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Netanyahu: El león naciente de Israel

Gary Dorning/la trompeta

Netanyahu: El león naciente de Israel

‘No se me ocurre ningún otro incidente en la historia en el que el futuro del mundo dependiera del valor de un solo hombre’, dijo Netanyahu en una ocasión sobre Churchill. Ahora, con el agresivo ataque sobre Irán, Netanyahu ocupa su lugar junto al líder británico como un gran vigilante.

En un discurso televisado el 13 de junio, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu anunció: “Hace unos momentos, Israel lanzó la Operación León Naciente, una operación militar selectiva para hacer retroceder la amenaza iraní a la propia supervivencia de Israel. Durante décadas, los tiranos de Teherán han pedido descarada y abiertamente la destrucción de Israel. Respaldaron su retórica genocida con un programa para desarrollar armas nucleares. En los últimos años, Irán ha producido suficiente uranio altamente enriquecido para fabricar nueve bombas atómicas. En los últimos meses, Irán ha tomado medidas, que nunca antes había tomado, para convertir este uranio enriquecido en armas nucleares. Si no se le detiene, Irán podría fabricar armas en muy poco tiempo”…

“Hace ochenta años, el pueblo judío fue víctima del holocausto perpetrado por el régimen nazi. Hoy, el Estado judío se niega a ser víctima de un holocausto nuclear perpetrado por el régimen iraní”.




Me conmovió la acción de Netanyahu y su liderazgo audaz y agresivo. En muchos sentidos, él es “el león naciente” de su nación.

Lo que Israel hizo para neutralizar a Irán enseña a toda la humanidad lecciones poderosas sobre lo que hace falta para vencer al mal. Y es un recordatorio específico para aquellos a los que Dios ha llamado a respaldar Su trabajo de vigilante en este peligroso tiempo del fin. Para lograr lo que Dios quiere que logremos, todos necesitamos el espíritu de un león naciente.

Netanyahu, el vigilante

Antes de la Segunda Guerra Mundial, Winston Churchill advirtió del resurgimiento de la Alemania nazi. Durante 30 años, Netanyahu no ha cesado de advertir sobre la amenaza de las armas nucleares en manos de terroristas. Ambos respaldaron las advertencias con hechos. Ambos se levantaron como leones para atacar al enemigo.

Creo que, al igual que Dios utilizó el coraje de Churchill para salvar la civilización occidental, Dios ha utilizado el espíritu luchador de Netanyahu para contener las fuerzas atómicas del mal.

En 1981, Netanyahu escribió Terrorismo internacional. En 1986 escribió otro libro: Terrorismo: Cómo puede ganar Occidente. En 1995, escribió: Combatir el terrorismo, donde advertía de la creciente amenaza del islam radical. También destacó los peligros de los Acuerdos de Oslo y del proceso de paz de Israel con los palestinos.

Los israelíes, viendo la verdad en sus advertencias, le nombraron primer ministro en 1996. A medida que crecían las amenazas contra Israel, que iban desde el terrorismo palestino hasta un Irán con armas nucleares, el pueblo eligió a Netanyahu una y otra vez. En el 2009, 2013, 2015, 2018 y 2022, fue el hombre en quien los israelíes confiaron para salvaguardar su nación.

La advertencia de Netanyahu se refería al futuro, no sólo de Israel, sino también de Occidente. Sabía que también era esencial alertar a los estadounidenses de esta la amenaza. Para erradicar la ambición nuclear de Irán, Israel necesitaría el respaldo de Estados Unidos.

Sin embargo, EE UU estaba tomando medidas para empoderar a Irán. En 2009, el nuevo presidente de EE UU, Barack Obama, se comprometió a transformar fundamentalmente a EE UU y su relación con el mundo.

En junio de 2009, Obama hizo una impactante declaración en El Cairo: “Ninguna nación debería estar decidiendo quién puede o no tener armas nucleares”. Esta declaración debió ser una decepción para Netanyahu.

En aquel momento, describí esa declaración como “una señal para el mundo de que EE UU, como superpotencia, está muerto!! Eso significa que EE UU no tiene derecho a detener por la fuerza el programa nuclear de Irán, ¡aunque Irán sea por mucho la principal nación patrocinadora del terrorismo en el mundo! Pero si EE UU no detiene a Irán, actualmente sólo otra nación lo haría: Israel. Pero Obama también dio a entender que más les vale a los israelíes no bombardear las instalaciones nucleares de Irán ¡o de lo contrario EE UU estaría contra Israel !” (“Cómo sacudirá a las naciones el discurso del presidente Obama en el Cairo”, la Trompeta, septiembre de 2009).

Netanyahu se encontró solo, sonando la alarma sobre el programa nuclear iraní. Lo hizo repetidamente en los pasillos de las Naciones Unidas, enfrentándose directamente a las mentiras de Obama sobre la supuesta moderación de Irán.

Aun así, no pudo impedir que Obama siguiera adelante con el acuerdo nuclear con Irán. Sabiendo que ese acuerdo era muy impopular entre el pueblo estadounidense, abordó con valentía el tema en el foro más poderoso posible: una sesión conjunta en el Congreso de EE UU.

Invitado por el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, el 8 de enero de 2015, Netanyahu sabía que aceptar la invitación era una afrenta a Obama. “Fue una decisión monumental”, escribe en sus memorias Bibi de 2022. “No se trataba de un discurso más. Iba a entrar en la boca del lobo en Washington para desafiar a un presidente estadounidense en funciones. (…) El acuerdo nuclear era la máxima prioridad de Obama. Bloquearlo era mi máxima prioridad”.

Netanyahu y sus asesores elaboraron un discurso que advertiría al mundo y convertiría a Irán en el principal tema de política exterior de las elecciones de 2016, las elecciones que llevarían a Donald Trump al poder.

Cuando Netanyahu llegó al Capitolio el 3 de marzo de 2015, el embajador de Israel en EE UU, Ron Dermer, le dijo que él y Churchill eran los únicos líderes extranjeros que habían hablado tres veces ante una sesión conjunta del Congreso. Entonces Boehner sacó un regalo para el primer ministro: un pequeño busto de Winston S. Churchill. Hasta el día de hoy se encuentra en el despacho del primer ministro.

“El régimen de Irán no es sólo un problema judío, como tampoco lo fue el régimen nazi”, advirtió Netanyahu al Congreso. “Los 6 millones de judíos asesinados por los nazis no fueron más que una fracción de los 60 millones de personas asesinadas en la Segunda Guerra Mundial. Así, también, el régimen de Irán supone una grave amenaza, no sólo para Israel sino también para la paz del mundo entero”.

Recuerdo pensar que ese discurso fue un momento épico de la historia. He aquí un verdadero vigilante, advirtiendo al pueblo como lo había hecho Churchill antes de la Segunda Guerra Mundial.

No fui el único en hacer esa comparación. El fallecido Charles Krauthammer escribió en el Washington Post: “Netanyahu ofreció un camino diferente en su discurso claro, audaz y a menudo conmovedor, al estilo de Churchill en su llamado a resistir el apaciguamiento. Este no era el Churchill de la década de 1940, sino el Churchill de la década de 1930, el profeta del desierto. Por eso, a pesar de su fuerza, el discurso de Netanyahu tuvo un tono terriblemente conmovedor” (5 de marzo de 2015).

Netanyahu también dijo: “La mayor amenaza para cualquier organismo vivo o nación es el no reconocer el peligro a tiempo. No sólo tenemos que reconocerlo, sino reconocerlo a tiempo”. Su advertencia incluía de un plazo. El acuerdo nuclear de Obama aceleró ese plazo.

Netanyahu el guerrero

Winston Churchill hizo algo más que advertir sobre la Alemania nazi. Él despertó en Gran Bretaña un espíritu de lucha ofensiva para hacerle frente. “La ofensiva es tres o cuatro veces más difícil que el soportar pasivamente día a día”, dijo Churchill en una ocasión. “Por lo tanto, requiere toda la ayuda posible en las primeras etapas. Nada es más fácil que sofocarla en su origen. Sin embargo, quizá ahí radique la seguridad”.

Netanyahu encarna este espíritu de lucha. Lleva décadas advirtiendo que Irán está cerca de tener una bomba. Una de las principales razones por las que no la consiguieron hace tiempo fue el espíritu luchador de Netanyahu, similar al de un león. Incluso antes de la Operación León Naciente, Netanyahu se enfrentó repetidamente al programa nuclear iraní.

En 2005, antes de que Netanyahu volviera al cargo, EE UU e Israel comenzaron a trabajar en Stuxnet, un virus informático para sabotear los sistemas de enriquecimiento de Irán. Una vez de vuelta al cargo, Netanyahu utilizó el virus para hacer que unas 1.000 centrifugadoras en Natanz giraran tan rápidamente que se sobrecalentaran y se autodestruyeran. A esto le siguieron otras campañas de programas maliciosos menos conocidas y destructivas.

Entre 2010 y 2012, cinco científicos iraníes fueron asesinados, varios de ellos tras la explosión de bombas magnéticas colocadas a sus vehículos. La mayoría sospecha que el responsable fue el Mossad. En 2020, el cerebro de todo el programa nuclear, Mohsen Fakhrizadeh, fue asesinado por una ametralladora teledirigida en una emboscada cerca de Teherán. Estos ataques eliminaron a personas clave en momentos clave y disuadieron a muchos otros de trabajar en el proyecto.

Hay informes de que Israel manipuló equipos enviados a Irán, colando equipos defectuosos en sus cadenas de suministro nuclear.

En 2018, también bajo la supervisión de Netanyahu, agentes israelíes se infiltraron en un almacén secreto del sur de Teherán y robaron 100.000 documentos relacionados con las ambiciones nucleares de Irán. La verdad que Israel expuso ayudó a persuadir al presidente Donald Trump para que se retirara del acuerdo nuclear iraní y contribuyó a frenar los esfuerzos de Irán para fabricar una bomba. Desde 2020, las instalaciones nucleares iraníes han sido objeto de explosiones, incendios misteriosos y ataques con drones.

Netanyahu siguió demostrando su espíritu ofensivo, feroz como un león, después del ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023. Desde entonces, ha llevado la batalla a los Estados terroristas que luchan por destruir a Israel.

Netanyahu acabó con Hezbolá cuando éste cometió el error de unirse a la lucha de Hamás. Bajo su liderazgo, Israel invadió Líbano, destruyó la mayor parte de la infraestructura militar de Hezbolá, mató a su líder Hassan Nasralá, y humilló al que se consideraba el ejército no estatal más formidable del mundo, todo ello en cuestión de meses. “Acabamos con Nasralá y con su sustituto y con el sustituto de su sustituto”, se jactó Netanyahu el 8 de octubre de 2024.

Los israelíes necesitaban un líder fuerte que realmente luchara en esa guerra, y Netanyahu cumplió. Él no hizo nada menos que romper los lazos del Líbano con Irán.

Lo que hizo con Hezbolá, lo ha hecho ahora, en la medida de sus posibilidades, con el programa nuclear iraní, destruyendo gran parte de su infraestructura, volando sus lanzamisiles y matando a sus principales generales y científicos nucleares. Netanyahu ha luchado y ganado como ningún otro primer ministro israelí desde hace mucho tiempo. Tiene la voluntad de luchar, luchar y luchar por su nación.

¡Ese es el tipo de líder que se necesita en la lucha por la libertad! Por el bien de su nación, espero que Netanyahu siga por aquí un tiempo.

El León de Judá

“Cuando los enemigos juren destruirlo a usted, créales”, dijo Netanyahu en aquel discurso del 13 de junio. “Cuando los enemigos fabriquen armas de destrucción masiva, deténganlos. (…) Nos hemos levantado como leones para defendernos. Hace más de 3.000 años, Moisés le dio al pueblo de Israel un mensaje que ha fortalecido su determinación desde entonces: ‘Sean fuertes y valientes”.

A continuación citó Números 23:24, que describe al pueblo de Israel: “He aquí el pueblo que como león se levantará, y como león se erguirá; no se echará hasta que devore la presa, y beba la sangre de los muertos”. Esta profecía fue pronunciada antes de que Dios diera a Israel la victoria militar sobre los madianitas, pero también es una profecía del tiempo del fin sobre el regreso del Mesías. Lea en el siguiente capítulo, Números 24:17-19, sobre el momento en que Jesucristo regresará para derrotar a los enemigos de Israel y sentarse en el trono de David para siempre (Isaías 9:7).

Los judíos son descendientes de la tribu de Judá. Dios ha utilizado a esta tribu de una manera especial.

Una profecía específica en el primer libro de la Biblia describe las principales características de las tribus de Israel “en los días venideros” [o últimos días, versión King James] (Génesis 49:1). “Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano en la cerviz de tus enemigos; los hijos de tu padre se inclinarán a ti. Cachorro de león, Judá; de la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, así como león viejo: ¿quién lo despertará?” (versículos 8-9). Estos versículos ofrecen una gran perspectiva sobre los judíos en el Oriente Medio. Dios usa las fases de la vida de un león para describirlos. Dios habla de un cachorro, luego de un león, que se entendería mejor como un león joven y violento, y luego de un león viejo.

El emblema que Judá se inspiró a usar para su estandarte fue un poderoso león. Históricamente, e incluso en nuestra época, el pueblo judío ha mostrado muchas cualidades de león. ¡Pueden ser feroces y audaces como un león! El ataque de Israel contra Irán mostró esas cualidades de león ante el mundo.

El versículo 8 se refiere en parte a los muchos beneficios que las cualidades guerreras de Judá aportaron a la nación. Dice que Judá tendría sus manos sobre los cuellos de sus enemigos. Dios advierte al final del versículo 9 que todos deben tener cuidado de no despertar al león de Judá. Si está en reposo, déjelo en paz o provocará su ira. Históricamente, esta cualidad enardecedora y guerrera daba seguridad a la nación.

De Números 2:3 aprendemos que en el desierto, a Judá se le asignó el liderazgo en todas las marchas. Se trataba de una posición de honor impresionante. Judá condujo a Israel a la Tierra Prometida, un tipo del Reino de Dios. Judá recibió la primera parcela en la Tierra Prometida.

Caleb, bisnieto de Judá y uno de los 12 espías originales, tenía habilidad y una gran fuerza como guerrero (Josué 14:11). Y por supuesto, el mayor guerrero judío de todos los tiempos fue el rey David. No cabe duda de que luchaba como un león.

En Apocalipsis 5:5, Jesucristo es llamado “el León de la tribu de Judá”. Existe algo que Dios ama en las cualidades de león que tiene Judá. Estudiar dichas cualidades de los judíos también nos ayuda a ver mejor las cualidades del verdadero León de Judá: Jesucristo.

El vigilante del pueblo

Estudie Ezequiel 33:1-6. Este pasaje profetiza que las naciones modernas de Israel (principalmente EE UU y Gran Bretaña) estarán en tiempos de guerra, y que el pueblo pondrá a un hombre como atalaya para advertirles de los peligros. Winston Churchill cumplió esa profecía antes y durante la Segunda Guerra Mundial. (Lea cómo lo hizo en mi folleto gratuito Winston S. Churchill: The Watchman [Winston S. Churchill: El vigilante; disponible en inglés]).

Estudie esa historia y verá la lucha que Churchill libró entre su propio pueblo. Él habló contra un espíritu de debilidad, apaciguamiento y engaño. Sólo la conmoción de la invasión de Alemania a sus vecinos les obligó a despertar y a poner a Churchill en el poder. Él encontró una forma de vencer su debilidad y de incitarlos a la acción.

El León de la tribu de Judá salvó a Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial. El mundo occidental podría haberlo perdido todo, ¡pero Dios los protegió! Dios preparó a Churchill de una manera especial para que se interpusiera en el camino de destrucción de Hitler. Si Gran Bretaña hubiera perdido contra Adolfo Hitler, ese loco habría conquistado el mundo.

En términos prácticos, ¿cómo lo consiguió Churchill? La oposición fue feroz durante años y la nación no se armó como él quería. La única herramienta real que tenía Winston Churchill era “el rugido de un león”. ¡Demostró que el rugido de un león puede hacer maravillas! Y proclamó desafiantemente que ¡los británicos preferirían ahogarse en su propia sangre antes que rendirse a Hitler!

Si observamos la situación actual de Israel, queda claro que Benjamin Netanyahu está cumpliendo ese papel en el Estado judío. Sin embargo, él también se enfrenta a una terrible oposición tanto dentro de Israel como en el extranjero. Ha tenido que soportar ataques devastadores para continuar advirtiendo y defendiendo a su nación.

Este hombre ha salvado a su nación varias veces. Él es un ejemplo impresionante. Es uno de los pocos líderes que quedan en Israel con esta cualidad de león. Eso es lo que se necesita para ser un vigilante.

Benjamin Netanyahu es el “león naciente de Israel”. ¡El mundo sería un lugar mucho más peligroso sin él!

Es una verdadera lástima que casi todo el mundo lo odie, ¡incluso dentro de su propio país! ¡Sus críticos están ciegos ante los terribles peligros que Irán representa para el mundo!

Las naciones modernas de Israel hoy en día están degeneradas. ¿Cuánto hablan de ser como un león, de levantarse y luchar? Churchill animó a Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial a ¡no rendirse nunca, nunca, nunca! ¿Dónde está ese espíritu de lucha hoy en día? Dios ha quebrantado el orgullo del poder de Israel (Levítico 26:19). En general, ¡las naciones de Israel no tienen audacia! No se enfrentan a otras naciones como leones porque no miran a Dios y no tienen fe. Hombres como Netanyahu son raros.

El vigilante de Dios

Continúe leyendo en Ezequiel 33. A partir del versículo 7 se produce un cambio significativo: Dios dice que Él elige a un vigilante para advertir al pueblo: “A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte”.

Esta es una profecía del tiempo del fin: Dios tiene una advertencia para las naciones modernas de Israel, ¡y Él ha ordenado a un hombre que la entregue!

Se trata de una intensificación de los acontecimientos en los versículos 1-6. La profecía muestra que las amenazas a las que se enfrenta nuestro mundo se agravarán y ningún líder político podrá resolverlas. Lamentablemente, ¡el apocalipsis nuclear que Netanyahu trata desesperadamente de evitar sucederá!

El mundo debe ser advertido. Dios está tratando de evitar un genocidio mundial. “Diles: Vivo yo, dice [el Eterno] el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?” (versículo 11).

El éxito que Israel ha tenido con la Operación León Naciente va a dar paso al fin de la labor de vigilante de un hombre elegido por el pueblo. Entonces sólo quedará un mensaje de vigilante, el del vigilante de Dios, ¡antes del peor sufrimiento jamás visto en la Tierra!

Usted necesita al León

En Amós 3:4 Dios advierte: “¿Rugirá el león en la selva sin haber presa? ¿Dará el leoncillo su rugido desde su guarida, si no apresare?”. ¡El león de la tribu de Judá está rugiendo! ¿Cómo? Un grupo fiel de personas está entregando el mensaje de Dios. Hoy, ¡Él ruge a través de estas personas! Pero si carecemos del espíritu del León de la tribu de Judá, no podremos hacerlo.

Después de la Segunda Guerra Mundial, un periodista le dijo a Churchill: “Usted era como el león de Gran Bretaña”. Churchill respondió: “No, no fui un león. Pero, de vez en cuando, logré dar un rugido”.

Eso es lo que deben hacer quienes realizan la Obra de Dios: ¡Tenemos que rugir!

Ese vigilante y quienes lo apoyan necesitan mucha más audacia de león incluso que la que tiene Benjamin Netanyahu. La Operación León Naciente es sólo una muestra de la agresividad de león que necesitamos. Dios dice claramente que debemos tener el carácter, la fuerza y la audacia del León de la tribu de Judá.

Las personas que hacen la Obra de Dios hoy en día deben entender esto profundamente: nuestro líder es el León de la tribu de Judá. Él es fuerte. Él es valiente. ¡Y este León debe vivir dentro de nosotros!

Esto es lo que nos enseña el estandarte del león de Judá. Si queremos servir a Dios y hacer Su Obra, debemos ser fortalecidos por el León de la tribu de Judá. Él es el ejemplo que debemos seguir (1 Pedro 2:21). Este no es un león cualquiera, ¡es el León de Dios, el León que creó a David y a toda la humanidad! ¡Este León posee poder real!

¡Tenemos que ser como ese león para servir a Dios y llevar a cabo Su Obra! Debemos estar confiados como un león (Proverbios 28:1). El león no se aparta de nada; nunca retrocede (Proverbios 30:30).

¡Estamos en la vanguardia de la humanidad, liderando el camino hacia la Tierra Prometida! ¡Vamos a liderar el mundo con Cristo durante todo el Milenio y luego lideraremos con Dios el Padre y Jesucristo por toda la eternidad!

Para calificar para ese rol, debemos construir hoy ese liderazgo de león. Usted no se convierte en un líder de forma natural. Usted debe orar, planificar y trabajar para desarrollar liderazgo. Y debe seguir al León de la tribu de Judá.

Los que siguen a ese León hoy están aprendiendo y preparándose para ayudar a Jesucristo a dirigir y servir a la humanidad. ¡Aprovechemos cada oportunidad para prepararnos para ser reyes y sacerdotes bajo el León de la tribu de Judá!

EZEQUIEL: EL PROFETA DEL TIEMPO FINAL

El profeta Ezequiel habrá vivido en vano, ¡si la verdadera Iglesia de Dios no proclama su mensaje hoy! Claramente, el libro de Ezequiel es un mensaje del tiempo final. Ese mensaje revela eventos proféticos específicos que están sucediendo actualmente en Estados Unidos, Gran Bretaña y muchas otras naciones de habla inglesa. Ezequiel también revela que estas naciones están dirigiéndose a la peor crisis jamás vista. Mas todo eso es parte del plan maestro de Dios para introducir el maravilloso Reino de Dios.