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La agenda para borrar a EE UU

ZACH DISCHNER

La agenda para borrar a EE UU

Durante ocho años, la administración de Barack Obama trabajó para “transformar fundamentalmente” y radicalizar a Estados Unidos. Dios vio lo que estaba sucediendo en términos muy claros: Él dice en la profecía de 2 Reyes que el presidente y los radicales estaban tratando de “raer el nombre de Israel”.

¿Ve usted esta realidad como la ve Dios?

La izquierda radical apoya a los manifestantes y alborotadores que atacan la historia de EE UU. Han defendido a personas que pintarrajean y derriban estatuas de los líderes estadounidenses del pasado. Literalmente están destruyendo el recuerdo de nuestra historia. ¿Qué sucede cuando se elimina la historia de una nación? ¿Qué pasa cuando se borra todo lo que lo convirtió en un país? Dado que las raíces físicas y culturales de EE UU se remontan literal y directamente a la Biblia y al Israel bíblico, ¡aquellos que destruyen la historia de EE UU están tratando de borrar el nombre de Israel!

Lea nuestro libro gratuito Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía. Éste muestra cómo EE UU debe su propia existencia a la bendición de Dios, específicamente al cumplimiento de las promesas que Él hizo al patriarca bíblico Abraham. Esta es una historia crucial que la mayoría de los estadounidenses ignoran por completo.

¿Cuántos estadounidenses, en edad escolar o adultos, saben que las primeras personas que emigraron aquí desde Inglaterra y Europa a menudo se referían a sí mismas como el “Nuevo Israel”? ¿Cuántos saben que la razón por la que muchos de ellos vinieron aquí no fue por oportunidades económicas sino por libertad religiosa? ¿Cuántos saben lo importante que fue la Santa Biblia para ellos, y cómo vivieron y se gobernaron de acuerdo con ese libro lo mejor que pudieron entenderlo?

Las libertades que los estadounidenses han establecido y por las que lucharon durante los últimos 250 años están siendo destrozadas.

La verdadera historia ha sido eliminada de los libros de texto. Ahora incluso se está eliminando de los carteles frente a las escuelas. Los líderes de San Francisco cambiaron recientemente los nombres de 40 escuelas que tenían el nombre de fundadores estadounidenses como George Washington, Thomas Jefferson y Benjamín Franklin. ¡Ellos están borrando físicamente el nombre de Israel! Están escribiendo una nueva historia que retrata a los estadounidenses, especialmente a los primeros estadounidenses que creían en la Biblia, como racistas malvados e intolerantes.

En un plan de estudios presentado a niños en California, se elogia a 154 “personas de color” influyentes. ¡Esta lista ignora a personas más prominentes y moderadas, mientras promueve a revolucionarios violentos! Una minoría étnica es señalada no para protegerla y alabarla, sino para odiarla: los judíos. El plan de estudios promueve cosas como el movimiento de Boicot, Desinversión y Sanción contra el Estado de Israel y describe su guerra de independencia de 1948 como nakba, una palabra árabe para “la catástrofe”. A los niños de EE UU se les enseña que la existencia misma de la nación de Israel, la cual desciende de la tribu bíblica de Judá, es “la catástrofe”. Se les enseña lo mismo que a los niños palestinos. Este plan enseña que el “clasismo”, la “homofobia”, la “islamofobia” y la “transfobia” son formas de opresión, pero el antisemitismo no lo es.

Al borrar nuestro pasado, los radicales pueden cambiar nuestro futuro.

Ahora Joe Biden está en la Casa Blanca y los demócratas controlan el Congreso. Muchos observadores reconocen que el exjefe de Biden, Barack Obama, es el verdadero poder detrás de la presidencia. Él es el principal individuo detrás del esfuerzo por “borrar el nombre de Israel”. Incluso si él y las personas que lo rodean no se dan cuenta, ¡esa es su motivación! Ese fue su objetivo durante la presidencia de Obama desde 2008 hasta 2016. Él se comprometió a “transformar fundamentalmente” a EE UU, y trabajó ocho años para lograrlo. Luego, el “Estado profundo” radical que él dirigió conspiró para espiar y destruir políticamente toda la oposición e instalar a un nuevo presidente radical que continuaría con sus políticas y encubriría sus acciones.

En ese momento, Dios intervino. Detuvo esta tendencia y “los salvó por mano de Jeroboam”. Sin embargo, es cada vez más claro que incluso después que su sucesora elegida fue derrotada y él dejó el cargo, Obama continuó con su agenda.

Antes de las elecciones de 2020, los demócratas y otros radicales favorecieron a los alborotadores, incendiarios y otros extremistas de las facciones Antifa y Black Lives Matter, diciendo que estaban defendiendo “la libertad de expresión” (mientras amordazaban a los conservadores). Los radicales luego interfirieron en las elecciones y frustraron las investigaciones y litigios sobre su confabulación y su fraude descarado.

Cuando instalaron a Joe Biden como presidente, inmediatamente comenzó a firmar órdenes ejecutivas más rápido que cualquier presidente en la historia, muchas de las cuales han sido inconstitucionales (infografía, página 18).

¿Quién dirige todo esto? ¡Los mejores analistas lo rastrean siempre hasta el Sr. Obama! Él está dirigiendo todo. Y se está moviendo rápido.

La nueva administración radical está trabajando para abrir la frontera y permitir que gran cantidad de personas de otros países entren a raudales. Esto también ayudará a borrar el nombre de Israel. Están proponiendo la idea de llenar la Corte Suprema, la única rama del gobierno que actualmente no tiene una mayoría liberal radical, así como los tribunales federales. Están hablando de dividir al ejército según la política y despedir a los que no siguen su ideología.

Entre más cerca mire lo que está sucediendo, más reconocerá los esfuerzos de Satanás por “borrar el nombre de Israel”. Él hace su trabajo a través de seres humanos, y gran parte de ese trabajo a través de un hombre en particular. 


ESTADOS UNIDOS Y GRAN BRETAÑA EN PROFECÍA

La gente del mundo occidental estaría sorprendida y boquiabierta, ¡si lo supieran! Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australasia y África del Sur pondrían en marcha gigantescos programas de protección, ¡si lo supieran! ¡Ellos podrían saberlo! ¡Pero, no lo saben! ¿Por qué?