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Trade wars

Gary Dorning/La Trompeta

Las guerras comerciales han comenzado

La Biblia profetizó que la Tercera Guerra Mundial comenzaría de esta forma.

Pensar en el comercio mundial es algo parecido a pensar en su presión sanguínea. Obviamente el tema no es ni estimulante ni significante, así que éste no viene a la mente muy a menudo. Pero entonces ocurre una hemorragia de los vasos sanguíneos y su vida se torna al revés.

¿Está la guerra comercial global a punto de tornar a la humanidad al revés?

El orden del comercio mundial está actualmente siendo reconfigurado de una manera sorprendente. Esta transformación ya está impactando las relaciones comerciales y facetas de algunas economías. Pero pronto impactará significantemente toda economía nacional, todo gobierno nacional, y toda relación internacional importante. Las ramificaciones políticas y geopolíticas serán extraordinarias.

¿Qué es exactamente lo que está sucediendo?

En primer lugar, Estados Unidos está renunciando al liderazgo mundial y tornándose aislacionista y proteccionista. El lema del presidente Donald Trump es “compre estadounidense, contrate estadounidense”. Para muchos estadounidenses, esto suena fantástico; pero para líderes extranjeros, la idea de que la economía más importante del mundo reduzca sus importaciones es alarmante. EE UU está reevaluando las relaciones comerciales ya establecidas, y aparentemente abandonando la globalización y cancelando acuerdos comerciales. El presidente Trump desechó la asociación tras-Pacífico, dijo que NAFTA era uno de los peores acuerdos en la historia e insinuó reformular éste; amenazó con imponer aranceles sobre importaciones desde Alemania, China y México.

En segundo lugar, la salida de Gran Bretaña [Brexit] de la Unión Europea (UE) ha profundizado la percepción de que la globalización ha terminado; y que ahora es todo hombre, o nación, para sí mismo. El Brexit también ha creado una enorme incertidumbre y ansiedad, especialmente en Europa. ¿Qué significa la salida de Gran Bretaña para el futuro de la UE? ¿Tendrán las naciones europeas acceso abierto a los mercados del Reino Unido (RU)? ¿Es ahora el RU un competidor en el comercio mundial? Hay preguntas que son de vida o muerte para la UE.

Finalmente, los movimientos de EE UU y Gran Bretaña para despojarse de sus papeles y responsabilidades de la posguerra y marcar nuevos caminos —incluyendo un posible renacimiento en las relaciones anglo-estadounidenses— le han dado a otras potencias mundiales, especialmente a Europa, la oportunidad y licencia de hacer lo mismo.

La convulsión del comercio global ha causado una enorme incertidumbre y ansiedad. Más y más se está provocando la competencia y la hostilidad. El mundo parece estar entrando en un periodo de guerra comercial, como los encabezados de noticias diarias ahora lo declaran rutinariamente.

Lo siguiente, es lo que podemos esperar ver suceder.

Observe a Alemania

Cuando se trata de comercio, ninguna otra nación tiene tanto en juego como Alemania. Berlín tranquilamente se sitúa en el corazón del comercio global. Tiene la cuarta economía más grande del mundo, es el tercer exportador más grande del mundo; y es el motor que conduce a Europa económicamente. Como Spiegel Online lo señaló: “Ninguna otra economía es más dependiente del libre intercambio de bienes y servicios, el comercio sin fronteras y las exportaciones libres de barreras, que la economía alemana” (28 de enero).

Los puntos de vista del Sr. Trump sobre el comercio, según Spiegel, son un “peligroso coctel para la industria alemana”. Esto no es una hipérbole. Estados Unidos es el mayor importador de bienes alemanes. En 2015, representó casi el 10 por ciento de las exportaciones alemanas. (Y el RU representó el 7,5 por ciento). “Considerando que el 46,8 por ciento del PIB de Alemania viene de sus exportaciones”, Geopolitical Futures explica, “la importancia de EE UU para la máquina de exportaciones alemana no se debería subestimar” (6 de febrero).

Incluso una caída marginal en la demanda estadounidense por bienes alemanes —y la caída, en el caso de un arancel del 35 por ciento, seguramente sería más que marginal— tendría un impacto masivo sobre la economía alemana.

“Cada vez es más evidente que la presidencia de Trump representa una ruptura en las relaciones transatlánticas, del tipo que no se ha sido visto desde la Segunda Guerra Mundial”, explicó Spiegel.

Alguien observando este desarrollo, vería a Alemania y Europa como víctimas inocentes de Donald Trump y el Brexit. Los medios informativos de Alemania están haciendo un maravilloso trabajo al vender esta narrativa. Pero Alemania no es una pobre e indefensa víctima. Por el contrario, toda la incertidumbre y tensión le están dando a Berlín una oportunidad de desarrollar nuevas relaciones comerciales, actuar más agresivamente, especialmente hacia EE UU; y asumir un mayor liderazgo en el comercio global.

La comunidad internacional en general siente antipatía por el presidente Trump y su visión para EE UU. Una consecuencia es que muchas naciones —Estados europeos especialmente, pero también otros a nivel mundial— ¡están comenzando a mirar a Alemania como el nuevo Estados Unidos! El mundo se está uniendo en apoyo a Berlín mientras éste se pone firme ante el Sr. Trump, y podemos esperar que esta tendencia continúe.

Aún es temprano, pero Alemania ya se está preparando para una pelea.

En enero el ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, cuando se le preguntó acerca de la amenaza del Sr. Trump de poner un impuesto del 35 por ciento sobre algunas importaciones alemanas, le dijo al canal ZDF de televisión pública alemana: “También quiero señalar que actualmente las compañías estadounidenses no tienen que gravar sus ganancias que ellos hacen fuera de EE UU. Eso significa que cientos de miles de millones de ganancias libres de impuestos, de grandes compañías estadounidenses, descansan en un oasis sin impuestos” (traducción de Trumpet).

Alemania y Europa han resentido mucho las facetas de la cultura de negocios estadounidense y han sido abiertamente hostiles a compañías como Facebook y Google. El Financial Times informó que Europa estaba preparando un ejército de abogados para batallar contra EE UU sobre un propuesto arancel fronterizo: “La UE y otros socios comerciales de EE UU han comenzado a sentar las bases para un desafío legal a la propuesta arancelaria fronteriza de EE UU en una movida que podría desencadenar en el caso más grande en la historia de la Organización Mundial del Comercio” (13 de febrero).

Alemania y Europa se podrían haber ofendido por algunas de las decisiones del presidente Trump, pero ellos no se han sentado por ahí lamentándose de sí mismos. Por el contrario, ellos están explorando nuevas asociaciones y oportunidades; y preparándose para la mayor competencia con EE UU. Como Spiegel escribió, Alemania está pensando: “¿Es mejor permanecer sereno e imperturbable, dependiendo en la racionalidad, sobre la fuerza de décadas de lazos y sobre las reglas de la economía global? ¿O sería mejor preparar contramedidas, buscar nuevos aliados, por ejemplo, Asia? O ¿quizás incluso tomar ventaja del vacío que está siendo creado?” (Op.cit., énfasis agregado en todo).

Europa mira al Oriente

En enero, el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk dijo a los líderes de la UE que, “Deberíamos usar el cambio en la estrategia comercial de EE UU para ventaja de la UE, intensificando nuestras conversaciones con socios interesados, mientras defendemos nuestros intereses al mismo tiempo”.

La búsqueda de socios está tomando lugar principalmente en el Asia.

En enero, el ministro alemán de Relaciones Exteriores Sigmar Gabriel, dijo que Alemania debería trabajar “rápidamente” para formar una nueva estrategia asiática. Escribiendo en el Financial Times el 2 de febrero, Alexander Stubb, anterior ministro de Relaciones Exteriores y Finanzas finlandés, hizo un llamado a Europa para defender el libre comercio ante el vacío global estadounidense. Europa debe estar a la vanguardia del comercio global alcanzando al Asia, escribió él.

Un artículo de Político del 14 de febrero reportó sobre la “peculiar alianza” formándose entre Alemania y China: “En vista del creciente nacionalismo económico de la Casa Blanca, la alianza está destinada en parte para mandarle una señal a Washington de que los acuerdos sin EE UU llegarán a ser más importantes, reduciendo su influencia en la escena mundial”. En una entrevista con el New York Times el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, discutía el cambio de enfoque de Europa. “Siempre hemos dicho que EE UU es nuestro mejor amigo”, dijo él, pero ese “ya no es el caso, si es lo que necesitamos entender de Donald Trump, entonces por supuesto buscaremos nuevos amigos” (30 de enero).

¿A quién debería mirar Europa? “China es un candidato muy fuerte para eso”, declaró Dijsselbloem. “La participación China en Europa en términos de inversión ya es muy alta y en expansión. Si usted empuja lejos a sus amigos, usted no debe sorprenderse si sus amigos comienzan a buscar nuevos amigos”.

Dijsselbloem está en lo correcto. Las relaciones comerciales entre Europa y Asia han crecido significantemente en las dos últimas décadas. Las importaciones de la UE desde China aumentaron 11 veces de 1995 a 2013. Las exportaciones por el contrario aumentaron 8 veces en el mismo periodo de tiempo. De 2010 a 2014, las inversiones chinas en Europa aumentaron de 6 millones de dólares a 55 mil millones de dólares. China invirtió casi tanto dinero en Europa entre 2014 y 2015 como lo hizo en los siete años de 2008 a 2014.

A comienzos de 2016, como lo declaró el presidente de China Xi Jinping en ese momento, 1 de 3 contenedores al puerto de Hamburgo en Alemania era de la China. Hoy en día hay más de 5.000 compañías alemanas en China, y casi 1.000 compañías chinas en Alemania. Ésta es una base sólida para mejorar las relaciones comerciales entre Europa y Asia.

Jörg Wuttke, presidente de la Cámara de Comercio de la Unión Europea en China, le dijo a Político: “La llegada de la ‘economía Trump’ nos ha abierto una ventana para renegociar” las relaciones con China. Mientras un cambio en el libre comercio con EE UU no es bienvenido, destacó él, “el prospecto de una relación comercial más equitativa con Beijín podría ser un gran rayo de luz para Berlín” (Op. cit.).

Alemania y Europa no están sólo mirando hacia Oriente. En febrero, con las tensiones aumentando entre México y EE UU, la UE anunció que había acordado acelerar las negociaciones con México para modernizar su existente pacto de libre comercio. También, hay un fuerte empuje para mejorar las relaciones comerciales entre Europa y Latino y Suramérica.

¿Puede usted ver lo que está sucediendo? Europa y Asia están activamente buscando mejorar las relaciones económicas. En el proceso, estas naciones también se están posicionando a sí mismas para socavar y oponerse a EE UU y Gran Bretaña. ¡Estamos en las etapas iniciales de una guerra comercial mundial a gran escala!

¿Qué sigue?

Algunos creen que el aumento del comercio mundial es una senda para la paz. Ellos piensan que al entrelazar múltiples economías e incrementar la interdependencia, las naciones tienen un interés creado en preservar la paz. Eso suena razonable, ¿pero qué es lo que muestra la historia?

“¿Aumenta o reduce el comercio la posibilidad del conflicto?” el historiador Samuel Huntington cuestionó. “La suposición de que esto reduce la probabilidad de guerra entre las naciones es, como mínimo, no probable, y existe mucha evidencia de lo contrario” (The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order) [El choque de civilizaciones y rehaciendo el orden mundial].

La línea entre cooperación (globalización) y competencia (guerra comercial) es frágil. El libre flujo de bienes, servicios y personas entre naciones puede producir paz, pero éste sólo dura tanto como todos los lados se beneficien. Si una nación comienza a sufrir —especialmente si su angustia es el resultado del éxito de otras naciones— entonces la tensión, resentimiento y animosidad se enconan. A fin de cuentas, los desfavorecidos defenderán sus intereses.

Dos niños pequeños jugarán felices y compartirán sus juguetes mientras ambos estén satisfechos. Pero cuando uno de los niños se aburre con su juguete, o éste se rompe, ¿Qué sucede? Él se lanza por el juguete del otro niño; quien naturalmente, no quiere renunciar a éste. “¡Es mío!” grita él. En un momento la escena se transforma de cooperación pacífica, a feroz competencia.

Es casi lo mismo con la globalización: todo es grandioso siempre y cuando todas las partes se beneficien. Pero cuando uno siente que está siendo tratado injustamente, los socios pueden convertirse rápidamente en competidores y los aliados pueden convertirse en enemigos.

Muchos historiadores creen que la Primera Guerra Mundial comenzó como una guerra comercial. En su libro, The Ascent of Money (El ascenso del dinero), Niall Ferguson escribió: “Se ha sugerido recientemente que [la Primera Guerra Mundial] debería ser entendida como un tipo de reacción contra la globalización, anunciado por el aumento de aranceles y restricciones inmigratorias en la década antes de 1914…”.

¿Suena esto familiar?

Trompeta y su predecesor, la Pura Verdad, concuerdan: la globalización puede rápidamente escalar a un conflicto político e incluso militar.

¿Se repetirá la historia? La profecía bíblica responde con un rotundo SÍ.

Un ‘Mercado de Naciones’ euroasiático

El profeta Isaías predice una masiva red de comercio mundial en el tiempo del fin y dice que ésta giraría alrededor de un súper-Estado europeo liderado por Alemania. Usted puede estudiar esta profecía en Isaías 22 y 23. En Isaías 23:1, China es llamado por su antiguo nombre, Quitim. El mismo versículo llama Tiro al combinado europeo dominado por Alemania, el cual era un importante poder económico existente en el tiempo en que esta profecía fue escrita.

En esta profecía, el Tiro del tiempo del fin se muestra estando en una relación comercial con China y otros pueblos asiáticos. La mención del mar (versos 2, 4, 11), océanos (“muchas aguas”, verso 3), naves (versos 1 y 14), y el tráfico mercante por vía marítima (verso 8), indica que esto es una alianza comercial. El verso 3 llama a esto un “mercado de naciones”. Mercado significa emporio, comercio o mercadería. El versículo 13 menciona a Italia (Caldea). Italia aquí está descrita en asociación con Alemania, cuya identidad bíblica es Asiria, o Asur.

Claramente, ésta es una profecía sobre un eje comercial del tiempo del fin entre Europa y Asia.

Nótese también que Estados Unidos y Gran Bretaña no son parte de este “mercado de naciones”. ¿Por qué no? Porque este emporio comercial es un rival de EE UU y Gran Bretaña. Éste está permeado con un sentimiento fuerte antiestadounidense y antibritánico. ¡Este “mercado de naciones” existe para competir contra Estados Unidos y Gran Bretaña!

El editor en jefe de Trompeta, Gerald Flurry, analiza esta profecía en su libro Isaías: la visión del tiempo del fin: “Creemos que puede haber una breve alianza entre el Sacro Imperio Romano liderado por Alemania y ciertos poderes asiáticos (Rusia, China y Japón; los reyes de Oriente)”. Este conglomerado comercial liderado por Alemania será un “dinámico mercado de naciones”, declaró.

¡Él escribió eso hace siete años!

El Sr. Flurry advierte también que este “mercado de naciones” temporal “va a asediar a Estados Unidos, Gran Bretaña y la nación judía”. Esta advertencia viene de una profecía específica en Ezequiel 5. Aquí Dios advierte que las ciudades estadounidenses arderán con fuego causado por disturbios y desordenes civiles masivos. Millones de estadounidenses van a morir. Esta violencia será inflamada por un asedio económicoguerras comerciales— infligido por el Sacro Imperio Romano resucitado, trabajando en conjunto con China y otras naciones orientales.

Considere estas declaraciones:

“Estados Unidos y otras naciones israelitas están rodeadas o asediadas por competencia feroz y a menudo injusta (…) A medida que Estados Unidos y Gran Bretaña se vuelven menos y menos competitivos a nivel mundial, el desempleo aumentará constantemente (…) Estados Unidos y Gran Bretaña van a quedar afuera en el frío mientras dos gigantes bloques comerciales, Europa y Asia, se ensamblarán y comenzarán a hacer provocaciones en el comercio mundial. Estas naciones de Israel van a ser literalmente sitiadas; a saber, ¡económicamente marginadas del comercio mundial!” Escribió Gerald Flurry, en Ezekiel: The End-Time Prophet (Ezequiel: el profeta del tiempo del fin, disponible en inglés, solicite una copia gratuita).

¡Claramente estamos en las primeras etapas de la guerra comercial que precede este asedio!

¡El asedio está a las puertas!

Ezequiel también profetizó sobre esta alianza económica temporal entre Europa y Asia. La profecía del tiempo del fin de Ezequiel 27 discute un “comercio de los pueblos de muchas islas”. Predice a Alemania en negociaciones comerciales con las naciones de Oriente Medio (versos 9-10), con Rusia (versos 12-13), y con Japón (verso 14).

El apóstol Juan entregó una profecía similar. El tema de Apocalipsis 17 y 18 es la séptima y final resurrección del Sacro Imperio Romano. Apocalipsis 18:3 describe la desaparición de este súper-Estado, declarando que, “y los reyes de la tierra han fornicado con ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia de sus deleites”. Esta profecía muestra que por un breve periodo (justo antes de la Segunda Venida de Jesucristo) un Sacro Imperio Romano liderado por Alemania se sentará en el centro del comercio mundial.

Hemos notado tres pasajes bíblicos distintos, escritos por tres individuos en tres diferentes tiempos, discutiendo exactamente el mismo evento del tiempo del fin. ¿Cómo puede explicar usted este increíble hecho?

¡Nosotros hemos sido advertidos! Y no sólo por Isaías, Ezequiel y Juan.

Por décadas, Herbert W. Armstrong advirtió que las guerras comerciales precederían la Tercera Guerra Mundial y el retorno de Cristo. El Sr. Armstrong describió en 1968 que el comienzo de la Tercera Guerra Mundial sería “de naturaleza económica. Hemos mostrado cómo Dios predijo que una virtual guerra comercial se pondrá en marcha contra Estados Unidos y Gran Bretaña…”.

Aquí hay otra advertencia entregada en 1971. En esta ocasión el Sr. Armstrong se dirigió específicamente a las políticas proteccionistas estadounidenses. “Si empezamos a aumentar altas barreras arancelarias contra otros países, comenzará una guerra comercial que con el tiempo desencadenará una guerra nuclear que nos destruirá; o si no, los trabajadores estadounidenses van a tener que enfrentar la competencia con los trabajadores de otros países, reduciendo sus estándares de vida. Obviamente que los trabajadores estadounidenses no van a optar por hacer esto. Y si ellos no lo hacen, pues la mano ya lo escribió en nuestro muro nacional” (La Pura Verdad, marzo de 1971).

Qué declaración tan profundamente reveladora. ¡El Sr. Armstrong previó el dilema exacto que hoy enfrentan los estadounidenses!

Él no usó una bola de cristal; usó la profecía bíblica. Y la Biblia claramente muestra que una Tercera Guerra Mundial nuclear será precedida por una guerra comercial.

De hecho, la Escritura se pone aún más específica. Dice que una potencia europea dominada por Alemania temporalmente se alineará con China, Rusia y otras potencias asiáticas para derribar a Estados Unidos.

¡Estas profecías están siendo cumplidas dramáticamente en detalle y sorprendentemente rápido!

Visto a través del lente de la profecía bíblica, el asunto del comercio mundial es fascinante. Pero el poner los acontecimientos mundiales junto con las profecías bíblicas, necesita ser algo más que un emocionante ejercicio intelectual. Ver la profecía bíblica siendo cumplida en una forma tan obvia y dramática debería despertarnos la curiosidad en la Biblia, en la existencia de Dios y Su plan. ¡debería movernos a la acción!

¿Si una guerra comercial es inminente, entonces no le gustaría a usted saber cómo escapar a la destrucción? Usted puede ser protegido. Su familia puede ser protegida. Usted puede estar allí para presenciar el desenlace de la guerra comercial y el conflicto militar a gran escala y presenciar el más grande evento que sucederá en la historia del universo: el retorno de Jesucristo. ¿Qué es lo tiene que hacer usted?

Para la respuesta, lea Hechos 2:38 (Versión Reina Valera 1960): “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”. 

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