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Wang Zhao/Getty Images

Lo que significa el milagro chino (tercera parte)

Russia y China en profecía: capítulo tres

Continuación de Lo que significa el milagro chino (segunda parte)

El BAII de China

El 16 de enero de 2016, marcó un punto de giro radical para la economía global, particularmente para el dominio económico estadounidense. En esa fecha, en una espléndida ceremonia, el presidente Xi oficialmente lanzó el gigantesco Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (b.a.i.i.) —un nuevo, banco internacional dirigido por China que directamente desafía el liderazgo económico global de EE UU.

El papel oficial de este banco es ayudar a financiar el desarrollo de la infraestructura en Asia. Facilitará la realización de proyectos energéticos, transporte y redes de telecomunicación, infraestructura rural y desarrollo agrícola, empresas sanitarias y de suministros de agua, desarrollo urbano y programas logísticos. La meta del baii es llegar a ser la principal fuente de financiamiento para el desarrollo en Asia.

Extraoficialmente, la meta del banco es reducir la dependencia asiática en el Banco Mundial controlado por EE UU, y reemplazarlo con la dependencia hacia China. Y en última instancia, es reemplazar al dólar estadounidense con el yuan chino como el medio para las finanzas.

Sorprendentemente, los aliados de Estados Unidos parecen dispuestos a seguir el juego siempre y cuando ellos obtengan un pedazo del pastel económico. Cuando China propuso el lanzamiento del baii en marzo de 2015, Estados Unidos intentó convencer a otras naciones de no aceptar unirse. Pero fracasó, incluso con sus aliados más cercanos. Fue “una debacle diplomática para EE UU”, escribió el columnista del Financial Times Gideon Rachman. “Al establecer y luego perder una lucha de poder con China, Washington ha enviado una señal involuntaria sobre el giro de poder e influencia en el siglo 21” (16 de marzo de 2015). El alcance global del baii fue una de las mayores vergüenzas para EE UU y una victoria colosal para China.

China ahora puede usar al baii como un medio para presionar a otras naciones. Por ejemplo, desde que Filipinas expresó interés de unirse, Manila tiene ahora una razón de peso para hacerse de la vista gorda a la construcción ilegal china de aquellas islas en territorio filipino. Al encubrir el proyecto expansionista chino, Filipinas probablemente gane favor y fondos del baii para cualquier número de iniciativas económicas. El mismo tipo de motivación que podría haber sido factor en la decisión de Australia, en 2015, de darle a China 99 años de control del vital puerto de Darwin.

El baii marca un enorme paso para hacer del yuan una moneda de reserva que potencialmente podría competir con el dólar. El ex secretario del Tesoro Larry Summers llamó a la introducción del banco, el más importante evento financiero desde que Estados Unidos llevó al mundo fuera del estándar del oro en 1971. Esto señala un cambio sísmico en el poder financiero lejos de Estados Unidos y demuestra la tremenda influencia económica que China ha ganado.

China y Taiwan

Los lazos entre Taiwan (oficialmente nombrada la República de China) y China han estado congelados durante el tiempo en que los dos han existido como naciones separadas. Esa separación fue el resultado de una sangrienta guerra civil entre el Partido Comunista y un Partido llamado el Kuomintang. La guerra arreció en el continente chino desde 1927 hasta 1950, con un breve intermedio durante la Segunda Guerra Mundial cuando ambos lados pelearon contra Japón. Para 1949, los comunistas habían derrotado al Kuomintang, forzando a sus miembros a huir a la isla de Taiwán, a 177 kilómetros de la costa de China continental. Desde entonces, China, bajo el Partido Comunista, ha reclamado activamente la propiedad de Taiwán. China ve a Taiwán como un tipo de provincia rebelde afuera de la costa, y a menudo ha prometido usar la fuerza para dominarla.

Por décadas, los taiwaneses han vivido con el temor de una invasión por parte de las fuerzas chinas. Pero esta pequeña isla ha permanecido independiente gracias al equipamiento militar, apoyo político y una promesa de un aliado que, también sucede que es una superpotencia: Estados Unidos.

Ahora, no obstante, el apoyo de Estados Unidos para la independencia taiwanesa ha disminuido. En 1998, Bill Clinton llegó a ser el primer presidente estadounidense en públicamente oponerse a la independencia de Taiwán. El editor en jefe de Trompeta Gerald Flurry dijo que la oposición de Clinton significaba que era sólo cuestión de tiempo antes de que Taiwán cayera bajo el régimen chino. “Los líderes chinos presionaron al presidente y a Estados Unidos para hablar en contra de nuestros amigos amantes de la libertad” en Taiwán, escribió el Sr. Flurry. “La gente de Taiwán teme por su futuro. Ellos se sienten traicionados… Una vez más, Estados Unidos ha exhibido su voluntad quebrantada al mundo entero… ¿Cómo alguien podría dejar de ver que Taiwán está destinado a convertirse en una parte de China continental? Estos 21 millones de personas van a ser forzados a entrar al molde chino; y eso va a suceder por una razón: a causa de un Estados Unidos lastimosamente débil de carácter. ¿Realmente significa la libertad tan poco para nosotros?” (Trompeta, agosto de 1998).

En el tiempo que eso fue escrito, la idea de que Taiwán llegara a ser asimilada dentro de China podría haber parecido probablemente sólo en el futuro distante. Pero no ahora. 

Continúa en Lo que significa el milagro chino (cuarta parte)

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