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Bruno Mars

Getty Images

Las canciones de los necios

¿Las estás escuchando? ¿Qué te están enseñando?

La música pop engancha tu oído y te atrae. Con una melodía pegajosa, unas voces encantadoras, la lírica ingeniosa, el dulce ritmo; el dial de la radio está repleto de estas canciones diseñadas para cautivar, y pegarse en tu mente. Y ahora aquí estás, tarareando ese gancho hipnótico. Pero espera... ¿de qué cantan estas estrellas ricas y glamorosas?

¿Has analizado de cerca la letra de las canciones pop más destacadas? Escoge cualquier éxito, lee las palabras, y rápidamente verás cuan estúpido es. O vulgar. O auto-indulgente y vanidoso. O inmoral y perverso. O peligroso y morboso:

“Gotta kiss myself, I’m so pretty. I’m too hot!”[Tengo que besarme. Soy muy bonito. ¡Soy muy sexy!] Eso es lo que canta Bruno Mars en “Uptown Funk” (Ritmo de la crema y nata). Es básicamente una celebración de la genialidad del cantante y de la lascivia glamorosa proveniente de la vida en la ciudad. “Si eres sexy has gala de ello. Si eres raro, muy tuyo. No alardees, ven y muéstramelo”. Este, es el tema en muchas de estas canciones: No te detengas... ¡Alócate todo lo que quieras! “Girls hit your hallelujah, ’cause uptown funk gon’ give it to you. [Chicas exclamen su aleluya porque ‘el uptown funk’ se los dará]”. Que qué... ¿qué dijo?

Esta fue la canción más popular durante casi todo 2015. Puede haber sido la más “alentadora” del puñado que analicé. Cada una de ellas fue terrible. Asquerosa, lujuriosa, presuntuosa, de enojo, deprimente, brutal, violenta, repugnante, sucia. ¡Mucho peor de lo que esperaba! Examinar estas líricas requiere saltarse por la mayoría de ellas porque son muy explicitas y profanas, si es que tienen sentido alguno.

Tantas de estas canciones celebran las pasiones viles más superficiales. “Llámame a mi celular tarde en la noche cuando necesites mi amor. Sé que cuando suene ese timbre caliente, solo significa una cosa”. Ese es Drake en “Hotline Bling”. “Yo digo, sí, ella está buena. A ver cuándo será mía. Ella pasa frente a mí y presiono el rewind para ver ese [vulgaridad] una vez más, y ya lo tengo hecho y cosido”. Este es Fetty Wap cantando “679”. “Tenía un amante de verano allá en Nueva Orleans; lo mantuve caliente en el invierno, lo dejé congelado en la primavera. Ay, ay, cómo pasan las estaciones”. Elle King canta en “Ex’s & Oh’s” (sus “ex” y sus “accidentes”). “Nada dura para siempre, pero esto me va llevar abajo”. Taylor Swift dice de una aventura condenada al fracaso en “Wildest Dreams (Los sueños más salvajes)”. “Él es tan alto y guapo como un [vulgaridad]; es tan malo pero lo hace muy bien. Puedo ver el final mientras comienza. … Un día cuando me dejes, apuesto a que estas memorias te perseguirán”.

No es sorprendente que igualmente de popular a estos himnos de inmoralidad son las baladas de los que tienen el corazón roto. “Siquiera puedo decir que he intentado decirte que lo siento por romper tu corazón. Pero no importa —claramente ya no se te rompe más”, canta Adele en su éxito “Hello”. “Creí que me habían lastimado antes, pero nadie me había dejado tan adolorido”. Shawn Mendes canta en “Stitches” (Puntadas). “Tus palabras cortan más profundo que un cuchillo. … Me miras sangrar hasta que ya no puedo respirar; estoy temblando al caer en mis rodillas. Y ahora que estoy sin tus besos, voy a necesitar puntadas”. Estos necios siguieron su corazón en relaciones desastrosas, y ahora, los patéticos fanáticos están acudiendo a escuchar sus confesiones deprimentes. ¿De verdad te quieres dejar absorber por este mundo miserable?

La “canción del año” de los premios de música “country” de 2014 fue la de Kacey Musgraves “Follow Your Arrow” (Sigue tu flecha). ¿Qué enseña esta canción pegajosa? Pues, como la gente va a criticarte, no importa lo que hagas: “Da igual haz cualquier cosa que quieras. Haz mucho ruido, besa muchos chicos, o besa muchas chicas si eso es lo que te gusta. Cuando el camino recto y estrecho se hace demasiado recto, enrolla un porro de mota... o no (yo lo sí haría). Pero solo sigue tu flecha a donde te apunte”. El escritor Billboard Jewly Hight describe esta canción como “Un brindis a botar la conformidad, a fumar mota y a tener afección homosexual”.

Yo podría seguir y seguir con este ejercicio en absurdidad. ¿Estás escuchando estos disparates?

Tómate un respiro de aire fresco y pon atención a la sabiduría (muy al día) de Salomón en Eclesiastés 7:5: “Mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios”.

Ahora, se escucha “la canción de los necios” en todos lugares. El comentario de Lange dice que esto se refiere a “Las canciones extravagantes, bulliciosas e inmorales que se escuchan en las juergas desenfrenadas de los hombres necios”. ¡Las canciones de los necios llenan las vías del aire! Otro término apropiado puede ser encontrado en Salmos 69:12: “La canción de los borrachos” [versión KJ, inglés].

Todo sobre “la canción de los necios” engancha la mente carnal. Tiene un atractivo inmediato como el azúcar en la lengua. Pero como la azúcar refinada, sus mensajes te son increíblemente tóxicos. Y te afecta más de lo que te das cuenta.

Los promotores de estas canciones son atractivos; o al menos extrañamente fascinantes. Pero suya es la seducción de la “mujer extraña” de Proverbios 5 y 7. A menudo viven vidas perversas. Sus puntos de vista son torcidos; su moralidad da asco. Los más populares entre ellos abiertamente promueven el materialismo extremo, el uso de drogas ilegales, el libertinaje sexual y la perversión. Son miserables; ¡y a menudo abiertamente orgulloso de ello! Aun a pesar de esto, millones de personas jóvenes los escuchan, los van a ver, los tararean, absorben y permiten que estas estrellas del pop le den forma a sus pensamientos.

2 Corintios 6:17 nos dice que salgamos del mundo y nos apartemos. ¡Escucha la reprensión del sabio! Es mucho mejor que encontrarse tarareando la canción de los necios.  

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