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La conexión a Herbert W. Armstrong

La conexión a Herbert W. Armstrong

Franz Josef Strauss fue un líder entre líderes mundiales. Sirvió como Primer Ministro del renombrado estado de Baviera, como Ministro de Defensa de Alemania Occidental, también en otros tres cargos ministeriales a nivel de gabinete, y como el prominente presidente de la Unión Social Cristiana (csu), un partido que él ayudó a fundar, cuya sede está ubicada en el Franz-Josef-Strauss-Haus en Múnich.

Otto von Habsburgo fue cabeza de una familia que había gobernado el Sacro Imperio Romano desde el siglo xv hasta el siglo xix. Participó como miembro del Parlamento Europeo, dedicando su vida a la creación de un súper estado europeo. Es el autor de The Social Order of Tomorrow (El orden social del mañana), el cual esencialmente expone la misma visión final que The Grand Design (El gran diseño) de Strauss: la creación de unos Estados Unidos federados de Europa, respaldados por el catolicismo.

Herbert W. Armstrong estuvo conectado con estos hombres en el sentido de que vio en ellos las características que coincidían con las profecías bíblicas acerca de un moderno hombre fuerte de Alemania. Pero él también estuvo conectado con ellos de otra manera: ambos lo visitaron.

El doctor Habsburgo viajó a California en julio de 1983 para reunirse con el Sr. Armstrong en la sede de la Iglesia de Dios Universal y de su campus del Ambassador College. Él se dirigió a los estudiantes, realizó un recorrido por el Auditorio Ambassador y cenó con el Sr. Armstrong y otros funcionarios del profesorado del colegio y de la iglesia. Tuvo una reunión privada con el Sr. Armstrong y otra con el director del departamento de prensa de la iglesia. Después de dar un discurso en Los Angeles, voló con el Sr. Armstrong en el avión privado de la iglesia a Washington, d.c., para dar otro discurso.

En 1968, el ministro de finanzas Strauss dio una entrevista en los populares programas de radio y televisión que el Sr. Armstrong estableció: El Mundo de Mañana. En 1969, Strauss fue a visitar al Sr. Armstrong a su casa.

El hombre fuerte de Europa recorrió los galardonados edificios y jardines del campus del Ambassador College en Pasadena, los cuales ganaron tres veces el premio de la Sociedad de Administración Profesional de Jardines por tener el mejor paisajismo y por el campus mejor mantenido de Estados Unidos. Allí se reunió con estudiantes y miembros del profesorado, les dio un discurso, visitó una clase, y luego sostuvo otra entrevista para El Mundo de Mañana.

La clase que visitó fue mi clase de Religión Comparativa. Fue toda una experiencia ver a este hombre y su comitiva venir a nuestra clase. Podría decirse que el instructor tuvo un poco de dificultad para seguir adelante con su conferencia con Herr Strauss escuchando atentamente por unos pocos minutos. Hubo alboroto por todo el campus ese día. Nosotros no sabíamos qué le deparaba el futuro a Strauss, pero definitivamente sentíamos que algo inusual y significativo estaba sucediendo.

Al final del primer día de Strauss en el campus, él hizo un comentario extraordinario. “Él comentó que había tenido el día más feliz de su vida”, escribió el Sr. Armstrong. “¡La paz y felicidad aquí son contagiosas! El Dr. Strauss se sumergió en ella. Herr Strauss dijo: ‘Necesitamos un Ambassador College en Alemania’” (carta a los colaboradores, 28 de junio de 1971).

Después que Strauss visitó Pasadena, voló al campus del Ambassador College en Big Sandy, Texas, y luego a Houston y Washington, d.c. Y curiosamente, de hecho envió de regreso a su esposa a Pasadena, para que disfrutara un día más en ese pacífico, feliz y hermoso campus.

El Sr. Armstrong escribió que él se mantuvo en contacto con Strauss y lo conocía bien. Diez años después, ellos se reunieron de nuevo; una relación extraordinaria, incluso entre docenas de otras que el Sr. Armstrong tenía con primeros ministros, presidentes, reyes y otros líderes mundiales.

“Por cierto, los Dres. Habsburgo y Strauss eran amigos cercanos”, escribió el Sr. Armstrong, “y por alguna razón que no entiendo (pero podría ser un designio de Dios), ambos son muy amigables conmigo y con el Ambassador College” (carta a los miembros y colaboradores, 24 de julio de 1983).

Dios inspiró la Biblia con profecías exactas de eventos que están sucediendo ahora, siglos después de ser escritas. Él le reveló esas profecías al Sr. Armstrong. Dios literalmente le abrió las puertas de las oficinas de los jefes de estado. ¿Será posible que Dios inspirara a estos grandes hombres alemanes a venir al Sr. Armstrong, y que Él tuviera cierto designio para eso?

Esos hombres vinieron al Ambassador College con una mente abierta y quedaron profundamente impresionados con los edificios, los paisajes, los estudiantes, con el profesorado; ¡ellos vieron un camino de vida que funciona! Estos eran hombres capaces que dedicaron sus dinámicas vidas a tratar de mejorar su país y su mundo, como ellos creyeron conveniente, usando políticas, estrategias, economía y religión. Ellos vinieron al Ambassador College y vieron algo totalmente diferente y totalmente inesperado. Era una educación real que resuelve los problemas reales. Ellos vieron un camino de vida que sí funciona porque no viene de la política ni de las tradiciones, ni del razonamiento humano, sino de la Biblia.

Cuando las personas cumplen el propósito para el cual fueron creadas, son felices, y la paz y la felicidad son contagiosas. El camino de vida de Dios era raro en el tiempo del Sr. Armstrong, y es raro todavía hoy. Pero aún vive. Existe aquí, en el Herbert W. Armstrong College.  

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