
Abir Sultan/POOL/AFP via Getty Images; Julia Goddard/la trompeta
Netanyahu está solo
Ataque a la embajada israelí: Dos empleados de la embajada israelí fueron asesinados por un activista antisionista frente al Museo Judío de la Capital en Washington, D.C., el miércoles por la noche. Yaron Lischinsky y Sarah Milgrim tenían previsto comprometerse la próxima semana en Jerusalén. Lischinsky ya había comprado el anillo. Los dos trabajadores de la embajada asistían a una recepción para diplomáticos en el Museo Judío. Al salir, un hombre armado les disparó gritando: “Palestina libre, libre”.
Se produce mientras líderes de todo el mundo difunden mentiras sobre Israel y noticias falsas sobre la hambruna y el genocidio en Gaza.
También debemos pedir cuentas a los dirigentes irresponsables de Occidente que dan respaldo a este odio, ya sea mediante el apaciguamiento, la doble moral o el silencio.
El presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro británico, Keir Starmer, y el primer ministro canadiense, Mark Carney, han empoderado de diferentes maneras a las fuerzas del terror al no trazar líneas rojas morales. Esta cobardía tiene un precio, y ese precio se paga con sangre judía.
–Amichai Chikli, ministro israelí de la diáspora y de lucha contra el antisemitismo
El sospechoso, Elías Rodríguez, huyó al interior del museo donde los guardias de seguridad le detuvieron. Cuando llegó la policía, al parecer admitió haber disparado. “Sacó una kufiya roja de su bolsillo y empezó a cantar ‘Palestina libre”, dijo un testigo. “Sólo hay una solución, la revolución de la intifada”, continuó.
Israel aislado: El ataque se produce cuando Israel está cada vez más aislado en el mundo. La frialdad del presidente Trump hacia el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha convencido a los líderes mundiales de que pueden atacar a Israel sin molestar a Washington. Las acciones de Trump han “abierto el camino para que los aliados de Estados Unidos se rebelen contra la política israelí”, escribe esta mañana el Telegraph. El Reino Unido ha congelado las conversaciones comerciales y se ha unido a Canadá y Francia en la amenaza de imponer sanciones a Israel.
Incluso en casa, Netanyahu está cada vez más aislado. “En los días posteriores al ataque del 7 de octubre dirigido por Hamás, los israelíes estaban unificados en la creencia de que el país tenía que contraatacar”, escribió anoche el Wall Street Journal. “Más de 19 meses después, muchos dicen que ha llegado el momento de parar”. Citan sondeos que muestran que el 70% de los israelíes quieren poner fin a la guerra a cambio de la liberación de los rehenes restantes. Tal acuerdo no está sobre la mesa, por lo que no está claro si todo el 70% se opone a Netanyahu. Pero está claro que su fuerte enfoque en derrotar a Hamás está perdiendo apoyo.
Al parecer, Netanyahu ha leído todas las biografías sobre Winston Churchill. Una vez más, se le está llamando a estar solo. Antes, esperaba que un cambio en la Casa Blanca le aportara más apoyo. Pero con el presidente Trump en el poder, lo mejor que puede esperar ahora es un cambio de actitud.
“Netanyahu estaba luchando y ganando como ningún primer ministro israelí lo ha hecho durante bastante tiempo”, escribió el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry. “Él tiene la voluntad de luchar, luchar, luchar por su nación en una guerra. ¡Ese es el tipo de aliado que se necesita en la lucha por la libertad! …”.
“Este es el desafío que enfrenta Israel. Pero hemos visto una lucha real en el Estado judío. La supervivencia de su nación depende de ello. ¡Luchar, luchar, luchar, o morir como nación!”.
Él describió una primera encuesta que reveló que el 64% de los israelíes apoyaban la liberación de terroristas con “las manos manchadas de sangre” a cambio de rehenes. “Esto demuestra que el pueblo es mucho más débil de lo que debería ser”, escribió.
En un mundo de debilidad e irresolución, el Sr. Netanyahu está dispuesto a enfrentarse al mal como nadie. Y por ello, se ha convertido en uno de los hombres más odiados del mundo. Quizás ese hecho, tanto como cualquier otra cosa en las noticias, expone lo malvado que se ha vuelto el mundo.
Donald Trump lanzó bombazos de verdad sobre el presidente de Suráfrica, Cyril Ramaphosa, durante una visita al Despacho Oval el miércoles. El presidente Trump ha llamado la atención del mundo sobre la persecución y el asesinato de granjeros blancos en Suráfrica. Ramaphosa insistió en que no es un problema, y para demostrarlo, invitó al golfista surafricano Retief Goosen. Pero entonces Goosen describió la “batalla constante” a la que se enfrentaba su familia en su granja, con atacantes negros que “intentaban quemar la granja para echarte”. Tal vez no fuera la persona más adecuada.
A continuación, Trump mostró un video de políticos surafricanos llamando al asesinato de granjeros blancos. Uno de los más directos es Julius Malema. Ramaphosa insistió en que ni él ni su partido tienen nada que ver con Malema. No he visto a ningún medio de izquierdas señalar que Malema dirigió en su día el ala juvenil del propio partido de Ramaphosa. Finalmente fue expulsado en 2012, pero durante años el Congreso Nacional Africano estuvo de acuerdo con sus llamamientos a asesinar bóeres.
El presidente Trump está siendo atacado en la prensa por llamar la atención sobre este mal que se disfraza de rectificación de la injusticia racial. Suráfrica es un ejemplo del resultado final de muchas de las políticas que la izquierda quiere llevar a Gran Bretaña, Estados Unidos y otros países occidentales.
“Suráfrica es la primera de las naciones anglosajonas que renuncia a su primogenitura otorgada por Dios”, escribió el Sr. Flurry cuando Nelson Mandela se convirtió en presidente de Suráfrica en 1994. La Trompeta escribió en 1997: “El desastre se cierne enorme sobre el horizonte de Suráfrica, ya que el comunismo impío tiene su día al traer al poder a un gobierno dominado por el [Congreso Nacional Africano] ¡con el aparente pleno respaldo de la sociedad occidental!”.
“[Estamos] presenciando la caída de Suráfrica como preludio del descenso acelerado de Estados Unidos y de la otrora gran compañía británica de naciones”, dice nuestro folleto South Africa in Prophecy (Suráfrica en la profecía; disponible sólo en inglés). “¡Suráfrica es la primera ficha de dominó importante en caer en lo que se convertirá en una caída libre hacia la esclavitud de las que una vez fueron las naciones más poderosas de la Tierra!”.
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