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La séptima ley del éxito

La séptima ley del éxito

Transcripción de La Llave de David

Herbert W. Armstrong murió el 16 de enero de 1986, era la cabeza de la Iglesia de Dios Universal, la cabeza física de esa Iglesia. Los ingresos anuales de la Iglesia en el año de su muerte fueron de 163,7 millones de dólares, así que tenía grandes ingresos para una Iglesia llevando un mensaje a este mundo. Tenía 382 emisoras de televisión, mucho más que cualquier otro programa religioso en EE UU, y 36 emisoras de radio en todo el mundo. Y la revista insignia del Sr. Armstrong, La Pura Verdad , llegó a un máximo de 8,4 millones de dólares. Eso es muy impresionante, y quizás el mayor mensaje y programa religioso jamás enviado a este mundo en este tiempo final.

Otro párrafo aquí que me gustaría citar. “Luego estaban todos los folletos y libros: más de 40 millones habían sido distribuidos durante los 50 años de ministerio del Sr. Armstrong. El libro más solicitado era Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, que fue enviado por correo a 6 millones de personas. El folleto más popular era Las siete leyes de éxitosolicitado por 3 millones”, y voy a hablarles en parte de ese libro, Las sieteleyes del éxito, sólo quiero centrarme en una de ellas, pero quisiera que solicitaran este folleto si no lo tienen, porque no hay nada en este planeta como él cuando se trata de hablar del éxito en la vida, y creo que todos deberíamos estar interesados en ello.

Pero en este folleto, él hizo algunas de las afirmaciones más impactantes que he leído en mi vida sobre cómo tener éxito, y realmente fue todo un ejemplo de cómo hacerlo. Así que, bueno, hoy les daré parte de él.

Él escribió esto: “Cuando yo tenía 23 años, formaba parte del cuerpo de redactores de una revista nacional. Me enviaban por todo Estados Unidos; solía visitar 10 ó 15 estados en cada viaje. Mi trabajo consistía en investigar la situación de los negocios y proponer soluciones dignas de llevarse a cabo. Entrevistaba a hombres de negocios y funcionarios de las cámaras de comercio. Analizaba con comerciantes y fabricantes sus problemas, y exploraba los métodos e ideas que, habiendo sido aplicados con éxito en promociones de ventas y relaciones públicas, habían reducido los costos y aumentado la productividad, lo cual se traducía en mayores ganancias. Una de las cosas que me asignaron fue investigar la razón por la cual unos pocos triunfaban y la gran mayoría fracasaban. (Se calculaba que el 95% de los pequeños comercios independientes se encaminaban hacía la bancarrota). (…) Las mismas leyes se aplican a las mujeres también”.

Pero en este folleto de las Siete leyes del éxito, hablaba de cómo muchos de esos hombres y mujeres cumplían seis de las siete leyes del éxito. Y muchos de ellos eran ricos, y ciertamente habían aprendido sobre las primeras seis leyes de esas siete leyes en este folleto.

Pero le diré esto. Durante 62 años he guardado la séptima ley de la que el Sr. Armstrong habla aquí, y Dios ciertamente me ha bendecido de muchas maneras, sólo siendo la cabeza de esta Iglesia, y tenemos dos de los colegios más hermosos en este mundo: uno aquí en EE UU, y otro en Gran Bretaña, y tenemos un colegio a tiempo parcial en Jerusalén. Más de 50 de los nuestros estaban allí cuando Hamás atacó Israel el 7 de octubre. Así que, en este momento, por supuesto, están de vuelta a salvo en sus países.

Y aquí hay algo que dijo el Sr. Armstrong que me gustaría leerles. Dijo: “Ahora sí parecería que si aplicáramos estas seis leyes del éxito, no faltaría ningún elemento necesario para alcanzar el éxito. Ciertamente, los hombres de ‘éxito’ que hemos descrito aplicaron estos seis principios. Alcanzaron sus metas, ganaron mucho dinero, se volvieron importantes y disfrutaron de los placeres pasajeros”. Pero noten, él dice esto: “No obstante, (…) sus vidas estuvieron vacías”. Ahora bien, él conocía y había estudiado a todos estos hombres de negocios. “… Sus vidas estuvieron vacías. Nunca estuvieron satisfechos sino descontentos. Jamás encontraron la felicidad duradera, permanente e imperecedera”. Nunca lo hicieron. “No se llevaron sus pertenencias cuando murieron y ¡su fama pereció con ellos! Lo que les faltó es lo mismo que les falta a todos los que no alcanzan el éxito verdadero: la séptima ley del éxito, la más importante de todas. ¡Este era el ingrediente que lo hubiera cambiado todo!”. ¡Todo! Todo habría cambiado, ¡y esa es la verdad! ¡Y usted puede demostrarlo!

Continúa diciendo: “Sin embargo, si pretendemos disfrutar de las buenas cosas de la vida, como libertad de temores y angustias, paz mental, seguridad, protección, felicidad, abundante bienestar, ¡la fuente que proporciona todo eso es el gran Dios! Como todo nos viene de Él, ¿por qué no recurrir a esa fuente desde el principio? En esta época de adelantos científicos, de sofisticación y vanidad, no es de buena pose intelectual creer en la existencia de un Creador. En este mundo engañado, la existencia de Dios ha gozado de poca o ninguna aceptación en la educación moderna”. Eso se puede ver a nuestro alrededor. ¿Qué es lo que está mal? Si Dios es el Creador del hombre, ¿por qué el hombre no tiene éxito? Bueno, ¡todo se reduce a si conocen o no a Dios! Y requiere cierto esfuerzo de nuestra parte, y tenemos que hacer lo que Dios dice para que eso pase.

Noten también lo que dijo. Sólo quiero leerles un poco de esto, y está tomado de la Biblia y de un antiguo rey sobre el éxito: éxito en los negocios, éxito en la vida en todos los sentidos, y habla sobre la vanidad y la gente que quiere estatus y todo tipo de cosas así. Pero todo era éxito material, y eso no va a hacer el trabajo, no le va a hacer realmente exitoso en todos los sentidos en la vida.

Obviamente cuando la gente tiene éxito, adquiere dinero y tiene victorias monetarias y adquisiciones materiales, y emoción y satisfacción, ¡pero nunca dura! ¡Nunca dura! ¡Increíble! ¿Es eso cierto? ¿Se puede demostrar realmente? Sí se puede. El Sr. Armstrong lo hizo hace años, ¡y habló a este mundo y dijo que cada ser humano en la Tierra fue creado para ser un gran éxito! Eso es lo que dice la Biblia, y es algo que creo que debería interesarnos a todos.

Bueno, él mencionó a Salomón corriendo tras el viento, y Salomón lo tenía todo. Lo tenía todo. La mayor riqueza que alguien haya tenido en la Tierra, parece, y sin embargo dijo que le dejó vacío, y no era feliz.

De nuevo, podemos encontrar muchos ejemplos. Uno, este J. Paul Getty, que vivió en la época del Sr. Armstrong y era multimillonario. Y dijo que daría toda su fortuna sólo por un matrimonio feliz. Bueno, ahora, Dios nos dice cómo tener un matrimonio feliz. De hecho, Él nos lo ordena. Si estamos dispuestos a tener éxito; eso es lo que debemos hacer.

Un poco más abajo, noten esta sorprendente afirmación. “No se puede negar que hubo placeres”, y esta gente haciendo todo este dinero, y teniendo tanto éxito físico, “pero después siempre venían períodos de depresión; el vacío y el desasosiego interno siempre retornaban”. Siempre volvía después de tal vez una racha de felicidad y alegría, y seguro hubo algo de eso, ¡pero no duró! ¡El hambre volvía!

¿Por qué? ¿Qué pasa? ¿De qué está hablando? ¿Nos pasa a todos? Sí, así es. Yo lo he experimentado, y todas las personas de la Tierra también. Sí lo han hecho, y les digo que pueden empezar a estudiarse a sí mismos y aprender mucho sobre el éxito, sólo por su propio, digamos, gran vacío en sus vidas, y ¿por qué sigue volviendo? ¿Qué pasa?

Noten, él continúa diciendo: “Pero estos nunca llenaban el vacío”. El éxito del mundo, placeres y pasatiempos, nunca llenaron el vacío. “Nunca satisfacían la verdadera necesidad interna. Estas personas probablemente nunca se dieron cuenta de esto, pero el vacío era espiritual, y ¡un vacío espiritual nunca se puede llenar con cosas materiales!”.

Ahora bien, creo que éstas son algunas de las afirmaciones más profundas que jamás encontrará sobre el éxito, y emocinantes, conmovedoras y asombrosas. Pero puede pensar en ello y decir, bueno, ¡eso es cierto porque me ha pasado a !

Así lo fue para mí en el pasado, pero no ha sido así durante 62 años de mi vida. Aprendí a librarme de ese vacío hace 62 años, y así ha sido permanentemente en mi vida, y espero y ruego a Dios que sea así para siempre, y así debería ser para todos nosotros.

“Estas personas probablemente nunca se dieron cuenta de esto, pero el vacío era espiritual, y ¡un vacío espiritual nunca se puede llenar con cosas materiales!”.

¿Qué son estos humanos de los que hablamos aquí? ¿Qué son? Si Dios es un Hacedor, ¿cuál era su propósito? Bueno, ¡definitivamente era que todos y cada uno de ellos tuvieran un éxito arrollador! Y va a ser así dentro de poco, y hay más de cien profecías que lo dicen, y todo está llegando a un punto crítico, y Dios va a tener que intervenir, para que toda la carne humana no sea destruida por bombas nucleares y demás.

Jeremías 2 en verso 13 dice: “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva”, me han dejado a mí, fuente de agua viva, “y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen aguas”. Y le dejan con hambre, un hambre interior, un gran vacío en su vida.

¿Cuál es ese vacío? ¿Cómo se llena? Bueno, Dios lo dice en muchos lugares, ¡es espiritual! ¡Tenemos que tener ese enfoque espiritual para llenar esa hambre! Y no se van a librar de esa hambre en toda su vida hasta que hagan eso. Les digo, eso es lo que dice la Biblia. “Cisternas rotas”, en otras palabras, el agua simplemente se escapa, y nunca, nunca llena esa hambre interior.

Ahora, esto es muy emocionante. Para mí, lo fue hace años, y lo sigue siendo, pero éstas son declaraciones impresionantes que él ha hecho, y sin duda tuve que aprender esto de la manera difícil, pero repito, hay un vacío en nuestra vida, incluso si se ha ido por un tiempo, vuelve. Nunca se va permanentemente, a menos que tengan este conocimiento de Dios. Llegan a conocer a Dios, al Dios verdadero, al Dios real, ¡y entonces el éxito real! ¡Y tenemos que deshacernos de ese vacío para siempre! Ahí es donde entra la felicidad. Vemos el propósito en la vida. ¡Sabemos por qué estamos aquí y por qué Dios nos puso aquí! Y todo está explicado en su Biblia. Espero que si sea su Biblia, en cualquier caso. Está explicado allí, y les mostraré en un momento donde un hombre ciertamente entendió eso muy bien, y lo aprendió de la manera difícil.

Pero de todos modos, queremos saciar esa hambre y tener mucha libertad y felicidad en la vida, por supuesto.

Pero el Sr. Armstrong escribió: “¡Ahora sé con certeza que ¡ningún ser humano tiene por qué fracasar!”. ¡Ninguno! ¡Pero sabemos que vemos todo tipo de personas que son fracasadas! Y Dios dice que Él nunca, nunca planeó eso, pero dejó ir al hombre y hay una razón por la que lo hizo. Así que cada persona fue puesta aquí para convertirse en un éxito, pero los hombres han escogido algo diferente de lo que Dios dijo, es decir el árbol de la vida.

Pero dice: “Preguntamos con toda sinceridad: ¿No es en verdad apremiante esta situación? ¡Es en realidad la tragedia colosal de toda la historia!”. Incluso contó ejemplos de cuando era sólo un joven, Secretario de la Cámara de Comercio, sabía de un hombre muy famoso en su ciudad. Quiero decir que este hombre era realmente muy rico, y tenía tanto, ¡y entonces vino la depresión de 1920 y lo perdió todo y se suicidó! Así que algo iba mal allí.

Déjenme leerles de un rey antiguo, salido directamente de la Biblia, que tuvo que aprender esta lección por las malas. Se dijo a sí mismo: “Ven ahora, te probaré con alegría, y gozarás de bienes”. Y así dijo: “Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien…”. Y continúa un poco más: “Edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; me hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto. Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles. Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres. No negué a mis ojos ninguna cosa que desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi corazón gozó de todo mi trabajo: y esta fue mi parte de toda mi faena”. Pero, concluyó: “Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del sol”. ¡Qué declaración tan poderosa! Él lo tenía todo, y ustedes pueden probarlo. Lo hemos probado de su existencia, y vamos a probarlo aún más con una exposición a principios del año que viene, si todo va bien.

Pero de todos modos, Salomón vio que no era más que correr tras el viento, y luego por fin comprendió lo que estaba mal, y se volvió a Dios, y todo eso está en nuestro librito sobre el Cantar de los Cantares. Y toda nuestra literatura es gratuita.

Dios dijo de él: “Y dijo [el Eterno] a Salomón: Por cuanto ha habido esto en ti, y no has guardado mi pacto y mis estatutos que yo te mandé, romperé de ti el reino” [1 Reyes 11:6-11]”. Y eso está en los profetas anteriores, y la mayor parte de su profecía es para este tiempo final. Eso es un hecho.

Verán, este mundo ha rechazado la revelación espiritual, o la revelación de Dios. Adán y Eva, verán, tuvieron que elegir, y eligieron no tomar el árbol de la vida, y llevaron a la humanidad por ese camino desde entonces. La mayoría ha seguido lo que hicieron Adán y Eva.

Existe un Libro de instrucciones que nos dice cómo vivir y cómo tener éxito. Bruce Barton dijo que ¡es el libro que nadie conoce! ¡La gente no lo conoce realmente! Científicos, educadores, incluso el clero cristiano, necesitan saber mucho más sobre ese Libro. ¡Es Jesucristo impreso! El hombre que más éxito ha tenido en la Tierra por mucho, y Él nos da la oportunidad de vivir por toda la eternidad. ¡La vida tiene un propósito!

Así que pueden ver en Isaías 64 en verso 8, Dios dice: Ahora, miren, ¡Yo soy el Alfarero y tú eres la arcilla! ¡Tú eres la arcilla! La mayoría de los seres humanos dirán: Bueno, ¿por qué me has hecho así? ¡No quieren seguir el camino de Dios! No están sujetos a la ley de Dios debido a su propia naturaleza humana que tiene que ser cambiada y de la que hay que deshacerse en su vida.

También Jeremías 18 en verso 6 dice algo muy similar. No tengo tiempo para entrar en todas esas Escrituras, pero pueden leerlas ustedes mismos y estudiarlas.

Pero Dios dice que usted es un agente moral libre, y Él no va a imponer esto a ningún hombre. Él no va a hacer eso. Y Él ha establecido dos caminos de vida para los hombres. Él dice: Ahora, hay un camino de vida: ¡escoge la vida! ¡Elige la vida! Y luego, ¡No elijas la muerte! Hay una elección que debemos hacer. Tenemos ese libre albedrío moral. ¡Dios nos hace elegir! No va a hacérselo tragar a nadie. ¡Hay que fijarse la meta correcta! Ven, ¡esa es la cuestión!

“A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia” [Deuteronomio 30:19]. ¡Usted y sus hijos, su familia, todos deben escoger la vida! Es espiritual, no es físico. ¡No podemos llenar ese vacío a menos que obtengamos la comprensión espiritual y lleguemos a conocer al Dios vivo! ¡Por eso estamos aquí en esta Tierra! ¡Tienen que tener su propia educación!

Dios dice en Santiago 1 en verso 5 que si le falta sabiduría, Él se la dará. En otras palabras, sabiduría para tener éxito en la vida y hacer las cosas más maravillosas que Dios nos ha dado: ¡matrimonio, familia y todas las bendiciones que Él quiere que tengamos en la Tierra! ¡Y nos lleva a algo para toda la eternidad!

Verán, es una ayuda divina la que necesitamos. Tenemos que tener fe. Y Dios realmente nos da toda clase de descansos, pero Él dice: “Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”. Así será. Todas te serán añadidas. Mateo 6 en verso 33, note que ese verso dice, Busquen primero lo espiritual, y entonces todas estas cosas, cosas físicas, les serán dadas. ¡Esa es una promesa de Dios!

Él quiere que cada uno de nosotros sea feliz y alegre, y que no andemos a tientas en la oscuridad, como dice la Escritura.