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ISTOCK.COM/LINDRIK

Nadie teme a Alemania

Mucha gente considera a Alemania como uno de los aliados más cercanos de Estados Unidos. Por esta razón, a menudo se le concede a Alemania información privilegiada que China busca ilegalmente. Por ejemplo, con el lanzamiento de la vacuna contra el coronavirus, poca gente confiaría en China para producir una vacuna que se inyecta a millones de estadounidenses. Pero la comunidad internacional ha confiado en Alemania.

Bill Gates señaló que la reciente distribución de la vacuna fue posible gracias a dos décadas de trabajo de un científico alemán: “Las primeras vacunas de ARNm, desarrolladas por Pfizer-BioNTech y Moderna en 2020, son producto de diversas ideas y descubrimientos del científico alemán Ingmar Hoerr, que pasó 20 años realizando experimentos con el ARN mensajero”.

Pfizer y la empresa emergente alemana BioNTech forjaron un acuerdo en 2018 para desarrollar conjuntamente una vacuna contra la influenza basada en ARNm. Esta investigación los preparó para producir una de las primeras vacunas covid-19. Millones de ciudadanos israelíes, británicos y estadounidenses han recibido la vacuna de BioNTech-Pfizer bajo la autorización de emergencia del gobierno, antes de que se pudieran probar los resultados a largo plazo de la vacuna.

BioNTech es una pequeña empresa alemana que ha adquirido repentinamente una importancia mundial y ha recibido una importante financiación de Estados Unidos. Sin embargo, un gigante de la industria farmacéutica también ha estado muy involucrado: Bayer AG.

Bayer tiene representación en todas las áreas de negocio estratégicas de Estados Unidos y Canadá. Tenía 20.735 empleados en América del Norte en 2019 y generó ventas de aproximadamente 18.200 millones de dólares. El año pasado, Bayer ayudó a financiar centros de pruebas adicionales, apoyo al personal médico y campañas de donación de sangre para las iniciativas de covid-19 en Estados Unidos.

La solicitud de China de establecer centros de pruebas en muchos Estados fue rechazada por temor a que pudiera utilizar el ADN recogido contra Estados Unidos. Pero nadie temió la generosa oferta de Bayer. Sin embargo, es Bayer la que tiene los conocimientos científicos y la capacidad no sólo de producir armas biológicas, sino de soltarlas por todo el país. Si se combinan los conocimientos que BioNTech ha reunido con los de Bayer, estas entidades extranjeras poseen un asombroso almacén de información que podría utilizarse contra los estadounidenses.

Desde que Bayer adquirió Monsanto, no sólo es responsable de la salud de millones de ciudadanos estadounidenses, sino que también se le ha confiado el suministro de todas sus comidas.

Pero los ámbitos médico y agrícola no son los únicos en los que Estados Unidos ha depositado su confianza en Alemania.

Los ejércitos alemán y estadounidense están cooperando en el campo de la ciberguerra. Según un informe del 4 de agosto de 2020 en el Boletín Verteidigung del Bundeswehr [las fuerzas armadas de Alemania], “A finales de 2019, Alemania y Estados Unidos acordaron intensificar su cooperación en las áreas de la cibernética y [tecnología de la información]. En el primer semestre de 2020, se firmó un acuerdo bilateral, el Cyber-IT Engagement Framework (CITEF), entre los dos estados a nivel ministerial…”.

Una de las principales tareas de la cooperación entre Estados Unidos y Alemania será “mejorar la interoperabilidad y fomentar la confianza”, afirmó el boletín.

Estados Unidos confía profundamente en Alemania. El 8 de mayo de 2020, el general de brigada alemán Jared Sembritzki se convirtió en el cuarto jefe del estado mayor multinacional del Ejército de EE UU-Europa. La tradición de nombrar a generales alemanes para este puesto comenzó en julio de 2014 con el general de brigada Markus Laubenthal, que era “prácticamente la mano derecha del general al mando de las fuerzas terrestres de Estados Unidos en Europa, el teniente general Donald Campbell Jr.”, según la edición alemana del Wall Street Journal. El Ejército de EE UU-Europa, en ese momento, era responsable de más de 37.000 tropas, el 90% de las cuales están apostadas en Alemania.

Es evidente que los objetivos geopolíticos de Alemania difieren de los de Estados Unidos. Sin embargo, EE UU confía más que nunca en Alemania. Winston Churchill advirtió del engaño de Alemania, y sus advertencias resultaron acertadas cuando estalló la Segunda Guerra Mundial. Su advertencia ha sido olvidada en gran medida hoy, y se avecina un desastre aún mayor.

Como vimos en mayo, un ciberataque puede cortar el flujo de gas de Estados Unidos o su sistema financiero. También podría dañar críticamente la infraestructura de producción y distribución de alimentos. Alemania no tiene el mayor ejército del mundo, pero sus avances en los campos de la agroquímica y la medicina, así como su conocimiento de la ciberdefensa estadounidense dan pistas sobre la influencia que posee sobre Estados Unidos. Una vez que el gigante esté de rodillas, lo único que necesitaría la superpotencia europea dirigida por Alemania es enviar un ejército lo suficientemente grande como para terminar el trabajo. Este ejército también se está gestando (lea “Forjando una superpotencia” en la edición de abril de 2019 de la Trompeta). Todos estos elementos se están combinando para crear una tormenta perfecta, revelando el peligro de confiar en una nación extranjera. 


Boletín, AD