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La amenaza a la Corona que une a Gran Bretaña

(PAUL EDWARDS - WPA POOL/GETTY IMAGES)

La amenaza a la Corona que une a Gran Bretaña

El conocimiento del trono de David le muestra por qué Gran Bretaña está muriendo, ¡y por qué todavía hay esperanza!

Apartir de 1800, dos naciones insignificantes comenzaron a ascender repentinamente. Se encontraron teniendo poder, riqueza e influencia en el mundo como ninguna otra nación en la historia. ¿Cómo ocurrió eso?

Gran parte de la respuesta gira en torno a la corona británica. Esto ayuda a explicar por qué el Imperio Británico se volvió grandioso, por qué hizo tanto bien en general, por qué ha caído y por qué es tan odiado.

Usted necesita comprender este trono y por qué los acontecimientos recientes que lo rodean son tan significativos. Hay una razón oculta por la que Australia y otras naciones están considerando rechazar sus últimas conexiones con la monarquía británica. Cuando usted lo entienda, se dará cuenta qué es lo que realmente están rechazando.

El origen del trono

El Imperio Británico, un “conjunto de naciones”, fue el mayor imperio de la historia. Abarcaba aproximadamente una cuarta parte de toda la Tierra, sus áreas más selectas en más de 90 colonias, dominios y otros territorios. Gobernaba casi a una cuarta parte de toda la población. Aunque imperfecta, elevó el nivel de vida de millones de personas. Y al frente de todo ello estaba el monarca de Inglaterra.

¿En dónde buscaron naciones como Australia, Canadá, India, Nueva Zelanda, Suráfrica y docenas de Estados e islas africanos en todo el mundo algo en común que pudiera elevar la vida de sus pueblos? ¡En el trono británico!

¿Por qué ese trono es tan único? En la actualidad, la mayoría de los historiadores remontan la monarquía inglesa unos 1.200 años hasta el rey Egberto. Pero en el siglo xix, durante la época de la reina Victoria, los historiadores y posiblemente la propia reina, ¡remontaban la historia del trono británico casi 3.000 años hasta el rey David de Israel! ¡El trono británico se remonta al trono de Israel, al rey David y a Dios!

Incluso después de que Gran Bretaña diera la independencia a sus colonias, Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía enfatiza que siguieron siendo “un conjunto, o mancomunidad, de naciones unidas no por un gobierno legal ¡sino exclusivamente por el trono de David!”.

La coronación de la reina Isabel ii en 1953 estuvo llena de evidencias de esta inspiradora historia bíblica. El coro cantó “Sadoc el Sacerdote”, que describe la coronación de Salomón, el hijo de David, en 1 Reyes 1:38-40. La ceremonia fue llevada a cabo por sacerdotes que entregaron a la reina una Biblia, a la que llamaron “el regalo más valioso que este mundo puede ofrecer” y “los oráculos vivos de Dios”. Le leyeron las instrucciones de Dios para los monarcas en Deuteronomio 17 y la ungieron con aceite sagrado, tal como Moisés ungió al primer sacerdote levítico. Fue coronada estando sentada sobre la piedra del destino, la misma piedra utilizada por el patriarca Jacob durante su visión de “[el Eterno], el Dios de Abraham” (Génesis 28:10-15).

Por eso ese trono era tan importante. También es la razón por la que ha sido atacado moral y culturalmente, especialmente durante el reinado de Isabel en las últimas siete décadas.

Dios le dio a Abraham, a Isaac y a Jacob promesas monumentales de grandeza nacional que cambiaron la historia. Éstas no se cumplieron en los judíos, pero sí en Gran Bretaña y Estados Unidos. (De hecho, Gran Bretaña significa “pueblo del pacto”, una pista de su historia.) Más tarde, después de que Israel se convirtiera en una nación y una monarquía, Dios prometió que la dinastía del rey David nunca terminaría: “Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de tu rostro, y tu trono será estable eternamente” (2 Samuel 7:16). ¡Este trono duraría hasta que fuera transferido a Jesucristo Mismo! (Isaías 9:7; Lucas 1:32).

Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía muestra cómo Dios preservó ese trono durante siglos en el reino de Judá. Luego lo “arruinó” tres veces, como profetizó Ezequiel 21:27, trasladándolo a Irlanda por medio del profeta Jeremías en el 569 a. C., luego a Escocia alrededor del 513 d. C., y después a Inglaterra por lo menos siete siglos después.

Historia trágica reciente y futura

En cierto tiempo, la reina Isabel ii fue jefa de Estado en 32 países fuera del Reino Unido. Diecisiete de ellos han reclamado desde entonces la independencia de su gobierno: Barbados, Ceilán, Fiyi, Gambia, Guyana, Kenia, Malawi, Malta, Mauricio, Nigeria, Pakistán, Rodesia, Sierra Leona, Suráfrica, Tanganica, Trinidad y Tobago y Uganda. Incluso entre los 15 países restantes que mantienen su dominio, muchos están presionando para rechazar la corona.

Barbados acaba de renunciar a la monarquía el 1 de noviembre de 2021. Sigue formando parte de la Mancomunidad, pero se ha convertido en una república y ha eliminado a la reina como jefa de Estado. Ella sigue siendo la jefa de Estado de los pequeños países caribeños de Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Granada, Jamaica, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y San Vicente y las Granadinas, y de los pequeños países del Pacífico de Papúa Nueva Guinea, las Islas Salomón y Tuvalu. Jamaica podría ser la próxima nación en rechazar la monarquía.

Pero es posible que esto ocurra en una o más de las naciones más grandes que han estado vinculadas al trono durante más de 200 años.

En Australia, el movimiento republicano está presionando para destituir a la reina incluso antes de que muera o suceda el trono. Alrededor del 45% de los australianos votaron “sí” a romper los lazos con la monarquía durante el último referéndum para convertirse en república en 1999. Una encuesta de YouGov de 2020 indica que el apoyo público para rechazar la monarquía podría llegar al 62%.

En Nueva Zelanda, la actual primera ministra ha dicho que está a favor de cortar dichos lazos, pero no parece ser una prioridad máxima hasta ahora. Una encuesta reciente indica que 1 de cada 3 neozelandeses quiere rechazar la monarquía.

En Canadá, la eliminación de la monarquía requeriría una reforma constitucional, la aprobación del Parlamento y de las 10 provincias, algunas de las cuales están muy a favor de la monarquía. Pero aun así, una encuesta reciente reveló que el 45% de los canadienses quiere cortar los lazos. Y Canadá tiene un gobierno radicalmente liberal que está presionando para realizar muchos cambios extremadamente drásticos.

Incluso Escocia, la nación que formó Gran Bretaña al unirse con Inglaterra en 1707, ¡está presionando para irse! Los escoceses presionaron y recibieron un gobierno descentralizado y su propio parlamento en 1998. En 2014, el 45% votó por una secesión completa. Reino Unido abandonó la Unión Europea en 2020, una salida que fue y es muy impopular en Escocia. El Partido Nacional Escocés, que controla el 80% de los escaños del Parlamento escocés, está impulsando otro referéndum para romper con Inglaterra y poder volver a formar parte de la UE.

Mucha gente quiere permanecer en la Mancomunidad y seguir vinculada al trono, pero hay una fuerza poderosa que puede anular ese deseo. Esa fuerza activa destruyó la fuente de la fuerza del trono británico y su influencia positiva en el mundo: ¡su conexión con el rey David y la Biblia, y la obediencia a Dios!

Con sus decisiones y comportamiento, los miembros de la familia real británica —descendientes de David— ¡han llevado a Gran Bretaña a rechazar “el regalo más valioso que este mundo puede ofrecer” y a desobedecer y no creer en el Dios del rey David! La monarquía siempre ha tenido defectos, pero nunca hasta las últimas décadas ha devaluado intencionadamente el trono de David. Hace algunas generaciones, los británicos habrían luchado y muerto por conservar la piedra del destino y todo lo que simboliza. Pero en 1996, la Reina y el Parlamento devolvieron esa preciosa piedra a Escocia, dejando al descubierto la degeneración de su fe.

El gobierno británico ha permitido que 17 naciones rechacen la monarquía, y la Reina felicitó recientemente a Barbados por haberlo hecho. Los miembros de la realeza británica, ocupados en intentar reinventar y “modernizar” la monarquía, se ven envueltos en problemas y escándalos en sus propias vidas. El príncipe Carlos pronto se convertirá en rey. Tuvo un matrimonio terrible e infiel. No ha demostrado liderazgo. Ha defendido la falsa narrativa del cambio climático. Ha indicado que liberalizará aún más la monarquía, incluso cambiando uno de sus títulos como rey para incluir las religiones no anglicanas y no cristianas. Después de que la Iglesia de Inglaterra ya haya liberalizado casi todas las enseñanzas morales, dejará a Gran Bretaña con menos fe, dividida y vulnerable.

Alrededor del 70% de los británicos está a favor de la Reina, pero sólo el 45% está a favor de Carlos (y sólo el 25% de las personas de entre 20 y 30 años). ¿Cuánto podrá acelerar su sucesión al trono el movimiento hacia la secesión en Australia, Canadá y otros lugares?

Mientras tanto, el príncipe William y el príncipe Harry parecen más interesados en relaciones con los famosos que en la historia y la fuente de la fuerza del trono. El príncipe Harry se casó con Meghan Markle, una actriz estadounidense divorciada y feminista que le impulsó a abandonar la familia real y mudarse a California. Desde entonces, ambos han iniciado una guerra civil contra la familia real, con acusaciones de racismo incluidas.

Esta conducta divisiva está acelerando la desintegración de este trono, su importancia y su historia de mejorar las vidas alrededor del mundo. ¿Por qué un ataque tan sostenido, y por qué se centra en la moral? Porque la moral bíblica y la historia con Dios son la fuente de fortaleza del trono de David. Por esta razón, el diablo tiene un odio especial hacia la familia real británica. ¡Él sabe que la historia y la profecía del trono de David contienen el plan maestro de Dios!

Sin embargo, no prevalecerá. ¡Dios cumplirá Sus promesas a Abraham y a David! Él ya ha implementado un cambio importante, milagroso e inspirador en ese trono para cumplir esas promesas. Le animo a que lea sobre aquello en mi libro gratuito El nuevo trono de David. 

Este artículo fue traducido del artículo “Threatening the Crown That Binds Britain” de theTrumpet.com.


EL NUEVO TRONO DE DAVID

Un cambio dramático sobre cómo Dios está manejando este trono muestra cuán pronto ¡Jesucristo mismo estará sentándose en éste!