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La Armada en increíble contracción

(JEFF GRITCHEN, ORANGE COUNTY REGISTER/SCNG)

La Armada en increíble contracción

Puede que Joe Biden aumente el gasto en defensa nacional, pero no lo suficiente como para salvar a la Armada estadounidense.

Mientras el presidente ruso Vladimir Putin intensificaba la batalla por el control del este de Ucrania, Joe Biden pidió al Congreso de Estados Unidos un presupuesto de defensa de 813.000 millones de dólares para el próximo año. Este presupuesto es 10% mayor que el presupuesto de defensa actual. Sin embargo, este aumento apenas es suficiente como para mantenerse al ritmo de la inflación. Por lo tanto, la Armada de Estados Unidos continuará su trayectoria hacia una flota más pequeña. Biden quiere gastar el 22% del presupuesto de defensa del próximo año en la Armada, lo que proporcionaría los recursos suficientes para construir nueve acorazados nuevos mientras retira 24 acorazados viejos.

Según los cálculos de la Armada, su flota se reducirá de 298 a 280 buques en los próximos seis años. Esto es preocupante, ya que los expertos de seguridad proyectan que la flota de China crecerá de 384 a 436 barcos durante el mismo periodo. Y aunque tecnológicamente los barcos estadounidenses son más avanzados que los chinos, el hundimiento reciente de un buque de guerra ruso por un misil de crucero ucraniano ha despertado a muchos oficiales navales al hecho de que incluso los acorazados de alta tecnología pueden ser hundidos por municiones antibuque. El almirante Mike Gilday (oficial de mayor rango de la Armada de Estados Unidos) ha dicho que cree que Estados Unidos necesita “una fuerza naval de más de 500 barcos” para hacer frente a la China comunista.

Alrededor del 56% del presupuesto de construcción naval de Estados Unidos se destina a submarinos y portaaviones de propulsión nuclear, lo que significa que la flota de acorazados de la nación está sufriendo pues sus recursos se están canalizando hacia la creación de grupos de portaaviones, los cuales funcionan como bases militares flotantes que pesan 100.000 toneladas y cuestan 9.000 millones de dólares cada uno. Sin embargo, no todo el mundo cree que ésta sea la estrategia correcta. Según el coronel del Cuerpo de Infantería de Marina de Estados Unidos Thomas Hammes (retirado), los grupos de portaaviones de Estados Unidos son como caballeros medievales: fuertemente armados y equipados para masacrar a cualquier enemigo que encuentren en el campo de batalla, pero vulnerables a los proyectiles lanzados desde muy lejos. En un desayuno organizado por el National Interest en 2019, el coronel Hammes recomendó que la Armada cambie su enfoque de los grupos de portaaviones a más buques armados con misiles. Estos buques más pequeños serían más baratos que los portaaviones pero capaces de lanzar misiles a miles de kilómetros de distancia.

Esta es la estrategia que utiliza China. El Politburó del Partido Comunista Chino sabe que sus dos portaaviones nunca podrán derrotar a los 11 superportaaviones de propulsión nuclear de Estados Unidos. Así que China ha estado construyendo barcos más pequeños y equipándolos con misiles balísticos antibuque DF-26 apodados los “asesinos de portaaviones”. Miden 14 metros, pesan 20 toneladas y pueden transportar una carga útil de 1,8 toneladas hasta 4.000 kilómetros. Mediante orientación satelital, un misil balístico DF-26 lanzado desde la China continental podría hundir cualquier barco en el Pacífico occidental.

Equipar los barcos con misiles antibuque podría revolucionar la guerra naval. El almirante Gilday cree que Estados Unidos necesita 500 acorazados para seguirle el ritmo a China, pero algunos de los misiles nuevos de largo alcance de China están construidos para ser disparados desde buques mercantes. China ya cuenta con más de 6.600 buques mercantes (mientras que Estados Unidos tiene unos 3.700). Así que China podría atacar a los grupos de portaaviones estadounidenses como los lobos rodean a un búfalo en una batalla de cantidad contra calidad.

Sin embargo, independientemente de que los misiles antibuque DF-26 se conviertan en una tecnología que cambie las reglas del juego, la Biblia profetiza que los barcos chinos desempeñarán un papel clave en la caída de Estados Unidos. Isaías 23 identifica a Tiro, Tarsis y Kittim como naciones que asediarán a Estados Unidos en el tiempo del fin. Gerald Flurry, redactor jefe de la Trompeta identifica en su libro La visión de Isaías sobre el tiempo del fin a Tiro como el centro comercial de la Unión Europea, a Tarsis como Japón y a Kittim como China.

El hecho de que estos tres bloques de poder controlen la mayor parte de los barcos del mundo demuestra aún más sus identidades. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, 99.800 barcos mercantes navegaron por alta mar el año pasado. Los pueblos de habla inglesa (Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Estados Unidos y el Reino Unido) poseían 6.251 de estos barcos; los pueblos de la Unión Europea poseían 11.920 de estos barcos. Y los pueblos de Asia Oriental (China, Japón, Corea y sus aliados) poseían 38.006 de estos buques. Esto significa que los países de la alianza mencionada en Isaías 23 poseen el 44% de la flota mercante del mundo.

Si las naciones comienzan a armar los buques mercantes con misiles balísticos en una guerra por las puertas marítimas, Estados Unidos y sus superportaaviones de propulsión nuclear podrían verse asediados por una vasta armada de más de 44.000 barcos.

Isaías tiene un poderoso mensaje para los pueblos de Estados Unidos y Gran Bretaña. Para entender este mensaje, lea el capítulo 7 del libro de Gerald Flurry La visión de Isaías sobre el tiempo del fin, “Dirigiéndose hacia una catástrofe mundial”.