La tasa de natalidad italiana alcanza un mínimo histórico
El año pasado murieron más de 12 italianos por cada 7 nacidos, según la Oficina Nacional de Estadística de Italia. La población residente en Italia descendió en 179.000 personas, hasta los 58,85 millones, debido a que el número de nacimientos se desplomó a su nivel más bajo desde que Italia comenzó a realizar registros poblacionales en 1861, después de la unificación del país. En 2022 sólo nacieron 392.600 bebés italianos, y es posible que nazcan aún menos en 2023.
Muchos políticos consideran el descenso de la natalidad una emergencia nacional. Revertir el declive demográfico de Italia fue una destacada promesa política de Giorgia Meloni antes de las históricas elecciones del año pasado, que la convirtieron en la primera mujer Primera Ministra de Italia.
Europa envejece: Italia tiene una de las tasas de natalidad más bajas de Europa, pero el declive demográfico amenaza con convertirse en un problema continental. Las últimas estimaciones de Eurostat señalan que la Unión Europea podría ver reducida su población en 27,3 millones de personas de aquí a 2100.
La única razón por la que la población de la UE crece actualmente es la inmigración. Sin embargo, los demógrafos predicen que la población de la UE alcanzará un máximo de 453 millones en 2026 antes de disminuir a 420 millones en 2100. A menos que se invierta la tendencia, este precipitado descenso de la población reducirá la mano de obra de los sindicatos, agotará su sistema de pensiones y tendrá graves repercusiones económicas mucho más allá de las fronteras europeas.
Ataque preventivo: El apóstol Juan profetiza en el libro del Apocalipsis que un imperio católico dirigido por Alemania lanzará un ataque militar preventivo contra los reyes de Asia (Apocalipsis 9:1-2). La crisis demográfica europea puede ayudar a explicar por qué Europa actúa de esta manera.
Un informe de Citigroup pronosticaba que Europa Occidental sólo representará el 7% de la economía mundial en 2050, mientras que “Asia en desarrollo” representará el 49%. La envejecida población europea no tiene mucho tiempo para neutralizar el ascenso de Asia si quiere convertirse en una superpotencia.
El káiser Guillermo ii lanzó un ataque preventivo destinado a detener el ascenso de Rusia al estatus de superpotencia durante la Primera Guerra Mundial porque pensaba que Alemania sería incapaz de vencer a Rusia si esperaba. Europa podría lanzar una estrategia similar cuando se dé cuenta de que sólo le queda una generación para alcanzar la hegemonía mundial.
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