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Los cedros del Líbano

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Los cedros del Líbano

La Santa Biblia habla de los cedros del Líbano unas 70 veces. Conozca por qué Dios quiere que usted crezca espiritualmente como el rey de todos los árboles: el poderoso cedro del Líbano.

Transcripción de La Llave de David

Dios habla mucho sobre los cedros del Líbano en Su Biblia hebrea y recalca que es Él Mismo quien los ha plantado . ¿Y por qué hablaría tanto de eso? Hay unos 70 versículos que hablan de los cedros del Líbano. Setenta versículos: ¡eso es mucho para hablar de un árbol! Pero ¿por qué Dios enfatiza tanto esto? El estudio de los cedros del Líbano es muy inspirador. Hay aquí una lección que es importante para todos nosotros.

Noten el Salmo 104 y versículo 16. El versículo 16 dice: “Se llenan de savia los árboles de [el Eterno], los cedros del Líbano que él plantó”. Él los plantó. Él nos lo enfatiza. Quiere que sepamos que Él lo hizo. Entonces, ¿por qué los plantó y por qué lo enfatizó en la Biblia muchas veces? Pues porque Él quiere que crezcamos como este cedro del Líbano. ¡No hay árbol que crezca como este! ¡Y es el rey de todos los árboles! Verán eso a medida que avancemos en esos 70 versículos. Así que tenemos que aprender a crecer espiritualmente como lo hace este poderoso cedro.

Fíjense en Jueces 9 [versículo 10]: “Y dijeron los árboles a la higuera”, están hablando entre ellos, los árboles están hablando aquí: “Anda tú, reina sobre nosotros”. Quieren un líder en sus árboles. “(11) Y respondió la higuera: ¿He de dejar mi dulzura y mi buen fruto, para ir a ser grande sobre los árboles? (12) Dijeron luego los árboles a la vid: Pues ven tú, reina sobre nosotros. (13) Y la vid les respondió: ¿He de dejar mi mosto, que alegra a Dios y a los hombres, para ir a ser grande sobre los árboles?”.

Versículo 14: “Dijeron entonces todos los árboles a la zarza: Anda tú, reina sobre nosotros. (15) Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano”. Así que Dios dice que este árbol es el rey de todos los árboles, por lo que tiene una lección. Tiene algo que enseñarnos a todos: una tremenda e inspiradora lección. Pero reina sobre los demás árboles. Es interesante que Dios ocupe este espacio en la Biblia para hacerles saber que este árbol, este cedro del Líbano, ¡es el rey de los árboles! Y eso tiene una lección inherente. ¡Reina sobre todos los árboles! En otras palabras, es el árbol más grande, es el líder de los árboles, el rey de los árboles, el rey de todos ellos, y Él quiere que crezcamos como ese cedro del Líbano. No hay árbol que crezca con más fuerza que ése, y tiene una lección maravillosa para que la comprendan especialmente los reyes y sacerdotes elegidos por Dios.

Salmo 92, fíjense de qué trata, versículo 12: “El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano”. Así que si somos justos, vamos a crecer como el cedro del Líbano, ¡el rey de los árboles! ¡Dios dice que los justos van a crecer así! Eso es lo que dice aquí. “El justo florecerá como la palmera; crecerá como cedro en el Líbano”. ¡Crecerá! Usted ve un tipo de crecimiento espiritual que Dios quiere que tengamos. Quiere que crezcamos como este poderoso cedro.

Ahora, repito, en la Biblia hay tanto escrito sobre eso, así que hay que creer que Dios realmente quiere que esto nos inspire, que aprendamos una lección de ello y que veamos lo que se supone que debemos sacar de esos más de 70 versículos en la Biblia. Dios le da gran importancia, y sin duda se enfatiza aquí para nuestro crecimiento espiritual. Tenemos que crecer en rectitud y crecer como el cedro del Líbano.

El versículo 24 de Deuteronomio 3: “Señor [Eterno], tú has comenzado a mostrar a tu siervo tu grandeza, y tu mano poderosa; porque ¿qué dios hay en el cielo ni en la tierra que haga obras y proezas como las tuyas? (25) Pase yo, te ruego, y vea aquella tierra buena que está más allá del Jordán, aquel buen monte, y el Líbano”. Así que introduce los árboles del Líbano. Si queremos ser grandes y tener grandeza espiritual, necesitamos comprender esta lección del cedro del Líbano. Necesitamos esa comprensión con urgencia. Todo es según el poder de Dios; Él quiere que crezcamos y seamos fuertes, como el cedro del Líbano, ¡el rey de los árboles! El árbol más fuerte del mundo, en mi opinión. ¿Dónde hay otro más grande y aún más magnífico? ¡Simplemente increíble!

“Hiram rey de Tiro envió también sus siervos a Salomón…”, el rey Salomón. Versículo 2: “Entonces Salomón envió a decir a Hiram: (3) Tú sabes que mi padre David no pudo edificar casa al nombre de [el Eterno] su Dios, por las guerras que le rodearon, hasta que [el Eterno] puso sus enemigos bajo las plantas de sus pies”.

Y continúa en el versículo 5 y dice: “Yo, por tanto, he determinado ahora edificar casa al nombre de [el Eterno] mi Dios”. Voy a edificar una casa para mi Dios. Bueno, ¿qué va a hacer para construir esa casa? ¿Con qué la va a construir?

Bien, fíjense en el versículo 6: “Manda, pues, ahora”, Dios manda esto, una orden fuerte, “que me corten cedros del Líbano”; esto era una orden. Tenía que tener esos árboles para su gran propósito y por respeto a su padre, David.

Luego el versículo 8: “Y envió Hiram a decir a Salomón: He oído lo que me mandaste a decir; yo haré todo lo que te plazca acerca de la madera de cedro y la madera de ciprés”. Así que estaba recibiendo ayuda muy rápidamente.

ii Crónicas 2, esto es lo que dice: “Determinó, pues, Salomón edificar casa al nombre de [el Eterno], y casa para su reino”.

Y luego el versículo 5, dice: “Y la casa que tengo que edificar, ha de ser grande; porque el Dios nuestro es grande sobre todos los dioses”. ¡Sobre todos los dioses! ¡Esto tiene que ser grande! Igual que los cedros.

Versículo 8: “Envíame también madera del Líbano: cedro, ciprés y sándalo; porque yo sé que tus siervos saben cortar madera en el Líbano; y he aquí, mis siervos irán con los tuyos, (9) para que me preparen mucha madera, porque la casa que tengo que edificar ha de ser grande y portentosa”. ¡Grande y portentosa! Es impresionante cómo utiliza adjetivos tan fuertes. Así que es grandioso hacerla tan grandiosa como sea posible, y tan grande, fuerte y hermosa como los cedros del Líbano.

Todos esos cedros del Líbano y prácticamente todos, creo que tal vez sean todos, ¡y Salomón los cubrió de oro! A todos los vasos del templo les puso oro, sin llegar a usar ni siquiera plata, pues no era lo suficientemente bueno para el templo de Dios.

Versículo 21 [I Reyes 10]: “Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y asimismo toda la vajilla de la casa del bosque del Líbano era de oro fino; nada de plata, porque en tiempo de Salomón no era apreciada”. Tenía demasiado; la plata no significaba nada. Tenía oro en todo, o al menos eso parecía. ¡Lo mejor de todo!

Dios Padre es perfecto, y nos dice que lleguemos a ser perfectos como Él, y seamos poderosos como los cedros del Líbano.

I Reyes 7 [versículo 1]: “Después edificó Salomón su propia casa en trece años, y la terminó toda. (2) Asimismo edificó la casa del bosque del Líbano… [3] Y estaba cubierta de tablas de cedro arriba sobre las vigas”, etcétera. Así que se ha empleado más oro —sin plata— en los vasos del templo.

Pero fíjense en lo que dice en Habacuc 2 y en el versículo 17: “Porque la rapiña del Líbano caerá sobre ti”, ¡esto es el mundo entero! Piense en esto. Caerá sobre todos, “y la destrucción de las fieras te quebrantará, a causa de la sangre de los hombres, y del robo de la tierra, de las ciudades y de todos los que en ellas habitaban”.

Así que, aquí tienen: el mundo entero estará cubierto de violencia, como el Líbano y la mayoría de los cedros ahí.

Pero noten. ¿Por qué lo hace Dios? Bueno, porque hay mucho pecado y Dios lo está corrigiendo muy severamente, ¡y está haciendo que la violencia cubra todo el Líbano y el mundo! El mundo entero se parecerá al Líbano si no se arrepienten. Es una lección. Este solía ser una joya del Oriente Medio. Era así de grandioso en Oriente Medio, en realidad, una de las ciudades más emocionantes de todo Oriente Medio en aquella época, quizá. Y Dios está diciendo… pero ahora acaba de ser destruida en este contexto, y Dios dice que va a cubrir toda la Tierra (Habacuc 2 y versículo 17). ¡Toda la Tierra!

Pero noten, hay buenas noticias, versículo 14: “Porque la tierra se llenará del conocimiento de la gloria de [el Eterno], como las aguas cubren el mar”. Miren, Dios va a destruir, pero al final cubrirá el mar con Su verdad en todo este mundo, y eso llegará muy pronto. Estamos en la última hora, incluso más urgente que eso en algunos aspectos, si miramos las profecías.

Noten lo que dice el Cantar de los Cantares cuando Salomón habla de su esposa. Versículo 8 [capítulo 4]: “Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía; ven conmigo desde el Líbano. Mira desde la cumbre de Amana, desde la cumbre de Senir y de Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos”. Así que aquí tenemos a estos dos cónyuges —el esposo y la esposa— que están creciendo juntos. Se están ayudando mutuamente a crecer en este matrimonio real.

Luego el versículo 11: “Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa; miel y leche hay debajo de tu lengua; y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano”. ¿Qué les parece?

Versículo 15: “Fuente de huertos, pozo de aguas vivas, que corren del Líbano”. ¡Aguas vivas! Está hablando de vida real. Sólo somos una existencia química y vamos a morir muy pronto. ¡Eso no es vida! ¡Dios está hablando de vida para siempre con Él! Y Él quiere dárnosla a todos, y no esta existencia química nuestra que no es nada. Eso no es vida, trae la muerte a su vida, así que eso no es vida de verdad. Pero Dios nos la va a dar si crecemos como los cedros del Líbano, ¡una lección inspiradora para nosotros!

Tenemos que nacer en la Familia eterna de Dios porque somos perfectos como el Padre. Dios ha destruido el Líbano y el mundo entero acabará pareciéndose al Líbano si no nos arrepentimos y nos volvamos a Dios. Él no quiere que eso nos suceda, pero lo profetiza, tal como incluso profetizó la destrucción aquí. Hay muchas profecías sobre estos cedros del Líbano. Dios protege a sus elegidos.

Fíjense en lo que dice en el versículo 34 [Isaías 10]. Dice: “Y cortará con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá con estruendo”. Sí, Dios va a tener que derribarlos a causa de sus pecados.

Y luego Isaías 33 y versículo 9 dice: “Se enlutó, enfermó la tierra; el Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos”.

Pero hay una gran esperanza. Noten Isaías 29, versículos 17 a 19. Fíjense en esto, versículo 17: ¿No se convertirá de aquí a muy poco tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será estimado por bosque?”. ¡Como un bosque entero! Todo el bosque será magnífico, inspirador.

Versículo 18: “En aquel tiempo los sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la oscuridad y de las tinieblas. (19) Entonces los humildes crecerán en alegría en [el Eterno], y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel”. ¡Dios va a llenar esta Tierra de alegría y regocijo! Eso no se ve hoy en día en la Tierra. ¡Se ve todo tipo de problemas horripilantes! ¡Dios quiere darnos alegría y regocijo! Si confiáramos en Él, incluso ahora, traeríamos una gran alegría a nuestras vidas. Si le amamos, ¡como Él nos ama!

Versículo 6 [Jeremías 22]: “Porque así ha dicho [el Eterno] acerca de la casa del rey de Judá: Como Galaad eres tú para mí, y como la cima del Líbano; sin embargo, te convertiré en soledad, y como ciudades deshabitadas”. ¡Bombas nucleares!

Versículo 7: “Prepararé contra ti destruidores, cada uno con sus armas, y cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el fuego”. ¡Quemarán los grandes cedros del Líbano, a causa de sus pecados!

Y un poco más abajo dice [20]: “Sube al Líbano y clama, y en Basán da tu voz, y grita hacia todas partes; porque todos tus enamorados son destruidos. (21) Te he hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No oiré. Este fue tu camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz. (22) A todos tus pastores pastoreará el viento, y tus enamorados irán en cautiverio; entonces te avergonzarás y te confundirás a causa de toda tu maldad”. ¡Maldad! Un mundo perverso, según la Biblia. Y ya saben lo que se viene si no aprendemos la lección aquí. Simplemente debemos grabarnos esta lección.

Versículo 23: “Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor como de mujer que está de parto!”. ¡Eso es mucho dolor! Dios dice que el dolor va a llegar si no miramos hacia Él y comenzamos a crecer como los magníficos cedros del Líbano. ¡Oh, qué maravilloso es comprender eso!

Isaías 35 y versículos 2 al 4: “Florecerá profusamente, y también se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la gloria de [el Eterno], la hermosura del Dios nuestro. (3) Fortaleced las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles”. Ayuden a los débiles, a los endebles. Ayúdenles y sírvanles.

Versículo 4: “Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará”. ¡Tenemos que mirar a Dios! Tenemos que mantener nuestra mente en Él.

Bien, demos un vistazo un poco más abajo en Isaías 60 y versículo 13: “La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente, para decorar el lugar de mi santuario”; quiero decir que estos cedros del Líbano embellecen los lugares, ¡y Dios los quiere junto a Su santuario! ¡Belleza allí junto a Su santuario! “Para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré el lugar de mis pies”. ¡Dios quiere que todo esto sea en gloria! Así de hermosa es esta lección para nosotros.