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Merkel, Erdogan

Getty Images

La traición turca

Turquía está formando y rompiendo alianzas; y cumpliendo la profecía bíblica.

Puede que Turquía haya perdido su Imperio Otomano a comienzos del siglo xx, pero continúa siendo una potencia extraordinaria en Oriente Medio y Europa.

El territorio turco está rodeado por el mar Mediterráneo, el mar Negro, el mar Egeo y ocho países en el Cáucaso, Oriente Medio y Europa. La Biblia describe a Turquía como parado “en las encrucijadas” (Abdías 14). Es un puente terrestre crucial: quienquiera que lo controle siempre ejercerá una influencia estratégica y geopolítica.

La economía de Turquía es más fuerte que la de cualquier nación de Oriente Medio. Su ejército es el más poderoso de la región.

Tiene sentido que las potencias mundiales y vecinos regionales se hagan amigos de los turcos. Pero a Turquía le gusta hacer amigos y formar alianzas casi tanto como le gusta ofenderlos y provocar a sus aliados.

Los líderes estadounidenses que creen que Estados Unidos debería confiar en Turquía deberían estar conscientes de que la profecía bíblica muestra que esta nación es un aliado dudoso y un traidor de sus amigos. Pero aunque ellos no crean en la profecía, la historia reciente de Turquía revela esta verdad. Considere la evidencia.

Israel y Jerusalén

Mustafá Kemal Atatürk, el “padre de los turcos”, fundó la moderna Turquía en 1923. Él estableció la nación como un Estado secular orientado hacia el occidente y los principios de gobierno occidentales, aun cuando el 99,8 por ciento de la población turca es musulmana.

En 1949, Turquía se convirtió en el primer país predominantemente musulmán en reconocer el Estado de Israel, y en 1996, fue la primera nación predominantemente musulmana en firmar un acuerdo de libre comercio con Israel.

Esta dirección cambió con el ascenso del actual líder de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, un autoritario que con el mayor descaro patrocina la ideología islamista y defiende la causa Palestina.

En los años de reinado de Erdogan, desde 2003 como primer ministro y desde 2014 como presidente, las relaciones entre Turquía e Israel han vacilado entre la amistad y la enemistad. En particular, en 2010, después de que Israel impusiera un bloqueo naval en la Franja de Gaza, donde viven muchos palestinos, Turquía intentó romper el bloqueo enviando una flotilla de ayuda a Gaza. Los comandos israelíes desafiaron a los turcos en el mar, matando a nueve de ellos. Turquía rompió lazos diplomáticos con Israel por seis años. En junio de 2016, las dos naciones firmaron un acuerdo de reconciliación para restaurar los lazos diplomáticos.

Cuando EE UU anunció en diciembre pasado que reconocía a Jerusalén como la capital de Israel, el presidente Erdogan respondió rápidamente diciendo que el derramamiento de sangre israelí ha “hecho de Jerusalén una mazmorra para musulmanes y miembros de otras religiones. (…) Con su decisión de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel, Estados Unidos se ha vuelto partícipe de este derramamiento de sangre”. Erdogan dijo que Jerusalén “es la línea roja para los musulmanes” y amenazó con llegar a cortar, nuevamente, los lazos diplomáticos con Israel. Él dijo que Israel era un “Estado terrorista” y que “Palestina ha estado bajo la ocupación desde 1947”.

Esta relación intermitente está pendiendo de un delgado hilo.

Rusia e Irán

Ahora considere la relación de Turquía con sus vecinos regionales, Irán y Rusia.

La guerra civil en Siria, ya en su séptimo año, ha reducido dramáticamente la influencia de Estados Unidos entre los sirios e impulsado la influencia de Turquía, Rusia e Irán.

En septiembre, durante una conferencia en Kazajistán, estas tres naciones se aliaron y acordaron garantizar un acuerdo de cese al fuego que estableció cuatro zonas de apaciguamiento en Siria.

Sin embargo, desde entonces, esta alianza turco-ruso-iraní parece estar disolviéndose.

“La ‘alianza’ entre estos tres países fue construida sobre una mala combinación de intereses”, escribió Jacob Shapiro de Geopolitical Futures el 11 de enero. “Es un ejemplo perfecto del viejo adagio de que dos son compañía, tres son multitud. (…) La solución política ideal de Turquía ve a [el presidente sirio Bashar al] Assad removido y el país unido nuevamente bajo los auspicios suníes. La solución política ideal de Irán ve a Assad restituido pero dependiente de Irán y sus aliados para su supervivencia. La solución política ideal de Rusia es cualquiera que la haga parecer fuerte y mantenga a Assad como un actor algo independiente, que no dependa de Teherán ni tema al próximo movimiento de Ankara. Algo aquí tiene que ceder”.

El régimen de Assad hizo inquietar a los turcos cuando presuntamente se apoderó de al menos 16 aldeas en Idlib, cerca de la frontera turca. Turquía ya alberga a cerca de 3 millones de refugiados sirios, y con 60.000 residentes de Idlib desplazados hasta ahora, los turcos están comprensiblemente preocupados por la reciente escalada de violencia.

El 9 de enero, el ministro de Exteriores de Turquía convocó a los embajadores de Irán y Rusia, los principales partidarios de Assad, para expresar su enfado no solo por el fracaso de Rusia e Irán para reducir la violencia en esas zonas, sino también por su probable complicidad en la violencia.

Tres días antes, supuestos rebeldes de Idlib respaldados por Turquía atacaron la base aérea rusa de Hmeimim en el occidente de Siria con un enjambre de 13 drones. Rusia culpó a Estados Unidos por coordinar los ataques; pero eso fue después de haber acusado a Turquía de ayudar a los atacantes.

Según Geopolitical Futures, estos acontecimientos equivalen esencialmente a que Turquía se separe de Irán y Rusia.

Estados Unidos y la OTAN

La guerra civil siria ha lastimado la relación de Turquía con Occidente, especialmente con Estados Unidos. Pero las relaciones no siempre han sido así de malas.

En 1951, Turquía se unió a la Organización del Tratado del Atlántico Norte y se volvió un importante aliado de Occidente en la lucha contra el comunismo y el terrorismo.

El 29 de diciembre, Turquía firmó un acuerdo para adquirir el avanzado sistema antimisiles S-400 de Rusia, el cual puede disparar múltiples misiles interceptores tierra-aire con un alcance de hasta 720 kilómetros. Como es lógico, la compra disgustó a los miembros de la otan. El National Interest lo llamó un “gran cambio en Oriente Medio”.

Estados Unidos dijo que no le permitirá a Turquía integrar el sistema ruso a la arquitectura de defensa de la otan debido a preocupaciones obvias de seguridad cibernética. De acuerdo con RT, Erdogan respondió que Turquía no confiará en la otan para su protección y rechazó las críticas de otras naciones de la otan diciendo, “nos ocupamos de nosotros mismos”.

Turquía ya pagó un anticipo del 45 por ciento del acuerdo de 2,5 mil millones de dólares. Una línea de crédito rusa financiará el resto. “No pediremos prestado en dólares esta vez”, dijo Erdogan a los periodistas. “Pediremos en rublos [rusos]”.

El 14 de enero, Estados Unidos anunció planes de apoyar a una “fuerza fronteriza” de 30.000 combatientes kurdos en Siria. El presidente Erdogan dijo: “Un país al cual llamamos aliado insiste en formar un ejército terrorista en nuestras fronteras. ¿Cuál puede ser el blanco de ese ejército terrorista sino Turquía?”. Luego lanzó esta amenaza: “Nuestra misión es estrangularlo antes de que siquiera nazca”.

Así que esta es otra alianza turca que está en problemas.

Alemania y Europa

La relación de Turquía con Alemania y Europa también ha sido cambiante. Desde 1987, Turquía ha querido ser parte de la Unión Europea, pero no lo ha logrado, y la profecía bíblica indica que no lo logrará sino que formará una alianza temporal.

Los lazos de Alemania con Turquía en los meses recientes han sido severamente afectados por el giro de Erdogan hacia el autoritarismo y a una disputa entre él y los líderes europeos, particularmente la canciller alemana Angela Merkel.

A pesar de estas tensas relaciones, los dos países siguen siendo interdependientes. Hay más turcos en Alemania que cualquier otro grupo de inmigrantes, y Alemania es el socio comercial más importante de Turquía. Jan Techau, un directivo de la institución German Marshall Fund de Estados Unidos, dijo: “No hay otra opción económica para Erdogan, así que él realmente necesita a Europa”.

Durante una reunión con Erdogan en enero, el presidente francés Emmanuel Macron, dijo: “Deberíamos (…) ver si no podemos replantear esta relación, no en el marco del proceso de integración [de la UE], sino quizás una cooperación, una asociación”. Añadió que la meta de Europa debería ser mantener a Turquía “anclada” en Europa y asegurar que su “futuro se construya mirando hacia Europa y con Europa”.

El futuro de Turquía

La profecía bíblica indica que, de hecho, podría no haber otra opción económica para Erdogan y Turquía, así como tampoco otra opción política, después de lo que pueda quedar de las alianzas de Turquía con Estados Unidos, Rusia e Irán.

Podemos esperar que Turquía traicione algunas de sus alianzas y se alinee más con sus vecinos occidentales en Europa.

El artículo de Trompeta de enero de 2012, titulado “¿De oriente… de occidente… de ninguno?”, muestra que los turcos descienden de Esaú, el nieto del patriarca bíblico Abraham. Esaú fue el abuelo de Temán, de quien los turcos derivaron el nombre de su Imperio Otomano.

El libro bíblico de Abdías describe a la Turquía de nuestros tiempos siendo “como uno de ellos”, aliado con Alemania, la cual guía a un poder europeo. En Salmos 83, la Biblia describe una alianza de naciones que “han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra” Estados Unidos, Gran Bretaña y la nación judía de Israel, principalmente. Esta alianza del Salmo 83 dice: “Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel”. En esta profecía (y en todas las demás profecías bíblicas), “Israel” no se refiere principalmente a los judíos en Oriente Medio; se refiere ante todo a las naciones angloamericanas. Solicite su copia gratuita de Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía para entender más acerca de estos nombres y estas profecías.

La nación de Turquía está ubicada en una región tan estratégica que tiene que equilibrar y contrapesar las relaciones con sus vecinos y aliados. La historia reciente de sus relaciones con amigos y enemigos por igual muestra cómo estas profecías están cercanas a cumplirse completamente. 

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