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HUM IMAGES/UNIVERSAL IMAGES GROUP VIA GETTY IMAGES

Obama firmó con su nombre

La izquierda radical pretende acelerar la caída del capitalismo sobrecargando al gobierno de EE UU con deuda y una serie de demandas imposibles que empujarán a la sociedad a la crisis y al colapso económico.

El 11 de enero de 1996, Barack Obama firmó un contrato en el que se comprometía a apoyar y asociarse al Nuevo Partido. Formado en oposición a las llamadas políticas centralistas del presidente Bill Clinton, el Nuevo Partido estuvo activo en Chicago de 1992 a 1998. Era profundamente hostil a la idea del capitalismo estadounidense y se proponía forzar al Partido Demócrata a situarse más a la izquierda mediante el reclutamiento de candidatos radicales.

El Nuevo Partido estuvo influenciado por las hipótesis económicas de Frances Fox Piven. Nacida de padres rusos, Piven se convirtió en miembro de los Socialistas Democráticos de América y en una influyente economista de la Universidad de Columbia. Junto con su esposo, Richard Cloward, Piven escribió en mayo de 1966 un artículo para una revista titulado “El peso de los pobres: una estrategia para acabar con la pobreza”.

Cloward y Piven abogaron por una estrategia para sobrecargar deliberadamente el sistema de bienestar como medio para crear una crisis económica que obligara al gobierno de EE UU a implantar una renta mínima garantizada para todos los ciudadanos. Una vez que los gobiernos locales entraran en bancarrota por atender estas nuevas demandas de bienestar, se verían obligados a solicitar rescates federales. Entonces, bajo la amenaza de disturbios civiles, el gobierno federal se vería obligado a reformar el sistema fiscal de manera que se facilitara la “redistribución total del ingreso” mediante la introducción del socialismo.

Cloward dio una visión escalofriante de su pensamiento en 1970 cuando declaró al New York Times que los pobres sólo pueden avanzar cuando “el resto de la sociedad les tiene miedo”.

El presidente Obama intentó avanzar en la visión de Cloward y Piven en 2012 cuando eliminó los requisitos de trabajo para los beneficiarios de la asistencia social. Los gastos federales para los programas de asistencia social aumentaron un 67% durante la presidencia de Obama, pasando de 430.000 millones de dólares al año a 720.000 millones. Por eso el ex presidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, bromeó diciendo que Obama sería recordado como el “presidente de los cupones de alimentos”.

Sin embargo, el intento inicial de Obama de sobrecargar el sistema de bienestar social palidece en comparación con el esfuerzo orquestado para destruir nuestra moneda y nuestra economía utilizando cheques de estímulo por el coronavirus.

En el marco de la Ley de cuidados y el Plan de Rescate de EE UU, el gobierno ha gastado 804.000 millones de dólares en el envío de cheques de estímulo a las personas de ingresos bajos y medios afectadas por los cierres del coronavirus. Junto con otras formas de estímulo por el coronavirus, este gasto ha aumentado la deuda federal en más de 6 billones de dólares. La deuda de EE UU es ahora mayor que toda su producción económica anual. La nación se está acercando a un punto en el que cada nuevo dólar que pida prestado tendrá que ser pagado como interés de su deuda existente.

A esto se le llama espiral de muerte de la deuda, y es exactamente lo que Cloward y Piven defendían en su artículo. Una vez que el gobierno pida dinero prestado para pagar los intereses del dinero que ya ha pedido prestado, ya no podrá pagar los cheques de asistencia social ni muchas otras cosas. Las naciones extranjeras se negarán a prestarle dinero, recurrirá a la impresión de más dinero y la actual inflación desenfrenada se convertirá en hiperinflación. En este punto, incluso los republicanos y los libertarios tendrán que admitir que la única opción de la nación es comenzar una redistribución socialista de la riqueza a través de impuestos progresivos, ¡o enfrentar un levantamiento bolchevique dentro de EE UU! 

Este artículo fue traducido del artículo “Obama Signed His Name to It” de theTrumpet.com.


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