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Indigentes en Seattle

La crisis está matando a una de las ciudades más hermosas de EE UU

El área noroeste, hacia el Pacífico, es una de las áreas más magnificas de EE UU. Yo crecí en Washington y viajaba a menudo a Seattle, cuando ésta era una ciudad hermosa.

Hoy Seattle está sufriendo una enorme crisis de indigentes. komo, la estación local de noticias de Seattle, transmitió un especial de una hora mostrando que la ciudad se ha convertido en una guarida sucia, llena de basura e indigentes, adicción a las drogas y crimen. A pesar de que se gastan mil millones de dólares cada año para resolverlo, la indigencia se está volviendo peor.

Nadie sabe qué hacer. Los ciudadanos de Seattle se quejan de que el ayuntamiento de la ciudad no está haciendo lo suficiente. El dueño de un negocio le dijo a komo que, “El alcalde de la ciudad no le da autoridad [a la policía]. Ése es el problema”. Carpas y montones de basura cubren la calle cerca de su negocio. Este hombre va al corazón del problema cuando pregunta, “¿Por qué no podemos hacer cumplir la ley?” (énfasis añadido a todo).

En 2017, la ciudad de Nueva York tuvo 1.448 crímenes contra la propiedad por cada 100.000 personas—crímenes como robo, hurto, hurtos en comercios y vandalismo. Los Ángeles tuvo alrededor de 2.500 y Chicago tuvo 3.263. Seattle tuvo el segundo número más alto de crímenes a la propiedad en las ciudades de EE UU: 5.258. (El récord lo tiene San Francisco, ciudad que tiene muchos de los mismos problemas que Seattle).

Estos crímenes a menudo son perpetrados por los mismos individuos, a veces con solo días de diferencia. Komo habló con Scott Lindsay, un residente que compiló una lista de los 100 delincuentes más frecuentes en el sistema de justicia criminal de Seattle. Estas 100 personas, de los cuales todos son indigentes adictos a las drogas, tienen 3.600 casos criminales entre ellos. Algunos tienen 75 o más crímenes conocidos.

El ayuntamiento de la ciudad les dice a los residentes que reporten los crímenes a la propiedad llamando al 911, pero los residentes dicen que no tiene sentido. Incluso si la policía efectúa un arresto, los criminales a menudo son liberados a las calles en días u horas. De cada 100 reportes policiales archivados en Seattle, sólo 18 en realidad resultan en condenas. El resto de los crímenes quedan impunes.

El hurto menor también es rampante. El dueño de un negocio entrevistado por komo dijo que su negocio reportó 599 casos de hurto menor en un periodo de 19 meses. ¿Cuántos de esos crímenes fueron procesados? Ocho.

En pocas palabras, los ciudadanos de Seattle pueden cometer “pequeños” crímenes con impunidad.

Komo envió cuestionarios a oficiales de policía para que fueran llenados de manera anónima. Las respuestas pueden ser resumidas en la respuesta de un oficial: “Estoy frustrado porque soy un oficial de la ley al que se le dice que no haga cumplir la ley”.

Otro oficial escribió: “La gente viene aquí porque se le llama ‘Free-attle’, [‘Libre-attle’] y creen que si vienen aquí obtendrán comida gratis, tratamientos médicos gratis, tratamiento para la salud mental gratis, carpa gratis, ropa gratis, y que serán libres de acusación por casi todo—y están en lo correcto. Eso no solía ser así. Los oficiales de la ley solían estar capacitados para ejercer las leyes. …En los últimos cinco años, ha habido un cambio cultural, y ha comenzado con la legislatura que despenaliza los delitos graves y volviendo a los convictos a las calles.

Un oficial frustrado escribió: “¿Por qué estamos arriesgando nuestras vidas para poner en custodia a fugitivos de delitos graves si simplemente serán liberados?”.

Travis, un hombre indigente entrevistado por komo, abiertamente admitió que él la está “pasando genial” robando y que usa metanfetaminas “al menos” una vez al día. Él es uno de esos 100 delincuentes más frecuentes, con 34 casos criminales en cuatro años, que incluyen asalto, intento de violación y allanamiento de morada. Cuando le preguntaron qué debería hacer el sistema de justicia criminal con él, respondió: “Creo que este sistema ha hecho lo que cualquier sistema legítimo y viable haría, y en realidad ellos me han… exaltado y… mostrado deferencia y amor hacia mí. …no siento que me vayan a arrestar de nuevo. …he conquistado el sistema de justicia criminal”.

Jueces y políticos piensan que la respuesta es más permisividad. Un nuevo estatuto en Seattle permite a la gente portar tres gramos—30 dosis—de metanfetaminas sin ser arrestados.

El problema de Seattle es llamado a menudo una crisis de indigencia, pero en realidad es una crisis de drogas. Una mujer indigente le dijo a komo que ella no había encontrado una sola persona en las calles que no fuera adicta.

La gente cree que escapar, alterar y dañar sus mentes con poderosas drogas es libertad. Pero se vuelve más y más obvio que la adicción a las drogas es esclavitud.

Komo halló que muchos de aquellos en las calles de Seattle escogían permanecer allí a causa de su adicción a las drogas. Ellos son esclavos de sus drogas.

La indigencia y el uso de drogas se han convertido en temas de carga política en EE UU. Tal vez esa es la razón por la que los gobiernos municipales están “resolviendo” tales crisis con mayor permisividad, y los medios nacionales los están tratando con un silencio abrumador.

Isaías 1:5-6 describe así a nuestra nación: enferma de arriba abajo. Carecemos de líderes fuertes que tomen acciones fuertes para erradicar estos problemas (Isaías 3:1-3). La causa de esta enfermedad es la transgresión (Daniel 8:12). Estamos quebrantando las leyes de Dios—leyes que específicamente nos protegen de tales desastres—y estamos cosechando las consecuencias.

En The Wonderful World Tomorrow—What It Will Be Like (El maravilloso mundo de mañana—cómo será, disponible en inglés), Herbert W. Armstrong describe cómo será la sociedad cuando la gente guarde la ley de Dios. En lugar de violencia, adicción a las drogas, indigencia y muerte, experimentaremos “salud vigorosa y vibrante, llenos de interés dinámico en la vida, interés entusiasta en actividades constructivas trayendo felicidad y gozo. Habrá higiene, actividad vigorosa, progreso real, sin barrios marginados, ni razas o áreas de la Tierra degeneradas”.

Ésta es la solución real de la indigencia de Seattle: el Reino de Dios ejecutando la ley perfecta de Dios. ¡Está viniendo—pronto!

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