Israel ataca Irán

JERUSALÉN—

Las sirenas me despertaron a las 3 de la madrugada. No alertaban de un ataque a Israel, sino de que Israel había atacado a Irán.

El viernes por la mañana, en múltiples oleadas, más de 200 aviones de guerra atacaron sitios en Teherán, Natanz y otros puntos clave dirigidos contra las instalaciones nucleares, las fábricas de misiles y la infraestructura militar de Irán. Mientras tanto, los equipos de comandos del Mossad estaban sobre el terreno saboteando sitios de misiles y de defensa antiaérea, según informaron las autoridades. Y una base de drones explosivos dentro de Irán, establecida por el Mossad, lanzó ataques contra lanzadores de misiles cerca de Teherán, según declaró un portavoz de defensa israelí. 

Esta operación militar a gran escala, cuyo nombre en clave es León Naciente, aún no ha terminado y ya podría haber asestado el golpe más significativo al régimen de Irán desde que llegó al poder en 1979.

El ataque mató a altos cargos militares iraníes —incluyendo al comandante de la Guardia Revolucionaria Hossein Salami y al comandante de la Fuerza Aérea Amir Ali Hajizadeh— y a científicos con conocimientos sobre la fabricación de bombas nucleares. Varios otros oficiales de alto rango están muertos o desaparecidos.

• “Si este ataque inicial tuvo éxito”, dijo un funcionario de Defensa israelí a Radio del Ejército a primera hora del viernes, “entonces lo que hicimos con altos cargos de Hezbolá durante 10 días, se lo hicimos a Irán en 10 minutos”.

¿Significa esto una guerra a gran escala? El líder supremo de Irán prometió un “castigo severo”. Los israelíes están preparándose. El ejército está en alerta máxima. El aeropuerto Ben Gurion está cerrado; las compañías aéreas israelíes, como El Al, han trasladado sus aviones fuera del país. Benjamin Netanyahu ha aconsejado a la población que se prepare para pasar largos periodos en refugios antiaéreos reforzados.

Sin embargo, por el momento, las calles de Jerusalén se mantienen en paz. Las tiendas de abarrotes tienen filas muy largas, pero la gente está tranquila.

Estoy aquí como parte de la gira Celtic Throne, tras una exitosa actuación el jueves por la noche en Haifa. Tenemos programadas dos funciones más, el lunes y martes, y viajaremos fuera el miércoles. Tal vez no ocurra ninguna de estas cosas. Ya veremos.

En el pasado, cuando Israel ha atacado sitios militares iraníes —el ciberataque Stuxnet de 2010 que dañó alrededor de 1.000 centrifugadoras en Natanz; la explosión de Natanz de 2020 que retrasó meses el programa nuclear iraní; el ataque a Parchin del pasado octubre— a la encendida retórica pública de Irán le siguieron acciones restringidas. Sus ataques directos fueron limitados, claramente dirigidos a evitar una guerra directa.

Pero en comparación con esos golpes, la operación León Naciente es mucho más ambicioso y de mayor alcance.

Israel se ha preparado para un ataque de esta magnitud durante años, y para este ataque en concreto durante ocho meses. Las últimas semanas y días han aumentado la urgencia.

• Por mucho que la administración Trump haya estado presionando para negociar el fin de las ambiciones nucleares iraníes, Irán ha estado contraatacando con más fuerza.

• Ayer mismo, por primera vez en 20 años, el organismo de control nuclear de la ONU declaró que Irán había incumplido sus obligaciones de no proliferación nuclear.

• Irán respondió desafiante anunciando su intención de construir una nueva instalación de enriquecimiento de uranio y de mejorar sus capacidades de centrifugado.

• Israel dijo que su inteligencia mostraba que Teherán se acercaba “al punto de no retorno” en la búsqueda de un arma nuclear.

Muchas naciones han dicho que Irán no puede tener un arma nuclear. Pero sólo Israel ha estado dispuesto a actuar.

Gran parte del mundo ha condenado cada vez más a Israel por su guerra en curso contra Hamás. Ahora están seguros de considerar a Israel como el agresor y de caracterizar este ataque como una provocación innecesaria que podría desencadenar una guerra más amplia. Es mucho más exacto considerarlo como un audaz movimiento para prevenir una guerra mundial.

Hemos lidiado con los grupos subsidiarios de Irán durante el último año y medio, pero ahora nos enfrentamos a la propia cabeza de la serpiente.
—Israel Katz, ministro de Defensa israelí

La administración Trump ha rechazado cualquier implicación; Estados Unidos está velando por sí mismo y ha informado a Israel de que no participará en ningún ataque. Algunos se están lamentándose cómo las acciones de Israel han hecho fracasar las conversaciones de paz, como si esas conversaciones hubieran sido alguna vez algo más que delirios. Donald Trump publicó una advertencia a Irán en Truth Social, pero esencialmente advertía de más acciones por parte de Israel, no por parte de Estados Unidos.

Sin la ayuda de Estados Unidos (en particular de sus municiones especializadas), Israel sólo podrá degradar los sitios nucleares de Irán, no destruirlos. Fordow, el principal sitio nuclear que se encuentra bajo una montaña, no figura en la lista de sitios atacados. Israel necesita los bombarderos furtivos y las bombas de penetración masiva de Estados Unidos para poder arrasar con esto.

No obstante, siguió adelante. En un discurso grabado en video, Netanyahu describió el ataque de Israel como una lucha no sólo por la supervivencia de su nación, sino como una lucha en nombre de toda la civilización.

Es cierto, y el mundo debería estar agradecido. Pero no lo estará.

Y la profecía bíblica muestra que, al final, pagará un alto precio por no estar del lado de Israel contra Irán.

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