Reciba nuestro boletín gratis

Las 75 naciones más pobres del mundo se enfrentan a un ‘maremoto de pagos de deuda’ a China

COSTFOTO/NURPHOTO VIA GETTY IMAGEs

Las 75 naciones más pobres del mundo se enfrentan a un ‘maremoto de pagos de deuda’ a China

Los 75 países más vulnerables del mundo se enfrentan ahora a un “maremoto de pagos de deuda y costos de intereses” a China, escribió el Instituto Lowy en un análisis del 26 de mayo.

Las primeras corrientes subterráneas de sus problemas económicos comenzaron a agitarse allá por 2013, cuando el secretario general chino, Xi Jinping, pronunció un discurso histórico. “Deberíamos adoptar un enfoque innovador y construir conjuntamente un cinturón económico a lo largo de la Ruta de la Seda”, dijo Xi. “Esta será una gran iniciativa que beneficiará a los pueblos de todos los países a lo largo de la ruta. Para hacer esto realidad, es posible que empecemos trabajando en zonas concretas y las vayamos vinculando con el tiempo hasta cubrir toda la región”.

El proyecto pasó a llamarse Iniciativa de la Franja y la Ruta. Se trataba de construir una “franja” terrestre formado por carreteras, puentes, vías férreas y redes eléctricas, así como una “ruta” marítima formada por numerosos puertos nuevos y mejorados en naciones de todo el mundo. El propósito, según los chinos, era permitir un mejor flujo comercial entre China y otras numerosas naciones.




Xi y sus colegas del Partido Comunista Chino convencieron a los líderes de más de 140 países para que firmaran el plan. La mayoría estaban ansiosos por tener la oportunidad de ver cómo se llenaban las velas de su nación para poder aprovechar la marea china y estar mejor conectados con el comercio mundial. Después de que un país aceptara unirse, los chinos llegaban con planos, directores de proyecto, equipos de topógrafos, equipos de construcción y algo más: contratos de préstamo.

Por lo general, los préstamos se concedieron a través del Banco Exim de China o del Banco de Desarrollo de China. Varían desde unos pocos millones de dólares para algunos países hasta decenas de miles de millones para otros. El aumento de los préstamos convirtió a China de un prestamista internacional a pequeña escala a la mayor fuente mundial de nuevos créditos bilaterales para las naciones en desarrollo. En 2016, China prestó más que todas las naciones occidentales juntas. Por lo general, los dirigentes de las naciones prestatarias consideraban los préstamos como inversiones sólidas, seguras de que generarían suficiente riqueza para su país de modo que pudieran ser reembolsados con relativa facilidad.

Pero 12 años después de que se pusiera en marcha la Iniciativa de la Franja y la Ruta, está claro que las oleadas de destrucción llevan mucho tiempo acumulándose bajo la superficie. Ahora está claro que los préstamos se estructuraron de forma que estaba casi garantizado que sobrecargarían a las naciones prestatarias. Y con la economía china ahora en recesión, Xi Jinping está ansioso por cobrar. “Ahora, y durante el resto de esta década”, dice el informe, “China será más cobrador de deudas que banquero para el mundo en desarrollo”.

El informe detalla cómo el “maremoto” al que se enfrentan ahora las 75 naciones más pobres equivale a 22.000 millones de dólares. Este maremoto, afirma, “azotará con mayor dureza a los países más pobres y vulnerables”.

Y como los prestamistas europeos están cada vez más distraídos por la agresión rusa, y Estados Unidos se muestra cada vez más aislacionista y errático, no podría haber peor momento para que la ola se les echara encima. “Los préstamos de China se han colapsado exactamente cuando más se necesitan, generando en su lugar grandes fugas financieras netas cuando los países ya están sometidos a una intensa presión económica”, afirma el informe.

Muchas de estas naciones ya están bajo el agua y es poco probable que puedan devolver lo que deben. La deuda pública de Laos ha alcanzado el 116% de su producto interno bruto. La de Zambia se sitúa en el 105%. La de Pakistán es del 80% y la de Kenia del 70%. Docenas de otras naciones se encuentran en corrientes igualmente traicioneras.

¿Qué ocurrirá entonces si los chinos entran en sus puertos con los libros abiertos y estos países no pueden pagar?

Para la escalofriante respuesta, podemos fijarnos en Sri Lanka.

Después de que Xi anunciara la Iniciativa de la Franja y la Ruta, Sri Lanka fue una de las naciones más entusiastas en acoger el dinero rápido de China. Aceptó préstamos de miles de millones de dólares para proyectos como el puerto de Rajapaksa en Hambantota. Este puerto se encuentra en un lugar clave para la parte de la “ruta” marítima de la Franja y la Ruta de China. Pero para la economía de Sri Lanka, el proyecto fue un fracaso. En lugar de provocar un aumento del crecimiento, el puerto (y otros proyectos de infraestructuras financiados por China) hundieron profundamente a Sri Lanka en una deuda insostenible.

En 2016, un tercio de los ingresos totales del gobierno de Sri Lanka se destinaba al servicio de los préstamos chinos, y el país se vio obligado a solicitar el alivio de deuda al Fondo Monetario Internacional. A partir de ahí, la situación no hizo más que volverse más turbulenta.

A medida que se intensificaba la presión y se reducían las opciones, el gobierno de Sri Lanka decidió que el único curso de acción era entregar a China un porcentaje de control del puerto de Rajapaksa durante 99 años. La transferencia encendió las alarmas en Sri Lanka y más allá porque representaba una victoria china con importantes implicaciones militares. “La adquisición proporcionó a Pekín un puerto de aguas profundas en la región en el que puede anclar su armada, frente a la costa de su competidor regional clave, la India”, escribió Foreign Policy el 29 de octubre de 2018.

Laos es otra nación que se ha visto azotada por las oleadas masivas de deuda contraída con China. En 2020, incapaz de pagar sus préstamos, Laos acordó conceder a la empresa estatal china China Southern Power Grid Co. el control mayoritario de la valiosísima red eléctrica exportadora de electricidad de Laos. Desde entonces, China está en posición de determinar quién compra la electricidad que generan los ríos de Laos y a qué precio. Esto se traduce en una mayor influencia de los chinos sobre todo el sureste asiático.

Los chinos niegan haber tendido una “trampa de deuda” intencionadamente a Sri Lanka, Laos o cualquier otra nación de la Franja y la Ruta. Pero es innegable que, de la manera en que ha progresado, China ha sido capaz de extraer concesiones geopolíticas, obtener activos nacionales y conseguir una ventaja estratégica considerable en algunas de estas naciones. Y con el creciente maremoto de deuda, muchos más países podrían verse arrastrados muy pronto.

Para los pueblos de Sri Lanka, Kenia, Laos, Pakistán, Zambia y docenas de otros países, esto equivale a una gran pérdida, que acerca a sus naciones a convertirse en vasallos de China. Para el Partido Comunista Chino, se trata de una victoria masiva.

“China quiere evitar la impresión de que está hundiendo sus garras de dragón en otros países”, afirmó Lu Xiankun, investigador principal del Centro de Shanghái para el Comercio Global y la Gobernanza Económica, durante un imd Discovery Event de 2016. Pero a medida que los préstamos de la Franja y la Ruta se agotan y los chinos vienen a cobrar, está quedando claro que para muchas naciones eso es esencialmente lo que está ocurriendo.

Es crucial vigilar esta tendencia porque la profecía bíblica nos dice que en los “tiempos del fin”, el mundo entraría en una era llamada “los tiempos de los gentiles” (Lucas 21:24).

El término “gentil” aquí se refiere a los pueblos que no descienden del antiguo Israel. Entre los países que sí descienden de Israel se encuentran Estados Unidos, Gran Bretaña y la nación judía hoy llamada Israel, la cual puede entender solicitando su ejemplar gratuito de Estados Unidos y Gran Bretaña en Profecía.

En los siglos xix y xx, Gran Bretaña y luego Estados Unidos utilizaron su poder global para aportar estabilidad comparativa a gran parte del mundo. Pero ahora la era del liderazgo israelita ha terminado, y las mareas del poder mundial se están desplazando en su lugar hacia las naciones “gentiles”.

En el número de la Trompeta de octubre de 2023, el redactor jefe, Gerald Flurry, explicó que las principales potencias en “los tiempos de los gentiles” son un bloque europeo liderado por Alemania, una alianza de Oriente Medio encabezada por Irán y una gran confederación asiática liderada por Rusia y China.

Ya estamos muy adentrados en los tiempos de los gentiles”, escribió. “Usted puede ver que está sucediendo. Mire a Irán. Mire a Europa especialmente, y a Asia. ¡Los tiempos de las potencias israelitas han terminado!”.

El hecho de que la humanidad haya entrado ahora en los tiempos de los gentiles es un gran acontecimiento. Y un área en la que podemos ver claras pruebas de ello es en la Franja y la Ruta y la forma en que está dando a China un poder dramático sobre numerosas naciones en desarrollo. Todos los puertos, ferrocarriles, carreteras, puentes, bancos y otros proyectos están contribuyendo a desplazar las mareas del poder mundial de naciones israelitas como Estados Unidos hacia naciones gentiles como China. Todo el poder económico que está adquiriendo China se está convirtiendo en poder militar.

“En el nivel más amplio, la fuerza económica es fundamental para la fuerza militar”, escribió Carolyn Bartholomew, presidenta de la Comisión del Congreso para la Revisión Económica y de Seguridad EE UU-China. “China está canalizando su fuerza económica hacia una creciente influencia política y poder militar en todo el mundo en un momento en que otros países perciben que EE UU está en retirada”.

El Sr. Flurry escribió que aunque este cambio en las mareas del poder mundial es profundamente alarmante, está relacionado con muy buenas noticias. Para conocer mejor el ascenso de China y la esperanza que está íntimamente ligada a ello, lea “Líderes mundiales que ya no tienen mente humana”.

ESTADOS UNIDOS Y GRAN BRETAÑA EN PROFECÍA

La gente del mundo occidental estaría sorprendida y boquiabierta, ¡si lo supieran! Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australasia y África del Sur pondrían en marcha gigantescos programas de protección, ¡si lo supieran! ¡Ellos podrían saberlo! ¡Pero, no lo saben! ¿Por qué?