luchar contra Israel! ¿Cómo podrían estar en guerra el uno contra el otro si Israel fuese sólo otro nombre para Judá? Esto fue mucho después de la división del reino. Israel estaba —y sigue estando— ¡separado de Judá!

Hoy en día, existe una nación en Oriente Medio llamada Israel. Pero esa nación representa sólo a dos tribus de Israel: Judá y Benjamín, junto con muchos o la mayoría de los levitas. Esas son las tribus que permanecieron en Jerusalén cuando Israel se separó. La nación moderna llamada Israel no incluye a los descendientes de las 10 tribus que se separaron en el siglo x a. C. y migraron a Samaria (norte de Israel).

Esta guerra en 2 Reyes 16 terminó con Israel (las 10 tribus del norte) siendo derrotadas y esclavizadas por Asiria. “[El Eterno], por tanto, se airó en gran manera contra Israel, y los quitó de delante de su rostro; y no quedó sino sólo la tribu de Judá” (2 Reyes 17:18). ¡Israel era tan incrédulo y pecador que enfureció al Dios de amor! A causa de los terribles pecados de los israelitas, se enfadó tanto que los abandonó y permitió que fueran conquistados.

Asiria conquistó la nación de Israel entre el 721 y el 718 a. C. (versículo 23). Israel fue llevado cautivo y sólo quedó Judá (versículo 18).

Piense seriamente en estos versículos porque también se aplican a nosotros. Este es el tiempo del fin. Las naciones de Israel todavía existen. ¡Y siguen enojando a Dios con sus terribles pecados! El libro de 2 Reyes es uno de los profetas anteriores. Eso significa que este versículo no sólo se refiere a una nación antigua; también conlleva un mensaje profético para nosotros hoy, ¡si entendemos la profecía bíblica! Dios dice que los asirios volverán a conquistar Israel (vea Isaías 10).

Una investigación sin frutos

Los estudiosos de la Biblia han investigado lo que le ocurrió al antiguo Israel. Uno de los principales conocedores del tema es el historiador y científico Werner Keller quien incluye mucha información concreta en su libro The Bible as History [La Biblia como historia]. Esta es su opinión, que comparten muchos otros eruditos: “La gente del reino del norte así como sus reyes desaparecieron, fueron absorbidos por la población de estas tierras extranjeras y nunca volvieron a aparecer en la historia. Toda la investigación sobre qué pasó con las 10 tribus y quiénes tenían su hogar allí ha llegado hasta ahora a nada” (énfasis mío en todo el texto).

¿Es eso cierto? Las 10 tribus del norte de Israel fueron llevadas cautivas. Israel perdió su identidad. Israel nunca resurgió como Israel. ¡Pero Israel no desapareció! ¿Cómo podrían desaparecer millones de personas? Deben estar en algún lugar.

Los eruditos bíblicos saben dónde está la tribu de Judá. “Judío” es sólo una manera de llamar a los de Judá. ¡La Judá moderna es donde están los judíos modernos! Ellos nunca se perdieron del todo. Pero la mayoría, como Keller, cree que las 10 tribus cayeron en el abismo de la historia. ¿Cómo sabemos que estos inteligentes eruditos en realidad están equivocados?

Porque Jesucristo así nos lo dice.

La comisión de Cristo a los apóstoles

Unos 750 años después de que Asiria esclavizara a Israel, Cristo dio a Sus apóstoles la orden de visitar a un grupo específico de personas. Si usted entiende esto, entenderá la profecía bíblica.

Lea Mateo 10:5-6: “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no vayáis [Cristo enviaría allí al apóstol Pablo más tarde], y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel”. ¡Esto lo dijo el propio Cristo!

Werner Keller y otros eruditos no entienden esto. Pero si le creemos a Cristo, debemos creer que “las ovejas perdidas de la casa de Israel” estaban en algún lugar en los tiempos de Cristo, más de 700 años después de haber sido esclavizadas.

Ciertamente, Cristo no se refería a los judíos. Ellos estaban donde Él estaba, en el mismo lugar que los judíos están hoy. Su identidad no se había perdido entonces, y no se ha perdido hoy. Sin embargo, Israel había sido absorbido por el Imperio Asirio, y estas tribus perdieron su identidad. Pero Cristo —y muchos otros— sabía que estaban allá afuera.

Jesucristo quiere que conozcamos la verdad sobre el antiguo Israel. Varios profetas del Antiguo Testamento, e incluso el propio Cristo, profetizaron que los pueblos modernos de Israel soportarían el peor sufrimiento jamás vivido justo antes de Su Segunda Venida. ¡Por eso Cristo quiere que usted entienda las profecías bíblicas! Y para entender esas advertencias, ¡debe saber quiénes son los pueblos actuales de Israel!

¿Adónde fueron los apóstoles?

En su artículo “¿Adónde fueron los doce apóstoles?”, Herman Hoeh investigó la intrigante historia de Partia para averiguar a dónde fue Israel (Plain Truth, mayo de 1964).

El Dr. Hoeh escribió que hacia el año 700 a. C., apareció de repente un grupo de personas alrededor de la costa del Caspio que habían sido esclavizadas por Asiria. Se les llamó los partos, un nombre que significa exiliados. Estos exiliados acabaron ascendiendo al poder y a la prominencia en la tierra de Partia alrededor del año 250 a. C.

¡Estos pueblos eran nada menos que las tribus “perdidas” de Israel!

Permanecieron en la tierra en la que habían sido esclavos de Asiria hasta principios del siglo iii d. C. Entonces los persas los expulsaron hacia el noroeste, hacia lo que hoy es Europa. Y ahí es exactamente donde se encuentra la mayoría de esas tribus perdidas de Israel ahora, en 2022.

Josefo, el destacado historiador judío del siglo i, era muy consciente de que Israel se había establecido en la tierra de Partia. “Pero entonces toda la multitud del pueblo de Israel [las 10 tribus ‘perdidas’] permanecen en ese país [nunca volvieron a Samaria]; por lo que no hay más que dos tribus en Asia y Europa sujetas a los romanos, mientras que las 10 tribus están más allá del Éufrates hasta ahora, y son una multitud inmensa, y no se puede estimar mediante números” (Antigüedades de los judíos).

¡Eran una multitud enorme! Los israelitas dispersos eran tan vastos que Jesús ordenó a Pedro, Santiago, Juan y al resto de Sus discípulos que fueran a estas “ovejas perdidas”. Y los doce apóstoles sabían dónde estaban. Cristo sabía dónde estaban. Incluso Josefo sabía dónde estaban.

Observe otra pista en Mateo 15: “Saliendo Jesús de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón. Y he aquí una mujer cananea que había salido de aquella región clamaba, diciéndole: ¡Señor, Hijo de David…”. Esta mujer gentil sabía quién era Él. Ella continuó: “Mi hija es gravemente atormentada por un demonio”. Al principio, Cristo no respondió a su petición. Y le explicó por qué a Sus discípulos: “No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (versículos 21-22, 24).

Esta mujer demostró una fe tan grande que Jesús sanó a su hija en ese mismo instante. Pero le dijo claramente que estaba preparando a Sus apóstoles para ir a “las ovejas perdidas de la casa de Israel”. De acuerdo a Jesús, ése era Su propósito.

Si escuchamos a Cristo, podemos entender por qué vino y qué significan las profecías de la Biblia. Realmente podemos entender este mundo tumultuoso que nos rodea. Pero debemos tener la clase de fe que tenía esta mujer cananea.

Conquistado pero no perdido

Entre el 604 y el 585 a. C., poco más de un siglo después de que Israel fuera al cautiverio, los judíos también fueron conquistados por Babilonia. Ellos también se habían alejado de Dios, y en Su ira permitió que fuesen llevados cautivos. Sin embargo, 70 años después, los judíos, benjamitas y levitas regresaron (Esdras 1:5; 2:1).

Sin embargo, Israel nunca volvió. Estudie la historia de la Iglesia de Dios en el libro de los Hechos. Después del capítulo 11, no se lee casi nada sobre los 12 apóstoles originales, y nada sobre las ovejas perdidas de la casa de Israel.

Esta es una parte fascinante de la historia. El libro de Hechos es uno de los tres únicos libros del Nuevo Testamento que no termina con un Amén. La ausencia de esa palabra final concluyente significa que Hechos aún tiene más información que debe ser añadida. Una gran parte de ese nuevo material será sobre la ubicación de las “ovejas perdidas” de la casa de Israel desde el momento en que se escribió Hechos hasta la Segunda Venida de Cristo.

El primer siglo no era el momento para que Dios le revelara al mundo la ubicación de las 10 tribus perdidas. La historia —y los eruditos bíblicos— perdieron de vista a esas 10 tribus. Incluso las propias tribus perdieron su identidad. Pero ahora, cuando las profecías son más relevantes, justo antes del regreso de Cristo, ese momento ha llegado.

La revelación de la identidad de Israel se produjo de manera poderosa en el siglo xx, cuando la Iglesia de Dios envió más de 6 millones de ejemplares de Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía. Ese libro es sobre esta verdad vital.

Es crucial entender esto porque el Israel del tiempo del fin está nuevamente enfermo de pecado y provocando la ira de Dios. ¡Estas naciones modernas deben ser advertidas! Y tenemos que entender la profecía para saber a quién advertir.

¡Pedro estuvo en las Islas Británicas!

El artículo del Dr. Hoeh rastreó cómo los apóstoles originales viajaron a las 10 tribus perdidas. Incluso examinó qué áreas fueron visitadas por cada apóstol.

¿Dónde pasó Pedro la mayor parte de su tiempo después de esos primeros 12 años en Palestina? Metaphrastes, el historiador griego, reportó “que Pedro no sólo estuvo en estas partes occidentales” —el Mediterráneo occidental— “sino particularmente que estuvo mucho tiempo en Gran Bretaña, donde convirtió a muchas naciones a la fe”. ¡Esto está hablando sobre la tarea principal de la vida de Pedro para las 10 tribus perdidas!

La obra Antiquitates Apostolicae de William Cave explica más sobre el ministerio de Pedro. Pedro no predicó el evangelio en Roma; eso se lo dejó al apóstol Pablo. Pedro sí visitó Roma, pero no predicó el evangelio allí. En cambio, estuvo “mucho tiempo” en Gran Bretaña; allí hizo la mayor parte de la obra de su vida, predicando el evangelio. Así que, a menos que Pedro haya desobedecido el mandato de Cristo en Mateo 10:5-6, ¡Gran Bretaña es una de las tribus perdidas de Israel! De hecho, ¡es la nación moderna que desciende de Efraín!

En Génesis 48, Jacob (Israel) puso su nombre sobre Efraín y Manasés. La identidad moderna de Manasés es nada menos que Estados Unidos de Norteamérica. Estas dos naciones israelitas modernas, Gran Bretaña y Estados Unidos, se volvieron muy ricas y muy poderosas, tal como Dios profetizó que lo harían.

Estas dos tribus israelitas fueron bendecidas por la obediencia y fidelidad de su antepasado Abraham. Dios prometió a Abraham que bendeciría a su descendencia (Génesis 22:18; 48:8-22). Vea en toda la Tierra y a lo largo de la historia, y es difícil encontrar dos naciones que hayan sido más bendecidas que Estados Unidos y Gran Bretaña. Dios dio a esas dos naciones las promesas de riqueza y prominencia que originalmente prometió a Abraham por su obediencia. Pero ahora esas bendiciones están siendo quitadas porque sus descendientes se revuelcan en pecados perversos.

Es necesario decirles a estas naciones quiénes son y advertirles sobre lo que están haciendo. Sólo se puede hacer eso si se entienden estas profecías.

Además de las naciones modernas de Israel y Judá, la Biblia también tiene muchas profecías sobre Alemania, Rusia, China, Japón y muchas naciones de Oriente Medio. ¡La Biblia le dice lo que les espera a todas estas naciones!

¿Quién más fue a las 10 tribus perdidas?

Hay otra cosa muy interesante sobre estas 10 tribus perdidas.

Cuando el apóstol Pablo llegó a Roma, los judíos de allí no habían recibido el evangelio y no sabían lo que ocurría con la Iglesia que Cristo había establecido. Sólo sabían que era perseguida y repudiada, y querían saber qué pensaba Pablo al respecto (Hechos 28:17, 21-22). Esto es una prueba de que los judíos de Roma nunca habían oído hablar del apóstol Pedro. Pablo llegó después de los 12 originales, y fue él quien predicó en la ciudad gentil de Roma.

En el año 656 d. C., el Papa Vitaliano decidió que la Iglesia católica no estaba interesada en los restos de Pedro y Pablo. Así que envió sus restos a Oswy, rey de Gran Bretaña. Esto es lo que escribió al rey británico: “Sin embargo, hemos ordenado que los benditos dones de los santos mártires, es decir, las reliquias [los huesos] de los benditos apóstoles Pedro y Pablo, y de los santos mártires, Laurencio, Juan y Pablo y Gregorio y Pancracio sean entregados a los portadores de estas nuestras cartas, para que sean entregados por ellos a usted” (Historia Eclesiástica de Bede, Libro iii, Capítulo 29). ¡Incluso los huesos de Pablo y Pedro acabaron en St. Albans, en Gran Bretaña!

El artículo del Dr. Hoeh también reveló esto: “Pasemos ahora a una prueba adicional de la misión de los apóstoles a las ovejas perdidas de la casa de Israel a las Islas Británicas. En un antiguo volumen, publicado en 1674, por William Camden, leemos: ‘La verdadera religión cristiana fue plantada aquí muy antiguamente por José de Arimatea, Simón Zelotes (o Simón el Zelote), Aristóbulo, por San Pedro y San Pablo, como pueden probarlo Doroteo, Teodoreto y Sofronio’. Bien, ¿captó eso? ¡Ahora se incluye a Pablo! ¿Había planeado Pablo pasar de Italia a España y luego a Gran Bretaña? Aquí está la respuesta. ‘Pasaré por ti a España’ (Romanos 15:28). Se dirigía a España y luego a Gran Bretaña. Clemente de Roma, en su carta a los Corintios, confirma el viaje de Pablo a Occidente. Pero ¿incluía eso a Gran Bretaña? Escuche las palabras del historiador eclesiástico griego Teodoreto. Él informa que ‘San Pablo llevó la salvación a las islas que están en el océano’ (Libro i sobre el Salmo 116, página 870). ¡Las Islas Británicas!

“Pero ¿fue sólo para predicar a los gentiles? Absolutamente no. Recuerde que la tercera y última parte de la comisión de Pablo, después de revelar a Cristo a los reyes y gobernantes en Roma, fue llevar el nombre de Jesús a los ‘hijos de Israel’ (Hechos 9:15), las 10 tribus perdidas. (…) ¡Esto es una profecía de la misión de Pablo a las Islas Británicas!”.

¡El apóstol Pablo también fue a Europa para enseñarle a las 10 tribus perdidas!

Las 10 tribus perdidas eran importantes para Jesucristo. Eran importantes para los 12 apóstoles originales. Eran importantes para el apóstol Pablo. ¡Son importantes para Dios! Y una de las razones principales es que sus verdaderas identidades modernas ¡descifran la profecía bíblica!

¿Son importantes para usted las 10 tribus perdidas? Conocer sus identidades modernas es la llave que descifra la profecía bíblica. Usted necesita urgentemente esta llave valiosa, porque estamos entrando en el período más tumultuoso de la historia del mundo —el tiempo justo antes de la Segunda Venida de Jesucristo— ¡cuando esas profecías se están cumpliendo ante nuestros ojos!

ESTADOS UNIDOS Y GRAN BRETAÑA EN PROFECÍA

La gente del mundo occidental estaría sorprendida y boquiabierta, ¡si lo supieran! Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australasia y África del Sur pondrían en marcha gigantescos programas de protección, ¡si lo supieran! ¡Ellos podrían saberlo! ¡Pero, no lo saben! ¿Por qué?