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¿La siguiente frontera en la revolución sexual?

Brooke Davis/La Trompeta

¿La siguiente frontera en la revolución sexual?

No se detendrá con el ‘matrimonio’ del mismo sexo.

La moralidad en Estados Unidos se está transformando. ¿Dónde estará dentro de cinco años? Ha ido pasando de la familia tradicional judeo-cristiana a la familia no religiosa, a la familia disfuncional, a la familia divorciada y casada nuevamente, al fornicador, al adúltero, y al homosexual, bisexual, pan-sexual, transexual, transgénero.

¿Es ahí donde termina? ¿O vienen más transformaciones?

Uno de los pocos grupos de desviados sexuales que aún es “rechazado” son los adultos con atracción sexual por los niños. Los pedófilos que gratifican sus deseos y generan o poseen pornografía infantil son criminales, y la inmensa mayoría de la sociedad los considera quizás como el peor tipo de pervertidos.

Sería imposible que los pedófilos ganaran la misma aceptación que los homosexuales, ¿verdad?

De hecho, a raíz de la oleada homosexual y transexual, ese movimiento ya ha comenzado. Ya existen grupos de pedofilia como la North American Man/Boy Love Association (Asociación norteamericana por el amor entre hombres y niños). Algunas voces tradicionales argumentan que esta práctica sexual ya no debería ser condenada. Algunos abogan por los derechos de los adultos que buscan tener sexo con niños.

¿No lo cree? Abra sus ojos.

‘Nació así’

El enorme movimiento homosexual de hoy comenzó como algo pequeño. No hace mucho, los homosexuales estaban en el lugar que ahora ocupan los pedófilos. En 2015, este agresivo grupo de interés especial logró que la Corte Suprema aprobara el “matrimonio” homosexual, que los gigantes de los medios sociales celebraran con corazones pintados de arco iris y fotos de perfiles con el arco iris, y que el Presidente actual posara en la portada de una revista homosexual.

¿Será posible que en cinco o diez años, los pedófilos estén donde ahora están los homosexuales? Las ruedas ya van en esa dirección.

Un argumento principal de los grupos de presión por los homosexuales es que la atracción del mismo sexo está determinada genéticamente; que la gente nace homosexual. Ellos sostienen que si usted dice que la homosexualidad está mal, usted está lleno de odio, que es un fanático que también podría condenar a alguien por nacer con un color de piel diferente.

Así, los activistas homosexuales condenan cualquier esfuerzo por cambiar la orientación sexual de alguien como algo moralmente censurable (es decir, “censurable” si se cambia hacia la heterosexualidad, pues nunca desaprueban cuando un heterosexual es persuadido a que se vuelva homosexual). Después de todo, ¿cómo se puede tratar de cambiar a alguien de su destino genético? Ellos creen que lo moralmente correcto es una expresión total y sin restricción de esta supuesta tendencia innata.

Pues bien, la suposición de que la genética determina la moralidad es una noción con implicaciones serias.

Ahora bien, hay otro pequeño movimiento que se está fortaleciendo; un movimiento que quiere extender este mismo tipo de argumento de una moralidad genética para los pedófilos.

Michael L. Brown, autor del libro A Queer Thing Happened to America (Algo raro le pasó a EE UU), escribió esto en el Christian Post: “Algunos líderes psiquiatras que tuvieron un papel decisivo en remover la homosexualidad de la lista de desórdenes mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría en 1973, han estado luchando también por remover la pedofilia como un desorden, no para justificar el abuso de niños sino más bien para indicar que tener atracción sexual por los niños no es un trastorno mental” (28 de
septiembre de 2015).

“Muchos investigadores toman un punto de vista diferente de la pedofilia”, reportó Los Angeles Times el 14 de enero de 2013. “Una vez se pensó que la pedofilia se derivaba de influencias psicológicas tempranas en la vida. Actualmente, muchos expertos la ven como una predisposición profundamente enraizada que no cambia”.

“Científicos [en el Centro para la Salud Mental y la Adicción en Toronto] han descubierto una serie de asociaciones que sugieren que la pedofilia tiene raíces biológicas”, reportó el Times, añadiendo que más y más personas están tomando la opinión de que la pedofilia es “una orientación sexual tan inmutable como la heterosexualidad o la homosexualidad”. Este cita a un hombre que fue arrestado por pornografía infantil diciendo que una corte le ordenó ir a terapia. “Esta gente sentía que podían apagar el deseo en mí, o hacerme avergonzar si no negaba su existencia”, dijo él. “Pero eso es tan intrínseco como la heterosexualidad de la persona que está al lado”.

Para cualquiera que haya visto la forma en que la homosexualidad se volvió normal, esta línea de razonamiento debe sonar muy familiar (ver recuadro).

‘No soy un monstruo’

Con la pedofilia, sin embargo, el argumento tiene un giro. No es simplemente que digan, nacimos así, entonces no nos juzguen. Ellos además añaden esto: Y no se preocupen, no somos una amenaza para sus hijos.

En un artículo del 21 de septiembre en Salon.com titulado “Soy un pedófilo, pero no un monstruo”, Todd Nickerson dio este argumento: “He tenido que cargar con la orientación sexual más desafortunada, la preferencia por un grupo de personas que legal, moral y psicológicamente no pueden corresponder a mis sentimientos y deseos. (…) Pero, no soy el monstruo que ustedes piensan que soy. Nunca he tocado a un niño sexualmente en mi vida y nunca lo haré, ni uso pornografía infantil”.

En un ejemplo relacionado, el periódico británico Independent recientemente publicó un artículo del Dr. Glenn Wilson, un prominente psicólogo. El título: “No todos los pedófilos son gente mala, necesitamos tener sentido de proporción”. El artículo dice: “En mis estudios del grupo Intercambio de Información de Pedófilos en la década de 1980, muchos miembros admitieron tener sentimientos sexuales por los niños que habían podido contener o convertir en un beneficio social” (énfasis añadido en todo). En la opinión de este hombre, estos sentimientos sexuales pueden de hecho beneficiar a la sociedad. “Algunos se inclinaron por ocupaciones como maestro de escuela o trabajador social, donde podían disfrutar la compañía de niños sin maquinar abusos”, explicó él. “Es posible sentirse atraído por los niños como una orientación sexual sin obedecer a esos deseos”.

Este psicólogo le dijo al Telegraph que “la pedofilia debería ser vista como un tipo de ‘orientación sexual’ a la cual no necesariamente se obedece”.

Pregúntese esto: ¿lo consuela a usted la idea de que algunos pedófilos no necesariamente atenderán su deseo de tener sexo con niños? ¿Apoyaría usted a un pedófilo que quiere ser el maestro o el trabajador social de su hijo para que él pueda “disfrutar de la compañía de los niños”? ¿Lo tranquiliza a usted que “es posible” sentirse atraído por los niños sin obedecer a esos impulsos?

El artículo de Salon.com tenía el propósito de ayudarlo a usted a simpatizar con un hombre célibe que tiene atracción por los niños. Pero incluso él dice que cualquiera que obedezca el impulso de esos sentimientos es un “monstruo”. El psicólogo en Gran Bretaña dice que todo está bien porque los pedófilos probablemente no se aprovecharán de los niños.

Pero piense en esto: Si la genética determina la moralidad, ¿entonces por qué estaría mal que un pedófilo gratifique sus deseos?

¿Tiene sentido tildar de “monstruo” a un pedófilo que “nació así” y que satisface sus deseos, pero luego decir que un homosexual que “nació así” debería satisfacer sus deseos e incluso casarse, porque “nació así”?

¿Será posible que en el 2020 Todd Nickerson parezca intolerante por decir que los pedófilos que tienen sexo con niños son monstruos?

La creencia de que la genética determina la moralidad se ha vuelto común, gracias a los esfuerzos por legitimar la homosexualidad. “Dios no comete errores”, dice la gente. Pero como escribió el columnista Selwyn Duke, nosotros obviamente no aplicamos la misma lógica a muchos defectos de nacimiento. “El labio leporino, la espina bífida, el síndrome de Down, el pie deforme, la enfermedad de Tay-Sachs, y otras anormalidades hacen claro que la perfección de Dios no es disfrutada por el hombre. ¿Y es lógico considerar al cerebro como el único órgano inmune a esta imperfección? Observe también que los mismos psicólogos que nos dicen que la homosexualidad es innata también dicen que los psicópatas nacen así, y que no se hacen. Ahora bien, si algunas personas nacieron con instintos homicidas, ¿estaría bien que ellos cometan asesinato?” (New American, 28 de septiembre de 2015). Por supuesto que no, pero esa es la conclusión lógica de tal razonamiento.

Si está mal indultar la pedofilia a pesar de que alguien supuestamente “nace con” predisposición a ella, entonces también está mal justificar la homosexualidad por esa misma razón. No se pueden tener ambas cosas. O la genética
determina la moralidad o no lo hace.

Y la verdad es que sin duda no lo hace.

¿Dónde se detiene esto?

Esta nueva ola de activistas está tratando de llevarnos a simpatizar con quienes tienen sentimientos románticos por los niños pero que no obedecen sus impulsos. ¿Piensa usted realmente que eso es todo lo que están tratando de hacer? ¿Solo sentir compasión por los pedófilos célibes? Si usted cree que ahí va a parar esta tendencia, despierte. Usted no sabe absolutamente nada acerca de ese grupo de gente.

Considere los puntos de vista expresados en estos artículos en conjunto con otros eventos recientes. Piense en el hecho de que a los soldados estadounidenses en Afganistán les ordenaron hacer caso omiso de sus “aliados” afganos que abusan sexualmente de jovencitos, incluso en las bases militares de EE UU, supuestamente en el nombre de la “sensibilidad cultural”. Añada a eso las autoridades en Gran Bretaña ignorando el tráfico sexual de niños musulmanes por razones similares “políticamente correctas”. Sume luego la “epidemia de pedofilia” en Hollywood, expuesta el verano pasado en la película An Open Secret (Un secreto a voces). Estas son personas con enorme influencia social en Estados Unidos y alrededor del mundo.

Observe la trayectoria de lo que está sucediendo aquí. El movimiento homosexual ha cambiado completamente la cultura moderna en menos de una década. La gente ahora acepta y apoya las prácticas a las que se oponían totalmente hace apenas unos años. Ahora, este otro movimiento sexual desviado está siguiendo la misma dirección. Para ver dónde podrían estar los pedófilos en cinco años, solo observe donde están hoy los triunfantes homosexuales.  

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